El retrato y dibujo que Miyazaki hace de Chihiro, la
protagonista, es realmente magnífico, no es nada resabiada, ni especialmente
talentosa, la llaman torpe en varias ocasiones y la veremos fallar o su
impericia y falta de habilidad en otros muchos momentos. Es decir, es una niña
normal, capaz de sobreponerse a los errores, mejorar y lograr sus propósitos.
Una chica corriente y encantadora con la que cualquiera puede identificarse.
El gran trabajo de Chihiro con el supuesto dios pestilente
será recompensado. No era un dios pestilente sino un dios del río que había
acumulado gran cantidad de residuos y todo tipo de cosas, suponemos que
lanzadas por la gente a su cauce. Aquí tenemos la pequeña crítica de Miyazaki
contra la contaminación y el maltrato a la naturaleza. Como premio a su gran
trabajo Chihiro recibirá del dios del río una pequeña bola de comida con
poderes que le servirá en el futuro.
El amable “Sin Cara”, al contrario de lo que sucede con otros personajes, mostrará su peor cara al entregarse a la gula sin freno. Como siempre la dualidad en Miyazaki. Este personaje podrá crear oro, lo que llamará la atención de todos los trabajadores de la casa de baños. A cambio de oro recibirá todo tipo de atenciones, descontrolándose por completo hasta el punto de comerse incluso a varios de esos trabajadores. Por supuesto la ranita será uno de ellos.
Con este personaje Chihiro recibirá otra lección vital, la
del control de los instintos, la moderación, ella será la única que no acepte
el oro del “Sin Cara” y la que lo comprenderá, hasta el punto de lograr que
vuelva a ser un sumiso amigo, tras una frenética persecución. Para ello usará
parte de la bola que le regaló el dios del río.
El vínculo entre Chihiro y Haku es total, ella lo
reconocerá, aunque esté transformado en dragón, en el acto. Lo verá luchar
contra unos pájaros de papel, ella lo ayudará dándole una salida, aunque uno de
esos papelitos que perseguían al dragón, Haku transformado, se pegará en plan espía
a la espalda de la niña. En esta fase tendremos otra muestra de la evolución, a
todos los niveles, de Chihiro. Recordaremos cómo bajó de forma lastimosa las
escaleras para buscar a Kamajii en su primer encuentro, ahora en cambio la
veremos arriesgarse, temeraria, por una tubería cochambrosa para llegar a su
objetivo.
En su secreta visita a la estancia de Yubaba conocerá, por
fin, al “bebé luchador de sumo” y a la miniYubaba, que le atacará al intentar
Chihiro proteger a Haku transformado en dragón. En esta escena conoceremos
también a Zeniba, la hermana gemela de Yubaba, que mediante el subterfugio del
muñeco de papel pegado a la espalda de la chica logró entrar también en la
estancia de la bruja con la intención de acabar con Haku.
Curiosamente Chihiro siempre se librará de los males y las
amenazas de las formas más casuales o por inacción de los amenazadores, una
clara muestra de ese mundo infantil creado por un niño. Además los pájaros de
papel que atacaban a Haku serán inofensivos frente a Chihiro. El dragón suele
simbolizar sabiduría o autenticidad.
Miyazaki vuelve a demostrar su maestría en la escena donde
una valiente Chihiro salva a Haku, donde usará la bola o pastelito que le
regaló el dios del río para anular el hechizo que obligaba a Haku a obedecer
las órdenes de Yubaba. El pequeño bicho que simboliza dicho hechizo no puede
ser más encantador, aunque acabe pisoteado por Chihiro, como ya comenté
anteriormente.
Chihiro, tras muchas aventuras y dificultades, acaba siendo
amiga de todos los que habitan en la casa de baños (el ratoncito-bebé; el
insecto-miniYubaba; Kamajii; Lin, las pelusillas…), como suele ocurrir en la
vida real, cuando creemos que los desconocidos no nos aceptarán o nos será
difícil integrarnos. Chihiro progresa en su aprendizaje.
“Se llama amor”.
Chihiro se muestra cada vez más valiente y decidida, más
segura y confiada en sí misma. Casi no recordamos aquel momento en el que no se
atrevía a cruzar el túnel.
