Existía cierta expectación entre los cinéfilos por saber que
depararía esta cinta sobre el genio inglés, también algo de resquemor. Siempre
es un placer que traten temas y personalidades tan queridas por los
aficionados, pero existe el miedo de que se vulgaricen o se haga alguna
mediocridad, algo que sucede con excesiva frecuencia.
La cinta se inicia con un buen detalle metalingüístico, con
el personaje de Hitchcock, interpretado por Anthony Hopkins, presentándonos e
introduciéndonos en la película de la misma forma que lo hacía con los
episodios de su serie de televisión o publicitó la propia “Psicosis”, todo ello
en la granja de Ed Gein, el personaje que inspiró la obra “Psycho” de Robert
Bloch, donde le vemos cometer un crimen.
Estamos en 1959, 8 de julio, estrenando “Con la muerte en
los talones”. Hitchcock es el director más afamado del mundo, el de más éxito,
pero para los productores no será suficiente, su poca visión y conservadurismo
les hace apostar por la repetición. Hitchcock es una mina comercial y los
estudios están contentos mientras dé un tipo de películas que no se alejen de
lo que ya ha demostrado ser un éxito, algo con lo que un artista no traga,
incluso estando tan pendiente del público como Hitchcock. Este es el
planteamiento inicial del film. Tras el éxito de “Con la muerte en los talones”
(1959), nuestro protagonista quiere hacer algo distinto, más arriesgado, en
contra de las ideas de los productores que quieren algo parecido al éxito
reciente. El director más famoso de la historia, como lo definen.
Ya en la intimidad veremos al excéntrico Hitchcock junto a
su mujer relajándose en la bañera, leyendo críticas a sus películas y
observado, como buen director y voyeur que es, a su mujer semidesnuda a través
de un espejo, la mirada desviada de cineasta. El detalle de las toallas con sus
iniciales, A.H, es simpático.
Para los cinéfilos la lista de nombres y detalles sobre la
gestación de “Psicosis” que aparece en la película es un placer, otro tema es
el desarrollo dramático y de los personajes, donde la película no llega ni a rascar la
superficie. Así veremos como el gran Hitchcock lee quiénes son sus sucesores,
los “nuevos Hitchcock”. Ya se sabe que cuando alguien destaca mucho le buscan
sucesores todos los años… imaginativas resurrecciones… Jules Dassin,
Henri-Georges Clouzot, Claude Chabrol, son los nuevos maestros del suspense.
Grandes directores, de hecho.
Hitchcock se mostrará algo insatisfecho, su éxito no es
suficiente y está algo pesaroso por las críticas, que también se quedaban en la
superficie y jamás terminaron a entender la grandeza del genio inglés, su edad
y su corpulencia… además de ciertos celos por la relación de su mujer con Whitfield
Cook.
Veremos unos pajaritos como decoración en el despacho de
Hitchcock, donde lo afeitan, como los habrá en “Psicosis” y en otra de sus
obras maestras, “Los pájaros” (1963). De hecho los pájaros aparecerán en muchas ocasiones, sobre todo en la decoración, como los pintados en la lámpara del despacho del maestro. Allí se hablará de algunas curiosidades
que apreciarán los cinéfilos, la tercera oferta para dirigir “El diario de Ana
Frank” con la que Hitchcock bromeará al ser consciente de lo que esperaría el
público de una película suya y que, por supuesto, no encontraría en esa; o la
de la MGM para hacerlo con “Casino Royale”, de Ian Fleming, protagonizada por
Cary Grant, a lo que el director alegará que él ya había hecho eso…
Efectivamente, Hitchcock se anticipó a los Bond y a los seriales de detective y
acción, incluso a los de aventuras, que tienen el mismo planteamiento, sólo
cambia lo accesorio y los entornos exóticos, como serían los Indiana Jones,
algo que también fue avanzando Fritz Lang con sus seriales en Alemania de
entornos exóticos, otro de los puntos en común entre ambos directores, ambos
muy aficionados al serial. “Con la muerte en los talones” (1959), es el más
claro exponente.
Son muchos los detalles que nos recuerdan a “Psicosis” de
manera tangencial, además de los mencionados pajaritos podemos comentar el
agujero por el que Hitchcock espía el camerino en el que se desnuda Vera Miles
(Jessica Biel), que recuerda a lo que hacía Norman Bates con Marion. Un picado
al entrar Hitchcock en su casa nos recordará también la casa de Norman
Bates y el uso de esa misma posición de cámara.
