martes, 12 de junio de 2012

Crítica: DONNIE DARKO (2001) -Parte 2/3-

RICHARD KELLY








 Karen Pomeroy (Drew Barrymore), mencionará en su clase a Graham Greene y su obra “Los destructores”, que es una referencia que enseguida cobrará sentido ya que los protagonistas de este relato inundan y destruyen una casa (además de quemar dinero), algo que hará también Donnie en el futuro. La relación es evidente pero el personaje de la profesora Farmer hará hincapié en ella. La idea de esos chicos era cambiar las cosas, exactamente la de Donnie, aunque todavía no sea completamente consciente de ello. Estos conceptos convierten a Donnie en un personaje casi nietzscheano.


Elementos como el agua o el fuego son simbólicos, la purificación, la expiación, la depuración... Donnie inundará el colegio y quemará la casa de Jim Cunningham, todo por consejo del conejo Frank que parece ser consciente de todo lo que pasará, un ojo que todo lo ve, como el que vimos en la habitación de Donnie, un viajero del futuro, casi una deidad. Todo es un plan para que Donnie restablezca las cosas y el bucle en el que están atrapados desaparezca. Así Gretchen elegirá sentarse al lado de Donnie, están predestinados, deben enamorarse. Drew Barrymore apenas tiene papel pero dota de cierta sugerente extrañeza a la profesora que interpreta.


La aparición de la “abuela muerte” (Patience Cleveland), nos hace sospechar que hay algo en ese personaje que no sabemos, una abuela aparentemente loca que como tantas veces es visionaria.

Todas las criaturas de este mundo mueren solas”.

La inolvidable Katharine Ross interpreta a la psicóloga de Donnie, a quien vemos por primera vez en terapia contando la aparición del conejo Frank, su venida del futuro y la pronta finalización del mundo.


Donnie Darko” hay que entenderla también como un retrato desmitificador de la sociedad del bienestar, donde detrás de las urbanizaciones y los barrios acomodados y pulcros, familias y vecinos aparentemente intachables, casas y convivencia aparentemente idílica, se esconden en el interior de sus paredes pederastas, personas insatisfechas y retrógradas que buscan en los gurús de la autoayuda una forma de escape, evasión, maltratadores... Un conservadurismo mal entendido. La familia de Donnie es conservadora pero dista mucho de las ideas retrógradas, incluso sobre la cultura, de la profesora Kitty Farmer, que llega a cuestionar que se enseñen obras de Graham Greene y prefiere poner los videos de autoayuda de su adorado Jim Cunningham, “Controlando el miedo”, en sus clases.


La aparición de un sueño redundaría en la idea de que lo que vemos es la mente perturbada de Donnie, aunque enseguida aparezca el conejo Frank. En ese sueño se aprecia la escuela inundada que es, precisamente, lo que hará al despertarse tras la llamada de Frank, inundar la escuela. Esto plantea ciertos problemas, o dudas, ¿es capaz Frank de introducirse en los sueños de Donnie o es un error de punto de vista? Las dos opciones, una vez tenemos todos los datos, son válidas, así que mejor quedarse con lo que no supone un error.


6 de octubre de 1988. Quedan 24 días.

La inundación provoca que Donnie y Gretchen se encuentren, se gusten y se citen… Es decir, la inundación era, evidentemente, un plan diseñado para que los dos chavales se enamorasen, algo que resulta fundamental para que Donnie acometa lo que debe acometer.

Todos los personajes que aparecen en la película son absolutamente indispensables en el engranaje de la trama, todos tienen una función indispensable que deben cumplir y a los que Donnie, el punto de contacto con todos ellos, debe movilizar. Es por ello que los planos secuencia al inicio de la cinta o en el colegio, antes mencionados, donde las cámaras lentas y las aceleraciones se suceden y nos presentan a unos personajes y no a otros son tan importantes, son los planos vertebrales.

La hermana pequeña escribirá una historia llamada “El último unicornio” que parece referirse a lo que va a vivir su hermano, un unicornio, un ser mitológico, único. Un hacha aparece clavado en la estatua del colegio, un enorme perro, lo que supone que el que la clavó posee una fuerza considerable, además en el suelo aparece la pintada “Me obligaron a hacerlo”.

En el paseo protector de Donnie con Gretchen gracias a la inundación, la chica cuenta que su padrastro tiene problemas emocionales, algo con lo que se identifica Donnie ya que él también los tiene. El padrastro dio cuatro puñaladas a su madre. Esta historia vuelve a incidir en lo oculto de esas idílicas vidas donde todo parece perfecto pero que esconden, como en “Terciopelo Azul” (David Lynch, 1986), una verdad bien distinta. Toda esta idea relacionada con la América conservadora de Regan.


La psiquiatra intentará una sesión de hipnosis con Donnie que acaba sacando sus deseos más ocultos, en este caso los sexuales. Es un jovencito, tiene las hormonas a tope, no podemos culparle. Una extraña pintura de un rostro inicia la escena de hipnosis, en un principio parecen simples manchas que cobran sentido una vez nos alejamos con un zoom de retroceso de ella, es decir, exactamente como el planteamiento de la película. También observaremos una máscara blanca que sirve como decoración. Las máscaras son importantes, el propio Frank lleva una y nada es lo que parece.

Gretchen hará mención al peculiar nombre de Donnie, lo comparará con el de un superhéroe y, ciertamente, algo de eso hay.

El malote del colegio, al que vimos en el plano secuencia anterior, amenazará a Donnie. Este personaje en apariencia intrascendente será vital en los sucesos que desencadenarán la resolución final, como dije, todos los personajes tienen su función y están ahí por algo muy concreto. Donnie mostrará con sus amigos, en una conversación sobre la vida sexual de los pitufos, una capacidad lógica superior a la de ellos.