Toda esta aventura nos lleva al viaje en tren, un tren que
hemos visto aparecer, como he comentado, en multitud de ocasiones. Es la última
parada de su viaje. De su madurez.
Este viaje en tren es una auténtica maravilla, repleto de
poesía, los planos de esos dos seres aparentemente desamparados, Chihiro y el
“Sin Cara” (momentos que también recuerdan a “Mi vecino Totoro” y la escena de
la parada del “Gatobús”), junto al ratoncito y el insecto que lo lleva volando,
sentados juntos en un asiento del vagón, en silencio. Un tren que surca las
aguas y unos personajes compartiendo un destino. El ratoncito y el insecto
disfrutando de su aventura, especialmente el ratoncito, que como recordamos era
antes un bebé gigante que tenía todos los caprichos pero vivía recluido en su
habitación. Esta aventura los entusiasma. Es fantástica la belleza de la
imaginería y los dibujos de Miyazaki, tremendamente subyugante, sugerente y
poética.
En otra escena sin nuestra protagonista Miyazaki se recreará
en una reflexión sobre el valor, el verdadero valor de las cosas. Yubaba
descubre la desaparición de su bebé. Cuando Haku pronuncia la frase “has
perdido algo muy valioso para ti”, ella creerá inicialmente que es el oro, pero
luego mirará al falso hijo que tiene en su despacho, descubriendo en seguida el
hechizo que realizó Zeniba. Es en ese momento donde Yubaba descubre lo que es
verdaderamente valioso. Su hijo. En ese momento el oro perderá su importancia
(se convertirá simbólicamente en arena). Un Miyazaki romántico y “antimaterialista”.
Miyazaki muestra el mismo talento para las imágenes bellas o
románticas que para las desasosegantes o perturbadoras, un ejemplo lo tenemos
en los monstruos o en la propia bruja Yubaba. Además maneja de forma magistral
la pausa y el tempo narrativo.
En esa continua apuesta por el lirismo y la belleza pausada y
contenida Miyazaki se entretendrá en las entrañables bromas de los pequeños
amigos de Chihiro, el ratoncito y el insecto-pájaro, hasta que se encuentran
con un farol saltarín que les guiará hasta la casa de Zeniba. Estos personajes
seguirán entregando gags en la casa de la bondadosa bruja Zeniba, incluso
negándose a volver a su forma original. Esta bruja no es lo que parecía, de sus
crueles amenazas en casa de Yubaba pasamos a conocer a un ser encantador que
sólo defendía lo suyo. Cuando comprende que Haku estaba encantado y que Chihiro
viene a disculparse mostrará su verdadera cara, que no puede ser más
encantadora, por cierto. Nos dirá además que las brujas gemelas son muy
problemáticas.
La enorme nariz de Zeniba tendrá un gran protagonismo en el
rato que Chihiro espera en su casa la llegada de Haku, aparecerá en cuadro
incluso en los contraplanos de la joven.
El desarraigado, perdido y mimoso “Sin Cara” encontrará con Zeniba un hogar, igual que Chihiro está a punto de reencontrarse con sus padres para volver al suyo. Con la llegada de Haku a la casa de Zeniba y el vuelo que niña y dragón inician a continuación es fácil que “La historia interminable" (Wolfgang Petersen, 1984) venga a nuestras cabezas. Durante ese vuelo se resuelven todas las incógnitas que quedaban, la personalidad y el nombre de Haku, que era un río (él lo personifica), que secaron para construir y que salvó a la pequeña Chihiro de morir ahogada cuando calló en su cauce. Una vez más la perfecta comunión del hombre y la naturaleza.
En esta escena tendremos más muestras de gran lirismo y
poesía visual, como esas lágrimas de Chihiro que salen de sus ojos y flotan en
el aire. Todo envuelto en una bella música.
Si Chihiro montada en el dragón nos recuerda a “La historia
interminable” (Michael Ende) cuando rompa el hechizo y los dos niños surquen el cielo será a
“Peter Pan” a quién recordemos.
