Con el estreno de “Los juegos del hambre” es conveniente
recordar una película que seguro fue un referente a la exitosa saga. Una cinta
de trama muy similar pero mucho más contundente, adulta, sangrienta y dura.
Si “Los juegos del hambre” tiene su mayor interés en lo
accesorio al juego en sí, en el uso y abuso que se hace del mismo como programa
de televisión, espectáculo, manipulación y desprecio por la vida, “Battle royale”
se centra más en la naturaleza de los individuos, esos chavales, que deben
matarse para sobrevivir, un estudio sobre qué motiva a cada uno de ellos para
cometer las atrocidades que acaban cometiendo.
En “Battle royale” no hay concesiones, hay violencia pura y
dura y mucha sangre, no hay elipsis para omitir los asesinatos ni montajes muy
sincopados para hacer de la violencia algo más digerible. Aquí hay desfase a
raudales.
Protagonizada por Takeshi Kitano, uno de los grandes nombres
del cine oriental, sobre todo conocido por sus violentas, en ocasiones, y
brillantes películas como director, y un buen número de chavales (42) que componen
la clase elegida entre todas para pelear a muerte por su vida, “Battle royale”
es un gran espectáculo truculento de ritmo infernal.
Con un planteamiento de suma actualidad, una gran crisis con
un paro descontrolado y una juventud que se rebela, se inicia esta película que
toca un buen número de temas interesantes. El mundo adulto se siente amenazado
por la juventud con lo que decide tirar por la calle de en medio y someterlo
mediante el miedo. Táctica habitual de cualquier estado dictatorial.
Las rebeliones estudiantiles, el desempleo, la violencia…
provoca la creación, por parte del gobierno, de una ley en la que una clase de un
colegio escogida al azar será llevada a una isla desierta para que sus alumnos
se enfrenten en un combate a muerte en el que sólo puede quedar uno. Esta ley
se llama Battle Royale.
Con este planteamiento son evidentes referencias como “El
señor de las moscas” de William Golding; “Los inmortales” (Russell Mulcahy,
1986), en la idea de que sólo puede quedar uno; “El malvado Zaroff” (Ernest B.
Schoedsack e Irving Pichel, 1932), en muchos aspectos de la trama; películas
ochenteras como “Depredador” (John McTiernan, 1987), “La fuga de Logan”
(Michael Anderson, 1976), “Perseguido” (Paul Michael Glaser, 1987), además de
las distopías antitotalitarias de libros como “Un mundo feliz”, “451
Fahrenheit”, “1984”… de los Huxley, Bradbury u Orwell. Todas estas referencias
han sido citadas para el caso de “Los juegos del hambre”, como es lógico.
La idea central de una dictadura es la de tomar los derechos
de los ciudadanos para ofrecerles seguridad. Tú me das tus derechos y a cambio
yo te protejo, nada te ocurrirá. Aquí la concepción de la idea totalitaria de
la ley Battle Royale se dirige a infundir miedo en lo que se teme, en lo que
puede hacer tambalear el poder establecido. La juventud se rebela ante una
situación, para “hacer entrar en razón a esta juventud” se crea una ley donde
se les roban sus derechos y se les infunde ese miedo con intención disuasoria.
Se nos presenta un país que está perdido, en el que los
adultos no ven esperanza, pero que no les impide aplicar medidas que en nada van
a hacer cambiar esa situación si la conclusión a la que han llegado es la
mencionada. Un estado morboso. Un estado morboso y temeroso, el miedo es lo que
lleva al “control incontrolado”. El miedo es el fundamento último de la
película, imponer miedo por el miedo que se tiene.
Los adultos buscarán culpables de su fracaso. Una solución
de emergencia que suavice la sensación de frustración propia, que calle la
verdad y dé la posibilidad de engañarse a uno mismo en esa búsqueda de
culpables.
La película es visualmente potente, sin concesiones y de un
ritmo tremendamente vertiginoso, con los habituales tics frenéticos del cine de
acción oriental.
