sábado, 10 de agosto de 2013

CINDERELLA: Long Cold Winter (1988)











Jon Bon Jovi además de ser un talentoso músico y compositor también demostró habilidades como cazatalentos, grupos como Skid Row, Crown Of Thorns o estos Cinderella pueden dar buena fe de ello. Gracias a su mecenazgo estos talentosos grupos encontraron su camino en las décadas de los 80 y 90, la época dorada para la música que hacían, Hard Rock, donde cada uno puso su sello personal.

Bon Jovi los descubrió en 1985 y en el 86 publicaron con Mercury su primer álbum, un disco que tuvo muy buena acogida, 3 millones de discos vendidos, y que no se sale un ápice de los parámetros del Hard Rock ochentero que se estilaba en esa época. Un disco algo sobrevalorado ya que en líneas generales resulta reiterativo, convencional, encorsetado en las reglas habituales de los trabajos de los 80, especialmente porque si bien la contundencia y sabor estaban presentes, sus melodías y estribillos apostaban por la repetición y la estructura típica y convencional de repetir hasta la extenuación el título del tema, o como variante repetir el título y añadir un diálogo del coro o una simple frase, pero sin melodía reseñable, tan sólo ritmos pesados y contundentes como rasgo más significativo. Esto no evitó que hubiera buenas melodías, como la de la balada “Nobody’s fool” o que temas como “Shake me” gustaran mucho, clásicas canciones del Hard Rock ochentero. Temas directos y cortos.


Ese “Night Songs” (1986) es un hijo de su tiempo, recordemos que “Poison” se estrenaron el mismo año. Sin lugar a dudas y aunque todos estos detalles están en el debe, ya se intuía un sabor y un feeling que podía ser interesante y que sería lo que el bueno de Jon Bon Jovi vio en ellos. Un sonido profundamente americano.  No se confundió.

Si algo llamó la atención del grupo, pieza clave y distintiva del mismo, es la aguda y desgarrada voz de Tom Keifer, semejante a un minino de garganta alcoholizada. Aguda, desgarrada y algo arenosa. Es su voz lo que hace de Cinderella un grupo con un sentimiento excepcional, auténtico, genuino y personal.

Con su siguiente obra, que es el disco que nos ocupa, llegó la transformación. “Long cold winter” es una rareza y una evolución poco valorada en la historia del Hard Rock, un álbum de matices y ricas influencias que se desmarcaba tan aguda y brillantemente de las tendencias de moda, manteniendo aspectos de ellas, que seguramente por ello no se valoró en toda su inmensidad esta dimensión. El sonido auténtico y americano fue sublimado apartándose en líneas generales de esquemas estrictos e incluyendo de forma decidida una marcada influencia blusera. Además la madurez de las composiciones se hace evidente y patente, melodías mucho más elaboradas y de gusto, sin perder la fiereza rockera, ese cierto toque Jovi que las hizo más accesibles. Así se aprecia en el sonido de los nuevos Cinderella la influencia de los Led Zeppelin o incluso AC/DC o Aerosmith. Melodías más desarrolladas, estribillos con gusto, largos, temas rítmicos, uso de acústicas, temas lentos y medios tiempos salpicando el trayecto… una auténtica joya llena de feeling, sentimiento autentico, sabor americano… un Rock bien curado. Todo eso es “Long cold winter”, una auténtica joya del Hard Rock de tintes clásicos pero con los elementos mencionados en su justa medida y perfectamente integrados. Todo ello hace de este disco su indiscutible obra maestra, una pequeña joya de gusto. La voz de Keifer además adquiere nuevos y variados matices, lo que enriquece aún más un disco de por sí enormemente rico.


La posterior trayectoria de Cinderella mantendría estos parámetros con el toque blusero, discos de gran calidad tanto en los temas duros como en los más lentos, donde hacen auténticas delicias. La lástima es que sólo llegaron dos álbumes más, los estupendos “Heartbreak station” (1990) y “Still climbing” (1994), el último algo más flojo pero con algunos temas excepcionales, como por ejemplo esas descomunales baladas que son “Through the rain” y “Hard to find the words”.





