
Allison (Claudette Colbert), se despierta en el
compartimento de un tren, parece turbada y desorientada, no sabe ni qué hace ni cómo
llegó allí. Tampoco recuerda cómo la pistola que descubre llegó a parar a su
bolso. Cuando el tren llegue a su destino llamará a su marido (Don Ameche), que
había llamado a la policía para iniciar las misiones de búsqueda.

Ameche y Colbert habían coincidido en esa obra maestra que
es “Medianoche” (Mitchell Leisen, 1939), además de alguna otra película, aquí
el tono cambia con respecto a la cinta guionizada por Billy Wilder y de la
comedia pasamos al terror psicológico, el thriller.
Tanto Colbert como Ameche trabajaron varias veces con Sirk,
la actriz en “Tempestad en la cumbre” (1951) y el actor en “Slightly French”
(1949), ambas posteriores a la que nos ocupa. “Tempestad en la cumbre” es la
que más similitudes guarda con ésta, otra cinta de intriga bastante
interesante.
“Pacto tenebroso” es irregular, ciertos lastres de guión o
que hubiera títulos precedente muy brillantes y de más enjundia no son aspectos
que jueguen a favor de la cinta, pero independientemente de esto se disfruta
enormemente.
Estos lastes de guión son los que hacen que la película
pierda fuelle, la falta de ambigüedad, ciertos trucos e inverosimilitudes para
crear la intriga, acaban afectando a la evolución de la historia, pero el
poderoso inicio y la buena labor de Sirk, con un uso magistral de las sombras,
logran llevar a buen puerto la cinta.

Como he comentado en otras ocasiones las escaleras en Sirk
son casi vitales, siempre simbólicas, siempre importantes, para mostrar las
diferencias entre personajes, conflictos, o simbolizar el tránsito, aquí
remarca el carácter perverso del protagonista.
Como ejemplo de conflicto en una escalera tendremos la
escena de la modelo en el estudio fotográfico con el propio fotógrafo al
comienzo de la película.

Sirk recurre a elementos mínimos y muy sutiles, pero siempre
efectivos, para crear tensión, misterio y un aura onírica muy acertada. Un
plano sobre un reloj que marca las 12 en punto es seguido por un suave
travelling que nos muestra a Colbert sentada tranquilamente en un plano
general, un día lluvioso y una cámara que parece espiar y esperar algo. Ese
algo es la llamada de un guante negro a
la puerta, es el fotógrafo que se hace pasar por médico. Sirk no oculta nada,
desde el mismo inicio nos indica que algo se trama contra la buena mujer interpretada
por Colbert.

Un plano encadenado del supuesto médico y el cuerpo de
Alison da paso a la siguiente escena. Una magnífica forma de relacionarlas.
Sirk recurre a varias escenas donde los trenes están
presentes, por ejemplo la inicial ya mencionada. Este uso reiterado implica el
tránsito vital de la protagonista, la evolución en una investigación para
descubrir la verdad y a sí misma.
Ni que decir tiene que la dirección es absolutamente
clásica.


La escena donde Richard Courtland (Don Ameche), susurra en
sueños a su mujer para que ésta se tire por el balcón, medio sonámbula medio
hipnotizada, resulta muy forzada e inverosímil.


Como curiosidad hay que mencionar la presencia de Raymond
Burr, el mítico protagonista de “Perry Mason” o “Ironside”, como un detective.
También veremos al galán Robert Cummings.


Claudette Colbert destaca por encima de los demás miembros
del reparto, no en balde Sirk ha sido uno de los grandes directores de actrices
que ha dado el cine.
Película que va de más a menos y que a pesar de sus
irregularidades es seguro que entretendrá al que apueste por ella, es lo que
tienen los grandes directores, sus películas menos magistrales también resultan
interesantes, incluso hipnóticas.
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