Lo veremos mirar por la ventana, casi oculto, a una chica
que pasea, como en “La ventana indiscreta” (1954). Un observador nato, un
voyeur, un director de cine puro.
Alma (Helen Mirren), intentará colocar el guión de su amigo
Whitfield Cook (Danny Huston), pero el bueno de Hitchcock parece decidido con “Psicosis”, a lo
que se añaden los celos crecientes.
La narración irá intercalando imágenes de Ed Gein, el
asesino que inspiró la novela “Psycho”, mostrando la paulatina obsesión del
genio al sumergirse en su obra. Un diálogo entre la realidad y la creación de
ficción que no acaba de funcionar, bastante intrascendente. En ocasiones
veremos al psicópata ejercer de psicólogo del director, tratando sus impulsos y
obsesión por las rubias. En otra ocasión Hitchcock soñará con Gein y el cadáver
de una chica en la bañera, como en “Psicosis”. Un recurso que aporta poco.
Todas estas pesadillas e inseguridades conforme avanza en el
proceso creativo de “Psicosis” se manifiestan en su vida personal.
Con “Psicosis”, Hitchcock parece encontrar el reto que
buscaba, una historia truculenta, que no daría para mucho más que una cinta
vulgar de serie B, poco sutil, a la que dar la vuelta y convertirla en un
título que diera dignidad al denostado género de terror. ¡Vaya si lo consiguió!
Uno de los aspectos más comentados de “Psicosis” será
debatido por el matrimonio. Hitchcock se mostrará orgulloso por su ocurrencia
de matar a la protagonista a mitad de película, pero su mujer subirá la apuesta
proponiendo que lo haga a la media hora. Esto satisfará al maestro y volverá a
dejar a su mujer casi como el verdadero talento.
Toni Collette interpreta a la secretaria de Hitchcock, Peggy
Robertson. El camaleónico Michael Stuhlbarg, visto en “Men in black 3” (Barry
Sonnenfeld, 2012), “Lincoln” (Steven Spielberg, 2012) o “La invención de Hugo”
(Martin Scorsese, 2011), interpreta al agente del director, Lew Wasserman. Como
sorpresa tenemos la aparición del gran “Karate Kid”, Ralph Macchio,
interpretando a Joseph Stefano, el guionista de “Psicosis”.
Alfred Hitchcock conocía al público y a la industria como
pocos, un genio visionario que se adelantó a su tiempo y fue tremendamente
incomprendido, ya que su inabarcable universo pasó prácticamente inadvertido
bajo sus tramas de suspense. No comprendieron ni su dominio del lenguaje
cinematográfico ni todo lo que había debajo de él. Pero además de esto fue un
maestro y pionero en el uso del marketing. En la película se muestran algunos
de los trucos que usó y las innovaciones para crear cebos y expectación. Comprará
todos los ejemplares del libro “Psycho” para que nadie pueda leer su final y
así sorprender más. Quería hacer algo que no se hubiera hecho antes, aunque H.
G. Clouzot ya había hecho cosas similares con “Las diabólicas” (1955), como
advertir de que no cuenten el final.
El conocimiento del público, su deseo de morbo, lo
ejemplificará Hitchcock al mostrar fotos de las tropelías y horrores de Ed
Gein a una concurrencia, que criticará las imágenes y no pondrán buena cara,
pero…
“Pero no pueden dejar de mirar, ¿cierto?”.
Habrá citas más o menos explícitas a diversas películas del
maestro, he mencionado unas cuantas ya, otras como “Falso culpable” (1956) o
“Vértigo” (1958) son puestas como ejemplo por el productor de la Paramount de
fracasos de Hitchcock, ejemplos de lo que ocurre cuando quiere hacer algo
distinto. Hoy “Vértigo” está considerada una de las mejores películas de la
historia y “Falso culpable”, una cinta compleja y alejada al tópico
hitchcockiano pero fiel a sus constantes, una obra maestra. Los productores
quieren más de lo mismo, otra “Con la muerte en los talones”. Estas
dificultades llevarán al director a tomar la decisión de financiarla él mismo. Las dudas sobre el proyecto, la relación con la televisión del director y su
edad, además del conservadurismo, son algunas de las causas de las reticencias
de la productora. Así, de alguna manera, “Psicosis” supone una vuelta a la
pureza del creador, al riesgo, a la libertad absoluta, creatividad sin límites,
los mismos sentimientos de los inicios poniendo su propia casa como garantía.