Además fueron incluyendo toques sureños en ese sabor rockero clásico de toda la vida, así que quizá puedan venir a la cabeza en alguna ocasión los Lynyrd Skynyrd o los ZZ Top… incluso los Eagles de lejos, por ejemplo.

Long cold winter” tiene todos los ingredientes que han hecho de Cinderella un grupo puntero del Hard Rock de los 80, además de la sorpresa que supuso su evolución y madurez en apenas dos años. Un disco que suena a clásico, tremendamente actual, que podría publicarse el próximo año. Rock, Blues, una voz personal, una exquisita sensibilidad, una poderosa contundencia, variedad y estilo propio. No se puede pedir más.

Tom Keifer a las voces y a la guitarra de acompañamiento, Jeff LaBar en la guitarra principal, Eric Brittingham al bajo y Fred Coury a la batería.






Bad Seamstress Blues: Sensacional intro blusera que va de menos a más en intensidad, armónicas y cuerdas añejas, puro sabor americano clásico y vaquero que irrumpirá de forma magistral en el primer tema del disco.

Fallin’ Apart At The Seams: Puro Hard Rock de riffs añejos y voz aguda y rasposa con buenos coros dando el contrapunto melódico a tanto sabor blusero y clásico. Un puente muy melódico vertebrado en los coros y un estribillo excepcional con diálogo entre la peculiar voz de Keifer y los coros, en lo que acaba resultando un gran estribillo. Auténtico Hard Rock clásico de toda la vida con esencia melódica y blusera. Para saborear con un copa… y brincando. Las influencias mencionadas muy presentes, AC/DC, Lynyrd Skynyrd o Aerosmith, por ejemplo. Detalles de percusión al retomar las estrofas y dirigirnos en perfecta progresión al puente con coros predominantes y el sabroso estribillo, compendio de la esencia de Cinderella. Tras el segundo estribillo parón para los momentos instrumentales, slide en la guitarra y solo también tremendamente blusero y rockero, autenticidad en cada nota. Retomamos la línea del estribillo de camino hacia el final, con la guitarra sobresaliendo y acompañando a los coros y la voz de Kiefer. Un gran tema para meternos en faena.


Gypsy Road: Uno de los hits del grupo, un temazo de Hard Rock con mucho toque melódico ochentero, que es una gozada desde que el riff comienza a marcar las notas y la batería lo acompaña potente en su recorrido por las primeras estrofas. Gran puente que deja en bandeja un estribillo soberbio, adictivo e imprescindible dentro del género, uno de los grandes clásicos que el grupo dejó en la década de los 80. El juego de coros siempre presente y el riff como transición obligada para retomar las estrofas. Un tema donde todo tiene sabor y matices, todas las estrofas, el puente y el estribillo, inflexiones vocales, riffs de categoría y una base rítmica poderosa. Saliendo del segundo estribillo nos espera una estrofa de melodía variada con muchos coros y mucha melodía, perfecta introducción a un solo de guitarra puramente rockero, de un clasicismo absoluto. Parón con el estribillo omitiendo la parte de los coros y la instrumentación bajando el tono para recuperar el tema con toda la contundencia conocida del grupo y del estribillo. Alardes de Keifer, que se gusta con las improvisaciones y juegos vocales mientras el estribillo se vuelve loco hacia el final. La guitarra hará acto de presencia también al final para que no nos olvidemos de ella, sumándose brillantemente a la fiesta. Uno de los mejores temas del grupo.

