Unos de los grupos más representativos y de mayor calidad
del Hard Rock melódico de los 80, y en general. Europe luchó con los Bon Jovi
por todo lo alto por hacerse con el reinado en la gloriosa década mencionada. Lo tenían todo, músicos excepcionales, el estilo adecuado, un look acertado,
un cantante atractivo... y aunque en su duelo con los Jovi, otro grupo que lo
tenía todo de la misma manera, fueron derrotados con contundencia, no en balde
competían con un grupo de leyenda, su éxito fue sonado y su legado permanente.
Europe ya desde el inició de su carrera mezclaban los elementos
que les llevarían al éxito. El grupo formado por el vocalista Joey Tempest, que
también se encargaba de los teclados, y por el guitarrista John Norum, que
antes junto a Tempest formaron Force, tenía un gusto por el Hard Rock más clásico pero que no
abandonaba las acertadas melodías tan brillantes en los grupos escandinavos.
Así en su estilo las guitarras de riffs duros, pesados y rítmicos de influencia en
los Deep Purple, los Thin Lizzy, un grupo que les encantaba, los Zeppelin o los
UFO se apreciaban de igual manera que en otros temas la melodía y los teclados, como correspondía a los tiempos que corrían. Esto se
mantendría en los dos primeros discos del grupo, “Europe” y “Wing of tomorrow”,
donde, aunque inmaduros, ya se apreciaba un talento indiscutible. Aunque su estilo
era de puro Hard Rock de raigambre setentera con melodía también usaban
elementos heavys, como algunas estructuras de sus temas o el uso de ritmos
vivos y acelerados. Además la importancia de la guitarra de Norum, con la clara
influencia neoclásica de Ritchie Blackmore, las cuidadas melodías y la
cristalina voz de Tempest daban un estilo muy interesante al grupo, aunque aún
les faltaba madurez y definición.
La influencia y el uso de los teclados en grupos exitosos o
pujantes como Journey o los propios Bon Jovi, además del éxito que estaba
teniendo el Hard melódico, la estética glam y demás aspectos, provocó que Europe
fuera dando a la melodía una mayor importancia aún, usando riffs más melódicos,
muchos teclados, Mic Michaeli se sumó al grupo, y unas melodías más accesibles
y muy cuidadas. Esto llegó con “The final countdown”, con Kevin Elson, que
trabajaba con Journey, como productor, y
no gustó mucho a John Norum, que viendo que el grupo daba mayor importancia a
la melodía y los teclados que a la contundencia de su guitarra y todo lo que
envolvía el éxito rockero con el look glam, decidió salir del grupo a toda
velocidad.
El éxito fue mayúsculo, Tempest se convirtió en sex symbol y
Europe fueron uno de esos grupos que introdujo el rock más duro en todo tipo de
hogares, incluidos aquellos donde jamás se había oído una guitarra eléctrica. Una
colección de singles, especialmente el que da título al disco, que se han hecho
eternos e imprescindibles, himnos auténticos que conoce hasta el más despistado
con la única condición de haber estado vivo en algún momento de los últimos 30
años. Melodías como sólo los grupos escandinavos parecen lograr, la guitarra de
Norum, que grabó el disco y se largó, poderosa y brillante, teclados ampulosos y
espectaculares, coros y producción cuidadísima y la limpísima voz de Tempest,
uno de los cantantes con la voz más melódica que ha dado la escena del Hard
Rock. Con su voz sublima el estilo melódico del grupo.
Siguiendo esta línea fue cuando nos llegó el álbum que nos
ocupa, que obtuvo mucho menos éxito que su predecesor pero que aún así éste fue considerable.
Un disco más cohesionado, maduro y que desarrollaba con decisión los elementos
que se empezaron a mostrar en “The final countdown”. A esta mayor cohesión y
madurez de sonido ayudó la incorporación de Kee Marcello (Easy Rider). Como
suele ocurrir en muchas ocasiones el mejor disco de un grupo no es el más
exitoso, eso pasa con Europe, que con este "Out of This World" lograron su mejor
obra.
