Mucho se habla del descenso de la calidad de las últimas
películas Pixar, de cierta crisis creativa por los últimos trabajo de la
productora que parece ha encadenado varios títulos alejados del nivel de sus
grandes obras maestras. “Cars 2” (John Lasseter, Brad Lewis, 2011), “Brave” (Mark Andrews, Brenda Chapman, Steve Purcell, 2012), que a pesar de ser oscarizada no
están entre los títulos más destacados de Pixar, y ahora esta “Monstruos
University”, precuela de una de sus indiscutibles joyas “Monstruos S. A.” (Pete
Docter, Lee Unkrich, David Silverman, 2001) parecen confirmar esta tendencia.
A esto se añade la proliferación de secuelas o precuelas de
sus grandes títulos, que alimentan esa sensación de falta de creatividad, aunque
en algunos casos llegasen a alcanzar lo sublime como “Toy Story 3” (Lee Unkrich, 2010), una de las
mejores cintas de animación de la historia del cine. A las ya conocidas se va a
añadir “Buscando a Doris” como secuela de la imprescindible “Buscando a Nemo” (Andrew Stanton, Lee Unkrich, 2003).
El hecho es que no ha habido ni una sola cinta Pixar
mediocre o mala, las ha habido más flojas, menos trascendentes o inspiradas,
pero todas, como mínimo, simpáticas, divertidas y muy entretenidas, películas
que hacen pasar un indiscutible buen rato. Esto, que para cualquier título
sería suficiente y un elogio, para Pixar no es bastante, en parte por lo mal
acostumbrado que tienen al público, que parece esperar una obra maestra cada
año, como si no costara hacerlas o fuera algo sencillo.
“Monstruos University” no es una excepción, una estupenda
cinta de animación que está indudablemente por debajo de los grandes títulos
que nos ha dejado Pixar, pero que se disfruta sin complejos enormemente. Esta
cinta dirigida por Dan Scanlon sigue un poco la senda de títulos como “Toy
Story 2” (John Lasseter, Ash Brannon, Lee Unkrich, 1999), o “Cars 2”, secuelas que buscan el puro entretenimiento sin más
pretensiones, la diversión y la aventura, con menos inspiración y ambición que
las obras maestras que todos conocemos, pero que en cualquier caso resultan
satisfactorias.
Precuela de “Monstruos S. A.” la historia relata la juventud
de los monstruos más conocidos del último cine de animación y sus estudios en
la universidad, que se enlazaría con la película de 2001.
La cinta se inicia marcando las pautas con un simpático
gag, el de la paloma, lo aparentemente normal se rompe al verla con dos
cabezas, cuernitos y lengua de sapo. Rompiendo con las apariencias, alterando la
normalidad.
A partir de aquí se nos presenta a uno de los protagonistas,
Mike Wazowski, un monstruo poco terrorífico, solitario y marginado por sus
compañeros de colegio, pero con un espíritu indómito, alegre, positivo y
confiado. Una confianza en sí mismo que le guiará toda su vida y le llevará a
no aceptar los límites y las barreras que se le pongan, o le ponga, por
delante. Así lo demuestra saltándose la línea de seguridad que debe respetar la
excursión escolar cuando van a “La Planta de Sustos”. Bien es cierto que las
barreras las superará a base de esfuerzo y sacrificio, tenacidad, aunque algunas veces lo haga infringiendo las normas, como en esta ocasión. Wazowski es un soñador y un
idealista, además de lo mencionado.
Su fascinación por el mundo de los sustos creará en Mike una
vocación instantánea. Su intrépido espíritu le hará cometer una travesura y
vivir una gran y peligrosa experiencia en el mundo real, que a pesar de los
reproches despertará la comprensión de uno de los monstruos profesionales que
le dará su gorra universitaria como recuerdo, fetiche que llevará y guiará a
nuestro protagonista.
Su cara al salir del armario es un detalle magistral que
recalca todo lo comentado.
“Asustamos porque nos importa”.
El mundo de los monstruos va desvelando sus claves, los
asustadores, la energía del grito, competencias universitarias entre la
Monstruos University y la Politécnica del Miedo, las puertas que dan paso a
nuestro mundo, como si fuera “Alicia en el País de las maravillas”…
Los títulos de crédito acelerarán el crecimiento del
personaje, situándolo en la edad universitaria para comenzar el resto de la narración.
Su estado marginal parece no haber variado, pero en la universidad todo irá
cambiando.
El mundo universitario, compañeros, guías, constructores de
puertas al mundo real, el comedor, la Facultad de Sustos, los clubs, las
hermandades, su habitación, su compañero Randy Boggs…
Como toda cinta Pixar habrá momentos para el humor, el gag
del caracol es simpático, rubricándose en la última escena.
James P. Sullivan. El otro protagonista es lo opuesto a Wazowski. Su relación es la típica entre amigos de caracteres contrarios que se pasan la mayor parte del tiempo discutiendo, pero que se aprecian sinceramente y acaban comprendiéndose mutuamente. En este conflicto de personalidades se vertebra su relación y uno de los pilares de la película. Sullivan es egocéntrico, vago, creído, conocedor de sus cualidades, acomodado y confiado en el prestigio de su familia para conseguirlo todo con la ley del mínimo esfuerzo. Lo contrario a Wazowski, vamos. Uno es un asustador que pretende hacerse, un teórico, un técnico, el otro lo es de nacimiento, condiciones innatas. Su unión les hará comprender que todo es necesario, naturaleza y sacrificio. El encuentro entre ambos personajes es un tanto forzado, Sullivan robando la mascota de la Politécnica, que entrará en la habitación de Mike, precisamente… Sullivan sólo querrá aparentar, el prestigio de su familia le abre las puertas de las principales hermandades, un prestigio que luego deberá mantener, pero para ello hace falta trabajo, algo de lo que no es muy amigo. Habrá una buena broma cuando Sullivan use un libro para nivelar una mesa de ping-pong que cojeaba, en vez de para estudiar y rivalizar con Wazowski en el plano teórico, como parecía.
