Es muy raro que Tom Cruise falle con un mainstream, ya sea
por conseguir un éxito comercial o artístico, pero con este proyecto, película
inicial del “Universo Oscuro” de Universal, donde se darán cita los más
conocidos monstruos de la legendaria productora y otros muchos, se ha pegado un
buen batacazo porque es de lo peor que ha realizado. Quizá la supere “Noche y día” (James Mangold, 2010), aunque tenía un buen comienzo. No sé.
No es que no tenga sus cositas de interés o atractivo, pero
en general es un desastre inconsistente que tiene su mayor defecto en que deja
patente durante todo el metraje que no sabe dónde quiere ir, mezclando géneros
sin sentido alguno, resultando anticlimática e incoherente.
Tras las nuevas versiones dirigidas por Stephen Sommers (las
dos primeras de la trilogía, las mejores, sobre todo la primera; la tercera la
dirigió Rob Cohen), en las que se le daba un nuevo enfoqué al mito mezclando
aventura y humor con acierto, haciendo una especie de Indiana Jones venido a
menos, pero más que satisfactorio, este reboot sorprendía un poco, pero
adquiría cierto sentido al ser punta de lanza de un proyecto global, el “Dark
Universe”, el Universo Oscuro que la Universal quiere hacer con los grandes
monstruos, como hemos venido anunciando en las noticias en el blog. "La Momia" sería la primera de una serie de películas que, al estilo Marvel, contaría con
los grandes clásicos monstruosos de Universal, como el doctor Jeckyll, el
Hombre Invisible, Frankenstein y su novia, el Hombre Lobo, Drácula, el Jorobado
de Notre Dame, el Fantasma de la ópera, la Mujer y el Monstruo… que han ido
conformándose y que se entremezclarían creando ese universo y mitología.
Lo que cabía esperar era un giro a lo ya visto en esta nueva
versión de "La Momia", pero nos hemos encontrado con un desastre deshilvanado donde se
ha querido abarcar todo para que nada funcione. Porque sí, también pretende ser
cinta de aventuras y acción con héroe carismático, para convertirse de repente
en relato de terror, película de acción pura, dramón, comedia… y con introducción mítica
que nos lleva al pasado… Es decir, parece querer integrar el éxito de las de
Sommers con aquello de las clásicas y el resultado es monstruoso, nunca mejor
dicho, palideciendo ante todas ellas.
Son bastantes los homenajes a las cintas de Sommers, desde la
misma historia, que es casi calcada, a recursos visuales, como esas tormentas
de arenas con rostro…
Como en aquellas películas de Sommers de finales de los 90 y
principios de 2000, tendremos un flashback para contarnos la desdichada
historia de la malvada y despechada princesa Ahmanet (Sofia Boutella), con la
voz over de Russell Crowe, que interpreta al doctor Henry Jeckyll, el cual nos
es presentado con una silueta. Única heredera al trono de Egipto que se ve
relegada cuando el faraón tiene un hijo varón, momento en el que se vuelve
loca, pactará con Seth y, convertida en un monstruo, matará a todo el que se le
pone por delante, incluidos el faraón y su heredero bebé…
Claro, el castigo estará en consonancia con el pecado, sobre
todo cuando quería encarnar a Seth en un amante… Momificada viva y llevada
lejos de Egipto. El planteamiento es claro ya… Toca despertar al mal.
Después del intrigante inicio, presentando una historia de
horror, pasaremos a la pura acción con la presentación de Tom Cruise, que
interpreta a Nick Morton, en una misión en Mesopotamia, cuna de la
civilización, ahora Irak.
Es un hombre con pocos escrúpulos, interesando, egoísta,
ambicioso, lo que no es malo, cobarde en cierta medida, mentiroso, manipulador…
un regalito. Además hace caso omiso a las advertencias cuando ve dinero próximo,
por lo que un “conocimiento prohibido” para él será un tesoro. Incluso cuando
creamos que algunos gestos de Morton lo redimen, como el paracaídas que cede a
Jenny para que se salve, quedarán desmentidos posteriormente.
Suele errar en sus valoraciones, como en su negativa a un
ataque aéreo, que será lo que le salve a él y a su compañero de morir.
Cruise cumple como de costumbre, dominador absoluto de este
tipo de papeles, a los que integra determinados matices según convenga, como
son los mencionados anteriormente. El actor está matizando en los últimos
tiempos sus héroes en algunos mainstream, haciéndolos más despreciables, con
una moral más cuestionable, poco caballeroso incluso, cobardones,
incompetentes, aunque acaben superándose. Con todo, no es ni de lejos su mejor
papel, algo excesivo y supongo desorientado con tanto cambio de tono. Algunos
primeros planos suyos están francamente mal rodados porque se plantean en
situaciones absurdas. El sentido del humor, también algo recurrente en Cruise,
aquí es más marcado. Son simpáticos los diálogos sexuales con la chica, Jenny
Halsey (Annabelle Wallis), y que es Morton va bastante salido.