La marcha de John Norum del grupo y la entrada de Kee
Marcello acaban resultando claves en el sonido del grupo. Marcello, un
guitarrista aún más virtuoso que Norum, también excelente, dotó de una mayor
flexibilidad y gusto melódico y armónico al grupo, aunque se perdió en contundencia, lo
que propició la salida de Norum precisamente, no del todo satisfecho con la
línea que iba a seguir el grupo. Las canciones del disco son auténticas canciones
golosina de melodías perfectas y donde los solos de Marcello alcanzan unas
cotas de lirismo pocas veces igualadas. El preciosismo de los solos de Marcello
es una de las marcas de identidad de "Out Of This World".
Este exacerbado lirismo en melodías y solos lo encontramos
en todos y cada uno de los temas del disco, con mención especial para el single
"Superstitious", un single que se alejó bastante del mítico "The Final Countdown" y
que pudo provocar la decepción de muchos fans, que contiene el que para muchos
es el solo más bello del Hard Rock. Esto de las listas varía según los gustos
pero de lo que no cabe duda es del virtuosismo y la belleza extrema de dicho
solo. Un placer absoluto.
Europe tornó, por tanto, con "The Final Countdown" y este "Out
Of This World" a un estilo mucho más melódico y accesible que en sus dos
primeros discos, pero en los cuales ya estaban presentes los elementos que los
llevaron al éxito, sólo hace falta oír las melodías de “Dreamer”, “Open Your
Heart”, “Seven Doors Hotel”, “Scream Of Anger”… algunas muy contundentes pero
indiscutiblemente melódicas.
Joey Tempest a las voces, Kee Marcello a la guitarra, Mic Michaeli en los teclados, Ian Haugland en
la batería y John Leven al bajo.
Superstituous: El grupo canta a cappella, como si de coros
góspel se tratara, el estribillo del tema para iniciar el álbum, un gran
contraste con respecto al espectacular inicio de su exitoso disco anterior. Un
tema y melodía de cierto aspecto clásico y antiguo, cuando entran los teclados
el sonido eclesiástico se mantiene e incrementa. Pronto llegan los riffs y los
ritmos pesados para introducirnos en las estrofas, detalles de guitarra entre
ellas y elaboración perfecta de la melodía donde el puente es magnífico y
encauza el estribillo de forma espléndida. Los ampulosos teclados y los coros
en el estribillo son especialmente destacados y llamativos. Algo muy común en
el álbum es acabar los estribillos con riffs muy contundentes, como para
reducir un poco el lirismo extremo, las melodías, de los temas con ese detalle
de fuerza rockera. Vuelven las estrofas con los ritmos pesados y riffs, así como
los detalles de guitarra, una estructura clásica. La voz de Tempest está de 10.
Nuevamente el excelente puente, tan bueno como el estribillo al cual volvemos a
llegar, pero esta vez no acabará con un riff, sino con el espectacular solo,
antes mencionado, que es considerado por muchos como uno de los más bellos del
rock. Saboreadlo, deleitaos con él. El sonido de la guitarra de Marcello es
extraordinario, delicioso. Estrofa casi acústica guiada por el bajo que se va
haciendo más agresiva para reiniciar el tema, un gran momento. Encaramos el
final con el estribillo, sus coros y teclados espléndidos y una mayor intensidad
vocal donde el pletórico Tempest lo clava… eso sí, el final será para el riff
contundente.
Let The Good Times Rock: Con el segundo tema tenemos uno de
los numerosos ejemplos de canción golosina. Espectacular. Unos contundentes
ritmos dan paso a una melodía exquisita de guitarra que nos sitúa perfectamente
en el tono del tema. Los teclados por detrás y Marcello con su melodiosa hacha
como introducción. Estrofa con bajo sensual así como toques de guitarra,
estrofas potentes y sexys. Marcello deja numerosos detalles, las estrofas nos
llevan a un puente normal que desemboca en un estribillo absolutamente
espectacular y larguísimo, una melodía perfecta y pegadiza, imposible que no
enganche. Acabará, como tantas veces, con la contundencia de un riff. Reiniciamos
la misma estructura. Estrofas, detalles continuos de guitarra, unas líneas
vocales muy frescas y sueltas, el puente y el memorable estribillo. Tras este
segundo estribillo tendremos un nuevo solo de Marcello, que se inicia con unos
riffs y se desborda en melodía, otra gozada auténtica que se hace salvaje en la
parte final. La parte final corresponde al estribillo, las improvisaciones
vocales y la guitarra de Marcello dejando detalles deliciosamente melódicos y
virtuosos. El tema finaliza con el riff más contundente del tema, como comenté
que solía suceder.
