La música, como ocurría en “Once”, define el estado de ánimo
de los personajes y los vincula. Así la canción inicial de Gretta (Keira Knightley) desvela su
alma dolida, por ello le llega tanto a Dan (Mark Ruffalo), que también se siente identificado.
En los momentos de felicidad de la pareja formada por Gretta
y Dave (Adam Levine) otros temas sonarán para resaltarla.
Uno de los temas más bonitos es el que Gretta escribe para
Dave en unas navidades a modo de regalo. Es su vínculo, su amor y su alma
entregados en notas musicales, una canción que tendrá su evolución y perversión
para retratar los distintos estadios de la pareja.
Este tema será clave al final. Ella le pedirá que lo toque
tal como fue compuesto, con ese espíritu y esa esencia, acústico, sin adornos,
como una especie de demostración. Él accederá y cumplirá, pero nuestra protagonista acaba entendiendo que esa esencia que pide se ha perdido, Gretta entiende que esa relación es
imposible porque sus aspiraciones y forma de ver las cosas son completamente
distintas.
Aquí hay una interesante reflexión sobre la creación y la
dura asimilación que supone que algo personal e íntimo pase a ser patrimonio de
todos.
Un tema compuesto por Dave desvelará a Gretta la infidelidad
de su pareja, el conocimiento a través de la música. Una magnífica escena al
regreso de un viaje del chico. Ella lo entenderá todo sin necesidad de mirarle
a la cara, sólo oyendo la canción, de nuevo la música como expresión del alma
sincera y desnuda. Música delatora, vehículo de conocimiento mutuo.
El proyecto que emprenden Dan y Gretta será musical, como no
podía ser de otra manera, y también redentor. La música será redentora. Un
proyecto consistente en hacer un disco callejero. Grabarán el tema prometido a
modo de inversión y luego se dispondrán a grabar un disco por toda la ciudad. Un disco independiente, libre, callejero, con músicos que estén dispuestos a la
locura: unos profesionales del Pop, otros aburridos del conservatorio y
liberados ante el nuevo proyecto… Grabación en la calle, cada canción en un
lugar distinto de Nueva York como homenaje a esa gran ciudad. Incluso veremos
un Jaguar como estudio de grabación. No sé a vosotros, a mí me parece una idea
genial.
“Necesitamos músicos, especialmente músicos muertos de
aburrimiento”.
“¡Sí! Mientras no sea el puto Vivaldi…"
“Cuando lleguemos al solo de guitarra quiero que sea un
sonido totalmente distinto, quiero que sea un choque de géneros, entre Punk y
Pop, y que nos divirtamos”.
Música sin aderezos, gratuita, auténtica, callejera y
perfecta, entusiasta, pura, rudimentaria... Algo artístico, fuera de corsés.
Reclutando a músicos que tienen que tocar para otros por un sueldo o por nada,
liberándolos, y que se comprometen para hacer algo distinto, fresco, único,
atrevido, lleno de incertidumbre, pero artístico. Puro amor al arte.
El reclutamiento deja momentos simpáticos, como el pianista
que deja plantada la clase de ballet de unas niñas sin más explicaciones cuando
Dan le presenta su oferta. También el agradecido y generoso rapero que alcanzó
la fama gracias a Dan, cediéndole músicos para el proyecto del productor.
La primera canción será en un callejón, sobornando chicos
para que dejen de jugar e incluso participen en los coros, todo con recursos de
andar por casa y haciendo equilibrios para que el sonido sea correcto. Veremos
otras en un parque, en el metro, en el soportal de un edificio, bajo un arco,
en una barca navegando, en lo alto de un edificio… Muy divertido el momento
donde deben salir corriendo de la policía… El batería tiene ritmo y energía.
En lo alto del edificio, como “Los Beatles”, será donde la
hija de Dan, Violet, haga su colaboración y se marque un solo de guitarra (eco
del cebo que vimos al verla tocar en su habitación), con su madre de
espectadora también. Música reconciliadora y unificadora. Dan tocará un poco el
bajo, guiño autorreferencial, ya que el director, Carney, fue bajista de la
banda “The Frames”. Divertido el momento en el que el vecino se queja en la
parte nocturna. Un estupendo y pegadizo tema.
La escena donde la pareja vagabundea por la ciudad con los
auriculares compartiendo su música, es el vínculo total y perfecto. Una de las
escenas más memorables de la película.
Otra canción servirá de catarsis en la relación de Gretta
con Dave, es la que graba para mandársela vía telefónica, exponiendo sus
sentimientos de nuevo. Mensaje doloroso a su ex novio, liberándose a través de
la música de nuevo.
La relación entre Dan y Gretta parece que desembocará en
amor y relación sexual, pero su intimidad será rota por Steve (James Corden),
el entrañable amigo de Gretta y dueño del piso en el que están.
