Obra maestra absoluta de personajes profundos, retratos psicológicos de grandísimo calado, un estudio sobre las relaciones y la naturaleza humana tratando multitud de temas que luego comentaré, además de un gran retrato de Hollywood de manera indirecta.
Todos se desnudaron en esta cinta en la que mostraron lo más íntimo de sí mismos, no sólo su director, Nicholas Ray, sino la pareja protagonista.
Dura, oscura, Nicholas Ray muestra el enamoramiento y fascinación de una pareja y su doloroso resquebrajamiento, su paulatino deterioro, algo increíblemente personal ya que él mismo estaba inmerso en esa situación nada más y nada menos que con la protagonista del film, Gloria Grahame. Además el propio Humphrey Bogart se desnuda en un papel en el que muestra muchísimas características personales, incluso pensó que quizá se había expuesto demasiado. Por esto y muchas otras cosas la película rezuma autenticidad.
Bogart interpreta a un guionista de talento que recibe el encargo de un guión que poco tiene que ver con sus intereses de autor. Conoce a una chica que ha leído la novela que debe adaptar, y decide llevarla a su casa para que le haga un resumen detallado y así ahorrarse leerla. Al día siguiente la policía irá a su casa a investigar el asesinato de la chica, con lo que Steele (Bogart), pasa a ser el principal sospechoso.

Ya en la primera escena que vemos con los títulos de crédito nos hacemos una clara idea de la personalidad de Steele, sarcástico y cínico, rápido y brillante pero irascible, un hombre que vive al límite, en tensión constante, imprevisible.
Steele pertenece al sistema de Hollywood, está resignado a él, frustrado incluso, el retrato del autor vendido que no encuentra sitio para expresarse, que asume hacer basura aun sabiendo todo lo que podría dar, plenamente consciente del negocio. Es por ello por lo que tiene tanto respeto al actor borracho que es su amigo, un actor que una vez rindió servicios y ahora es abandonado y tirado por la industria, algo que bien sabe Steele podría sucederle a cualquiera y que le define como un hombre con principios, un cínico romántico. Le defenderá de burlas y desmanes siempre. Steele ya no trabaja por idealismo o por necesidades artísticas, sino por dinero.

La trama negra de la película es, en realidad, una excusa para desarrollar la relación de Steele con el mundo así como la que tienen sus conocidos con respecto a él, y plantear la ambigüedad de un personaje que hace dudar a todos. Vemos como despide a la señorita que le ayuda en su trabajo resumiéndole el libro y su total desinterés por el mismo, pero también entendemos que cuando nos informan sobre la muerte de la chica, Steele no sería capaz de eso, al menos en las circunstancias que vimos. El personaje se irá desarrollando y veremos que es perfectamente capaz de matar a alguien, es más, nos sorprendemos de que haya llegado hasta aquí sin hacerlo, pero también sabremos que para que eso se dé se deben dar unas circunstancias determinadas. En todo momento tendrá y se manejará con la seguridad de quien se sabe inocente. Además intuye las mentiras enseguida y nadie se atreve a contradecirle si sabe que está en lo cierto, en cierta medida por ese miedo que produce. Como antes mencioné, Steele tiene unos principios consolidados, y no acepta la mentira, igual que él es tremendamente sincero. No admite ni aguanta que le mientan. Todo esto y más define una complejísima personalidad. En otros de sus arrebatos en seguida tendrá gestos de disculpa (con el conductor al que agrede en la carretera, con su amigo y agente, las retiradas de denuncias en el historial de Steele…).

