Los viajes en el tiempo, las paradojas temporales, los
manejos entre el pasado y el futuro siempre han fascinado a espectadores y
autores. En la literatura, los cómics, las series, el cine… encontramos
montones de referentes y obras que tratan el tema, auténticas joyas
imperecederas en muchos casos. Misteriosas, fascinantes, imaginativas,
inteligentes, rocambolescas, brillantes, emocionantes… estas obras nos muestran
el contraste entre dos tiempos, imaginar mundos futuros y recrear los pasados.
En otros casos nos sirven, además de para esto, o por el contrario, para hacer
reflexiones metafísicas. El hecho es que estos relatos nos atrapan siempre.
Autores clásicos, indiscutibles, han usado los viajes en el
tiempo para contarnos historias eternas, unos usaban la magia y otros la
ciencia como método para dicho viaje, algo más o menos intrascendente. Así
Isaac Asimov con “El fin de la eternidad”, Jorge Luis Borges en varios relatos,
Charles Dickens en “Cuento de navidad”, Mark Tawin con “Un yanqui en la corte
del Rey Arturo” o, como no, H. G. Wells y “La máquina del tiempo” son algunos
de los muchos autores que nos han contado aventuras con este tema como idea
central.
Por supuesto el cine no ha sido ajeno a estas obras.
Imposible.
¿Quién no ha alucinado con esa obra maestra indiscutible que
es “Regreso al futuro” (Robert Zemeckis, 1985) y sus secuelas (la tercera
flojita)?
La película de Robert Zemeckis es un referente absoluto que
además es homenajeado en esta cinta que nos ocupa, pero hay muchas otras joyas
con este tema. “El tiempo en sus manos” (George Pal, 1960), “Los héroes del
tiempo" (Terry Gilliam, 1981), la saga de “Terminator”, “El experimento
Filadelfia” (Stewart Raffill, 1984), la entrañable “El vuelo del navegante" (Randal Kleiser, 1986), la aportación de Francis Ford Coppola con “Peggy Sue se
casó” (1986), esa otra obra maestra indispensable que es “Atrapado en el
tiempo” (Harold Ramis, 1993), el mismo Jean-Claude Van Damme nos dejó su
aportación con “Timecop, policía en el tiempo” (Peter Hyams, 1994), otro título
de Terry Gilliam que se ha convertido en película de culto como es “12 monos”
(1995), parodias como “Austin Powers 2: La espía que me achuchó” (Jay Roach,
1999), interesantes y nostálgicas propuestas como “Frequency” (Gregory Oblit,
2000), “Paycheck” (John Woo, 2003), incluso en la saga de Harry Potter con “El
prisionero de Azkaban” (Alfonso Cuarón, 2004), se toca el tema, también en otra
cinta de culto como “El efecto mariposa” (Eric Bress y J. Mackye Gruber), en
“The Jacket” (John Maybury, 2005), la aportación española en “Los
cronocrímenes” (Nacho Vigalondo, 2007), la magnífica “Star Trek” (J. J. Abrams,
2009), chorradas como “Jacuzzi al pasado” (Steve Pink, 2010), la adaptación a
la pantalla del videojuego “Prince of Persia: Las arenas del tiempo” (Mike
Newell, 2010) o las recientes “Midnight in Paris” (Woody Allen, 2011), “Código
fuente” (Duncan Jones, 2011) o “Men in black 3” (Barry Sonenfeld, 2012)… por
poner una buena lista de cintas.
Además de todo esto hay que añadir distintas versiones,
secuelas, variaciones o adaptaciones de algunos de estos títulos o de las obras
literarias, como las mencionadas, de variable calidad.
Series como la
clásica “El túnel del tiempo”, las distintas que se han hecho sobre el “Doctor
Who” tanto en cine como en televisión, en “Mitfist” también se ha tocado el
tema, en “Lost” (esta serie también contiene un avión que es parte esencial de
la trama y los viajes en el tiempo), de hecho J.J. Abrams es muy fan de este
tema (“Fringe”)…
De “Regreso al futuro” también existe una serie de animación.
La idea del viaje en el tiempo se ha usado para crear, a
través del contraste, comedias que hacían valorar las ventajas que tenemos
actualmente y echar de menos conceptos e ideas que parecen perdidas (“Un yanqui
en la corte del Rey Arturo”…), para advertirnos de los peligros en los que
podemos caer si vamos por mal camino cuando un personaje viene del futuro (“Terminator”…),
para desarrollar toda una reflexión metafísica sobre la importancia del pasado,
de los actos del presente, de lo importante que es cada momento, así como
ofrecer un paseo completo por toda la cultura, la mítica, la idiosincrasia
americana más pura y genuina en épocas de esplendor (“Regreso al futuro”…),
como reflexiones filosóficas sobre el tiempo con aires románticos, valorar
también el presente o reivindicar las segundas oportunidades… (“Midnight in París”,
“Código fuente”…), en definitiva para multitud de ideas a menudo interesantes y
sugerentes.