“Psicosis” como cinta liberadora y catártica. Al menos logrará que la Paramout
sea distribuidora.
“Nos comerán los cuervos”… ¿Quizá los de “Los pájaros”
(1963)?
Se retratarán todas estas vicisitudes para llevar a buen
puerto el film, peleas con productores, censores, incluso obsesiones con su
propia mujer… pero a la vez el director sacará partido a todo, como una esponja. Al
psiquiatra del guionista; al pasado, el sentimiento de culpa y la sexualidad de
Anthony Perkins… Perkins nos dejará otras referencias a cintas de Hitchcock,
las que tienen un componente homosexual latente como “La soga” (1948) o
“Extraños en un tren” (1951).
En una conversación con su mujer, Hitchcock mencionará
“Alarma en el expreso” (1938), y el amigo de Alma, el guionista Whitfield Cook, escribió “Pánico en la escena” (1950) así como participó en “Extraños en un
tren” (1951), como otras referencias a cintas del maestro.
Hitchcock hacía películas para el gran público, asumibles
por él al tener su complejidad soterrada, pero aquí se mostrará cierta
frustración en el personaje por el poco reconocimiento que tuvo a nivel crítico
y de premios…
Más guiños para cinéfilos, veremos u oiremos hablar de Anne
Baxter, Doris Day, Eva Marie Saint, Kim Novak… Grace Kelly.
Vera Miles comparará a Hitchcock con el James Stewart de
“Vértigo”, para ella son la misma persona. Janet Leigh, por su parte, lo comparará
con Orson Welles.
“Comparado con Orson Welles es un encanto”.
“Siempre está observando”.
La cinta da el pego para iniciarse en la figura de
Hitchcock, recurriendo al tópico y al cliché que se ha creado del director,
pero no satisfará a los más cinéfilos ya que no se muestra nada de lo que hacía
genial al maestro, ni desde el guión, superficial, ni desde la puesta en
escena, plana. El más interesado en su figura quedará decepcionado por la
colección de tópicos que pueden oírse en cualquier resumen de un telediario sobre el
director, están muchas de sus peculiaridades, pero todo tratado como una ligera
brisa. Tampoco hay tensión dramática, aunque tenga guiños cinéfilos para
disfrutar y algunos apuntes interesantes, además de una narración ágil.
Alma, que casi hace el casting también, mencionará a la
actriz y su papel en “Sed de mal” (Orson Welles, 1958), además tiene dos buenas
razones en forma de pechos, ideal para Hitchcock, cualidad que comparte con la
actriz que la interpreta, Scarlett Johansson. Alma también será la revisora de
los guiones.
“Teticioso”.
Jajaja!!
ResponderEliminarEl gran Hitch…(Además en todas sus acepciones, jajaja!!) Difícilmente abordable en toda su extensión.
Justo este finde veía una peli suya. Me tuvo pegadita a la pantalla (y ya la había visto!!). Grande!!
Una peli para el gran público o una peli para cinéfilos? Igual hubo q decidir. Más allá de la caracterización (nada mal) y de la aparición de actorazos (me rechifla Hellen Mirren y sigo a Scarlett Johansson desde q era pequeña y me emocionó en El Hombre q Susuraba a los Caballos) no suelo acudir al cine para saber d personajes q me interesen. Y menos los más complejos. Para eso están los libros, las entrevistas, los recuerdos d quienes se relacionarin con quien pretendes descubrir.
Dudaba mucho q fuera una buena peli. Y tu análisis lo confirma.
Pero me encanta haberlo leído. Mola encontrar confirmación en lo intuído. De la misma manera q mola descubrir lo no conocido. Que me pasa mucho! No soy una buena cinéfila. Aplicada Padawan, con más ilusión que memoria o capacidad analítica. Pero q poquito a poco aprende de un paciente sensei!!
Y de los buenísimos comentaristas!!
Gracias Sambo!! Un placer leerte!!
Besotes!!
Hola Reina. Es uno de los 4 o 5 más grandes, sin dudas, a ver si cojo una cinta suya y me enfrento a ella. Esta película no es buena, es muy normalita, con más intensidad y riesgo hubiera quedado mucho mejor y atraido a más gente seguro.
EliminarCinéfila eres, lo de los análisis tiene poco que ver con eso jajaja. Helen Mirren es muy grande y la Johansson tiene poderosas razones, sí jajaja.
Besos.