Open Your Heart: Este tercer tema ya lo publicó el grupo en
su “Wing Of Tomorrow” de 1984. Aquí se lo sacó como sencillo e hicieron
variaciones para hacerlo más acorde a los tiempos. Particularmente me gusta
más. La melodía no puede ser mejor. La acústica y línea vocal de inicio te
enamoran sin remisión, la progresión melódica, el uso de los teclados de gran
intensidad lírica y la composición, son de una extraordinaria sensibilidad. Los
teclados suben y entra la batería, la melodía se sigue balanceando de forma
maravillosa hasta el puente de nuevo. Parón y entrada de un potente riff que nos
mete de lleno y crudamente en el estribillo, que curiosamente quizá sea lo más
flojo del tema, siendo estupendo de todas formas. Las estrofas vuelven a su
sensible caminar con las acústicas, la batería, los arreglos de sintetizador y
su ambientación. Ahora se llega al estribillo de forma seguida, en estructura
clásica, y acabamos en el solo, una vez más brillante. Nos despeñamos por la
parte final con un nuevo estribillo que acaba con las sutiles acústicas que nos
han acompañado en la travesía. Uno de los grandes éxitos.
More Than Meets The Eye: Tema de teclados sublimes, con
ellos iniciamos un tema soberbio, de lo mejor del disco. Melodía perfecta,
pegadiza, una progresión de estrofas, puente y estribillo ejemplar, pura
dulzura rockera. El trabajo de los teclados por las estrofas es magnífico, son
los 80 en estado puro, pero al llegar al puente alucinamos, de una intensidad
increíble a pesar de su brevedad, y cuando pensábamos que no podía ser mejor
llega el inmejorable estribillo. Tremenda sensibilidad y gusto para las melodías.
En el estribillo los coros dan un punto más de sentimiento en esa emoción
que ya posee la melodía por sí misma. Volvemos a repetir la estructura con
algún detalle guitarrero, el puente y el placer del estribillo. El solo, con
ritmos contundentes de inicio, se hace exquisitamente melódico luego. Marcello
en estado puro, una delicia que acaba sublimada con las armonías de teclado y
vocales posteriores. Los coros y los teclados de Michaeli, soberbios durante
todo el disco, aquí alcanzan su máxima expresión. El sonido de guitarra de
Marcello, con similitudes al de un teclado, es ideal para el tono del disco. La
parte final, como suele ser habitual, es con el estribillo a todo poder y con una
mayor intensidad, que en esta ocasión no está compensada con riffs duros. Perfecta
canción.
Coast To Coast: Baladón excepcional. Teclados que acompañan la tranquila y limpia
voz de Tempest en una estructura que irá ganado paulatinamente en intensidad hasta llegar a un final majestuoso. Tempest está simplemente espectacular.
Exquisita melodía, toques bluseros en la guitarra y la entrada del resto de instrumentos. Teclados más intensos y la cristalina voz de Tempest nos pone los pelos de
punta en el puente, maravilloso. El estribillo, atravesado por unos teclados
aviolinaos y una melodía realmente preciosa, es de una indiscutible belleza. Eso
sí, no apta para los rockeros más agresivos. Un estribillo larguísimo, como
todos los del disco, muy elaborado y ejecutado con total dedicación y mimo. Solo
espléndido acompañado de una suave y lenta batería. Inspiradísimo Marcello. El
final del mismo, de armonías de una musicalidad fantástica, redondea el trabajo.
Tempest vuelve a tomar el mando, con unos suaves coros de fondo y el teclado sin
más, para cantar una breve estrofa que una vez acaba nos lleva a otro de los
momentos inolvidables del disco. El estribillo, pero ahora repleto de armonías
vocales, que se doblan en la misma voz de Tempest, armonías de teclados y de
todo tipo en un final épico para deleitarse con gozo. El juego de las voces es
una maravilla. Si os gustan las baladas rockeras, te entusiasmará.