Se hace mención en no pocas ocasiones al tema del infierno, el fin del mundo, un apocalipsis en suma, una idea religiosa que de alguna forma viene subrayada con el personaje de la “abuela muerte”, que vuelve a aparecer buscando algo en el buzón, que nos remite al infierno y el castigo de Sísifo, condenado a subir una piedra por una montaña y a que ésta caiga una vez estuviera a punto de llegar a la cima, una y otra vez. Aquí la “abuela muerte” parece estar condenada a visitar el buzón eternamente.


Frank, el conejo, seguirá apareciéndose a Donnie y le dirá que los dos pueden hacer lo que sea y lo que quieran, sumando elementos a esa idea nietzscheana mencionada con anterioridad. También se tocará el tema de los viajes en el tiempo, Frank muestra una seguridad absoluta en que a Donnie no le pasará nada. Es el ojo que todo lo ve. Su pequeña hermana interrumpirá la extraña conversación mostrándonos que al conejo sólo lo ve Donnie. Se procura mantener así la ambigüedad sobre la naturaleza de las visiones de Donnie, ¿verdaderas o producto de su locura? ¿Es el conejo el que conociendo lo que va a ocurrir usa el libro de Greene para guiar a Donnie o es el propio Donnie quien se inventa al conejito para justificarse?

El mayor defecto de la cinta está en el aspecto caricaturesco que se da a algunos personajes y en la crítica política al conservadurismo de los años 80 en América, todo muy simplista, tosco y algo burdo. En este sentido volveremos a ver a la profesora Kitty Farmer abogar en contra de la cultura, los libros y demás, para defender los postulados de autoayuda de su gurú Swayze. La buena de Beth Grant parece fija en este tipo de papeles.

Se seguirá desarrollando la personalidad de Donnie, es rebelde, brillante, sensible y se mostrará contrario a la simplificación que hace de las cosas la profesora Farmer.

10 de octubre de 1988. Quedan 20 días.

Yo puedo mostrarte el camino”.

Donnie tendrá una conversación son su profesor Monnitoff (Noah Wyle), sobre viajes en el tiempo, esto se debe a la anterior conversación que vimos entre Donnie y Frank. La escena se iniciará, como de costumbre, con una cámara acelerada. En esta conversación se hará referencia a Stephen W. Hawking y su obra “Una breve historia del tiempo”, se hablará de los agujeros de gusano y demás, y se homenajeará a la obra maestra de Robert ZemeckisRegreso al futuro” (1985). También en esta conversación Donnie descubrirá que la “abuela muerte”, Roberta Sparrow, escribió un libro, precisamente, sobre viajes en el tiempo, es decir, el plan de Frank para que Donnie vaya descubriendo y dando los pasos adecuados sigue su curso.

Se nos menciona que Roberta Sparrow era monja y abandonó la iglesia tras una supuesta y extraña experiencia que fue la que le impulsó a escribir el libro que el profesor entrega a Donnie ("La filosofía de los viajes en el tiempo"). Todo esto redunda en el carácter progre de la cinta.

La chica china, con sus orejeras, es un testigo silencioso de todo lo que ocurre.

Donnie y su hermana pequeña saltan a cámara lenta en la cama elástica, al inicio solamente vimos a la hermana hacerlo. En otra conversación con la psiquiatra saldrá el tema del miedo a la soledad en referencia a la frase que la “abuela muerte” dijo a Donnie (“Todas las criaturas mueren solas”).

Los efectos especiales como esas formas acuosas que nos recuerdan a “Abyss” (1989) y “Terminator 2” (1991), que salen de los personajes y que ve Donnie, tienen total sentido teniendo en cuanta el tema del film. Estamos inmersos en un bucle temporal, el destino está fijado, es por eso que Frank puede guiar a Donnie igual que Donnie adquiere esa facultad para anticiparse brevemente a lo que va a suceder mostrado de esa forma visualmente. Esto le guiará hacia una pistola.

Oiremos sonar un avión varias veces, un recuerdo constante del hecho clave, como al principio de la película, por ejemplo.


 




6 comentarios:

  1. Bueno, pero es que ese perfil conservador es inherente a la sociedad americana y deviene del puritanismo original (la base de Pleasantville, por ejemplo). En los 80 estos lobbies fueron los que impulsaron aquella medida de los 'parental advisory' en determinados discos. Ojo con equiparar conservador a Partido Republicano porque una lideresa de semejantes movimientos fue Tipper Gore, la esposa del demócrata Al, impulsora del PMRC (hay una canción de Megadeth al respecto). La previa del Tea Party, o sea: encuentro más caricaturesca a Michelle Bachmann que a esta mujer de la película.

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  2. No se me ocurriría confundirlo Percival, como queda, meridianamente, claro en el análisis. La caricatura es evidente y lo que te parezca respetable.

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  3. Interesante…

    Como en muchas d las entradas, las reflexiones y los detalles aportan dinensiones q se me habían pasado.

    Gracias!!

    R

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  4. Eso intento R, y obsesivamente a veces jajaja

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  5. A lo que me refiero, Samb, es a que hay gente así en la realidad. Y que gente de ese jaez ha llegado a alcanzar un poder considerable. Y a que en los USA de los ochenta había gente así del mismo modo que había -y ha crecido exponencialmente el número- peña como el gurú Swayze como había y hay telepredicadores y toda esa pesca.

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  6. En eso completamente de acuerdo, te entendí mal creo.

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