Mike Wazowski es
trabajador, responsable y tenaz, pero no tiene habilidad natural para el
susto. Sullivan es un golfete que quiere divertirse porque piensa que con su
don natural lo tiene todo hecho.
En clases se nos presentará a otro de los personajes
importantes de la historia, una siniestra profesora de gran reputación porque
logró el grito más sonoro de toda la historia. La decana Hardscrabble. No
faltará el Gaudeamus Igitur en la banda sonora.
El enfrentamiento entre los dos protagonistas, su rivalidad,
los méritos académicos de Wazowski y la habilidad innata de Sullivan, será el
tema central de esta primera parte del film. Envidias y egos que desembocarán
en el accidente con el “conserva gritos” donde está el de Hardscrabble y que
desencadenará la evolución de la relación y los personajes. En un principio
Sullivan impondrá sus habilidades, pero el esfuerzo de Wazowski marcará
diferencias en el plano teórico. Se hará valer gracias al estudio, incluso
tornará los halagos de los profesores, que antes eran para Sullivan. La colaboración va aproximándose. Algo
que llegará tras los exámenes y su expulsión por el mencionado accidente.
La apariencia es importante en la película, la de Wazowski
no da miedo, aunque él se engañe a sí mismo con ese exceso de autoconfianza.
Esto es divertido, porque aquí se valora la mala apariencia, la fealdad. Se
busca ser lo más feo y terrorífico posible. Wazowski es casi encantador, aunque
todos los muñecos Pixar lo sean un poco, y esto limitará y mermará la confianza
de nuestro protagonista y definirá la opinión del resto, que tendrá la
antítesis en Sullivan, de aspecto feroz y eficiente, un talento innato para los
sustos. Wazowski tendrá que romper esa imagen preconcebida para darse a valer.
Recordemos a este respecto el primer plano de la cinta con las palomas monstruosas,
que pretendía, precisamente, esto que menciono, romper con la normalidad y las
apariencias.
La colaboración entre Sullivan y Mike es obligada y
necesaria para que cada uno supla las carencias del otro. De hecho la expulsión
es una consecuencia de la rivalidad y enfrentamiento que provocan las
habilidades que tienen cada uno y que les faltan al otro. Habilidades innatas y capacidad
de sacrificio y esfuerzo, además de otros talentos, respectivamente.
“Meritocracia”, esfuerzo, talento natural, legado familiar…
son temas importantes en la película y en la descripción y relación de los
personajes. Los dos buscan ser aceptados, la aceptación, Wazowski de forma
generalizada y a través de su esfuerzo, sacrificio y saber hacer como
“Asustador”, y Sullivan en su hermandad. Finalmente buscarán ser aceptados cada
uno por su amigo.
Reciclados al programa de construcción de “Conserva Gritos”
tras la expulsión, ironías de la película, el ambicioso y decidido Mike
encontrará una salida en Los Sustijuegos. Un juego entre hermandades para
demostrar sus habilidades como Asustadores. Para ello debe pertenecer a
una hermandad. Así se inicia la anunciada colaboración entre los dos
protagonistas y se nos presenta a unos nuevos personajes, francamente
divertidos en muchos casos, los de la hermandad que los acepta.
Esta forma de colaboración puede resultar algo forzada, pero
en las cintas de animación esta forma de hacer las cosas, casi ilógicas y
forzando las situaciones al máximo, son comunes. Wazowski y Sullivan entrarán a
pertenecer a la misma hermandad, ya que el talentoso monstruo fue rechazado en
la hermandad de los “exitosos” por su expulsión. Randy Boggs será el sustituto
de Sullivan en ella.
Art, Squishy, Don Carlton y Terri y Terry Perry, son los
miembros de la OK (Oozma Kappa). Puros, inocentes, infantiles, entrañables... lo
opuesto a un asustador... en principio. Parecen más peluches que monstruos, pero
las apariencias engañan y con esfuerzo… Lo cotidiano interrumpirá la ceremonia
de iniciación en esa sui generis hermandad, con la madre de Squishy entrando a
poner la lavadora, una madre muy simpática. La relación Sullivan-Wazowski sigue evolucionando, ya que compartirán habitación, primero con una rivalidad enfermiza
dentro del grupo y luego con la irremediable colaboración. Una evolución
básica, maduración. En este sentido veremos cómo las primeras pruebas del juego son superadas por nuestro equipo por pura suerte, sin ningún mérito, lastrados por la rivalidad de los dos protagonistas, pero a partir de ahí la cosa
cambiará, con la colaboración.
Es simpática la broma acerca del milagro que posibilita que
nuestros amigos sigan en la competición tras la primera prueba.
“Mamá, ¿podemos quedarnos hasta tarde?”
“¡Yo quiero tocarlos!”
Nacho:Muy comica Mr sambo aunque me gusto mas la secuela.
ResponderEliminarSin duda, la original es mucho mejor!
EliminarNacho:Tienes toda la razon.
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