Uno de los grupos de más talento y más calidad que surgieron
en el boom del Hard melódico de la segunda parte de los 80, casi un clon de los
Bon Jovi que logran un discazo que pasa por ser casi otro Slippery When Wet.
Este debut de Danger Danger lo tiene absolutamente todo,
himnos espectaculares, mimo por el detalle, melodías perfectas, teclados
ampulosos y lujosos, armonías de lujo, buenas guitarras, diversión rockera a
raudales… Uno de esos ejemplos perfectos de Hard Rock melódico en la época de
su máximo esplendor.
No es raro que el grupo lograse un gran éxito y sea
recordado como una de las grandes bandas de la época, aunque ahora resulte
menos conocida, algo se debe en especial a este disco y en menor medida al siguiente,
“Screw It” (1991), que mantuvo la inspiración poco antes de que el Grunge se
impusiera y los sonidos hardrockeros empezaran a pasar más desapercibidos.
“Screw It” tiene un sonido más desnudo, se eliminan los
teclados y sintetizadores espectaculares y ampulosos para que aparezca más el
piano y una producción más directa. Los tiempos ya estaban cambiando hacia el
Grunge, pero dio tiempo a que el álbum también fuera muy bien recibido, entre
otras cosas porque el virtuosismo y la inspiración para las melodías seguía
intacto.
Danger Danger y este disco tuvieron bastante éxito y
hubieran merecido más, pero estuvieron a la sombra de las principales bandas
del género, Bon Jovi, Europe, Poison… Aunque bien mirado ese éxito también es
en parte al boom que supusieron esas bandas y que alcanzó a otras menos
conocidas, y tardías, pero que iban en la misma onda, como es el caso, y que aunque no
llegaran a las cotas de ventas y reconocimiento de las mencionadas tuvieron un buen pedazo del pastel igualmente.
Ted Poley es la columna vertebral del grupo, su líder
indiscutible, aunque todos los temas están compuestos en esta ocasión por el
batería Steve West y el bajista Bruno Ravel. De hecho Poley fue despedido
cuando todavía no se había lanzado el tercer álbum, “Cockroach” (2003).
Posteriormente este álbum se publicaría en formato doble, el primer disco con
su versión original cantado por Poley y el segundo con la parte vocal ejecutada
por Paul Laine. Por fortuna Danger Danger han vuelto a la actualidad con Poley al frente de ellos desde 2009.
“Cockroach” tardó diez años en publicarse debido a problemas
legales, de 1993, cuando se grabó, a 2003, y su recibimiento crítico no pudo
ser más entusiasta, considerado uno de los mejores trabajos de su año.
En 2009 el grupo sacó otro notable disco, “Revolve”, también
con un buen recibimiento crítico y con Rob Marcello en las guitarras.
La salida de Poley en 1993 fue acompañada por la de Andy
Timmons, un guitarrista francamente excepcional, que en este álbum tiene una
curiosa presencia, ya que aunque consta como el guitarrista oficial del grupo
todos los temas menos dos, “Saturday Nite” y “Boys Will Be Boys”, están
ejecutados por Tony “Bruno” Rey, guitarrista que colaboró con el grupo y volvió
a su antigua formación, Saraya, una banda que no estaba mal tampoco, en medio del
proceso de grabación. El cambio no pudo ser más afortunado.
Digo que no pudo ser más afortunado porque Timmons es uno de
los mejores guitarristas que dieron los 80, el propio Joe Satriani lo tiene
como uno de sus predilectos.
Poley no es un cantante que me guste especialmente, pero su
voz nasal y particular es uno de los rasgos más personales y diferenciales del
grupo, uno de los aspectos que dan el sello personal al mismo. Sus cualidades
son limitadas y su tono no es especialmente llamativo o preciosista, pero sí
muy personal, así que es indudablemente eficaz porque cada trabajo del grupo
con él a la cabeza resulta excelente.
El debut de Danger Danger es una de esas operas primas
ejemplares, cada tema es un hit en potencia, sin altibajos, repleto de himnos
para corear en tu habitación con las mismas ganas que en un estadio y que está
justamente considerado como una de las grandes obras del Hard Rock melódico de
todos los tiempos. Un referente ineludible, merecida reputación por todas sus
virtudes.
Ted Poley a las voces, Andy Timmons en las guitarras, Bruno
Ravel al bajo, Steve West en la batería y Kasey Smith a los teclados. Además
aparece acreditado Tony “Bruno” Rey en las guitarras, como ya he comentado.