Ready Or Not: El tema más heavy del disco, ritmos frenéticos,
vivos y muy duros. Los riffs acelerados y las estrofas ligeras nos van llevando
de forma alegre y fiera por el tema hasta un puente y un estribillo muy
melódicos que acaban con pesados riffs. Contundencia y melodía muy fundidas
como ejemplo preciso de las virtudes del grupo. Una vez acabamos el segundo
estribillo nos desbocamos aún más con el solo de Marcello, un solo muy hardrockero
y vertiginoso acompañado por una gran batería que hace un gran trabajo con los
platos. Técnicas de todo tipo en Marcello que se desmelena con los sweep
pickings y los tapping, aunque de esto último, gracias a Dios, no abusa mucho.
Gran estribillo que se repite en la parte final al que acompañan grandes coros
y las poderosas guitarras. Un final muy contundente. Buen tema.
Sign Of The Times: Otro de los temas más melódicos y
redondos del disco. La perfecta canción golosina que odiarán los rockeros más
duros. No hay más que escuchar los soberbios teclados de inicio y los detalles
vocales para saber lo que nos esperar, un placer mayúsculo para todos los
amantes de la melodía en el rock. Riffs muy pesados igualan la balanza al
iniciar las estrofas, éstas tienen una conclusión muy melódica que nos llevan
al ejemplar estribillo de una sentimentalidad sin medida. Puro sentimiento
melódico. La estructura se repite, el lirismo es total, la musicalidad y
melodía lo inundan todo. Una vez acaba el segundo estribillo llegamos a un
parón donde la voz de Tempest es acompañada por el “Charlie” y la ambientación
de los sintetizadores, además de algún detalle de guitarra, en un momento de
belleza melódica inigualable que desemboca en el solo de guitarra de Marcello,
una vez más perfecto. La forma de alargar las estrofas y frases de Tempest
gracias a su talentosa y virtuosa voz son un placer para los oídos. Nos
enfrentamos a la parte final, parón y nueva tormenta melódica con el estribillo
en su máximo esplendor, la guitarra tiene un segundo solo, otra vez majestuoso,
de gran sensibilidad y gusto donde las armonías nos dejan sin respiro. La parte
final será para unos riffs contundentes que compensen un poco la golosa orgía
de armonías melódicas y pegadizas en la que nos hemos sumergido.
Just The Beginning: Seguimos en la línea de la senda golosa,
los estribillos eternos y perfectos, la preponderancia de la melodía y los
potentes riffs de contraste. Otro tema genial. Teclados que nos sitúan, una vez
más, en los 80, ritmos pesados y los detalles vocales de Tempest. Estrofas
potentes y agresivas sostenidas en los teclados, que llegan a un estribillo de
pura melodía donde se rebaja la presencia de éstos para dar importancia a
la melodía de la parte vocal que nos presenta otro estribillo estratosférico.
Voz y coros llevando otro larguísimo y acertadísimo estribillo. No sabe uno
cual es mejor que otro. Estructura clásica y las estrofas dan paso al puente
que cede el testigo al pegadizo estribillo. Los riffs de transición al solo
vuelven a ser poderosos, un tapping inicia el momento de exhibición de
Marcello, que nos vuelve a deslumbran con su trabajo. Menos melódico pero igual
de virtuoso y brillante. Volvemos a repetir estructura, pero antes del
estribillo tenemos un parón con batería de transición y Tempest recitando el
título del tema, entra el teclado y, ahora sí, chapuzón en el estribillo para
terminar. Los riffs característicos de final de tema nos despiden de esta gozada
de canción. Una más.
