Como en “Oblivion” (Joseph Kosinski, 2013) esta cinta nos
deja interesantes y bonitas reflexiones sobre el amor, un amor que se
considera, como en el poema shakespeariano, algo inamovible, inalterable, un
faro que contempla tempestades sin inmutarse, al que hay que depurar y que
cuando se elimina la hojarasca que a veces lo oculta o impide que lo reconozcamos
se hace tremendamente vívido, hasta el punto de ir más allá del tiempo e
incluso de lo físico, como ocurría en la cinta de Kosinski. Un amor por
descubrir.
La huida de la playa, con el viaje en coche y su encierro en
una casa buscando la manera de llegar al Omega en helicóptero, dejará los
momentos más intimistas de la cinta, que tienen un halo romántico desesperanzado
francamente conseguido.
Serán escenas donde el ritmo trepidante se pause por unos
instantes, que se dedicarán a la reflexión, al encuentro con su humanidad, a
desarrollar un vínculo… todo por interés de Cruise.
Este cambio de roles es muy interesante a nivel narrativo,
ya que vuelve a suponer otro giro y evolución de los personajes, que dota de
agilidad e imprevisibilidad a la cinta. Ella empieza siendo instructora, pero
él acaba siendo guía, él es aprendiz y acaba siendo maestro, ella era maestra y
tendrá momentos donde tenga que obedecer… para acabar de igual a igual.
Esta fase recuerda de alguna forma al paraíso terrenal que
el propio Cruise se crea en “Oblivion” (Joseph Kosinski, 2013). Es la necesidad
de sentirse humano, no un mero guerrero o soldado, buscando la cotidianeidad, el
poder valorar las pequeñas cosas, la civilización… Ella, que no recuerda, es
todo lo contrario, sólo tiene ganas de matar, es visceral porque no ha podido
generar un vínculo hacia él al no recordarle, de esta forma sutil se vincula
también el amor a la civilización y la humanidad, a nuestra propia esencia.
Él emprenderá la aventura en solitario consciente de la imposibilidad
de acercarse más íntimamente a ella,
consciente de que no podrá crear ese vínculo. Se irá en solitario porque juntos
es imposible. De esta forma también la protege, aunque ella jamás lo sabrá. Así,
el halo romántico mencionado, nuestro héroe en soledad arriesgando su vida, se
hace plenamente patente.
El carácter protector de Cage se va agudizando conforme
avanza el metraje con respecto a Rita, incluso lo apreciamos en el clímax
final. Una vez cumplida la redención Cage entenderá que su periplo por el
infierno ha finalizado, que por fin ha superado la prueba que le permitirá entablar
una relación con la mujer de la que está enamorado y que ella, por fin, le
recordará al día siguiente.
Emily Blunt y Tom Cruise forman una magnífica pareja, con
mucha “química”, en una relación y unos roles muy bien definidos desde el
guión, que marca su contraste sin complicaciones y desarrolla la evolución,
tanto de ellos individualmente como de su relación, con acierto.
“Al filo del mañana” es puro espectáculo, pero cuando se
quita la hojarasca se descubren agudas e interesantes reflexiones gracias a su
magnífico planteamiento, que da para ellas.
Los errores.
La columna vertebral de la estructura de la cinta se
fundamenta en el error, el error como fundamento máximo del progreso, el
desarrollo y la madurez. Es a través del error como se consigue evolucionar.
La película se plantea en cierta medida como si de un
videojuego con vidas infinitas se tratara, donde el protagonista, nosotros,
debemos ir superando misiones para ir alcanzando objetivos. Esas vidas
infinitas nos permiten aprender de nuestros errores para poder saber donde
están los peligros o las cosas que debemos evitar.
El error, por tanto, adquiere categoría metafísica en la
cinta. Es a través del aprendizaje que los errores proporcionan como nuestros
protagonistas irán pasando pruebas, al saber dónde se equivocan podrán
corregir, variar o anticipar el suceso para coger por otro camino más adecuado.
Cuando crean que no hay salida, ese aprendizaje y sus propias decisiones les
encaminarán hacia un destino que ellos se forjan, en la que es otra de las
claves conceptuales del film.
El error como la mejor forma de aprendizaje, creando un
héroe humano, que falla, que yerra, que no es infalible y que cuando logra
algo es con esfuerzo y sacrificio, con talento, pero sin que parezca un superhombre,
sino una persona normal capaz de superarse a sí mismo, sus límites y su
conformismo. Una aguda reflexión que da un punto de vista distinto del héroe acostumbrado
de ciencia ficción. Además se relaciona de forma directa con la idea de
redención.
Un gran ejemplo de cómo sirven los errores a nivel funcional
a nuestros protagonistas lo tenemos en la escena donde Rita y Cage van a hablar
con el general británico. El magnífico uso de la elipsis durante toda la película,
una de las grandes virtudes, aquí se sublima.
-Rita: ¿Y ahora qué hacemos?
-Cage: No lo sé, nunca habíamos llegado tan lejos.
En el despacho del general lograrán un artilugio que les
permite descubrir el verdadero paradero del Omega, preparando lo que será el
clímax final.