Yubaba no da nombre al bebé gigante, lo llama con un
indeterminado “bebé”, como hace con el resto de sus súbditos, con la idea de
poseerlo. El bebé, tras vivir una apasionante aventura, ayudará a Chihiro, se
pondrá de su lado.
Llega la última prueba, esa que más temía nuestra
protagonista como manifestó anteriormente, intentar reconocer a sus padres
transformados en cerdo. Como Chihiro ha adquirido una completa seguridad en sí
misma, los vínculos irrompibles, como los que tiene con sus padres, saldrán a la
luz, de forma que no tendrá el mayor problema en saber que ninguno de los
cerdos que expone Yubaba son sus progenitores.
Es emotiva la separación de Chihiro y Haku, unas manos que se separan y la prohibición de mirar atrás, aunque Chihiro tendrá la tentación de volverse, pero se contendrá.
Cuando se reencuentre con sus padres, que no recuerdan nada
de lo sucedido, veremos los mismos planos del inicio cuando la familia atravesó
el túnel para llegar de nuevo al coche. Comprobaremos que el tiempo pasó y que
todo fue real (el coche está sucio), algo que Miyazaki se esfuerza en
demostrar, especialmente con el coletero que le regaló Zeniba a Chihiro, que
dijo que le protegería en otro ejemplo del fetichismo clásico infantil, ese
objeto que el niño interpreta mágico, un talismán. Un coletero que lanzará
reflejos en varias ocasiones, pero de forma más marcada en el momento de la
mirada atrás, esta vez sí, de la niña a través del túnel una vez ha cruzado,
subrayado con sonidos mágicos desde la banda sonora.
Chihiro, como Alicia, regresa del mundo de la fantasía y las
maravillas, y volverá transformada, más segura y madura para acometer su nueva
vida.
Todas las enseñanzas que recibe Chihiro no son para el mundo
infantil en exclusiva, el mensaje de “El viaje de Chihiro” es tremendamente
universal y aplicable en cualquier edad. El control de nuestros impulsos, el
valor del trabajo y el sacrificio, el sentido común, el autocontrol, la
seguridad en nosotros mismos, la moderación… todos son aspectos vitales a
aplicar sea cual sea la edad.
Los padres no quedan bien parados, Chihiro debe aprender
todo sola, en una defensa del sacrificio y el individualismo muy marcada.
Sin todos estos valores que muestra “El viaje de Chihiro”,
Miyazaki nos dice que somos menos personas, menos humanos, y acabamos por
convertirnos en meros animales.
La cinta se cerrará con una canción infantil e imágenes de
algunos de los escenarios que hemos visto, sin vida, pero que la tuvieron
mientras nos narraban la historia.
Es por ello que “El viaje de Chihiro” tiene toda la ternura
e imaginería para enamorar a los más pequeños, pero también reflexiones
verdaderamente profundas para satisfacer a los más adultos. Excita la
inteligencia en todo momento.
Imprescindible película, sutil y delicada, sobre lo que no se
ve, sobre el poder de lo invisible, de los lazos que nos unen, sobre el amor,
la imaginación y sobre la fantasía. Entregaos y enamoraos de esta maravilla, de
su magia y su universo único. Una joya indispensable para conversar íntimamente
con nosotros mismos y nuestro pequeño niño interior.
Dedicada a Reina, una entrada especial para una seguidora especial, un placer conocerte.
Gracias por esta crítica crack
ResponderEliminarGracias a ti amigo mio.
ResponderEliminarMagnífica última parte.
ResponderEliminarLas escenas del tren son realmente fascinantes. Aparente soledad, pero en realidad todo está como debe. Todos llegan donde quieren sin miedo a lo aparentenente desolador: deterninación en estado puro, con la compañía de seres a quienes se aprecia.
El momento en que Chihiro salva a un Haku/dragón malherido es conmovedor, pero uno de mis favoritos es la pronunciación del verdadero nombre de Haku, esas escamas que vuelan con un sonido de campanillas…escalofríos d emoción, como el vuelo libre, confiada, sin miedo.
Una gran película, sí, q aporta muchos temas sobre los q reflexionar, con un delicado y nada recargado lirismo.
Una joya.
Como tú.
