John Wayne.
John T. Chance. El héroe.
El héroe de Hawks suele ser solitario, no suele tener
pareja, pero también suele tener un grupo de amigos donde se respeta la
independencia e individualidad de cada uno. “El sargento York” (1941), sería
una excepción a esto, no hay ese grupo. Dedicado plenamente a su actividad
profesional no tiene espacio para relaciones sentimentales, en muchos casos
porque una experiencia anterior lo dejó marcado. Su vida es intensa siempre,
con un pasado movido, salvo en la comedia, pero cuando encaremos su historia
estará asentado y tranquilo dedicándose a lo suyo, un mundo ordenado. La mujer
entrará en liza para perturbarlo siempre, pero nunca interferirá en su
actividad profesional, más bien se sumará a todo su mundo y a su grupo, pero
alterando su tranquilidad.
El héroe hawksiano se mostrará tan competente y seguro en su
actividad como inseguro y atemorizado con las mujeres. Le atraen en la misma
medida que las teme, por ello procurará que se marchen aunque en el fondo no es
algo que quiera.
En las comedias todo esto se agudiza, hasta el punto de que
la mujer destruye el mundo o la burbuja en la que el personaje había estado
recluido, una actividad profesional que lo mantenía alejado del mundo. Por eso
suelen ser científicos o gente de ciencia (“Bola de fuego”, “La fiera de mi
niña”, “Me siento rejuvenecer”…). Los hombres en las comedias de Hawks acaban
siendo cazados, cediendo a la implacable cazadora que es la mujer, sometiéndose
sin remilgos, completamente, porque en realidad la mujer los libera, les
descubre aspectos de sí mismos que deseaban exteriorizar pero mantenían
reprimidos. “La fiera de mi niña” es el paradigma de todo esto.
Los héroes hawksianos cederán al final a lo que se negaban
si verdaderamente merece la pena, aunque ellos no lo sepan o vaya contra lo que
van propugnando, ya sea en el ámbito sentimental (“La fiera de mi niña”), o en
el ideológico (“Tener y no tener” y el apoyo de Bogart a los franceses).
La mujer les hace adquirir una madurez y una experiencia
vital que les falta, como en los personajes de Hithcock. El hombre suele tener
un pasado con alguna mala experiencia sentimental, lo que provoca que se blinde
y cobije en su grupo de amigos y en el trabajo, la aparición de una nueva mujer
le perturba, por ello se muestra arisco con ella, se pone a la defensiva y
querrá que se vaya lo más lejos posible. Es su atracción y el recuerdo del
tormentoso pasado lo que le atemoriza. Aquí Wayne no menciona ninguna
experiencia anterior, pero su comportamiento si se amolda a este patrón. Por el
contrario el pesar alcohólico de Dean Martin sí tiene su raíz en un desengaño
amoroso…
El protagonista hawksiano es constante, imperturbable, duro,
infalible, franco, claro, transparente, desde el mismo inicio el espectador
sentirá afinidad por él y quedará perfectamente dibujado. Siempre se mantendrá
digno, la dignidad, la honestidad y la lealtad serán su bandera, será esforzado,
sacrificado, aunque cometa errores y tenga ciertos defectos, siempre se
corregirán con acierto. Son firmes, egocéntricos, independientes, libres… y
luchan por mantener todas estas características. Les gusta la soledad, en el
sentido de no ligarse a una mujer, prefieren mantenerse alejados de los
compromisos de cualquier tipo (sentimentales, ideológicos…), ni siquiera la
entrada de una mujer lo limitará en este sentido. Con las mujeres son apocados,
introvertidos, temerosos, tímidos, inseguros… ya se sabe… Es el líder y, por
tanto, se obligará a demostrar a su grupo que merece serlo, así como
demostrarse su valía a sí mismo, otro tema profundamente hawksiano. Todo esto
es el retrato perfecto del John T. Chance que interpreta John Wayne.
