Crítica: SR. Y SRA. SMITH (2005)

DOUG LIMAN

 

Comedia de acción dirigida por Doug Liman que prometía bastante por su buen planteamiento, su pareja protagonista y sus elementos de comedia y thriller, pero que en líneas generales supone una decepción mayúscula.

Cabía esperar algo cercano a la estupenda “Mentiras arriesgadas” (1994) de James Cameron, la mejor comedia de acción que ha dado el cine moderno, no en balde existen paralelismos entre ambas, pero viendo el resultado las comparaciones son muy odiosas.

 

John (Brad Pitt) y Jane (Angelina Jolie) son un joven matrimonio convencional, incluso aburrido, acomodado, sin alicientes. Ambos tienen un secreto, son agentes secretos, asesinos competentes, los mejores de sus respectivas organizaciones, pero ninguno sabe lo que es el otro verdaderamente. El secreto se descubrirá cuando sus respectivas organizaciones, que son rivales, les ordenen matarse mutuamente.

Se vendió la película en función de la gran química que, se supone, tenía la pareja, una química especial que no observo aunque la hubo seguro, ya que la parejita inició su relación, que está siendo duradera. Pitt y Jolie son el mayor aliciente de la cinta.

La película comienza, precisamente, con una de esas sesiones con el psicólogo donde manifiestan la apatía, desidia, en la que se ha sumido su matrimonio, falta de deseo sexual e interés, dos chicos grises maltratados por la rutina… Una falsa fachada. Acto seguido, mediante un flashback, iremos al día en que la pareja se conoció, 5 o 6 años antes. Bogotá, Colombia. La sutileza y la ambigüedad no es el propósito de Liman ni de sus guionistas, pronto veremos cómo los dos personajes llevan armas, con lo que parecen algo más que meros turistas. Escenas románticas, besitos bajo la lluvia y polvo rápido para afianzar la relación. Claro, mucho tiempo para conocerse no han tenido y se han quedado cosas en el tintero que no se han contado, por ejemplo que son agentes secretos… Algo que nunca es recomendable contar a la pareja. Es lo que tiene la pasión incontenible.

Más sutileza, demostración de habilidades con la escopeta en una feria, de esta forma Liman plantea el carácter egocéntrico de la pareja, dispuesta a competir en todo, para justificar su absurda relación y comportamiento posterior, tirándose a matar el uno al otro…

Construcción e informática, las dedicaciones ficticias de la pareja, lo que se han contado para justificar viajes y poder matar a gusto sin problemas.

El plano de Pitt recogiendo el periódico, una mañana de sábado por ejemplo, nos vuelve a recordar a “Mentiras arriesgadas”, pero si pretendes hacer algo que se acerque debes arriesgar más, nunca mejor dicho, y superar la imagen de Schwarzenegger paseando un micro perro es casi imposible.

 

Habrá varios espejos es las escenas cotidianas de la pareja de vuelta al presente, a esa rutina que están tratando en el psicólogo, espejos que van delatando la falsedad de ambos. Como remate a este inicio supuestamente ambiguo, Pitt poniéndose la alianza de matrimonio al llegar a casa y limpiándose una mancha roja del cuello de su camisa, ¿captáis la ambigüedad? ¿Carmín o sangre? Todo con miradas sospechosas de Jolie. Más espejos y cristales ante ambos personajes en lo que es una coherente apuesta visual. De hecho cuando el psicólogo pregunte por la sinceridad de ambos, el plano siguiente será de la pareja ante un espejo, precisamente, delatando de nuevo su falsedad. También se recalca su lejanía en esa puesta en escena, conversaciones a distancia o con elementos del decorado entre ambos. Estas escenas, con la crisis de la pareja, deben ser graciosas, pero les falta nervio, siendo la parte que debe enganchar y ser pieza clave de la película resulta tremendamente sosa, como mucho, y sólo si tienes un buen día algún momento te despertará una leve sonrisa, quizá alguna frase suelta, algún gesto... o quizá no. Pronto se desvelará que la pareja dista mucho de ser una pareja convencional y que sus secretos son algo más problemáticos que los de otros, a pesar de la creencia del psicólogo. Llegan momentos de acción…

Hay dos grandes ingredientes en la cinta, las escenas de acción y la comedia con la relación de pareja, la fusión entre ambas debería tener su gracia y ser la clave del éxito, pero la cosa no sale muy bien que digamos. La acción cumple, sin grandes alardes, los momentos de comedia no funcionan en general, más allá de algún apunte ingenioso, como la ocurrencia de las sesiones de psicólogo, aunque a los diálogos les falte chispa, y lo que es peor, gracia.