Don’t Know What You Got (Till It’s Gone): Una de las mejores baladas escritas en la década, una power ballad con todo el sentimiento del Blues y la pasión del Rock, con una melodía y ejecución que conmueve desde que empieza hasta que acaba. Desbordada de sensibilidad, es un canto desgarrado al amor como se han hecho pocos. Una de las grandes baladas de la historia. La belleza de las notas del piano ya pone en situación y en la certeza de que estamos ante algo espectacular. Las acústicas se suman enseguida para dar paso a la aguda, y en esta ocasión romántica, voz de Keifer, que va deshaciendo las notas en los oídos. El puente con la entrada de la batería no puede ser más sobresaliente, inconmensurable, un estribillo antes del estribillo, como la antesala de un llanto incontenible. Un llanto convertido en estribillo, la traducción del pesar de un corazón herido, nostálgico, pesaroso, roto. Un estribillo antológico. Cuando retornan las estrofas, secando las lágrimas de recuerdos demasiado vívidos, nos acogen en su manta melódica y confortable. El lirismo de todo el tema es sublime, excepcional, con momentos durante su audición que arrebatan. La vuelta al estribillo, doloroso, vuelve a ser un paradójico placer, se siente el desgarro de la misma forma que disfrutamos del sentimiento de la melodía. Estrofa variada como introducción a un estupendo solo de guitarra que vuelve a derramar toneladas de sentimientos por sus cuerdas. Cuando abandonemos la compañía de la guitarra regresará el estribillo, resignado en su desazón y ansioso de paz y deshago, un desahogo melódico que se hace más intenso en la voz de Keifer en esa parte final, entregándose a sus sentimientos y dejándose el alma en la entonación de cada nota. Todo lo que yo pueda decir es poco y cuando el tema nos abandona con la melodía que siguen la batería, el piano y la guitarra el poso que deja es inolvidable y duradero. Una joya indiscutible, oídla con calma, os entusiasmará.

The Last Mile: Otra joya, de inicio lento con guitarras melódicas el riff rockero irrumpe por sorpresa, como quien aparece en su propia fiesta sin saberlo. Estrofas de puro Hard Rock clásico, alegre y fiestero y un poso profundo, como toda la música del grupo, de enjundia, nostalgia, sensibilidad y sentimiento. Un gran estribillo, precedido de un notable puente muy en la línea de las estrofas anteriores, vertebrado en los melódicos y suaves coros que dialogan con la áspera voz de Keifer. La transición con riff y batería no puede ser más básica y clásica, ejemplo puro de Hard Rock, además se añaden toques solistas para adornar. Nuevas estrofas de Rock perfectamente curado, sabor auténtico contrastado con los melódicos coros del estribillo, contraste añadido con la voz de Keifer, dura y desgarrada, aguda. Estrofa variada para introducir el solo, muy melódica. Buen solo con los mismos patrones que los anteriores y transición con el riff, la batería y los coros del estribillo. Puente y caída en picado hacia el estribillo, directos al final, con armonías de la guitarra solista que aumentan el contraste y también el sentimiento. Buen Hard Rock de elementos muy melódicos.

Second Wind: Trepidante riff pidiendo a la batería que lo acompañe, a lo que la base de ritmos no se podrá resistir, un coche sin frenos con forma de guitarras poderosas, caja frenética y bombo contundente. El puente acaba resultando mucho más melódico llegando a un estribillo que cambia el tono, haciendo la melodía más pesada y contundente con una irrupción final que devuelve la velocidad a los ritmos. Se cambian, por tanto, los tópicos, reduciéndose la velocidad al llegar el estribillo. La guitarra y sus distorsiones simulando un wah wah nos dan paso a las nuevas estrofas y la repetición de la estructura en este viaje sin frenos, con el cambio de tono en el estribillo incluido. El solo de guitarra entra con fuerza y contundencia, un gran solo desmelenado y agresivo, poderoso y breve. Puente y estribillo a la salida del solo y parón con matices guitarreros, cambios de ritmos y jugueteos a lo Led Zeppelin. Armónicas añadiéndose a la fiesta y sabor auténtico, gritos orgiásticos que nos vuelven a trasladar a los Zeppelin para despedir el tema con buen sabor de boca. Original tema.