Hay violencia explícita, un mundo adulto dictatorial y
salvaje, un mundo juvenil que no le va a la zaga, pero en éste se muestra una
mayor humanidad, sentimientos y relaciones sinceras de amistad o amor. La
desesperación y ver cerca la muerte hará surgir todos esos sentimientos y que salgan a la luz secretos ocultos.
Takeshi Kitano será el profesor que comandará el juego.
Desde luego la película no se queda corta en efectismos y en
una violencia exageradísima.
“La vida es un juego”.
El conflicto mundo adulto- mundo joven se muestra con la
idea mencionada de tiranos y sometidos. Entre los jóvenes veremos varios
flashbacks para mostrar un poco su vida y sus sentimientos, esto humaniza a
algunos de los personajes pero, evidentemente, la película se queda muy corta en
este sentido.
Los chavales se comportarán de múltiples maneras, unos
pretenderán mostrarse civilizados, otros serán unos psicópatas sin escrúpulos,
otro verán el cielo abierto en esa anarquía para dar rienda suelta a los peores
instintos, otros se esconderán para no tener que hacer nada despreciable, otros
se verán obligados a defenderse… Veremos sadismo, supervivencia y humanidad,
todo a un ritmo supersónico.
Unos matarán por venganza, por complejos largamente ocultados,
por cuentas pendientes que se ven con la opción de saldar… La cobardía o la
valentía acaban siendo relativas y variables cometiéndose los mismos actos.
La pérdida de humanidad, ese viaje hacia el primitivismo,
hacia lo instintivo, también está presente pero tocada de manera también superficial.
La escena de las amigas que se han refugiado en un faro es
un compendio de las motivaciones mencionadas. Una amigas íntimas que conviven
en aparente calma ocultándose de los asesinos, y primero por miedo y luego por
venganzas, complejos y afán de supervivencia, se acaban matando unas a otras en
un baño de sangre espectacular. El miedo que provoca la presencia el chico
protagonista enciende el instinto homicida en una de ellas, que pretende
envenenarlo. Un error hará que otra chica pruebe la comida envenenada y muera,
este hecho será el que desencadene el miedo, las recriminaciones, las envidias
y venganzas que concluirán con el baño de sangre.
El pasado tiene su importancia en la película, como
mencioné, se nos muestran flashback de varios chicos, entre ellos el
protagonista, para entender sus impulsos y carácter. Con todo, este aspecto
queda cojo y superficial.
Tiene ciertos rasgos poéticos, una poesía de la truculencia
con esos enamorados que se matan sin querer, o sin saber los sentimientos del
otro, o los que no entablan lucha contra la persona que aman, amigas que se
matan creyéndose culpables de cosas que no han cometido… Una poesía soterrada y
casi invisible en un ritmo y narración frenéticos.
Hay un uso bastante irónico de la música clásica en muchas
de las escenas de acción y muerte.
La muerte de Takeshi Kitano deja perplejo al espectador, es
acribillado y muerto pero cuando suena el teléfono se levanta como si tal cosa,
habla y se enfada con su hija, dispara al teléfono y se muere… tal cual lo
cuento. Este artificio nos indica el fondo moral de una cinta en la que parece
que antes de morir debes resolver tus asuntos pendientes.
Al final sobreviven los protagonistas que demuestran un
carácter más generoso, que valoran la amistad y el amor, un final moral pero
algo artificial.
He expuesto algunos de los defectos, son claramente
visibles, falta de desarrollo en los personajes, desequilibrio en su
exposición, falta de desarrollo en comportamientos y relaciones que nos
permitan entender mejor algunas reacciones y caracteres… todo da una cierta
sensación de gratuidad.
Los efectos especiales son muy justitos, algo que no
desmerece a la cinta en absoluto, y las interpretaciones son mediocres, hay que
tener en cuenta que todos son chavales.
Muchos de estos defectos están corregidos en la novela
(1999), y la novela gráfica que se hizo. La novela está escrita por Koushun
Takami. Las diferencias en personalidad y desarrollo de personalidades son
significativas, en la novela hay una mayor profundidad, densidad e intensidad, que permite entender mucho mejor a los
personajes.