Me siento feliz de haberte conocido, y muy muy honrada con tu afecto y atenciones.
Mil gracias Sambo.
Un fortísimo abrazo.
Me alegra que te haya complacido Reina, era un reto difícil con tanta alegoría y poesía. Un peliculón como dice Chu4che.
ResponderEliminarUn abrazo guapísima.
Excelente, MrSambo.
ResponderEliminarEn verdad tienes uno de los mejores blogs de crítica que he leído, amigo.
Tu análisis de la psique de Chihiro es digno de la mejor de las tesis. Cosas que pueden pasar desapercibidas son aclaradas con ellos y la película, si antes ya era excelente, ahora adquiere el rol de "obra de culto".
Felicidades... aunque Nausicaä... y Conan...
Muy grande Miyazaki, sí señor.
Un abrazo, genio.
Muchas gracias Herep, me alegra que lo hayas apreciado así, viniendo de un crack como tú especialmente. Es una película difícil, mucho fondo.
ResponderEliminarNo me gusta Nausicaa la verdad jajaja.
Un abrazo amigo.
Muchas gracias por esta esmerada critica MrSambo. Me averguenzo de decir que no tenia
ResponderEliminarni idea de esta pelicula ni de quien era Miyazaki-san.
Te agradezco que me hayas iluminado de esta forma.
Deseo ver esta pelicula y conocer el trabajo de este japones tan genial.
Me uno a las muestras de apoyo a tu extraordinaria capacidad de analisis: no se te escapa ni un detalle ;-)
Hola Karaoke, no hay que avergonzarse de nada. Ya me contarás qué te parece cuando veas algo de él, tiene un talento excepcional.
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
buenísima crítica! ayer la ví y me encantó!
ResponderEliminarHola Loopulo, me alegra que te haya satisfecho tanto la crítica como la película, ciertamente es muy buena. Un saludo.
EliminarEs una pelicula que sin dudas me atrapa cada vez más a medida de que la voy viendo, desde los 8 es mi pelicula favorita, no me acuerdo si desde antes, hoy tengo 15 años y no cambió en nada el sentimiento que crea en mí.. al ver esta pelicula, mirar fotos, leer más versiones, y bueno todo lo relacionado me eriza la piel, sin dudas fué y va a seguir siendo la mejor pelicula para mí por más que tengo 40 años ! AJAJ, genial tu página y opiniones.
ResponderEliminarSol, tiene usted muy buen gusto a tan temprana edad. Muchas gracias por tus palabras.
ResponderEliminarVoy a pecar de poco original si te felicito efusivamente una vez más por tan excelente crítica, pero qué se le va a hacer...
ResponderEliminarVeo que sois muy fans de Miyazaki y de las películas de Studio Ghibli en general, por lo que os alabo el gusto.
Pero el anime no se acaba ahí. Para mí, a un nivel comparable están las películas de Satoshi Kon, que no tiene una filmografía muy extensa porque murió bastante joven (hace un par de años), pero que nos dejó algunos peliculones como "Perfect Blue" o "Millenium Actress".
Muchísimas gracias JCRR, me gustaría adentrarme mucho más en ese universo, conozco algunas cosas pero seguro que tengo grandes lagunas, así que toda recomendación es bienvenida.
EliminarComo tú mismo has dicho, MrSambo, una maravilla de película con la que se disfruta a los grande. Tanto la estética, la trama, el mensaje... todo es impecable.
ResponderEliminarMiyazaki vuelve a enamorarme, como ya hizo antes con La Princesa Mononoke. Me parece que voy a tener que ver más películas de este genio.
Grandísimo trabajo, un placer leerte, como siempre. Saludos!
Me alegra que te guste esta película, que no es nada sencilla. Estoy seguro de que si ves más, muchas te van a encantar, una gran cantidad de ellas.
EliminarGracias a ti, como siempre. Un abrazo.
Mas que critica, parece un gran spoiler, lo bueno que ya la había antes
ResponderEliminarSí, es un análisis.
EliminarLa Princesa Mononoke, El viaje de Chihiro... Miyazaki y su mundo mágico...
ResponderEliminarMuy grande!
Eliminar