Como es característico en los héroes de Hawks será el
protector de alguno de sus amigos, si no de todos. Aquí lo veremos sublimado
velando por su amigo Dude, que intenta dejar la bebida, y el cojo y vulnerable
Stumpy.
Aquí el personaje que interpreta John Wayne, John T. Chance,
se muestra orgulloso de su madurez, acepta su veteranía, verbaliza que usa
rifle porque no era excesivamente rápido con el revólver, porque había algunos
más rápidos que él… asume y presume de su propia evolución, consciente de sus
limitaciones. Un perfecto héroe hawksiano.
“Descubrí que con revolver algunos eran más rápidos que yo”.
Como todo héroe hawksiano, Chance nunca verbalizará su
afecto explícitamente, lo hará mediante gestos, el talento visual y de puesta
en escena de Hawks funcionando a pleno rendimiento, manifestarlo explícitamente
sería un signo de debilidad. En “Río Bravo” tenemos multitud de ejemplos de
actos, gestos y hechos que manifiestan los sentimientos profundos de los
personajes sin necesidad de ser manifestados explícitamente. Con respecto a
Wayne destacar el momento en el que devuelve las pistolas a su amigo, que
compró al hombre al que se las vendió éste para pagarse unas copas, o cuando ve
la agonía alcohólica y calambres que obligan a Martin a pegarse en las piernas
y le ofrece ir a hacer una ronda por el pueblo, sin reconocer que es para que
su amigo se despeje…
El héroe, en este caso Wayne, jamás obligará a sus amigos a
hacer nada que no quieran, pero los apoyará siempre.
Hawks sacará todo el partido posible al actor, le encantaban
sus andares, siempre destacados por el director, por ello veremos a Wayne andar
en multitud de ocasiones durante la película, dar paseos por ese pequeño pueblo
que comanda.
John Wayne es uno de los mayores iconos de la historia del
cine, una de las estrellas más indiscutibles y un estupendo actor, por mucho
que algunos lo nieguen. Un carisma inigualable y una personalidad arrebatadora,
sin parangón. Todo esto lo compartía Howard Hawks, que lo manifestó en no pocas
ocasiones. La mayor estrella del western. Uno de sus actores fetiche. Imprescindible.
Hawks decía que el actor que compartiera plano con Wayne tenía que ser
inmensamente bueno porque si no se lo merendaba en una escena, pero sin querer,
simplemente por ese carisma y personalidad aplastante que tenía.
Tras “Centauros del desierto” (John Ford, 1956) la carrera
de Wayne decayó un poco, hizo varias películas alejadas del western donde no
logró una excesiva repercusión, por ello apostó por “Río Bravo”, donde vio una
buena ocasión para recuperar su estatus, acertadamente, ya que la película fue
un gran éxito.
Hawks decía que era tremendamente cómodo trabajar con Wayne,
no pedía coartadas psicológicas, hacía lo que se le ordenaba sin mayores
problemas, algo que valoraba mucho el director, que abominaba de los actores el
Actor’s Studio. Según el director actores de la talla de John Wayne hacían las
escenas mejores de lo que estaban escritas en el guión.
El personaje interpretado por John Wayne no es tan
interesante a nivel interpretativo y conceptual como el de Dean Martin, pero en
contra de lo que se dice sí que evoluciona, como se puede comprobar en su
relación con Angie Dickinson y cómo va sometiéndose a su poder y su deseo,
madurando sentimentalmente. Lo que es indudable es que Wayne hace una magnífica
interpretación, la sutileza de sus miradas, la preocupación, crispación u
orgullo que transmiten ante las evoluciones de su amigo, dejan un trabajo
matizado y brillante de un actor que quizá no fuera un genio, pero que era
genial en lo suyo.