Nuestro protagonista será tremendamente convincente a la
hora de reclutar un ejército, la escuadra “J”, logrando lo que no había
conseguido hasta ese momento, convencer a alguien de su don. En menos de tres
horas tendrá la escuadra a su disposición para encaminarnos al clímax final.
Una escuadra que no dura mucho en combate, pero que algo aportan…
El clímax es excelente, el ataque a la nave de nuestra escuadra
nos hace recordar el inicio con el otro ataque a la nave en la llegada a la
playa. Escenas trepidantes y espectaculares. No sólo será un frenesí visual
lleno de disparos, choques, naves volando, aliens con malas pulgas y héroes
brillantes, sino que tendremos momentos de suspense bien modulado, encuadres
amplios y planos sostenidos. Todo muy bien dirigido. El último vuelo de una
renqueante nave es espectacular, frenético, dirigido magníficamente, con una
cámara inquieta, nerviosa, pero que dejar ver la acción con claridad. Brillantes
escenas de acción con final feliz, terminando con un Alfa y el Omega.
Algunos momentos, como los más minimalista que anteceden a
la muerte de Rita, están rodados de forma más confusa, con una cámara que en
esta ocasión sí resulta excesivamente nerviosa, aunque no mancha en absoluto el
buen trabajo general.
A partir de aquí, una vez resuelta la acción, queda concluir
los aspectos conceptuales, cerrar las tramas, lo que puede llevar a ciertas
confusiones en algunos casos. Cage muere pero vuelve a fusionarse con la “sangre”
de un alien, en este caso el más poderoso, el Omega, lo que le permite volver a
renacer, como es normal, aspecto que vimos en la primera muerte del
protagonista. Todo lo que vemos a continuación vuelve a ser la repetición del
mismo día en el que Cage despertaba siempre, pero donde se incluyen variantes,
de esta forma Liman muestra escenas ya vistas con sus mismos diálogos, la de
la instrucción especialmente, con la intención de hacerlas reconocibles al
espectador, como es lógico, incluyendo marcadas diferencias, personificadas en Cage,
que mira la acción desde otro punto de vista, para que se entienda claramente
que todo ha cambiado tras la heroica aventura de nuestro protagonista. La redención
llegando a su conclusión.
Referencialidad.
Debe quedar claro que en el cine moderno las referencias no
se tienen que considerar nunca defectos sino todo lo contrario, grandes
virtudes, la referencialidad bien entendida, se entiende, no el plagio
descarado sin mayor aporte.
Aquí la referencialidad se usa de una manera magnífica, sin
complejos y con talento narrativo, sin que merme la originalidad de la
propuesta y jugando con ella para lograr una narración imprevisible, ágil,
inteligente y brillante.
Son muchas las cintas que vendrán a la cabeza al ver “Al
filo del mañana”. Para empezar comentar que toda la película es casi un tributo
a dos de los más grandes cineastas de entretenimiento del cine moderno, Steven
Spielberg y James Cameron.
De Spielberg tenemos infinidad de detalles, desde la
estructura de búsqueda, clásica del bueno de Spielberg, a títulos concretos
como “La guerra de los mundos” (2005) o “Minority Report” (2002), que además
tienen también a Tom Cruise como protagonista. La humanidad como “virus” para
los aliens y la propia historia con invasión alienígena la entronca con la
adaptación de la novela de H. G. Wells. “Salvar al soldado Ryan” (1998) en el
desembarco en la playa, una batalla sin elementos gore ni sangrientos, también
es fácil de recordar.
Con el cine de James Cameron también hay evidentes
paralelismos estéticos e incluso en fases de la trama. Eso sin contar con la
presencia de Bill Paxton. Los exoesqueletos, las naves, la camaradería y testosterona
militar, incluso en las mujeres, son elementos que recuerdan al cine de
Cameron, presentes en “Avatar” (2009) o “Aliens. El regreso” (1986). La eliminación del Omega
recuerda también a la de la Reina Alien en la cinta de 1986. La sangre, como
ácido, de los aliens es un elemento que remite a la mitología de "Alien", como
todos los cinéfilos sabrán, pero más a la primera de Ridley Scott, “Alien, el
octavo pasajero” (1979), ya que en la secuela de Cameron este elemento se omite
y la sangre de los aliens no parece tener nada especial.
Una de las películas que más se han mencionado como
referencia es, evidentemente, “Atrapado en el tiempo” (Harold Ramis, 1993). Revivir un día una y
otra vez es un elemento que ya vimos en la obra maestra de Harold Ramis, en
especial la idea en la que ese día se revivía a pesar de que el protagonista se
suicidara. Los paralelismos son más que evidentes, pero se plantean ciertas diferencias
interesantes. Una diferencia insignificante es que en “Atrapado en el tiempo”
no se daba explicación al extraño suceso que provocaba que el protagonista
viviera el mismo día una y otra vez, en cambio en esta sí que se insinúa una,
el ácido de los alien. Una de las diferencias más interesantes es que aunque en
ambas cintas se trata de un camino de redención, en la que nos ocupa más que una
fábula moral se trata de una reflexión sobre el destino y el error como motor
del progreso, reflexiones ya comentadas, elementos no tan esenciales en la
cinta de Ramis.
