Película de propaganda de espectacular simplismo y superficialidad, sólo interesante desde un punto de vista informativo, como documento de muchos de los elementos que el partido nazi imponía en su sociedad.
No hay el más mínimo análisis sobre la llegada o los porqués de la irrupción del partido nazi al poder y el maniqueísmo esquemático y burdo que se usa para comparar la libertad americana de la opresión nazi resulta pueril, tosco, ingenuo, infantil… No se puede esperar mucho más de un film de propaganda. O quizá sí. Sí, decididamente sí.
Ese maniqueísmo viene especialmente representado en el despiadado militar interpretado por Otto Kruger.
En ningún momento se nos explica, como en tantas ocasiones, por qué se acepta y cómo se llega a esa situación en la que la sociedad asume la opresión ignominiosa, el abuso más absoluto y humillante, violento, inmundo y repulsivo. Simplemente vemos una sociedad, que parece, nació así sin darse cuenta del ultraje que defiende y padece.
El inicio con los dos colegios luchando y las diferencias entre la libertad del debate del colegio americano y el sometimiento del alemán sólo produce risión, es de un infantilismo que además sólo es el inicio de un guión que es un despropósito.
En realidad son pocas cosas las que funcionan en la película, al maniqueísmo de la cinta, que se trata de atenuar con la redención del chaval protagonista (y la mención a Goethe), hay que sumar la patética relación entre personajes. La relación amorosa entre el chico nazi (Tim Holt) y la chica americana (Bonita Granville), no es que sea sonrojante, que lo es, es que es surrealista y a veces incluso despierta cierto instinto agresivo en el espectador al ver semejante chuminada. Uno ve cómo evoluciona y la sensación que tiene es de desprecio por esa relación y lo que transmite, además se intuye un profundo desagrado mutuo, especialmente de ella, que no hace entender en ningún momento lo que siente por el mastuerzo del nazi. Pone cara de asco, de repulsión pero de repente se declara enamorada incondicional. Quizá una droga nazi que no mencionan en la película la confundió, o quizá era tanto el tiempo sin estar con un chico en ese colegio de chicas zombis nazis que se dijo a sí misma que mejor era eso que nada… A saber… porque lo que es lógica no tiene ninguna. Dmytryk no estuvo muy acertado en la progresión dramática del temita este. Hay momentos de una cursilería que roza la parodia.
Esa relación es aún peor que el mencionado simplismo en la exposición y comparación que se hace del nazismo, ya que siendo una película de propaganda y justificadora de la guerra puede entenderse que no se pretenden reflexiones sino justificaciones o motivaciones.
Lo que sí es interesante son las explicaciones de algunos elementos del programa nazi sobre el uso de mujeres para que tengan 4 hijos que se empleen al servicio del partido cuidados por familias elegidas, la esterilización a toda aquella persona que piense distinto a la doctrina del partido… Esos ejemplos de la ideología nazi son lo más interesante y tienen un tinte documental que se queda incluso corto con lo que aconteció, conviene no olvidar que la película está realizada en medio de la 2ª Guerra Mundial (se utilizan fragmentos documentales del conflicto y las invasiones). Así cuando se nos muestran las ideas y hechos que los nazis impusieron en su pueblo y las consecuencias que padecieron los que se resistieron a ellos es cuando la película alcanza sus mejores momentos, aunque sean en forma más documental o testimonial. Todo lo que tiene que ver con la narración o el desarrollo dramático vaga entre lo lamentable, lo patético y lo risible. Lo que tiene que ver con el análisis de la situación y de las distintas posturas pues un poco lo mismo.
Como film de propaganda la verdad es que tampoco creo que consiga mucho, su falta de credibilidad y la simpleza en sus propuestas, aunque sinceras, sólo resultarán satisfactorias para gustos un tanto rústicos.
La voz en off es fallida, es del profesor protagonista (Ken Smith) que nos cuenta una historia de la que no es testigo en gran parte de ella. Su personaje, es deslavazado y un poco sinsentido, además aparece y desaparece de forma gratuita algo que también pasa con los otros dos personajes protagonistas.
Todo hecho con un ínfimo presupuesto eso sí.
Edward Dmytryk es un magnífico director de títulos notables en varios géneros, que sin ser uno de los grandes, sí es uno de esos directores que entraría en un segundo grupo de grandes profesionales. Fue uno de los 10 de Hollywood.
Basada en el libro de Gregor Ziemer “Education for Death”.
Muy buenas. Interesante MrSambo, no la conocía. En este estilo de peli, me gustaría que, cuando pudieras, comentaras Vencedores o Vencidos.
ResponderEliminarPeli a no ver, por tanto.
PS: Más apuntes. Música: Soundgarden/Chris Cornell/Audioslave, MUSE, Metallica, TOOL, A Perfect Circle, This Mortal Coil
Libros: ASoIaF, Patrick O'Brian, Paul Johnson, Bernard Cromwell. Como ves, ¡¡¡mi vergüenza me da para poco!!!
TDK jajajaja la madre que te parió. No se te ha quedado nada dentro. Apuntado todo.
ResponderEliminarVencedores o vencidos, peliculón, apuntada también.