Centrándonos en la que nos ocupa tenemos una visión original
y novedosa, dentro de lo que acabe, y brillantemente contada. Una película que
fue un fracaso absoluto pero que pasó a ser película de culto en el boca oreja
y a través del videoclub.
“Donnie Darko” tiene su originalidad en que inicia la
narración de su película dentro ya de un bucle temporal, aspecto éste que ha
creado mucha confusión y que ha provocado que haya pasado por ser una película
compleja, confusa, ilógica a la par que fascinante, radicando ahí parte de su
éxito. El hecho es que en realidad no es tan compleja como parece o incluso se
esfuerza en parecer.
Un inteligente y brillante adolescente en tratamiento
psicológico recibe la visita de un conejo gigante que lo salvará de la muerte
al caer un motor de avión en su habitación. Las visiones a partir de entonces serán
contantes donde el conejo le irá marcando una inesperada ruta que él seguirá
disciplinadamente. Lo que le espera es sorprendente.
La película se inicia como si de un nacimiento se tratara,
un amanecer, un chico (Jake Gyllenhaal), tirado en la carretera que despierta y un regreso a casa
en bicicleta. Las bicicletas, tan imprescindibles a menudo. En “E.T. Elextraterrestre” (Steven Spielberg, 1982), eran básicas, en “Regreso al futuro”, en cambio, son sustituidas por el monopatín. En su viaje de regreso a casa
veremos de forma indirecta a los miembros de su familia resaltados a cámara
lenta, su padre (Holmes Osborne) y hermana mayor (Maggie Gyllenhaal, que también es su hermana en la vida real) en el
jardín, su hermana pequeña (Daveigh Chase) saltando en una cama elástica, su
madre (Mary McDonnell) leyendo “It/Eso” de Stephen King… El uso de las
cámaras lentas o aceleradas que salpican toda la narración es significativo de
ese universo alternativo que se ha creado, donde el tiempo ha alterado su curso
normal.
Tras cada intertítulo se usará este recurso de las cámaras
lentas o aceleradas.
El cartel en el frigorífico que dice “¿Dónde está Donnie?” nos
va dando pistas de todo esto, algo sólo reconocible al final de la película.
Donnie está en un bucle temporal, perdido en el tiempo, intentando, además,
encontrarse a sí mismo. Habrá más mensajes en el frigorífico.
Donnie es problemático, va a terapia y necesita medicación,
que no siempre se toma, y vemos las cotidianas disputas y tensiones familiares.
Es 1988 y George Bush se presenta a las elecciones. La habitación de Donnie
está decorada con un ojo pintado, también hay una pequeña calavera. Donnie,
cuando su madre le visita en su habitación y tienen una discusión, está
leyendo, igual que veremos hacer al padre poco después. Una familia lectora. Su
airada reacción hará recapacitar a Donnie que se tomará las pastillas. Las
pastillas le darán el don de la
clarividencia, siempre después de tomárselas parece adquirir la capacidad para
comunicarse con Frank (James Duval).
2 de octubre de 1988.
La película estará dividida con intertítulos temporales que
nos irán acercando al límite que marcará el conejito Frank en esta escena que
va a acontecer. Bush y Dukakis en la televisión, un travelling hacia un reloj,
el intertítulo con la fecha citada y una siniestra voz over que incita a Donnie
a despertarse. Así comienzan los hechos extraños de “Donnie Darko”.
Esta voz guiará a un zombificado Donnie fuera de la casa y
le dará unas extrañas instrucciones. El mundo acabará en 28 días, 6 horas, 42
minutos y 12 segundos. La aparición del conejo remite al cine de David Lynch de
manera inmediata. La hermana mayor parece de venir de pasar una buena noche con
algún chico, momento en el que algo impacta de forma bestial contra la casa. Un
motor de avión ha caído justo en la habitación de Donnie al que el conejo había
sacado oportunamente de ella evitando que muriese allí aplastado.
La opción de la esquizofrenia de Donnie como causa de estas
circunstancias sobrevuela la película, pero si se pretendía ambigüedad no
funciona, un examen ligero sobre el punto de vista deja claro que esa opción no
es válida.
Volveremos a ver a Donnie dormido a la intemperie, en este
caso en un campo de golf donde aparecerá por primera vez Jim Cunningham, el
personaje que interpreta Patrick Swayze. Tiene escrito lo que el conejo Frank
le dijo.
La dirección muestra pausa y sobriedad, una notable
seguridad en lo que cuenta. Además se aprecia que Richard Kelly, el director,
disfruta como un niño jugueteando con distintos elementos, pistas o detalles
que enriquecen el conjunto y fascinan en la narración. Como ejemplo ese zoom
sobre la espiral que tienen en el centro el motor de avión, una pista sobre el
bucle temporal en el que estamos inmersos.
Todo se mezcla, creencias, fantasías, la ciencia ficción, la
esquizofrenia de Donnie como causa de lo que vemos… El padre insinuará que
quizá Donnie esté maldito.