La amistad de Dan y Gretta parece llevar a una productiva
colaboración futura, además de conseguir lo esencial, recomponerlos
psicológica y emocionalmente. Ella incluso propondrá el talento de Dan a su
novio, que acaba de grabar un álbum llamado “On the road”, como la novela de
Kerouac.
La recomposición de esos dos seres heridos no sólo será
personal, también resultará profesional, ya que conseguirán un buen trato con
el ex socio de Dan y su ex productora, una posible carrera para ellos con más
proyectos futuros, aunque sin pretensión alguna… Una amistad con algo
más.
Sin ambición pero con la ayuda de Internet y famosos
tuiteros el modesto álbum será un éxito. 10.000 discos vendidos en un día, a un
euro…
Al contrario que en “Once”, veremos al chico reconciliado
con su mujer y a la chica en un vagar feliz y libre al fin de esta etapa de
crisis y transición superada.
No pasa casi nada durante la narración, pero se escenifican
unos sentimientos y unas relaciones cargadas de verismo, de sinceridad. Una
película que habla del poder redentor de la música, de segundas oportunidades,
del amor y la amistad, de los hilos que nos unen, de la redención, sobre la
regeneración y el impulso vital, sobre los beneficios de la alegría y la
generosidad vital, sobre perseguir nuestros sueños, sobre el dolor y el pasado,
sobre la nostalgia…
“Begin again” es romántica, adorable, encantadora, amable y
entrañable, con muchas reflexiones interesantes con las que poder identificarse
y personajes y relaciones naturales, auténticas y sinceras. Cine sencillo y
honesto, fresco y luminoso. No perdáis la ocasión de “begin again” para
reconciliaros con la vida y las comedias románticas. Un pedazo de vida que nos
reconcilia con ella. ¿Qué más se puede pedir? Ah sí, muy buena música Pop.
Genial!! Bonita, entrañable y bien explicada. Un excelente sabor, q me llega para cerrar un dulce día. No podía ser mejor! Muchas gracias!!
ResponderEliminarUn beso!!!
Me alegra, Reina! Un beso!
EliminarHola, Sambo. Soy cinéfilo (y melómano también) y asiduo a tu blog. Ante todo, enhorabuena por este estupendo blog y por lo que bien que escribes -y te lo curras-. No he escrito antes porque todo lo que se me pudiera ocurrir ya lo mencionas tú, y con mucha mejor prosa y estilo que el que yo pudiera tener. Coincido contigo en Begin Again (me encantó en cuanto la vi, y tengo su BSO en mi Ipod): una verdadera joya. Pero mi agradecimiento especial es porque gracias a la lectura de tu análisis de esta película me has descubierto esa otra joya que es ONCE.
ResponderEliminarAprovecho la ocasión para preguntarte si has visto otra pequeña joya que aúna maravillosamente música y cine, como es la estupenda "La leyenda del pianista en el océano", de Giuseppe Tornatore, con música de Ennio Morricone y una gran actuación de un actor injustamente subestimado como Tim Roth. Con tu capacidad de análisis, seguro que sacabas mucho de ella y de la simbología que encierra.
salu2
Leer comentarios de este tipo, que por fortuna llegan con cierta regularidad, hacen que el esfuerzo del blog merezca la pena. Saber que has conocido una película que te ha gustado o encontrado en el análisis aquello que te haga aún más satisfactorio el visionado de una película que te gusta, es lo mejor.
EliminarApunto tu recomendación, porque no he visto la película, aunque la conozco y creo que merecerá la pena, así le haré un análisis como corresponde.
Muchas gracias por tus palabras, Antonio. Un fuerte abrazo. Estás en tu casa.
Gracias por la bienvenida, MrSambo (y discúlpame por tratarte de Sambo a secas en mi anterior mensaje).
ResponderEliminarTienes razón en que BA es un refinamiento de lo ya esbozado en Once. Y que quizá Carney quiso llegar a un público más amplio que el que visionó Once: de ahí que quizá se pierda parte de la introspección presente en aquélla -se cambia Dublín por la más cosmopolita Nueva York, aunque lo que se vea de la Gran Manzana sean lugares comunes como los de otra ciudad cualquiera). También lo reflejan las BSO: más comercial la de BA, con predominio de arreglos orquestales y una producción más cuidada, con más ritmos y tendente al Pop, mientras que la de ONCE se maneja a base de acordes arpegiados de guitarra y piano y con más detalles del Folk irlandés, con menos uso de cajas de ritmo, más underground (no sé si se me entiende).
Aún así, dos estupendas tardes de buen cine -y una de ellas gracias nuevamente a tí).
salu2
No tienes por qué disculparte! Exacto, das en el clavo. Hay una mayor intimidad en ONCE y su música está más enraizada que en BEGIN AGAIN, siendo las dos excelentes bandas sonoras. Creo que, efectivamente, la pretensión de Carney era llegar a más gente con una historia que a él le llega, porque es básicamente la misma.
EliminarSe agradecen estos comentarios tan reflexivos :) Un saludo.