-Naughty Naughty: Puro Hard Rock melódico de los ochentera,
en su más excelso sentido, comenzando a exhibir todas sus cualidades. Una voz
distorsionada presenta el álbum, mimo en los detalles y en la forma de crear
atmósferas, de tomarse su tiempo y dedicación en cada tema. El bajo gamberro y
misterioso aparece para machacarnos a base de puro Rock, anticipándose al arsenal
melódico del grupo. Juguetonas risas y efectos, riff potente y ritmos vivos
junto a un teclado protagonista, como mandan los cánones del género. Primeras
estrofas pausadas, que mezclan los riffs con las guitarras sin apenas amplificar
en una gran madurez sonora. El puente es excelente, con una melodía que llama
al estribillo, perfectamente engarzada con él y donde los teclados se hacen aún
más incisivos. Kasey Smith tiene una gran labor a las teclas durante todo el
álbum, las teclas en los 80 son indispensables. El estribillo es un himno
auténtico, un clásico del género, tan sencillo como efectivo, el título del
tema recitado con pegadiza melodía a coro de forma pletórica y con un apunte de
la voz principal que lo repite. Volvemos a disfrutar de efectos sonoros,
distorsiones, silbidos… en el retorno a las estrofas, donde el potente riff
sigue siendo predominante. El segundo estribillo se alarga y deja improvisaciones
vocales de Poley, así como detalles guitarreros de calidad de Tony “Bruno” Rey.
El solo también es muy bueno. Parón, donde el bajo vuelve a tener una gran
presencia. La producción es excelente. Pausa atmosférica y arranque repentino
con el estribillo a todo tren donde las improvisaciones de Poley se hacen
constantes, así como los coros van variando y la guitarra remata con contundencia.
Uno de los grandes éxitos del grupo. Un perfecto inicio.
-Under The Gun: Una auténtica joya, un temazo de Hard
melódico realmente excepcional, con una introducción larga y sugerente,
melódica, tranquila, nocturna y muy emotiva donde el teclado y la voz de Poley
te acarician hasta que entran los teclados de forma abrupta para iniciar el
Rock. Esa entrada de teclados, el inicio real del tema tras la introducción, es
casi clavado al de la magnífica “I’d Die For You” de los Bon Jovi en el
Slippery When Wet, con algo más de aceleración inicial. Es memorable el inicio,
no me extraña que casi lo calcaran. La guitarra entrando y los ritmos
acelerándose en las primeras estrofas. La voz con eco avanzando sin pausa hacia
un estribillo de los que hacen época, largo y con la oportuna aparición de los
coros para apoyar una de las frases de Poley. El ritmo es incesante, trepidante,
sin descanso, así volvemos a recorrer la melodía que nos devolverá de forma
entusiasta al estribillo y al solo de guitarra. Estrofas con grandes coros y
melodía variada que desemboca en el obligado parón, un elemento indispensable
en el género. Los teclados volverán a aparecer en todo su esplendor, nerviosos
y deseando arrancar de nuevo junto al tema. Así lo hace con el estribillo donde
coros y voz principal se turna de forma perfecta. La variación de los coros en
la parte final rubrica el tema espectacularmente. Danger Danger presumiendo
de su enorme calidad. ¡Qué grandes los 80!
-Saturday Nite: Riff de Hard clásico y más ritmos vivos,
avanzamos como una locomotora. Puro Rock fiestero y divertido, es un sábado
por la noche, no lo olvidemos. Grandes estrofas de Hard Rock ochentero clásico con
mucha raigambre setentera también. Estribillo aún más alegre y divertido que nos
remite a los Kiss más joviales, con coros originales y lúdicos. Hedonismo
rockero. La trepidante batería no para y la guitarra deja apuntes como
transición. Repitiendo las estrofas montados en el tren del riff y la batería
llegamos por segunda vez al estribillo, que tiene una segunda parte memorable
con los coros cantando con ganas y dejando en bandeja el solo de guitarra, el
primero de los dos que se marca Andy Timmons. Sin aliento seguimos avanzando
por nuestro placentero, frenético y divertido cabalgar con una parte final
donde las armonías en los coros, los apuntes de guitarra y Poley improvisando
subliman el estribillo en el clímax. La diversión al poder.
-Don’t Walk Away: Medio tiempo baladero, dulce y goloso, muy
melódico. Guitarras suaves, sin casi amplificación, melodía marcada y ritmos
ágiles enmarcan la voz de Poley en el inicio. Una guitarra eléctrica se asoma
al tema de forma sutil cuando llegamos al precioso puente y el encantador
estribillo. Una exquisita joya. La progresión melódica es perfecta. Los juegos
de guitarra melódica son un gran acierto y adornan el tema ejemplarmente. Los
coros lejanos durante el puente, evocadores, también funcionan a la perfección,
sutilezas de gran gusto. Buen trabajo de teclados en el estribillo, que en su
segunda aparición se alarga, con un muy buen trabajo de Poley, y da entrada a un
melódico solo de guitarra. Puente y estribillo son los protagonistas de la
parte final, como es habitual. Un tema bonito.