Long Cold Winter: El tema que da título al disco. Ritmos de puro Blues con una guitarra llorosa y una batería cadenciosa y apenada. El Blues en su raíz más evidente e instrumental, con una gran guitarra solista. Una brillantísima introducción a la voz rockera de Keifer, un tema musicalmente blusero cantado por una voz rockera al máximo. Auténtico placer añejo, autenticidad y sabor a raudales. El tema más largo del disco. Keifer modulando más, dejando que su voz vibre de forma distinta, sentida. Tremendo tema lento. La estrofa que se sucede tras el primer estribillo es extraordinaria, con una ejecución de Keifer maravillosa, así como todo lo que viene después. Pone los pelos de punta, el sentimiento rockero enraizado en el Blues. Tras el segundo estribillo la entrada de la guitarra para su solo es sublime, una pieza extraordinaria. Deléitense con la música de verdad y la autenticidad de un grupo que pone el alma. Un solo largo y virtuoso. Keifer recoge el testigo para deleitarnos con más frases en su personalísima voz, repleta de improvisaciones y sentimiento desbordado. La pena en un largo y frío invierno. La parte final será también para la guitarra, tan protagonista en el tema como la voz principal, con otro solo triste y espléndido. Recomendadísima para los rockeros más bluseros.


If You Don’t Like It: Volvemos al Rock contundente Una locomotora arrancando con los platos latentes esperando más compañía, guitarra de vibrato insinuante y el riff al rescate para la explosión hardrockera. Buena introducción llena de riffs, detalles de guitarra y batería rotunda. Estrofas iniciales rápidas, frenéticas, al ritmo de la locomotora rítmica, llevándonos directas al puente, al que se sumarán los coros, y la melodía se hace más marcada. El estribillo es un clásico de los 80, diálogos entre voz principal y coros, donde estos últimos recitan el título del tema mientras Keifer contesta con distintas estrofas. Sin excesiva melodía es un tema hardrockero con grandes virtudes y detalles, un gran puente y un solvente estribillo. Transición con la base de ritmos e intervención solista de la guitarra. Las rápidas estrofas vuelven a aparecer hasta llegar al más pausado puente repleto de coros y al estribillo de clásico estilo ochentero. Solo de guitarra contundente y con diferentes tonalidades, un diálogo guitarrero. Transición melódica de detalles de guitarra, su vibrato especialmente, y vuelta al estribillo que se repetirá hasta el final con la variación de las armonías de guitarras que se añaden en el clímax. Buen tema pero de los más tópicos y menos llamativos.

Coming Home: Otra de las grandes gemas que nos regala esta genialidad de álbum. Melódicas acústicas introducen a una voz menos grave, distinta a la que Keifer nos tenía acostumbrado, un inicio portentoso. Estrofas bellas y de gran sentimiento por parte de un Keifer que parece capaz de cualquier cosa. El puente no puede ser más brillante, un puente donde se añaden los coros y la batería, aumentando la intensidad de la melodía. Por si la sorpresa y el placer fuera poco la siguiente estrofa, tras un breve lapso, convertirá de nuevo la voz de Keifer, que volverá a su tono agudo y rasposo para deleitarnos con otros magistrales momentos melódicos. El sentimiento del grupo no tiene límites en este disco, expuestos, abiertos en canal. Llegaremos al puente que parecía el estribillo, pero contra todo pronóstico y volviéndonos a sorprender, se añade el estribillo verdadero. Transición con detalles de piano y melodía de acústicas y también de eléctrica, que desemboca en otra melodía instrumental. Grandísimos detalles y composición, siempre sorprendiendo y siempre acertando. De nuevo las estrofas en voz más grave pero fundiéndose pronto con la aguda. Esto dará paso a la parte final con improvisaciones y multitud de detalles musicales de calidad, de piano, de guitarra y con coros e improvisaciones vocales. Una parte final de toques góspel que vuelve a sorprender en la estructura y la melodía, siempre saltando con originalidad y virtuosismo, sublimando el matiz como recurso de una melodía extraordinaria. Un temazo de insultante talento, no será raro que sea tu favorito o uno de ellos, absolutamente inconmensurable. Imprescindible.