Never Say Die: Con unos clásicos “OH, OH, OH” ochenteros y
unos magníficos y originales teclados, que están presentes durante todo el tema,
se inicia esta canción, más suave. Estrofas muy melódicas en esta especie de
medio tiempo rockero que en el estribillo nos deja otra maravillosa melodía,
menos intensa, pero igualmente bonita, con grandes arreglos, sobre todo de
teclado, y un suave final en la línea vocal al recitar el título. La transición
con los “OH, OH, OH”, y los poderosos teclados, casi en rockero riff, vuelven a
iniciar el círculo hacia el estribillo. Repetimos estrofas, con toques bluseros
de guitarra, puente que se mezcla con un estribillo de sublimes y dulces teclados
que una vez terminan nos dejan en manos de un solo, también de teclado, contestado por otro de guitarra, ambos muy buenos, bonitos y
melódicos. Estrofa en parón, sexy, juguetona, una pausa de toques bluseros y de
guitarra muy desnuda para arrancar de nuevo con el estribillo que nos lleva a
otro parón de atmósfera muy romántica, onírica y algo nostálgica, como sólo se
lograba en los 80. Guitarra desnuda, batería suave y coros contestando a la
voz de Tempest, todo muy delicado y sensible para estallar de nuevo con el potente
teclado y los “OH, OH, OH” con los que acaba el tema. Sin ser de los mejores
se trata de otro tema muy disfrutable.
Light And Shadows: Contundentes y pesadísimos ritmos en un
tema seco y duro, casi árido, el menos ágil de cuantos componen el disco. Un
Hard Rock con predominancia de la guitarra y la batería, en la que el “Charlie”
está muy presente. Esto sin renunciar al uso de los teclados, siempre presentes,
o la melodía. Estrofas marcadas y pesadas que llevan a un estribillo que es un
gran contraste melódico, una melodía exquisita que se vuelve pesada y rítmica
al mencionarse el título, de forma que esa parte melódica parece el puente.
Regusto al Hard setentero pasado por los 80, una mezcla curiosa. Repetimos
estructura hasta salir del segundo estribillo e ir a parar a un nuevo solo de
teclado que conversa con el de guitarra, un duelo magnífico y placentero.
Michaeli y Marcello. La melodía resurge con el puente para terminar el tema con
el pesado estribillo y la base de batería, riffs intermitentes y teclado
salvaje. Quizá el tema menos llamativo del disco.
Tower’s Callin’: Nuevos riffs contundentes, aunque ritmos
algo más vivos que en el anterior tema, y rubricados con toques de teclado. Estrofa
con platillo como único acompañamiento de percusión y pesada transición
instrumental al estribillo, que se quita de encima el pesado engranaje con una
melodía ligera, viva y, una vez más, conseguidísima. Otro estribillo precioso
con sensibilidad y sentimiento a partes iguales. También repetimos el recurso
de concluirlo con un poderoso riff y ritmo de batería. Estrofas que parecen una
tensa espera a las transiciones pesadas que se relajan en el estribillo, muy
fresco. Repetimos estructura, nos complacemos de nuevo con el extraordinario
estribillo y llegamos a un interludio onírico, que enmarca un solo distorsionado
de guitarra que se sacude enseguida esos elementos para terminar con una
sublime y virtuosa melodía y punteo. La parte final nos vuelve a dedicar el
estribillo y la imprescindible base rítmica pesada y contundente. Un tema que
puede pasar más inadvertido que otros por la enorme calidad melódica del disco,
pero que es otra joyita.
Tomorrow: La conclusión con la segunda balada del disco. Un
tema lento, exquisito, desbordante de emotividad, sensibilidad y elegancia, con
un Tempest que se reivindica, como si no lo hubiera hecho ya durante el disco,
como un cantante excepcional de voz portentosa y una cristalina melodía en las
cuerdas vocales como pocas veces se ha oído. Casi un susurro inicia la línea
vocal a la que acompaña una suave y bella melodía de piano. Voz y piano juntos
surcando la canción, teclado aviolinado y un Tempest que cuando fuerza en el
estribillo la voz emociona sinceramente. Entrada de la batería con las nuevas
estrofas que siguen el mismo patrón, el piano siempre presente y un Tempest
cada vez más intenso, emotivo y emocionante. Todo aumenta, la voz, el
acompañamiento de violines… hasta llegar a una parte final con un Tempest
sublime. El tema nos abandona con las bellas teclas de piano que nos
acompañaron durante estos 3 minutos de lujo. Exquisita.