También le veremos practicar escalada y realizar él mismo
las escenas de acción, algo que Cruise disfruta como un enano. En el debe del
personaje hay que añadir además que es algo maleducado, ya que se pasa buena parte de la película viendo visiones mientras otros le hablan, especialmente la
chica contando sus hipótesis, lo que es una falta de educación.
Como inicio de este universo, se plantean ciertos aspectos
de la mitología del mismo, como Prodigium, la particular “agencia” dirigida por
el doctor Henry Jeckyll (Russell Crowe), que es como el Nick Fury de este
universo. Allí veremos ciertas referencias en la colección que ve Morton a “La
cosa del pantano” o “Drácula”…
Pasamos al cine de acción puro y aventura, con un tiroteo
que tiene buenos planos, mientras los protagonistas se congratulan por ser los
más afortunados del mundo, algo lógico, ya que no hay manera de que les dé
ninguna bala (claro que a Cruise no le salpican ni los cristales, como veremos
hacia el final de la cinta, como para que le den las balas)… Encima serán
salvados con un monumental Deus ex machina en forma de ataque aéreo cuando
estaban concienciándose para morir, que además descubrirá la tumba de la momia
enterrada.
Luego pasamos a la comedia de enredo, con la descripción de
los personajes y diálogos varios, sin que el espectador comprenda bien el tono
que pretende la película con tanto salto. Hay más momentos de comedia, incluso
surrealista, como esa conversación entre Morton y Vail, el medio zombie, en el
baño. Un humor que a menudo resulta anticlimático, destrozando los elementos de
suspense o terror.
No es que no funcionen esos elementos de humor, hay momentos
simpáticos, sino que están mal integrados y nunca sabes dónde quieren ir. Su
apuesta por la aventura y el humor no es decidida, como sí ocurría con las de
Sommers, que además era más épica y aventurera.
“Esto no es una tumba. Es una prisión”.
Los elementos fantásticos y mitológicos con esa conexión
entre Cruise y la momia, que lo considera su elegido para contener a Seth,
funcionan de aquella manera, sin que le encontremos sentido alguno ni un
desarrollo mínimamente interesante. Una excéntrica intimidad psíquica. Sí,
porque resulta que Morton está maldito, de repente, no sabemos por qué, quizá
por mirar intensamente el sarcófago, quizá por ser malote…
La escena en el avión es una inconexa mezcolanza de humor
con truculencias de terror y suspense, terminando con pura acción adrenalítica…
Buenos planos deja el accidente de avión con la muerte de Morton.
De esas escenas de aventura, comedia, suspense y acción pasamos a una set piece de puro terror para la aparición o definitiva resurrección de la momia, matando y captando a dos policías. De hecho, la dieta de la momia para ponerse en forma será a base de policías. Una buena imaginería, que de haber ido por ahí la película podía haber funcionado aceptablemente, pero que en medio de ese batiburrillo estilístico casi ni pega… Lamentablemente funciona fatal como mecanismo de terror, con elementos fantásticos gratuitos que acaban en elipsis arbitrarias o los típicos tópicos del género, que ante la impotencia por lograr acongojar, son el único recurso que parecen tener Kurtzman, el director, y Koepp junto a McQuarrie desde el guión, para logra algún impacto. Apariciones en segundo plano que no asustan ni impactan y los típicos sustos repentinos apoyados con la banda sonora… Una absoluta falta de atmósfera.
Las escenas de acción dejan buenos planos, a los citados
podemos añadir los que tenemos en el accidente con la furgoneta, donde se
filtran momentos humorísticos, como en esa conclusión con el golpe que se lleva
Morton de la Momia jaleado por Jenny. Es milagroso que no les pase nada tras el
accidente, pero si Morton resistió a uno de avión… También está bien la escena
del autobús en la tormenta que desencadena Ahmanet en la ciudad, aunque resulte
surrealista.
Lo mejor de la cinta es su resolución (no, no me refiero a
que por fin se termine), que contiene ciertas ideas interesantes. Un clímax con
un montón de momias o zombies, como es de suponer, y una malvada Ahmanet
omnipresente que está en todas partes, pero además tendremos brillantes
escenas, como la acuática con planos muy sostenidos y buen suspense y un
contundente duelo final entre Morton y la Momia.
Morton se lleva una buena paliza con los contundentes golpes
de la Momia, que además es un tanto sádica y cruel, pero recibirá una cumplida
venganza en forma de beso. Morton apaleado y la Momia muriendo por un beso, en
algo así como roles típicos cambiados, lo que es divertido en estos tiempos de
cogérsela con papel de fumar. También la zurra un poco. Ya hablaré de los besos
en las películas de Cruise. Alcanza Morton una redención romántica, con el
problema de que ese romanticismo apenas se aprecia durante la narración.
