
A rebufo del éxito de la mencionada cinta llegó esta “Salir
del armario” que de alguna forma explota ciertas constantes de la anterior y
pretende estirar su éxito. Una película simpática y divertida, de enredos y
malentendidos, engaños y ocultaciones para provocar la risa en el espectador. A
pesar de todas sus virtudes para sacar partido a la comedia no se puede evitar
cierta sensación de “fórmula” en ella.

“Salir del armario” resulta una evidente crítica a la
hipocresía, el prejuicio sexual, a la manipulación de los lobbys y minorías,
así como al problema del desempleo, ahora tremendamente actual.

Una película breve que sabe sacar partido a gags, enredos y
diálogos, sin ofender, ni resultar polémica. Se beneficia además de unas
excelentes interpretaciones, con Daniel Auteuil a la cabeza, más una colección
magnífica de secundarios, Gérard Depardieu, Thierry Lhermitte, Michèle Laroque,
Jean Rochefort…
Comedia simpática sin más pretensión que provocar unas
cuantas risas, pretensión que cumple sin problemas, hábilmente realizada y con
un buen planteamiento inicial, al que sabe sacar partido la mayor parte del
metraje. El rumor, su lastimoso alcance, su influencia, la mezquindad de la
gente corriente que va de digna y da pábulo a cualquiera que oye, especialmente
si le interesa… son críticas y planteamientos que se muestran en la película de
forma ingeniosa.

La película se ve con agrado de principio a fin y encima
tenemos una sensual y caliente escena con la que no nos extrañaría que aumentara el
turismo japonés en Francia…

Un personaje que vertebra, en su evolución, toda la
película, convirtiéndose en un hombre nuevo al fingir ser un hombre falso.
La película ironiza sobre lo políticamente correcto y los
prejuicios, logrando retratar o identificar al espectador sin ningún problema y con
absoluta naturalidad, gracias a un guión bien hilvanado, no exento de tópicos y
con algún altibajo en la descripción de personajes, pero notable.
El desarrollo de personajes y sus personalidades es muy
acertado, en unos casos llevando un camino lineal, como en el del protagonista
Auteuil, y en otros con giros inesperados, como en el de Depardieu.

Como curiosidad comentar que Auteuil se parece a un amigo de
la familia y cada vez que le veo me despierta especial cariño y ternura.