Tres parejas (y algún elemento accesorio), 6 personajes, y el amor y el desamor. Algo muy típico en las comedias románticas. Ésta que nos ocupa dirigida por Glenn Ficarra y John Requa resulta divertida y fresca, sin ser nada excepcional, se ve con agrado y se ríe de algunos de los clichés del género.

La excesiva ligereza, la falta de profundidad en lo que cuenta, puede hacer más que fácil que el espectador no capte los grandes valores de la cinta, esas historias de soledades, y se quede más con los enredos amorosos de un guión con excesivas lagunas.
Steve Carell interpreta a Cal, un maduro estable y casado que recibe la noticia de que su mujer quiere el divorcio y además le ha sido infiel con alguien de su trabajo.
Julianne Moore interpreta a Emily, la mujer de Cal, que ha sido infiel a su marido y quiere el divorcio por sentirse atrapada, sintiéndose confusa en sus sentimientos y no teniendo claro lo que quiere de verdad.
Ryan Gosling interpreta a Jacob, un joven mujeriego cazador discotequero, que decide ayudar a Cal a recuperar a su mujer y a hacerle más atractivo, no sabemos muy bien por qué. Se acabará enamorando, algo que no estaba en sus planes hedonistas de disfrutar de una vida solitaria sin sentimientos pero muchas sensaciones.
Emma Stone interpreta a Hannah, una joven abogada con un novio aburrido y poco atractivo, aceptando una vida sin riesgo con él y totalmente preestablecida, que al ver como ese novio ni siquiera muestra un especial interés por ella, alucinante, decide desinhibirse y ligarse al bueno de Jacob.
Analeigh Tipton interpreta a Jessica, la joven canguro de 17 años que contratan Cal y Emily, ya que es hija de sus mejores amigos, en teoría, y que vive enamorada de Cal y recibe el acoso de su hijo, Robbie, que a su vez está enamorado de ella.
Jonah Bobo, este actor de peculiar apellido interpreta a Robbie, el hijo de Carl, 13 años, que está perdidamente enamorado de Jessica y que a pesar de ser rechazado continuamente no ceja en su propósito de conquistarla.
Kevin Bacon interpreta a David Lindhagen, un nombre que se repite mucho, y un personaje que no se sabe muy bien que pinta, si no saliera no pasaría nada, incluso podría haber sido un buen detalle dejar su personalidad en el anonimato para que el espectador le de a la imaginación, pero lo cierto es que todo lo que tiene que ver con el personaje de Bacon aporta poco o nada, aunque él resulte simpático. Él es el amante de Emily, la mujer de Cal.
Marisa Tomei interpreta a Kate, un ligue de Cal cuando éste comprobaba si los consejos de Jacob daban resultado intentando pasar página y lanzándose a la aventura de conquistar mujeres. Ella quiso que la volviera a llamar, pero él no lo hizo, en su pose de tipo duro y mujeriego, lo que creará problemas a Cal tanto con ella como con su mujer.
Con este panorama, por tanto, tenemos para varias reflexiones sobre el amor, que hay que cultivarlo a diario, que la monotonía y el dejarse llevar puede deteriorarlo, que aunque nos neguemos a él, cuando llega no lo podemos evitar, que hacer esquemas sobre el amor es imposible, que la soledad necesita del amor y que en soledad en ocasiones se ama más intensamente, que cuando se pierde se entiende lo que se tenía y que cuando algo no puede ser, no puede ser.

Lo más notable es la sutileza con que están contadas las soledades de los protagonistas y el poco victimismo o dramatismo con que se acentúan las mismas. Steve Carell verá como su único amigo, supuesto amigo, al conocerse la noticia del divorcio decide romper relaciones con él por petición de su mujer, que cree más conveniente no mantener la amistad con los dos y apostar sólo por uno de ellos, siendo elegida Emily. Tras esta segunda “separación” no se conocerá más amigo a Cal, que se entregará en manos de Jacob.
La propia Emily tiene una aventura, pero ella se da cuenta que por puro aburrimiento, ya que no deja de estar enamorada de su marido, siendo la confesión y distintos conatos de comunicación un intento para que éste reaccione. Cuando ve que la cosa tiene difícil arreglo cede a volver a salir con David Lindhagen, pero es una relación que dista de satisfacerla, es más un salto contra la soledad, ya que jamás la vemos con nadie más.

Hannah es a la única que se la ve con un grupo de amigos, aunque en realidad, de ese grupo, amiga suya sólo es una, su consejera, a la que acaba haciendo caso a última hora.
Los más jóvenes son unos solitarios, Robbie es un empollón, nunca se le ve con amigos con los que consulte sus problemas o sincere, lo hará con su padre, incluso al final cuando recién graduado diga a sus progenitores que va un rato con sus amigos, no hace tal cosa sino ir a ver a su amor, Jessica, a hablar un rato con ella. La misma Jessica consulta a una de las chicas populares de la escuela para pedir consejo sentimental, no se la ve tampoco hablando con otras amigas como paso previo, una chica tímida, cortada y que estaría en el grupo de las menos populares de su clase con seguridad.
Hay muchas lagunas de guión, desde el personaje entero de Bacon y muchas de sus apariciones, como en la escena final, cogida por los pelos, así como ciertos aspectos de la trama, empezando por ese altruismo de Jacob para con Cal.
No molestan. Aunque sea una película que en general no resulte novedosa, tiene muy buenas escenas y detalles, como los mencionados o que no se recurra al estereotipo, el personaje de David Lindhagen no es para nada desagradable, Jacob acaba siendo lo contrario al tiburón mujeriego que se le suponía cuando encuentra una familia, pero no se acentúa este aspecto. El final no recurre a lo fácil y queda convincente, la evolución de la relación entre Hannah y Jacob está muy bien, así como el ver algunas escenas realmente bonitas, como la mencionada de la cita en casa de Jacob entre él y Hannah o la preciosa escena donde Cal observa como un voyeur como su mujer le llama y le miente al sentirse avergonzada por su llamada, una llamada que sólo hizo para oír su voz, y que hace comprender a Cal el sufrimiento y verdaderos sentimientos de ésta.