-Bang Bang: Otro de los grandes éxitos del grupo. Un primer
aviso de lo que será el estribillo cantado a coro da paso a la melodía de
guitarra y los ritmos frescos del tema, pegadizo y adictivo a más no poder.
Estrofas ultramelódicas que definen el Rock melódico. Puente con gran apoyo de
los coros y estribillo pletórico, perfecto, largo y clásico para corear hasta
reventar, que también tiene unos coros descomunales. Transición guitarrera a las nuevas estrofas,
bajo constante, matices melódicos en las guitarras sin amplificar y detalles de
teclado sobre el puente. La llegada al estribillo es recibida con alborozo de
nuevo, una joya. Solo de guitarra y juego de coros ocasional de fondo, parón
clásico con el estribillo y arranque progresivo francamente bueno, todos los
elementos del género y la estructura más clásica con una melodía
lograda al máximo. El estribillo cobra intensidad y se beneficia de improvisaciones
vocales y guitarreras hasta llegar al final. Un hit perfecto y total.
-Rock America: Otro himno, patriótico y entusiasta, positivo
y alegre, pero con la intensidad y el sentimiento característicos. Los coros,
con esa ampulosidad clásica en el Hard melódico ochentero, cantan parte del
estribillo de inicio a capela. Teclados espectaculares llevando el mando
mientras la melodía con apuntes de guitarra se va desvelando. La batería se
hace más pesada y la guitarra acompaña a ritmo por las trepidantes estrofas. Perfecta y acelerada progresión melódica, impecable, y estribillo de otra
galaxia. Es soberbia la inflexión y el pequeño detalle de Poley de alargar un
poco más la nota que él canta junto al coro, concluyendo ligeramente después
que éste. Siempre se mantendrá un poco por encima de dicho coro. Sin descanso
seguimos manteniendo el ritmo y la melodía, las estrofas desbocadas y
recibiendo detalles de guitarra y coros. Una guitarra que deja buenos apuntes en el riff. De vuelta al estribillo y su espectacular ejecución con todos los
instrumentos en su justa medida, guitarra, teclados, batería, coros… pasamos al
solo de guitarra, como mandan los cánones. Buen solo. Más detalles de riff para
un nuevo puente que desemboca en el parón, que no podía tardar en llegar, donde
los teclados lo inundan todo. La recuperación del tema es magnífica, con un
grito de Poley y la entrada de la batería de forma grandilocuente. Todo esto
lleva a la parte definitiva, al clímax, con el estribillo a todo tren, Poley
recreándose en sutiles inflexiones e improvisaciones, armonías discretas de
guitarra y coros pletóricos. Otro espectacular tema para la colección.
-Boys Will Be Boys: Aquí tenemos un tema más seco, más
oscuro. Iniciales distorsiones y coros dispersos que insinúan el estribillo,
muy clásicos de los 80, y arranque de ritmos pesados y riff potente. Una
guitarra más melódica se suma a la base. Poley entra definiendo las primeras
estrofas de rockeros serios y temerarios. Coros melódicos, que adquieren más
importancia e intensidad en el puente, y estribillo efectivo, más oscuro, pero
con todas las constantes clásicas, con muchos coros varoniles ampulosos, gran
ambientación de sintetizador y fase vocal extensa. Menos vistoso y alegre, otro
tono, pero funciona muy bien. Clásico riff ochentero, toques guitarreros y más
estrofas marchosas que avanzan haciéndose cada vez más melódicas hacia el
puente y el estribillo. Tras la segunda aparición del estribillo podremos
disfrutar de la segunda aportación de Andy Timmons en un solo. Pausa, calma,
efectos, ecos, coros distorsionados, el bajo latiendo y arranque con el
estribillo que va haciéndose más intenso conforme se acerca el clímax, que
aportará armonías guitarreras para rematar.