Dean Martin era un actor más que aceptable, aunque
lamentablemente no tuvo grandes ocasiones de demostrar su talento, en “Río
Bravo” tenemos seguramente su mejor interpretación, junto a la que nos regaló
en “Como un torrente” (Vincente Minnelli, 1958). Aquí tiene el papel más
agradecido e interesante, sobre el que giran gran parte de las relaciones y los
fundamentos de la amistad hawksiana, sin ser el protagonista.
El actor ardía en deseos de protagonizar la cinta, al
recibir la noticia viajó desde Las Vegas donde actuaba para presentarse al
casting volando toda la noche. Una vez llegó Hawks tenía decidido que le daría
el papel porque alguien que se toma ese interés es que quiere hacerlo de
verdad, así que le dejó escoger su vestuario. Cuando regreso estaba
excesivamente formal, por lo que el director le corrigió diciéndole que un
borracho no suele vestir así. Martin volvió a subir y bajó con el vestuario que
le vemos en la película, a lo que Hawks respondió dándole el papel para la
sorpresa del éste.
Martin hace un trabajo sensacional, un borracho creíble y
alejado de tópicos, brillante en su evolución, en sus malos momentos y en los
más heroicos. Su trabajo fue muy elogiado por el propio Howard Hawks.
Dude se someterá a un proceso regenerador a través del cual
después de tocar fondo deberá restablecer su dignidad, demostrar su valía y
volver a recuperar el respeto de sus amigos además del suyo propio. En esta
redención, esta recuperación, siempre tendrá el apoyo de sus amigos, pero
deberá acometerla, decidirla, solo, es una decisión personal procedente de la
propia voluntad. Sin esa decisión personal, que tomará en la célebre escena en
la que vierte el vaso de whisky sin derramar en una botella, no logrará la
necesaria redención y recuperación. El amigo del héroe es de su misma edad y,
por tanto, se puede reconducir. Es una relación de igual a igual donde uno de
los dos está en apuros. Ambos aceptan la adversidad, los problemas y las
dificultades con total tranquilidad.
Dude siempre será respetado porque es fiel representante de los valores que defiende el grupo y el propio Hawks. Los personajes caídos en desgracia han sido íntegros en su pasado, pero por alguna circunstancia caen en un pozo, generalmente es por una relación amorosa, como es el caso que nos ocupa. A los personajes y a los amigos siempre se les perdonan los errores, se les ayuda y se vela por ellos mientras se mantenga fieles, honestos y leales… se les espera lo que haga falta. Incluso si no se acaban de recuperar y acaban siendo vulnerables y dependientes permanentemente del héroe, seguirá a su lado. La evolución del personaje de Dude será la que le lleve o devuelva a su estado primigenio, ese que le permitió entrar en el grupo, devolviéndole la dignidad perdida y el valor en sí mismo. Dude deberá recobrarse, recuperar la autoestima, demostrarse a sí mismo que es capaz de ser quien fue, como le pedirá a Wayne en la escena donde entran en el bar buscando al pistolero herido. Por supuesto, y como indiqué más arriba, el héroe jamás se opondrá a dicha petición, por problemática que pueda resultar.
La utilidad, sentirse útil, es algo indispensable en los
personajes de Hawks, recordemos que en “Tener y no tener” (1944), el personaje
de Walter Brennan, dependiente de Bogart, dice continuamente que cuida de él, y
cuando la película finaliza sostiene que “ahora deberé cuidar de los dos”. Aquí tendremos algo parecido cuando en una
conversación entre Wayne y Bond, el héroe reivindique a su amigo. La utilidad
de Dude puesta fuera de duda.
-Chance: Yo diría que está haciendo un trabajo excelente
cuidando de mí.
El manejo que hace Hawks de su evolución con objetos y
detalles es magistral, por ejemplo el juego con los cigarrillos que Dude no
logra liar… Dude es consciente de su debilidad y eso le frustra, le hace agresivo,
esas caídas continuas, ese no lograr levantarse, esa lucha por volver a ser él
mismo… Cuando logre recobrarse será más fuerte que antes.