En cualquier caso es una muy interesante propuesta.
Takeshi Kitano el de humor amarillo
ResponderEliminarYeaaah el chino cudeiro jajaja
ResponderEliminarBattle Royale es un buen ejercicio de "violencia gratuita" con cierta justificación adoctrinadora: "¿Qué mundo estamos dejando a nuestros hijos? Les estamos obligando a competir hasta la muerte por su supervivencia". Para ser cine comercial japonés los actores me parecieron más expresivos de lo que acostumbran a ser. Y la violencia, en términos japoneses está bastante contenida. Para el standart occidental, ya no tanto.
ResponderEliminarDe "Los juegos del hambre (y la miseria como película)", que debería ser su título completo prefiero no hablar, ni comentando la crítica. Solo diré que reconozco el esfuerzo que le tiene que poner un director a una película para hacerla más ilegible, tediosa, aburrida, insustancial y plana que Battleship, es un esfuerzo que pocos reconocerán :D
Sí, es una película interesante.
ResponderEliminarIntuyo así por encima que no te gustó LOS JUEGOS DEL HAMBRE jajajaja.
Muchas gracias por comentar y dar tu opinión crack.
Los juegos del hambre, no es que no me gustase, es aún peor, me dejó frío. Estaba en plan: a ver niña, cárgatelos a todos de una vez, y acaba con mi sufrimiento y la película. Hasta la música era decepcionante...
ResponderEliminarPero eso significa que aguantaste como un campeón hasta el final, supongo que en solidaridad y animando a la chica jaja
ResponderEliminarEso y porque me había dejado el mando del ordenador lejos, y ya tenía la postura buena... Si no le hubiese dado boleto pero rápido.
ResponderEliminarLa postura buena jajaja. Sí pero despierto, eso queda mal en tu desprecio jajaja
ResponderEliminarTakeshi Gitano es muy grande. Te puede hacer cualquier peli o programa y siempre queda bien. Desde Takeshi's Castle(humor amarillo), programa revolucionario para su época, hasta pelis románticas.
ResponderEliminarBattle Royale es una peli muy impactante, pero creo que el impacto viene del "realismo", o sea, cualquier grupo de adolescentes que se vieran en esta situación se comportaría igual.
Estaba esperando tu comentario Rincewindcat, que sabía que te gustaba jajaja. Gracias por la opinión.
ResponderEliminarEso reafirma mi desprecio, me mantuve despierto para que viese que ni para hacerme dormir la película servía.
ResponderEliminarEso ha quedado cogidillo por los pelos jajajaja
ResponderEliminarHello a todo el mundo...
ResponderEliminarMe entanca Kitano... ese humor negro mezclado con ese sadismo...
por esa combinación también me han gustado mucho de este actor "Brother" y "Zatoichi", cada una en un género distinto, pero siempre las mismas premisas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCierto Taillon, y en algunas cierta poesía bastante conmovedora. Un tipo interesante.
ResponderEliminarUna película que hace unos cuantos años no fui capaz de ver por su gore llevado al extremo, era un joven inocente... Ahora cuando decidí verla pasó a encantarme ver sangre y el curioso caso de esos jóvenes matándose unos a otros de todas las maneras posibles... Una película más que interesante.
ResponderEliminarCuando la ví, no caí en que Takeshi era el de Humor Amarillo... nunca volveré a mirarlo con los mismo ojos.
Un placer recordar esta película de tu mano Sambo!
Un tío listo querido NoneGL, Kitano es un crack. Pues sí, a mí el gore no me va nada, pero ésta resulta bastante interesante. Muchas gracias crack.
ResponderEliminarA mí tampoco me seduce el gore, pero esta película me parece interesante. A ver si me hago con ella. Un saludo.
ResponderEliminarDale una oportunidad Pablo, es desestresante y plantea cosas interesantes, dentro de sus defectillos.
ResponderEliminarUn abrazo