Un poco antes de que la moda de las películas de superhéroes
se desmandase y de que también se recurriera a cómics de culto, aunque ya se
estaban haciendo cosas, nos llegó la adaptación de la novela gráfica de Alan
Moore y Kevin O’ Neill, cosa que hay que reconocer, para desgracia de sus fans,
hay que decir.
Y es que el resultado no convenció a nadie, ni a los
seguidores del cómic ni a los que fueron vírgenes a ver la película. Sí, es un
cúmulo de tonterías mal llevadas, torpes y de un infantilismo atroz.
El problema de estos proyectos con un origen menos
convencional, es que hay que tener un poco de valentía para adaptarlos, ya que
se suelen salir del estereotipo y tienen un tono más adulto, menos mainstream,
con lo que los responsables de la adaptación suelen tomar la decisión de ablandarlos, hacerlos accesibles a todo
público. Así no es tanto una cuestión de matices o ligeras variantes en la
trama, que en realidad no tienen por qué cambiar la esencia de la propuesta,
sino del tono e intenciones, que la pervierten por completo.
Una de las diferencias esenciales es que la película se toma
excesivamente en serio con respecto a la novela gráfica original,
vulgarizándola además en casi todo. Sin ironía, sin ese toque de farsa, sin ese
aire decadente y nada complaciente, adelgazada en sus referencias culturales,
sin el punto gamberro y juguetón, limitada a una gran propuesta inicial que
convierten en pura pirotecnia de acción.
Y es que la idea es excelente. Reclutar una banda de hombres
extraordinarios, donde podemos encontrar algunos grandes personajes de la
literatura inglesa y francesa (en la película también americana para que el público
potencial conozca o les suene alguien), y con ellos luchar contra las amenazas
del mundo y posibles guerras mundiales.
En cualquier caso, la fidelidad o no al cómic no es algo
esencial para este análisis ya que no soy un gran conocedor del mismo, por lo
que me centraré en el análisis cinematográfico y en alguna divergencia
llamativa con respeto a la novela gráfica.
Estamos en 1899, a punto de llegar al nuevo siglo, y se
resalta la falta de tecnología en la época, en guerras arcaicas, por lo que los
países luchan y buscan nuevos métodos para superar a sus rivales, una
tecnología que va a dar un salto cualitativo con ese nuevo siglo… Así, lo primero
que veremos será un tanque blindado, que es lo último para la época, y la trama
se basará en la clonación de seres extraordinarios para ser usados como armas y
enfrentar países.
Apreciamos una estética gótica en las escenas nocturnas, ya
sean en Londres o en París, para empezar a dar rienda suelta al cúmulo de
torpezas y cosas absurdas a las que asistiremos durante la película. Unas
atractivas estampas decimonónicas, aunque algo artificiales y excesivamente
limpias.
Lo primero, para ir entrando en calor, se nos presentará a
un heroico policía que se pone frente a un tanque que viene corriendo calle
abajo y, lejos de apartarse, dice algo así como “eh, que yo soy de Bilbao”, y
aunque lo ve venir desde una considerable distancia el tío no se quitará hasta
que el acorazado le pase por encima… ¡Con dos narices por no decir coj...! Luego se dirá, pero los
cuerpos y fuerzas de seguridad del estado han mejorado mucho en todos los
países…
En esta escena asistimos a un butrón en plan bestia, dopado,
con tanque y todo, para robar unos planos…
Un tal “M” irá reclutando al grupo de Hombres
Extraordinarios… y literarios: Quatermain, El capitán Nemo, el Hombre
Invisible… y ladrón, la misteriosa Mina… Posteriormente se unirán Dorian Gray,
con mención al cuadro para los más torpes e incultos… Su eterna juventud será
recalcada en exceso en este inicio; Tom Sawyer y el doctor Jeckyll con su íntimo compañero
Hyde.
Lo de los personajes en la película es surrealista. Todos
ellos serán héroes sacados de conocidos relatos de la literatura fantástica
inglesa y francesa, aunque en la película se añade a uno americano, supongo que por eso de
hacer patria… El villano está decentemente caracterizado, con un bastón que
lleva una calavera y una máscara que tapa a duras penas su rostro desfigurado.
El caso es que este villano tendrá más nombres que un actor de serial
venezolano. Además es más bien torpe, exhibicionista y con serias dificultades
para esconderse… Su objetivo: provocar una guerra y enfrentar países para
forrarse.
El villano se llama “M” (Richard Roxburgh), que a su vez es
“El Fantasma”, que a su vez descubrimos es el profesor Moriarty, ya saben el
malo de Sherlock Holmes.
-Nuestro protagonista será Allan Quatermain (Sean Connery),
aunque en la novela gráfica el personaje principal es Wilhelmina Murray, aquí
bastante cambiado y reducido… Quatermain salió en los relatos de H. Rider
Haggard, como “Las minas del rey Salomón”, y vive en África alejado del mundo y
del imperio británico, que le trae malos recuerdos por la muerte de su hijo. Al
contrario que en la novela gráfica derrocha salud y buena forma, mientras que
en el original literario es un adicto al opio. Connery se defiende bien en las
escenas de acción, como demuestra en su presentación, a pesar de su edad, y con
dobles bien disimulados. Se le reclutará allí, en África, lugar donde no puede
morir, en teoría, y donde veremos la tumba de su hijo, el pasado que le
atormenta…
Sean Connery nunca se equivoca, si dice que un monstruo como Hyde tiene miedo, aunque le hayamos visto descojonarse justo antes, porque lo huele, pues
tiene miedo y punto. El actor está competente como siempre.
