La película más nominada a los Oscar de este año, junto a “Gravity”,
ha resultado ser una pequeña decepción, una cinta realmente sobrevalorada que
sin ser una mala película no está, ni de lejos, entre lo mejor de este excelente
año cinematográfico.
David O. Russell y muchos de los actores que aquí
participan, con mención especial para Bradley Cooper y Jennifer Lawrence,
parecen tener el favor de la Academia, convertidos en niños mimados. Ya el año
pasado este trío triunfó con la mucho mejor “El lado bueno de las cosas” donde
O. Russell sacó lo mejor de sí mismo y de sus actores, su cualidad más destacada. Aquí
vuelve a sacar lo mejor de sus actores, el punto fuerte de la cinta, demostrando
donde se siente más cómodo el director, desarrollando buenos personajes y
relaciones. El problema es que la historia
es casi inexistente, poco interesante, mal narrada, insulsa e
insustancial, por lo que se cae en gran parte el entramado.
El último trabajo de David O. Russell, por tanto, destaca en
lo que mejor se le da al director pero fracasa en todo lo demás. Esto no
significa que sea un mal trabajo, en absoluto, es una cinta aceptable, con
aspectos interesantes, relaciones y personajes muy bien desarrollados y buenas
interpretaciones, pero el resultado final no pasa de discreto, de correcto. Un
trabajo enormemente sobrevalorado.
Las grandes constantes de O. Russell están presentes,
logradas con variable fortuna. Hay humor aunque sólo funciona ocasionalmente,
hay ternura, ese toque James L. Brooks, pero aparece mucho más matizada y con
cuenta gotas, hay excentricidad, algo desfasada, buenos personajes y relaciones
así como alguna interesante reflexión… Una imprevisible y brillante coherencia
en las relaciones de los personajes.
El director exprime a conciencia a sus personajes y sus
relaciones, algunas francamente brillantes, el problema es que se olvida de la
historia, a veces de forma escandalosa, con tremendos baches narrativos que
paran la trama durante largos minutos debido, entre otras cosas, a la sencillez
de dicha trama, su insustancialidad y vacuidad, estirada de forma exasperante.
“La gran estafa americana” cuenta la historia de dos
estafadores, Irving Rosenfeld (Christian Bale) y Sydney Prosser (Amy Adams), que
tras ser descubiertos se ven obligados a colaborar con la policía para cazar a políticos y hombres de negocios
corruptos o corruptibles. La mentira y el engaño será el alimento esencial de
todos los personajes.
28 de abril de 1978.
Hotel Plaza de Nueva York. El lugar y la fecha donde se inicia la película, que
luego usará un flashback para contarnos como llegamos ahí. Un recurso que
tampoco era necesario.
La primera escena es una de las más divertidas de la cinta, que casi va cuesta abajo desde ahí. Un espectacular y casi irreconocible Christian Bale, con una tripa gigantesca y medio calvo, que tarda una eternidad en camuflar sus carencias capilares, en lo que es ya la primera señal de ese juego de engaños y apariencias que es la película, frente a un espejo con dedicación y esmero. Un retocado de pelo con postizo, pegamento y cortinilla. Un divertido plano que tiene su continuación con la presentación de los personajes de Amy Adams y Bradley Cooper. Alli se comienzan a desarrollar las relaciones entre personajes, las miradas de Adams y Bale que insinúan una relación especial, la rivalidad entre Bale y Cooper, que tiene su clímax en el hilarante momento en el que el segundo despeina el elaborado peinado del primero.
O. Russell tiene otro rasgo estilístico, fetichista casi, con
esos planos que repentinamente se centran en las manos de sus personajes y los
gestos que hacen con ellas. Ya comenté varios ejemplos en “El lado bueno de las cosas” y aquí tenemos más con los personajes que interpretan De Niro o
Christian Bale. Con ello muestra estados de ánimo, nervios, tranquilidad,
seguridad… Hay otros dos ejemplos significativos de esto, el plano de las manos
de Sydney cuando un nervioso Richie habla por teléfono delante suya antes de
proponerle sexo y el momento donde Sydney e Irving sellan su pacto definitivo
cogiéndose, precisamente, las manos y con una panorámica. También veremos en
varias ocasiones las manos entrelazadas de Rosalyn y su ligue mafioso.