Memorable es la escena de su segundo encuentro en la comisaría con esa conversación casi indirecta que ambos mantienen. Estamos hablando de una película en la que no sobra absolutamente nada y donde Ray nos muestra el resquebrajamiento de esa pareja a través de esos caracteres tan comunes en sus películas (“Rebelde sin causa”, 1955, “Johnny guitar”, 1954). La relación de Bogart con Grahame es también sin medida, ama con todo y sus celos también son excesivos, no sabe hacer las cosas con mesura, es extremo para lo bueno y lo malo. Grahame busca su sitio pero en contra de lo que pudiera sospecharse no hay intereses ocultos en su relación, se enamora sinceramente, esto no significa que el hecho de que Steele fuera guionista no influyera en su interés inicial.
La puesta en escena es extraordinaria y los planos rodados en los apartamentos de Bogart y Grahame espléndidos. Excelente también es la escena donde Steele, en casa de su amigo el policía, cuenta su versión de cómo debió morir la chica, así como excelente es la conversación del matrimonio una vez Steele se ha ido. No es raro que cuando luego vemos a Bogart poner el brazo alrededor del cuello de Grahame mientras conduce un escalofrío nos recorra la espalda.
Hay otra escena definitoria de ambos personajes, donde Bogart va a la casa de Grahame a saber si acepta sus proposiciones, el está tenso, ella controla la situación y le dice que decidió aceptar el día anterior, Bogart, ansioso, le dice que debió decirlo antes porque debía haber pensado que él querría saberlo, a lo que ella alega que él debía pensarlo también con detenimiento, Bogart la besa inmediatamente y le dedica unas bellas palabras. Bogart es impulsivo, lo quiere ahora, lo quiere enseguida, ella es más reflexiva. Otra escena magistral del film es la de la cocina con la pareja preparando el desayuno y Bogart explicando lo que es una buena escena de amor, cuchillo en mano, pelando un pomelo.


Es curioso como su amigo y agente, que es agredido por él, se mantiene siempre fiel (casi un Sancho), en cambio, en una relación las dudas acaban siendo una tumba.

Es obligado destacar las soberbias interpretaciones de todos y cada uno de los miembros del reparto, haciendo mención especial a la pareja protagonista, con un Bogart que hace uno de sus mejores y más personales papeles. La dirección es perfecta, sobria y usando algunas sutiles metáforas visuales, la escena de la declaración de matrimonio con la cafetera como elemento metafórico del bullicio de los sentimientos que tiene en ese momento el personaje de Grahame es buen ejemplo de lo mencionado (curiosa la relación entre la Grahame, el café y las cafeteras que nos recordarían a “Los sobornados” de Fritz Lang de 1953). Los encuadres sobrios y precisos son otra muestra del talento de Ray.
Diálogos extraordinarios y un final perfecto, desolador, duro, oscuro y totalmente coherente que es la antítesis del “happy end”. Profundidad a raudales, cine adulto y de enjundia, talento por doquier en esta obra estimulante a nivel intelectual y emocional. Obra maestra a todos los niveles.
No la conocía pero has hecho tal soberbia crítica q m apunto buscarla para verla.
ResponderEliminarSabía del carácter de Bogart x un libro sobre la Bacall (un bellezón). Tal como lo describes, entiendo q se sintiera demasiado expuesto; me encanta esa faceta dual, lejos de oersonajes como el de Rick o el de Steve. Quizá x eso le eligieron.
Sobre la acriz principal... Sí, su gestos son buenos (en las fotos) pero yo jamás he visto a actriz alguna tan sensual, provocadora y felina como la gran Ava. Las demás son otra cosa (por debajo).
Excelente trabajo, como siempre!
Saludos,
R
Pues sí Bogart era de armas tomar en la vida real... Con respecto a la Grahame, no es sensualidad lo que transmitía precisamente, era otra cosa distinta, cuando miraba parecía que te estaba ... Mucha cara de vicio, aunque luego era muy insegura en verdad. Curioso.
ResponderEliminarBuenas. Me inmiscuyo para una petición urgente :):) Sambo, te pedí Bourne, pero rehago mi petición: El cisne negro. La mejor actuación femenina (o masculina) que he visto en mucho tiempo. A los altares directamente. Me apetece muchísimo hablar sobre esta extraordinaria película.
ResponderEliminarManda narices Osiris, la acabé esta mañana jajaja. La postearé en breve y mantendré Bourne.
ResponderEliminarOh, conexión mental jaja. Perfecto, gracias.
ResponderEliminarGracias a ti por ahorrarme trabajo con una que tengo hecha jajaja
ResponderEliminarA mi me encantó la película, la compré tras leer tu crítica, y tras verla tuve un escalofrío que me duró horas. Lo juro
ResponderEliminarGenial pequeña me alegra que vivas el cine así y que yo haya contribuido un poco.
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