“Código fuente” (Duncan Jones, 2011) y el juego con los
viajes en el tiempo, “Pacific Rim” (Guillermo del Toro, 2013) y ese clímax
descendiendo por el agua para poner una bomba que acaba con los extraterrestres,
“Oblivion” (Joseph Kosinski, 2013) y algunos de sus elementos conceptuales,
como la búsqueda de la humanidad en un entorno inhumano, “Starship Trooper”
(Paul Verhoeven, 1997) y las batallas contra los aliens, aunque aquí sin
elementos gore, “Matrix” (Hermanos Wachowski, 1999) y ese mundo “virtual” en el que Cage comete errores, el
cine de Nolan y su idea de las muertes aparentes, como en “Origen” (2010), por
ejemplo… son otros de los referentes que cabe mencionar.
“Al filo del mañana” nos deja, posiblemente, al protagonista que más pronto y más veces muere en pantalla, lo cual no deja de ser una
curiosidad. Una estupenda película que juega con acierto con los atractivos
viajes en el tiempo.
Doug Liman y Tom Cruise nos entregan una película que ante
todo es entretenidísima, basada en el cómic de Hiroshi Sakurazaka, una auténtica gozada que satisface sobremanera,
especialmente en esta época de seriedad y trascendencia algo cargante en este
tipo de cine de evasión. Ágil, amena, con un desarrollo brillante e inteligente
que la hace imprevisible dentro de sus previsibles reglas. Un guión excelente,
un montaje muy brillante, una magnífica dirección y brillantes interpretaciones
para rematar un soberbio espectáculo.
Muy lírico el primer párrafo sobre el amor. Y excelentes reflexiones sobre el error, el aprendizaje y la redención.
ResponderEliminarGran final para el análisis. Enhorabuena.
De las tres, la q más me ha gustado.
Decididamente, buscaré esta peli para verla.
Muchas gracias!!!
Besos,
Tenía que ser lírico si parafraseo a Shakespeare jajajaja.
EliminarMe alegra que te haya gustado, una vez leídas también es la que más me ha convencido de las tres, la que menos la 2ª, era la parte central y era todo más técnico y con los elementos de acción jejeje
Ya me contarás si te gusta. Besos.
Buenas tardes,
ResponderEliminarPues fijate a mi mas que a Shakespeare en eso del amor, me has recordado a Eric Fromm en "El arte de amar", cuando habla de los cuatro elementos del amor y, entre los que incluye el "conocimiento", esa frase tuya de "tiempo y recuerdos como elementos del conocimiento" pero ha hecho volver a ese magnifico ensayo.
La verdad es que, en mi opinion, y aunque me digas que tienes muchos analisis buenos creo que este es el mejor, al menos de lo que he leido hasta ahora, y más teniendo en cuenta que sabes que la pelicula no fue precisamente, para mi, un peliculon. Quiza por ello me ha resultado mucho mas interesante y me has hecho pensar mucho en diferentes escenas. Las tres partes me han encantado, pero esta ultima....de verdad me quito el sombrero....sencillamente sublime.
Un beso fuerte y mi mas sincera enhorabuena genio!!
Pues no había pensado en Fromm, muchas gracias por traer el referente.
EliminarLa verdad es que es un placer ver que cada análisis te parece el mejor porque implica que los vives y te gustan, aunque haya otros tan buenos o mejores jejeje
Muchísimas gracias, Sara. Un beso muy fuerte.
"pero más a la primera de Ridley Scott, “Alien, el octavo pasajero” (1979), ya que en la secuela de Cameron este elemento se omite y la sangre de los aliens no parece tener nada especial."
ResponderEliminarMe temo que ahí te equivocas MrSambo. En Aliens, hay al menos dos escenas (una al regresar al transporte blindado y otra en un ascensor) en que vemos a algún Marine gravemente herido por salpicaduras de sangre Alien (En una de ellas, la sangre del Alien quema a Hicks después de agujerear su armadura) y también hay una escena donde se ve el suelo agujereado por deicha sangre. Respecto a referencias, como ya comenté en la primera parte, creo que esto está más cerca de la novela Starship Troopers que de la película (película que, en mi opinión, es un auténtico petardo)
Es posible amigo Anónimo, pero hay una masacre de aliens y la verdad es que su sangre pinta más bien poco jejeje.
EliminarLa película STARSHIP TROOPER tiene muchos adeptos, no te creas, y también se hace reconocible al ver esta, sobre todo en batalla :))
Gracias por los aportes, amigo.
Amé esta película, la actuación de Tom Cruise es muy buena, el carisma me agradó muchísimo, la historia y la secuencia es fantástica, sin dudarlo Edge of tomorrow es una genial obra que nos saca de todas las historias a las que estamos acostumbrados. Muy recomendable.
ResponderEliminarMe alegra que te gustara, Darany. Un saludo.
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