Fire And Ice: Riff a todo poder y caja encañonándonos desafiante, marcando los tiempos, otro inicio poderoso. Riffs potentísimos y batería pesada. La voz de Keifer modula con bastante melodía mientras se encamina hacia el puente donde entran los coros de apoyo presentando el estribillo, que vuelve a repetir estructura clásica, coros recitando el título del tema y estrofa extra de Keifer. La estructura se repetirá para caer en una estrofa distinta, que como suele ser habitual introduce el solo de guitarra, breve y agresivo. Parón, pausa tras la tormenta, pero sólo es el ojo del huracán. El bajo presente, la guitarra insinuante, susurros ansiosos, coros lejanos… el huracán. Estribillo estirado y repitiéndose hasta el final del tema, esperando a la guitarra que se une en el clímax. Otro buen tema representante de las convenciones ochenteras menos llamativas. Es el sabor y la autenticidad de los elementos del grupo, su ejecución, la voz de Keifer y la forma de tocar, lo que eleva estos temas del grupo con respecto a otros.

Take Me Back: Nos despedimos con el tema más corto del disco. Inicio de percusión con mucho toque en el cencerro y entrada del riff con mucho slide, tremendamente rockero, pero donde nunca se pierde la esencia blusera, imprescindible y presente en todos los temas. Las primeras estrofas ya definen una melodía muy marcada que se va desarrollando ejemplarmente por el puente. El estribillo es excelente, con la misma estructura que los anteriores, la diferencia radica en que la estrofa de Keifer que contesta a los coros que recitan el título del tema es más larga y va desarrollando una melodía en sus distintas intervenciones, lo que acaba redondeando un estribillo largo y de progresión melódica. El sabor de las estrofas es absoluto, con una melodía sensacional y el juego del riff que la complementa, haciendo de ellas joyas rockeras para los oídos más exigentes. Puente que es consecuencia perfecta de la melodía y vuelta al estribillo, donde Kiefer alargará la última nota para introducir el solo de guitarra de slide, que da paso al riff como transición al estribillo que despedirá esta genial obra. La intensidad sube, el estribillo gana enteros, aún más. La guitarra aparecerá con fuerza para ganarse su parte de gloria en el adictivo estribillo. No se puede acabar dejando un mejor sabor de boca. Otro temazo.


En los títulos de crédito podemos ver agradecimientos a Richie Sambora o Warren DeMartini, guitarristas de Bon Jovi y Ratt respectivamente. También aparece Cozy Powell, que colabora tocando la batería… entre otros muchos.

Todo el regusto de lo clásico, el sabor de lo auténtico, la esencia del Blues dentro del Rock como padre de éste, lo podemos disfrutar en esta majestuosa obra de Hard Rock. Uno de los grandes referentes del estilo, algo infravalorado pero siempre presente para los más exigentes oídos rockeros. Otra obligada recomendación.



4 comentarios:

  1. Gelou, master.

    Aquí, acabando las fiestas de Huesca.

    Me he visto esta tarde una peli que recomendaste, "Siete psicopatas", realmente buena. 8/10.

    Y después de leer tu crítica, me doy cuenta de que lo que mas me ha gustado es el guión, realmente original, en un tiempo acostumbrado a pelis que solo brillan por los efectos especiales. Pelicula hilarante, tarantiniana totalmente, y con buenas actuaciones. Me quedo con Walken, y sobre todo, con Sam Rockwell, vaya papelón.




    Por cierto, me ví el otro día Guerra mundial Z. Buena peli, pero me dá la sensación de que había material para mucho mas. Algo que me quedó totalmente claro cuando leí el libro, realmente cojonudo. Espero que haya secuela y esta esté basada en el libro, una gratísima sorpresa.

    Acaba bien estos días, master.

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    1. Hola amigo mio, me alegra que lo estés pasando bien por allí. Aquí andamos descansando un poquillo.

      Tenía sus riesgos SIETE PSICÓPATAS, a algunos les gusta mucho y otros la odian jajaja, satisface que seas de los primeros, gran guión y grandes actuaciones.

      He leído críticas negativas a GUERRA MUNDIAL Z de los más puristas por alejarse del libro e inventarse el comportamiento de los zombies, que poco tiene que ver con el de la peli... Espero verla pronto.

      Un saludo Taillon.

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  2. Enorme entrada dedicada a los Cinderella y a Long Cold Winter en particular. Gran álbum.

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    1. Muchas gracias King, me alegra que te guste tanto la entrada como el álbum. Un saludo amigo rockero.

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