Pitt ajusticiando a cuatro jugadores de póker y Jolie a un adicto al sado. Exhibiendo cuerpo y habilidades, tono morboso, erótico, para los fans de la pareja. Es la supuesta sorpresa de la cinta a los 20 minutos, un matrimonio asesino.

La red de mascaradas y mentiras en la pareja deja supuestos detalles de ingenio, como esa casa que oculta arsenales de armas, por ejemplo. Al menos redunda en esa idea de falsedad…

La escena del primer duelo entre Angelina y Brad, su inconsciente misión de matarse el uno al otro, tendrá al “Nothing but a good time” de los Poison como banda sonora que acompaña a Pitt, un detalle placentero para los rockeros. También sonará, entre otros Air Supply… Gracias a las pistas que dejaron en el desértico lugar del encontronazo descubrirán sus verdaderas actividades, con lo que llegaremos a una de las mejores escenas de la película.

Una cena tensa y expectante de los dos “competentes” asesinos, en unos momentos simpáticos antes de la pirotecnia, seguramente los más divertidos y acertados de toda la película. 

A partir de aquí la película se convierte en un juego del perro y el gato con el dulce y antes aburrido matrimonio buscando cumplir su misión, un amor poco estable, aunque posteriores descubrimientos reconducirán y redimirán a la parejita, que recobrará la pasión gracias a la adrenalina. Moraleja, mata junto a su pareja, así no se pierde la pasión.

 

El plano de la lágrima de Jolie mientras cena sola tras creer que su maridito ha muerto resulta de traca, una lágrima de diseño, puesta en el lugar adecuado para un plano que causa casi bochorno… En cualquier caso esta escena de la cena en el restaurante y el posterior baile también resulta simpática, uno de esos momentos donde muchos vieron la gran química de la pareja. A destacar el momento en el que Pitt mira a cámara cuando Jolie baja a… registrarle los tobillos.

La escena del tiroteo doméstico posiblemente sea la peor discusión de pareja, la más salvaje, desde “La guerra de los Rose” (1989), aunque esta película no le llega ni a la suela a la dirigida por Danny DeVito, ni en la mala leche ni en profundidad. Eso sí, aquí tenemos muchos más destrozos y disparos. Lamentablemente la gran puntería que los dos exhibían en ferias, de la que presumían orgullosos, desaparecerá en esta escena, no se alcanzan ni por mala suerte, una bala perdida con tanta metralleta y pistola… No hay un reducto de la casa sin perforar pero ellos como si nada… y sin respeto a los vecinos, asesinos muy limpios y cuidadosos no nos han salido… La mezcla de cotidianeidad y acción desfasada no funciona bien, con lo que el toque de comedia no acaba de resultar efectivo. Vamos, una escena que es la más famosa de la cinta y también la más ridícula y sinsentido…

 

“¿Sigues vivo, amor mío?”

“¡Apuntas tan mal como cocinas, cielo!”

Ojito al look Rambo con glamour de la Jolie en la escena mientras acribilla las paredes de la casa.

La ilógica de todo es que, evidentemente, tiran a matar y o son muy malos o haría falta una mayor coherencia dramática. La pelea cuerpo a cuerpo, erótico festiva, es la mejor parte de toda esta escena sin mucho sentido, con polvo final incluido, como es lógico. Esto último sí es más coherente…

Habrá un nuevo giro de guión cuando la parejita pase a ser objetivo de sus agencias, con lo que una vez reconciliados colaborarán para salir del apuro. La acción va acelerándose, la película perdiendo la poca gracia que había tenido hasta ese momento. Bombas, persecuciones en coche con chistes y momentos de sinceridad que provocan cierto sonrojo... unos intentos por resultar graciosos que dan algo de lástima. Estos momentos de sinceridad y acción serán presididos por una cruz en el retrovisor, elemento que pretende dar algo de peso a la puesta en escena. Muy irregular.

Todo esto nos encamina al clímax final, la verdad es que la trama de thriller no puede ser más básica y simple, pero es lo que hay. En el clímax la parejita unida luchará contra los agentes de las crueles agencias que quieren verlos muertos… Esas manías de las agencias de espionaje… El clímax como tal es bastante soso y convencional en todos los aspectos, empezando por la dirección.

 

A Brad Pitt no le falta ni uno de sus tics, como sacar la mandíbula inferior con aire enfadado, que seguro encanta a sus fans. Jolie pone morritos y miradas lascivas… Todo efectivo para atrapar a los fans de la pareja.

Entre “Mentiras arriesgadas” (James Cameron, 1994), “La guerra de los Rose” (Danny DeVito 1989), “Cuidado con la familia Blue” (Herbert Ross, 1993) y el tono de las posteriores “Noche y día” (James Mangold, 2010) o “Killers” (Robert Luketic, 2010), esta “Sr. y Sra. Smith” resulta una mediocre mezcolanza que decepciona en su irregularidad.