-One Step From Paradise: La balada del disco, con todos los
elementos de la balada hardrockera o heavy de los 80, la power ballad. Un
magnífico ejemplo de la misma, aunque no esté en el top del género. Preciosa
guitarra que marca la melodía, teclados que acompañan, solitarios, la voz de
Poley, con ligeros apoyos de coros ocasiones. La intensidad sube con la entrada
de la batería, una guitarra eléctrica gime en el puente y llegamos al intenso
estribillo, bonito y de gran sentimiento, largo y de emotividad manifiesta. El
amor como un paraíso cercano. Las estrofas son preciosas, una atmósfera sentida
y especial, ideal para escuchar en pareja, y es que la balada hardrockera está
fuera de rango. Repetida la estructura y terminando de deleitarnos con el
segundo estribillo que se beneficia de oportunos coros, llegaremos al solo de
guitarra, de gran sentimiento y con acertadas apariciones de Poley. Una nueva
estrofa nos lleva al estribillo en parón, suave, delicado, esperando recobrar
su emotiva intensidad. Una vez esto ocurre todo se hará más enérgico,
especialmente en la voz de Poley y los coros. No faltará un solo lejano de
guitarra haciendo armonías en un final realmente emocionante. Una muestra de
la calidad del grupo en los temas lentos, algo para lo que estas bandas parecen
estar especialmente dotadas. Otra gema.
-Feels Like Love: Acompañamiento aorero con una guitarra muy
melódica. Teclados y ritmos suaves en el inicio de este medio tiempo. El bajo
tiene mucho peso ayudando a dar contundencia a la par que melodía a la base
rítmica. Llegamos al puente aumentando la intensidad, tanto en línea vocal como con la aparición de la eléctrica. La conclusión del puente, que da paso al
estribillo, es inmejorable. El estribillo es una delicia, largo y encantador,
un perfecto medio tiempo, positivo, intenso y sensible. Más estrofas con
placenteras variaciones y detalles a los coros. Puente y retorno al estribillo,
que añade magníficos detalles de los coros, más largo, con excelentes estrofas
añadidas. Grandes detalles de los teclados también. Armonías, sutilezas, espacios
ocupados y decorados a la perfección en un tema muy especial y elegante.
Estrofa de melodía variada para dar entrada al solo de guitarra, muy acorde con
el tema. Los apuntes de teclado subrayando el solo no faltarán. Estribillo en
parón instrumental, tan solo sonido ambiente, ampuloso, y arranque con coros
pletóricos y una ambientación aún más espectacular. Un tema realmente elegante,
las variantes en el estribillo lo hacen crecer de forma exponencial. La
recuperación del tema es excepcional. Soberbio clímax. Otra gozada.
-Turn It On: Riff y bateria con cierta distorsión y
estallido. Puro Hard melódico clásico que retoma la diversión, la juerga y el
descontrol como filosofía a transmitir. Estrofas alegres, divertidas, movidas,
muy rockeras, magnífico puente que
engancha con un portentoso estribillo para corear salvajemente en directo. Las
chicas, el sexo y el desfase en cada parte. Sin que nada decaiga y el ritmo
siga su curso volvemos a las estrofas donde la guitarra va dejando su impronta.
Noches salvajes de verano, de ligues y placer. De vuelta en el estribillo nos
deleitamos aún más, donde se canta el título a coro, a pleno
pulmón, y luego Poley pone una rúbrica con su frase. Solo de guitarra
igualmente fiestero y coros comandando una estrofa de melodía variada que da paso
a una “zona de fiesta”, la manifestación clarificadora de lo que transmite el
propio tema. Imposible no saltar, motivarse o ponerse de buen humor con esta canción. El estribillo alargado y repetido con constantes improvisaciones vocales
de Poley nos abandona para nuestra desolación. Un tema que es gloria bendita
para dejar malos rollos atrás.
-Live It Up: Hard Rock con sabor blusero de inicio en riff y
detalles de percusión, potente Hard Rock de impecable riff. Como un misil
avanzaremos tras la voz de Poley y el soberbio riff. Estribillo convencional,
sencillo y efectivo. Un tema muy hardrockero con menos melodía. Detalles
guitarreros en las nuevas estrofas, una delicia con mucho feeling añejo.
Segundo estribillo y gran solo de guitarra que dialoga con otro de armónica.
Parón para que el riff y los palos de la batería jugueteen en un breve descanso
antes del nuevo arranque. El misil avanza sin frenos hacia el estribillo
nuevamente, que no nos abandonará hasta el jolgorio final. Un tema algo alejado
de la línea del disco por no tener los mismos componentes melódicos, pero muy
brillante igualmente. Perfecto fin de fiesta.
El debut de Danger Danger es el modelo perfecto de la música
que se hacía en los 80, del Hard Rock melódico de más clase y categoría. Un
álbum que define un estilo y que sigue las pautas paso por paso de las grandes
obras y los grandes grupos de la época, sublimados por su gran calidad. Un
disco indispensable que por derecho propio está en los puestos más altos de las
listas de los mejores discos del género.
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