-Mina (Peta Wilson) tiene el protagonismo en la novela
gráfica, pero aquí su personaje no pasa de secundario poco atractivo y convertido
explícitamente en vampira. En la novela gráfica esto no queda claro y se
especifica que no tiene poderes, como le ocurriría a Quatermain, lo que no le
impide ser la líder de ese grupo de seres extraordinarios gracias a su
personalidad. Mina era la protagonista de “Drácula” de Bram Stoker, y ella nos
contará que luchó junto a su marido y Van Helsing contra el mítico vampiro,
aunque la mordió, convirtiéndola en una letal vampira.
Lo fliparemos todos cuando la veamos en acción junto a su
ejército de murciélagos… no harían falta más miembros en el equipo, pero bueno,
tampoco prodiga mucho sus intervenciones. Un personaje que en poco se parece al
del cómic. Muy desnaturalizado.
La interpreta Peta Wilson, la que fuera la “Nikita”
televisiva, y aquí se asemeja más a la protagonista de la saga “Underworld” que
a otra cosa.
-“El Hombre Invisible” (Tony Curran) no tiene desperdicio. Le veremos ponerse cremita para hidratar el rostro y que el sol no le reseque
la piel, la cosa es que cuando sale al exterior vemos que está nublado y llueve…
En realidad es maquillaje para que le distingan el rostro, supongo, ya que no debe valer
con ponerse una buena gabardina. Lo curioso es que jamás le veremos con
zapatos, ya sea en el asfalto lluvioso de la ciudad, el desierto africano o la
nieve. El tipo no tiene desperdicio, irá con su sombrero, su gabardina y sus
gafas de sol, que no se quita ni de noche, pero no usa ni zapatos ni
calcetines, que eso debe ser de pobres. No creo que use calzoncillos tampoco,
que en la libertad de la invisibilidad cuantas menos apreturas mejor… ¡Con otras dos
narices!
Sí, este señor se pasea en bolas como si tal cosa en la nieve.
El tío desnudo (y descalzo, porque yo creo que va contra su credo ponerse
zapatos), por la nieve haciendo chistes sobre sus genitales. Eso sí, cuando se
meta en la cueva hará uso de su pack de maquillaje y vestuario. Sus
explicaciones por su desaparición del submarino causan estupor.
El ajetreo que lleva el pobre con su maquillaje,
quitándoselo y poniéndoselo según sea conveniente, no está pagado. No lo tiene
ni un actor profesional. ¡Pobre hombre!
-El Capitán Nemo (Naseeruddin Shah) pone la tecnología… y
las artes marciales. Un karateka que lo flipas, un guerrero asombroso con
barba a lo Sandokán y unos principios muy estrictos que suelta tortas y patadas
como panes. Ni Jackie Chan.
-Tom Sawyer (Shane West), es un boy scout americano que se
llevará muy bien con Quatermain, al que verá como una figura paterna. Su
principal preocupación será disparar y demostrar lo valiente que es. Un
estereotipo americano.
-Jeckyll y Hyde (Jason Flemyng).
Un personaje que se pasa media película hablando solo, consigo mismo, se
entiende, para enfatizar su conflicto interior, que el hombre lo pasa muy mal
convirtiéndose en Hulk. Vamos, que está como una jodida cabra. A ver, que todos
tenemos conversaciones con nosotros mismos, a veces algunos incluso en alto,
pero es que este señor va exhibiéndose… Además, habla solo incluso cuando no es
con su otro yo, por puro vicio... Sobre sus transformaciones, pues hombre, que
crezca un tío pase, pero que con él crezca también su ropa ya resulta más extraño… Lo
digo por ese sombrero gigantesco que Sawyer se queda mirando y que pertenece a
Hyde. La ropa se le rompe siempre igual, lo que resulta curioso. No debe ganar
para trajes, aunque tampoco sabemos dónde los lleva.
Jaaaaajajajajajajaja!!!!
ResponderEliminarMira yo me parto!!!!
Me rechifla cdo afilas los colmillos!!!
Pobre peli! Espero q le pagaran bien al bueno de Sean Connery!!!
Esperando la siguente!!!
Jajajajaja!!!
Graciaaaasss!
Bss
Jajajaja me alegro!!! A ver si te gusta!
EliminarBesos.
Pues MrSambo, para que te hagas una idea, a mí me parece bastante mejor la película que el comic original (y si una novela gráfica no es un comic, que alguien me explique la diferencia). Al menos la peli está bien para pasar el rato, siempre y cuando no te fijes en cosas como que han pasado unos 30 años desde 20.000 leguas de viaje submarino (aunque la continuidad del "Universo Nemo" ya se la cargó el propio Julio Verne en "La isla misteriosa") y unos 40 desde las aventuras de Tom Sawyer sin que a ninguno de los dos personajes parezca haberles afectado (a ver si también teníam un cuadro como el de Dorian Grey...), o que el Mr. Hyde auténtico tenía muy mala leche pero no superpoderes (y no digamos ya, Mina Harker, la nueva condesa Drácula). Buenos pues aun con todo eso, me sigue gustando más que el tebeo.
ResponderEliminarJejejeje gracias por el aporte, Anónimo. Esa visión me parece muy interesante y contracorriente. Me gusta.
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