Un plano inclinado sobre la puerta del autobús que denota
una realidad alterada nos inicia en un plano secuencia donde vemos otra vez a
todos los personajes que tendrán relación con Donnie, si en el primer caso fue
con los componentes de su familia ahora lo será con su círculo escolar. Los
malotes, la chica de la que se enamorará, los profesores, todo adornado con los
Tears for Fears y su “Head over heels”. Un plano brillantísimo (en realidad son
varios planos secuencia dentro de la misma escena), que nos describe con gran
sutileza a los personajes e incluso ciertas relaciones, así veremos al malote
con su actitud chulesca (y drogadicta), un gesto de asco en la que será novia
de Donnie, Gretchen Ross (Jena Malone), la obsesión casi enfermiza del
personaje de la profesora Kitty Farmer (Beth Grant), hacia Jim Cunningham, la
relación entre los profesores interpretados por Noah Wyle y Drew Barrymore, los
ensayos de la hermana pequeña de Donnie… Toda esta secuencia vuelve a estar
salpicada de cámaras lentas y aceleraciones repentinas que resaltan su
artificio, incluso el personaje de Drew Barrymore dará un artístico giro al
entrar en su clase.
Ah, formidable cinta. Un amigo de internet lo reducía todo a una pregunta: "¿hay que entenderla?". Bueno, yo creo que no es precisamente lo esencial (aunque no exactamente como en un Lynch), pese a que la explicación-resumen pueda resultar bastante sencilla. Entiendo que lo elemental de la peli no es tanto el relato de esa experiencia redentora-temporal como la clásica historia de un joven americano alienado (del este del edén a American Beauty o el amigo de la niña Draper). En cualquier caso, lo que me fascina es el envoltorio, una cascada barroca abundantísima en referencias, y lo magníficamente que se plasma el tiempo en que transcurre la acción: detalles y guiños por doquier. Como bien apuntas, la película transmite el entusiasmo del director en la realización de la misma.
ResponderEliminarPercival, muy de acuerdo en lo que comentas aunque sin ese interés en buscarle sentido no sería lo que es ni habría llegado a la peli de culto en que se ha convertido, un ejercicio intelectual siempre interesante. Ese aspecto con su crítica a la era Regan, que es lo menos acertado, y el lado oscuro de esa sociedad tan ideal en apariencia lo trato en las siguientes partes y vuelve a remitir al Lynch de TERCIOPLEO AZUL, por ejemplo.
ResponderEliminarGracias por comentar, sabía que esta cinta te gustaba.
Espero que fuese intencionado, y obiar para la siguientes partes al personaje más misterioso y clave de la película "Abuela Muerte" ¡Sin ella no se introduce el tema del viaje espacio-temporal en toda la película!
ResponderEliminarPor cierto, el día que Hollywood desarrolle un método distinto para los viajes espacio-temporales que no sean los agujeros de gusano, os invito a todos a una parrillada de una vaca entera. Que si, que la teoría de Hawking es muy molona y elegante, pero... ya cansa. Hasta Carl Sagan en su Contact los usaba...
Hola Dankher, claro que se menciona a "abuela muerte", pero tadavía no ha aparecido jeje.
ResponderEliminarApunto lo de la parrillada jaja
En los 90 la crítica sesuda dio por descalificar con radicalidad aquello que fue denominado como "estética de video-clip", un uso de realización corriente en series (en Baywatch lo empleaban con maestría) y que tenía condenados, ante esa crítica académica, a directores como Tony Scott. La secuencia de Head over Heels es un buen ejemplo de cómo lo criticable no es el recurso sino el sentido del mismo. Esta secuencia, digo, es ejemplar tanto en su estética como en lo funcional, como muy bien relata Sambo. Claro que fue Luhrmann quien más claramente dejó fuera de juego y lugar a quienes denostaban la estética de video-clip en el cine.
ResponderEliminarCierto, aunque lo que eleva la cinta es la conjunción de esas secuencias cliperas con un clasicismo muy seguro en muchas otras escenas, una mezcla muy interesante.
ResponderEliminarMe encanta esta película... típica para revisionar de vez en cuando y siempre quedarte con un buen sabor de boca. La dirección, las actuaciones, el enfoque de los personajes, la música, la estética, los temas... no me sale nada que poder criticar a vuestra altura intelectual.
ResponderEliminarSobre pelis que abordan el tema de los viajes en el tiempo, he leído grandes cosas sobre "Primer".
http://www.cinetube.es/peliculas/ciencia-ficcion/ver-pelicula-primer.html
Lástima que no haya enlaces para verla online.(Uy!)
Muchas gracias Eddie, apunto esa peli de la que no he oído hablar a ver que tal está. Me alegra que te guste.
ResponderEliminarYo después d tan sesudas intervenciones, callo, leo y aprendo. :-|
ResponderEliminarSolo diré q eres un estupendo…crítico? Comentarista cinemelódico?
Me gusta cómo nos llevas con agilidad y frescura. Los documentados antecedentes, la presentación, las reflexiones, las imágenes…
Pues sí, siempre digo lo mismo. Es q siempre es verdad, y lo q yo pueda aportar es poco comparado con el texto y lis comentaristas d lujo.
Besos, sensei
R
Muchas gracias R, a mí sí me aportan tus intervenciones y tus opiniones siempre.
ResponderEliminarBesos.