Crítica: LOS JUEGOS DEL HAMBRE (2012) -Parte 1/2-

GARY ROSS

Una nueva saga y franquicia se nos viene encima, una nueva adaptación de una exitosa serie de libros, en este caso de Suzanne Collins, coge el relevo de  referentes adolescentes como “Harry Potter”, “Crepúsculo”, “Las crónicas de Narnia”... Lo cierto es que aunque se tiende a unirlo a este grupo de películas más infantiles  y juveniles “Los juegos del hambre” está lejos del estilo light y amable de las citadas sagas. Un universo mucho más adulto, cruel, duro y despiadado es el que nos presenta Collins, algo que tiene poco que ver con la historia de los vampiros y el joven mago, por ejemplo.

Evidentemente su carácter lúdico, el estar protagonizado por una chica adolescente y que su público mayoritario sea joven ha llevado a lanzar a esta saga, muy injustamente, al mismo saco.

En cuanto acabe la proyección no os cabrá duda de que no tenía mucho que ver.

Su tono, evidentemente, no es truculento, es una violencia asumible, matizada y sin regodeos, lejos del gore de uno de sus principales referentes, y superior a esta cinta que nos ocupa, como es “Battle Royale”, pero aún así tiene auténtico interés.

Desde luego una de las cosas que más gozo produce al ver la cinta es la numerosa lista de referentes que se pueden sacar.

Ese espectáculo de vida y muerte televisado nos hará pensar, ¿por qué no?, en “El show de Truman” (Peter Weir, 1998), unos críos en una isla donde todos se acaban volviendo contra todos nos remite a “El señor de las moscas”, la novela de William Golding que ha tenido un par de adaptaciones cinematográficas; “Los inmortales” y esa idea de que sólo puede quedar uno; “Battle Royale” (Kinji Fukasaku, 2000) y sus evidentes parecidos en toda la trama; “El Malvado Zaroff” (Ernest B. Schoedsack e Irving Pichel, 1932) y su remake “A game of death” (Robert Wise, 1945); ciertos toques a “Depredador”, “Perseguido”, “La fuga de Logan”, “Network”, la reconocida influencia del mito de Teseo y el Minotauro, de paralelismos claros; las distopías siempre recordadas cuando surgen este tipo de historias de  Orwell, Huxley, Bradbury…

Jennifer Lawrence será nuestra protagonista y vuelve a repetir el rol de chica adolescente, fuerte y madura que cuida de su familia, como ya la viéramos en “Winter’s Bone" (2010), una interpretación que le valió la nominación al Oscar. Está muy bien. Se nos muestra que la fortaleza no sólo es algo innato, sino que en muchas ocasiones es sobrevenida, motivada por algo por lo que merece la pena luchar. La cuestión es nuestra capacidad para llegar a tener esas cosas que nos importen de esa manera (principios, familias, amigos, ideales…). Katniss Everdeen la tiene, es su familia y en especial su hermana pequeña, para la que es más que su madre incluso.

Es evidente que la debilidad nos puede llevar a relativizar la importancia que lo que siempre mantuvimos como esencial e imprescindible en nuestra vida. Quien vence esa debilidad consigue su gran victoria vital.

Katniss es una cazadora experimentada que se salta las reglas para, precisamente, cuidar y dar de comer a su familia. Sabe usar el viento, seguir rastros, manejar a su presa para que se ponga a tiro, es decidida y firme, además de experta en el uso del arco.

Una gran desgracia asoló los Estados Unidos, ahora llamado Panem. Para no olvidarlo y como castigo a aquella rebelión, el estado, con su sede en El Capitolio, organiza unos juegos retransmitidos por televisión llamados los Juegos del Hambre, en el que 12 distritos deberán tributar un chico y una chica de entre 12 y 18 años para participar en ellos. Estos juegos consisten en una lucha a muerte entre los participantes (tributos) hasta que sólo quede uno.

Se muestra claramente el contraste entre ese universo futurista, bastante hortera y aséptico, con el mundo salvaje, natural y primitivo donde caza Katniss y donde los “tributos” tendrán que luchar por su vida.

En el sorteo de participantes es elegida como tributo la hermana de Katniss, Primrose (Willow Shields), y todos parecen conocerla, todos parecen saber quién es, todos la miran, o bien es muy famosa o hay un exceso o torpeza de puesta en escena.

Por supuesto, Katniss saldrá en su ayuda, de modo impulsivo demostrará su fortaleza, se sacrificará por ella, la protegerá y recibirá de vuelta el talismán que le regaló a su pequeña hermana.

En líneas generales no hay nada especialmente reseñable en la dirección, es convencional y deja que todo lo haga la propia historia ya que ésta tiene suficientes componentes exuberantes en decorados y vestuarios para distraer la vista, con lo que el bueno de Gary Ross deja hacer a los diseñadores y cuenta la historia sin contemplaciones ni riesgos en la puesta en escena. Todo es convencional y sin profundidad en ese sentido. Lo que sí logra Ross es un buen tempo y una buena narración.

Ross se toma tiempo para elaborar y retratar con mucha corrección el universo de “Los juegos del hambre”, pausa y buena narrativa donde conocemos bien a los personajes y el desarrollo de la trama, sus preparativos, su mitología... Una dirección muy sobria, sin alardes, ni trucos, ni golpes de efecto. No tiene prisa por llegar a lo trepidante porque muestra seguridad en que lo que cuenta interesa, especialmente por la expectativa que crean los juegos en sí.

Una vez los tributos han sido elegidos entramos de lleno en un mundo de lujo y glamour, un universo al servicio del espectáculo de la muerte. Estamos en el mundo de ”Network” (Sidney Lumet, 1976).

Hay una interesante reflexión en la ambivalencia que se muestra en los tributos, el pánico, asco, repulsión, repugnancia que les producen los juegos de los que van a ser víctimas, y a la vez, una fascinación y un gusto por la fama, la atención que les muestran, el orgullo y la satisfacción por ese éxito y reconocimiento (ficticio, como bien se sabe), se sienten alguien verdaderamente importante, parece, en algunos casos, que llegan a disfrutarlo. Este es un punto muy interesante en la película y se desarrolla de forma bastante notable y sutil.

Podemos apreciar una evolución, madurez y aprendizaje en los concursantes, especialmente en la protagonista, que se adaptará a la perfección a las servidumbres de la publicidad para hacerse notar y ganar puntos.

El personaje de Woody Harrelson (Haymitch Abernathy), guiará a nuestros tributos protagonistas, la mencionada Katniss y Peeta (Josh Hutcherson), el tributo varón del distrito 12. Él les hará comprender la importancia de la imagen y la publicidad, con ello lograrán patrocinadores que les prestarán ayuda en el juego. El rockero Lenny Kravitz (Cinna), también les ayudará mucho en este sentido.

Los protagonistas se verán obligados a usar lo que aborrecían, y nuestra protagonista se va sintiendo cada vez más segura y a gusto. Es una superviviente nata y la adaptación es su clave.

Desde luego el reparto tiene grandes nombres, a los mencionados Harrelson y Kravitz hay que añadir a gente como Stanley Tucci (Caesar Flickerman), que es el presentador del programa, una especie de Mercedes Milá del futuro y en hombre, Donald Sutherland (el presidente Snow), el mandamás del Capitolio, Toby Jones o Wes Bentley (Seneca Crane).

 

Lee aquí la Última Parte del análisis.