Los personajes inseguros, que recurren a fetiches y objetos,
son muy comunes en el cine de O. Russell.
El estilismo es uno de los elementos más llamativos de la
cinta, ya comentaré el asunto de los peinados y pelucas, pero es momento de
destacar el increíble escote que luce Amy Adams durante toda la película, un
escote imposible.
Se prepara un engaño, para ello O. Russell usará el
hitchcockiano recurso de centrar su encuadre en un objeto para darle
importancia vital en la escena, en este caso un maletín. Un engaño y una trampa
para Carmine Polito (Jeremy Renner), personaje al que se nos presentará a
continuación, a él y a su tupé. El expresivo travelling de acercamiento hacia
Amy Adams tras la discusión entre Cooper y Bale es un nuevo detalle en el desarrollo
y dibujo de las relaciones, la fascinación y admiración de ella hacia Bale.
Habrá otro travelling poco después, también hacia Amy Adams tumbada en la cama,
que resalta su amor y también decepción por la marcha de Bale a ver a su
familia. Uno más, también para Amy, cuando Bale habla de salir en parejas con
su mujer y la de Jeremy Renner.
Voces over.
El uso de las voces over comienza siendo curioso pero acaba
convertido en mero fuego de artificio. Será a dúo en un principio, con Bale
hablando de sus orígenes, sus dedicaciones estafadoras y sus negocios, así como
su encuentro con Sydney (Amy Adams). Lo mismo hará ella, aunque centrándose más
en Bale, sus peculiaridades (el imposible peinado y su tripa), y cómo creció su
atracción. El elemento más interesante de estas voces over es que cada uno
describe al otro, no se limitan a hablar de sí mismos, los datos de la
personalidad de cada uno nos los da su pareja, las cualidades que se ven. Como
un diálogo de voces over, bien llevado, que luego no tiene un desarrollo acorde.
Duke Ellington y su Jeep’s Blues, una pasión compartida,
ella comentará que el músico le salvó la vida y tendrá una pulsera de él, será
la flecha definitiva de Cupido.
O. Russell presenta un mundo que se vertebra en la mentira,
para lo bueno y para lo malo, es la esencia misma que lo mantiene en pie. Este
es el elemento conceptual más interesante de la película, aparte de lo que
podamos extraer del desarrollo de los personajes y sus relaciones.
Ambienta la película en la segunda mitad de los años 70 para
plantear la pérdida de inocencia del pueblo americano, dar un trasfondo
histórico a los conceptos de su película, a esa sociedad fundamentada en la
mentira y la falsedad una vez ha perdido esa inocencia. Es por ello que se
mencionarán casos paradigmáticos en esa pérdida de inocencia, el Watergate
(1972), Nixon y la Guerra de Vietnam, que Estados Unidos abandonó en 1973.
Lo interesante es que la mentira como elemento definitorio y
esencial de la sociedad que presenta O. Russell, no tiene un carácter superficial
o simplista, negativo sin más, sino que por el contrario también será usada
para el bien. Por tanto, la mentira lo invade todo para lo bueno y lo malo, a
través de ella se logra la condenación y también la redención.
-Irving Rosenfeld (Christian Bale) se presentará como un
estafador, un engañador, un superviviente, un buscavidas, igual que Sydney
Prosser (Amy Adams). Los negocios del primero, que mientras explica eso en voz
over aparecerá rodeado de cristales en claro símbolo de lo comentado, estarán
muy acorde con esta afición estafadora. Arte falsificado (menciones a
Rembrandt), tintorerías para blanquear…
-Sydney, por su parte, quiere reinventarse, cambiará de personalidad
e identidad para ello, otro ejemplo de falsa apariencia. Una chica muy sexy y
con un estupendo trasero que terminará trabajando en Cosmopolitan y hablando de
los misterios del cunnilingus. También podremos disfrutar de uno de sus pezones
de forma muy sugerida en una escena de cama.
-Tanto Irving como Sydney se definirán como actores y se
referirán de forma constante a los papeles que debe interpretar, a los “papeles
que nacieron para interpretar”. Ella da un nombre falso durante casi toda la película a Richie.