Morton, una vez reviva a su amada, queda sepultado entre las
sombras, convertido en la bestia de su bella, o en el “Fantasma de la ópera”,
planteando futuras continuaciones… Un final acertado para una película sosa y
deslavazada.
Las tonterías.
Las incoherencias y cosas raras sin explicación son
innumerables. En el mismo descenso a la tumba tenemos varias. Resulta que deben
hacer un descenso contrarreloj, así que los protagonistas bajan como pueden, con
mucho esfuerzo, y descubren la tumba de la momia. Bien, en la escena posterior,
cuando deciden llevársela, tenemos allí abajo todo un equipo de luces y sistema
de poleas (un helicóptero con un pedazo de cuerda, no me pregunten cómo lo
hacen…) para subir el sarcófago encontrado… ¿Cómo bajaron y prepararon todo y
en ese poco tiempo? Buena pregunta, será el poder de la momia…
Si hacen una prisión para la Momia, ¿por qué se tomaron tantas
molestias en facilitar su salida y su acceso a la misma con poleas y demás
historias si lo que pretenden es, precisamente, lo contrario, que no salga
nunca? Un pequeño disparo pone en funcionamiento todo un mecanismo que saca el
sarcófago a la luz…
Ni siquiera el jefe de la misión parece verle raro cuando le
mira con un ojo en blanco, cara de zombie sudado y manchas por todo el cuerpo,
por lo que deducimos que es hombre de mundo y que ha visto muchas cosas... En cualquier caso me
parecieron justas las repentinas cuchilladas que recibió…
El bueno de Morton se da un ligero golpe cuando su avión se
estrella desde varios kilómetros de altura. Este golpecito le provoca la
muerte, como es de suponer, pero por alguna extraña razón que nadie comprende,
sigue vivo, lo que es extraño, pero lo más insólito y sorprendente es que tiene
el cuerpo sin magulladura alguna, un cuerpo que casi vemos al completo… Al
menos tendrán el detalle de mencionar que, efectivamente, Morton no tiene
ningún rasguño, para sorpresa de todos.
Algunas escenas oníricas son francamente absurdas, como esa
en el callejón donde Morton es atacado por las ratas, en un nuevo cambio de
tono de la comedia al terror, haciéndonos nocturnos. ¿Por qué Morton no entra
por donde salió ante el ataque? ¿A qué viene esa escena?
Son elementos fantásticos sin sentido y sacados de la manga,
sin ninguna explicación. No funcionan porque la falta de atmósfera y los
continuos cambios de tono las hacen insustanciales, islotes sin cohesión alguna
en una narración tremendamente errática y dispersa.
Llega a entenderse que no se mate a Morton por ser el
elegido, pero no que no acabe con la chica, Jenny, y más con la manía que la Momia le tiene. Una Momia con una fuerza y unas capacidades físicas increíbles,
pero que cuando tiene que matar a la chica se convierte en ese delantero centro
que desespera a los aficionados porque nunca llega…
O esas momias incongruentes e ilógicas, que andan raro, que
apenas logran sostenerse en pie, pero tienen una repentina velocidad y fuerza
que luego se desvanece cuando Tom se enfrenta a ellas… a veces.
¿Qué decir del Jeckyll que interpreta Crowe? Pues para
empezar que debería tener mejor medidas y controladas las horas a las que le toca la medicación, porque desde que
le conocemos todas las veces se la pone de milagro… De hecho, finalmente no
logrará ponérsela a tiempo por culpa de Morton, en una escena forzadísima que
sólo tiene sentido para dejar escapar a Ahmanet gracias a una cucaracha y que conozcamos
a Hyde, con una doble pelea (un esbirro con Jenny y Hyde con Morton) sacada de la
manga… De la Momia sólo podemos pensar que bien se podría haber soltado antes,
visto lo visto.
Sofia Boutella interpreta con acierto a Ahmanet, la Momia,
una actriz que vamos viendo en más cintas de éxito, como la reciente “Atómica” (David Leitch, 2017), junto a Charlieze Theron, con tórridas escenas. Aquí es sensual, lasciva y
aterradora.
Además su personaje no puede caer mal. Es cierto que es
mala, pero tiene una desastrosa fortuna y una vida frustrante. Cada vez que va
a matar, poseer o besar en un momento determinante que cambiará su existencia,
alguien le clava algo (no sean mal pensados) y lo impide…
Dylan Kussman, conocido por su papel en “El club de los poetas muertos” (Peter Weir, 1989), tiene un breve papel, además de ser uno de
los guionistas.
“La Momia” se ha pegado un batacazo crítico y de público,
algo extraño tratándose de una cinta de Tom Cruise, pero en este caso es con
todo merecimiento. Inconexa, arbitraria, deslavaza, sin alicientes ni estilo y
demasiado encerrada a pesar de los cambios de decorado, pretendiendo ser muchas
cosas sin terminar de ser ninguna. Esperemos que la cosa mejore, pero han
pinchado en hueso.
Dedicada a El Duke
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