Un grupo extraordinario e imprescindible para todo amante de
este rollo que ha sido injustamente maltratado, como tantos otros, por no hacer
justo lo que mandaban los rígidos cánones de los ultras heavys. Ahí están y ahí
perduran. Ahora han vuelto a la senda de un Hard Rock más duro y menos melódico
con la reunión y la vuelta de Norum, un sonido duro de raigambre setentera,
sobre todo en su “Bag of Bones”, pero con una producción moderna, como es
lógico. Lo cierto es que en una onda o en otra son un grupo extraordinario, de gusto
y talento compositivo y de virtuosismo
instrumental, con un guitarrista y un cantante excepcionales. A disfrutar de
este grupazo y esta obra maestra, otro de los discos indispensables de los 80.
Gracias por el análisis, MrSambo.
ResponderEliminarEscribir sobre Europe en los años que corren, con el Heavy Metal y el Rock Duro en estado de postración, casi de muerte, tiene un mérito tremendo...
Y además, me considero un incondicional de Europe. Qué le vamos a hacer... defectos tenemos todos.
Habré escuchado a Europe en general, y este disco en particular como unas 30000 veces, sin exagerar... (exagerando, podría decir que 100000). Aún hoy, llevo en el coche varios CD (originales, por supuesto) y un MP3 cargado (copias, por supuesto) con toda su discografía.
Además del genio musical, y en mi opinión por encima de él, pienso que uno de los factores que les llevaron al éxito son las letras. Sus canciones "cuentan historias". Son algo más que meros estribillos con buena música repetidos una y otra vez, y además no caen ni en la ñoñería que podría suponérsele a un grupo con una estética tan "cuidada" y con un estilo musical menos duro que el Heavy que triunfaba en la época, ni en las letras macarras y transgresoras. En el punto medio encontraron la virtud.
En fin, que los años pasan, y Europe sigue sacando discos de estudio. Decir ahora, poco más de 30 años después del primer "Europe" (Lástima que compusieran "Seven Doors Hotel" cuando no sabían...), que tal o cual disco es "el mejor" va en gustos. La evolución del estilo es patente entre el primero y el último.
Yo, personalmente, me quedo... con todos ellos, cada uno en su momento.
Grandísimo comentario Walls, y aciertas en todo, yo también los escucho actualmente, es el estilo que más me gusta, además de todo lo que se va sacando. Desde luego era muy fácil meterse con ellos, o es muy fácil, pero ahí siguen y realmente potentes. Les vi hace unos años, en su retorno, magníficos.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar.
A-D-O-R-O este disco. La época de Kee Marcello fue para mi lo mejorcito que hicieron Europe, aunque respeto la primera época, es en Out of This World y Prisioners in Paradise dónde me tocan la fibra, ambos discos obras cumbres del hard melódico de la época (ya entrados en los 90!!).
ResponderEliminarReady Or Not y Sign of The Times dos de mis temas preferidos, probablemente. La voz de Tempest y las guitarras de Marcello son auténtica delicia.
Aunque también tengo un grandísimo respeto por su nueva época, quizá Last Look... siendo su peor disco de ésta segunda juventud, pero muy, muy digno nontheless!!
Por cierto, voy a incluir un link a tu página desde mi web (no es necesario que pongas tu uno a la mía, con un "like" a mi página de Facebook me va mucho mejor!!)
Gracias por éstos pequeños bocados de calidad, Sambo!!
Concuerdo nuevamente Daniel, la época con Marcello es mi favorita y como bien dices toda su trayectoria es realmente reseñable y respetable.
ResponderEliminarLo haré o se lo diré a mi prima que es la que controla de facebook JAJAJA.
Muchísimas gracias por tus palabras y el detalle de ponerlo en tu web.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe encantaría leer más críticas tuyas sobre otros discos de Europe. La de Out of this World está genial.
ResponderEliminarRoberto
Me encantaría leer más análisis de discos de Europe. Este de OOTW está genial. Muchas gracias.
ResponderEliminarMe encantaría leer más análisis de discos de Europe. Este de OOTW está genial. Muchas gracias.
ResponderEliminarIrán llegando poco a poco. Gracias por el interés, Roberto.
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