-“Todos nos engañamos de una manera u otra”. Es una frase
que dice la voz over del personaje interpretado por Christian Bale.
-Irving oculta, en principio, que tiene una familia, mujer e
hijo, del mismo modo que engaña a su esposa con Sydney.
-Richie DiMaso, el policía interpretado por Bradley Cooper,
tiene prometida, pero la engañará a conciencia con Sydney, aunque sin lograr consumar,
víctima de su manipulación. Por tanto, también la mentirá a ella y a su familia.
Lo mismo hará con Sydney, a la que le ocultará su compromiso mientras puede.
Vive con su madre y es un hijo cariñoso.
-Todo son relaciones viciadas, manipuladoras, chantajistas,
falsas, faltas de autenticidad. Una sociedad podrida por la mentira y quizá
redimida por la misma.
-Todo el mundo miente a todo el mundo para conseguir sus
propósitos, o lo manipula, chantajea o presiona…
-Las relaciones de amistad son falsas también, el ejemplo
más importante en la película, aunque relativo, lo tenemos en la que se forja
entre Irving y Carmine Polito, donde el primero traicionará al segundo por
presiones. Lo cierto es que esta relación es de las más interesantes de la
película porque la amistad que Irving siente hacia Polito es sincera, y viceversa. Otro
ejemplo lo tenemos con Brenda, un personaje secundario al que usan para
conseguir unos datos fingiendo amistad.
-El juego con las pelucas y los peinados es muy divertido,
horteras al máximo, esclavos de la moda. Vimos a Irving dedicando horas a su
postizo y artificial peinado, veremos a Carmine
Polito con un tupé imposible, a Rosalyn (Jennifer Lawrence) con un elaborado
peinado que despeinará a golpe de melena musical en una simpática escena. Por
último veremos a Richie (Bradley Cooper) haciéndose los rizos en un hilarante
momento. Apariencias.
-Para detener políticos corruptos se recurrirá a engaños y
charadas, con falsos jeques incluidos, donde la mentira es el ingrediente
primordial.
-Polito hablará con Irving sobre la quedada de parejas por
teléfono frente a un espejo, que aquí representa lo contrario que
habitualmente. Él va de cara en un mundo de mentiras, así que el espejo lo representa
como auténtico e ingenuo. El primo.
-Cuando Richie confiese estar enamorado a Amy ésta será
sincera con él y le descubrirá su verdadera identidad… ese será el final de su
relación… Este gesto es el más ambiguo de la película en esta relación a tres
bandas, como si Sydney diese por perdida su relación con Irving y aceptase
entregarse a Richie, o por el contrario considere que esa revelación frustraría
al policía e impediría ir más allá. Así vemos que Richie (Bradley Cooper)
prefiere estar enamorado de la mentira.
-Rosalyn (Jennifer Lawrence) decidirá cargárselo todo contando
medias verdades o mentiras sobre su marido al mafioso que la pretende,
intentando coger otro clavo antes de soltarse del anterior. A ella no le gusta
el cambio, pero hará un esfuerzo. Es una tradicional. También hablará mal del
padre, Irving, a su hijo… “aunque no quiere”…
Es entrañable, en esa mezcla hortera y sentimental que
tiene, la escena de la tintorería con el pase de modelos y la rúbrica del amor
entre Irving y Sydney. Es el inicio de una asociación y una relación,
francamente interesante. Una felicidad retratada con ágiles movimientos de
cámara.
El círculo suele ser un símbolo muy usado por David O.
Russell para retratar el amor, vimos el travelling circular para el beso final
en “El lado bueno de las cosas” y aquí también tendremos un ejemplo similar,
nuestra pareja de enamorados dentro de un perchero eléctrico circular que no para
de dar vueltas en torno a ellos y su enamoramiento. Posteriormente, en una
bonita y algo paródica escena, Bale rememorará ese momento en soledad junto al
perchero.
Madre mía la estética!!! Pfffff…
ResponderEliminarA Chris Bale le va a dar un pasmo. Lo mismo se pone como un esqueleto q cría barriga.
Escotazos de padre y muy señor mío.
Sigo atenta!
Bss
Pintacas! jajajaja. Bale hace la mejor interpretación de la película. Excelente. Los escotes tienen tela. Ya está lista la segunda parte. Un beso
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