Dude ira paulatinamente demostrando y recuperando su
competencia profesional, la lealtad y la dignidad imprescindibles para el
personaje hawksiano. Acaba siendo vital para el éxito del héroe en su objetivo.
Es el personaje que más evoluciona.
Ya he comentado las excepcionales peculiaridades de la mujer
hawksiana de la que Angie Dickinson es fiel representante en “Río Bravo”. La
mujer hawksiana tiene su base en la que creó su guionista predilecto, Jules
Furthman, autor del guión de “Rio Bravo” también, para Josef von Sternberg en
la figura de Marlene Dietrich en “Marruecos” (1930), principalmente.
Como en las clásicas mujeres hawksianas, Feathers anda
desorientada, viene huyendo de un turbio y oscuro pasado y acaba en el pueblo
que regenta Chance como podía haber acabado en otro lugar. Allí se fijará en el
sheriff, dando inicio a una relación con la clásica estructura usada por el
director de cazador y presa, donde la mujer, por supuesto, es el cazador.
La relación entre Feathers y Chance es idéntica, clavada, a
la de “Slim” y Harry en “Tener y no tener” (1944), exactamente igual donde incluso
se recitan diálogos idénticos y se calcan escenas.
Angie Dickinson no había hecho mucho cine, Hawks se fijó en
ella al verla en un episodio de la serie televisiva “Perry Mason”. Sobre el
vínculo de la televisión y “Río Bravo” hablaré más tarde. Tenía 26 años.
Como es sabido la mujer hawksiana será vinculadora y
vertebradora de las relaciones personales y su desarrollo. Feathers no será una
excepción, su aparición comienza a transformar al rudo y seco Chance, así de
alguna forma moviliza el resto de personajes una vez se incluye en el grupo.
Feathers jamás aparecerá en la comisaría, su lugar es otro, pero desde el hotel
ayudará a su hombre junto a Colorado y cumplirá su función relajando al
guerrero mientras avanza en su seducción. Siempre la veremos en el hotel, pero
su influjo y relación se expanden por todo el grupo de amigos. Ella
transformará a Chance, abriéndolo, mostrándole otro aspecto de la vida fuera de
la burbuja profesional. Lo humaniza. Perturbadora de su tranquilo mundo.
Del mismo modo no es precisamente una representante de la
institución familiar, la mujer de Hawks no suele serlo, al contrario que la de
John Ford. Son independientes, como demuestra serlo Feathers.
Si bien es cierto que perturba el mundo del protagonista,
tranquilo con sus labores hasta ese momento, también lo es que se someterá a él
y a su obligación, respetándola siempre, respetando su independencia. Feathers
es una más del grupo además de la pareja del protagonista. Ella, como toda
mujer hawksiana, comparte y defiende los mismos ideales que el héroe, pero
tendrá que demostrarlo para que se le permita el acceso al grupo, demostrar su
valía, algo que hará no marchándose cuando Chance se lo pida, enfrentándose a
los villanos ayudando a Colorado o con gestos protectores donde vela el sueño
del sheriff…
Es una mujer moderna y muy sensible siempre. Uno de sus
rasgos más reseñables es su capacidad de adaptación, ella se someterá a las
servidumbres del trabajo de él, respetándolo plenamente, aliviándole tras el
duro día, mostrando un aspecto más conservador cuando se une con el héroe ya
que ambos pierden algo de su independencia, aunque siempre mantendrán su
espacio.
Feathers es franca, directa y sincera.
Uno de los más grandes secundarios de la historia del cine,
si no el más grande. Un actor eterno, imprescindible. Como es lógico también
era uno de los actores predilectos de Hawks, con el que más trabajó, hasta en 6
ocasiones. “La ciudad sin ley” (1935), “Rivales” (1936), “El sargento York”
(1941), “Tener y no tener” (1944), “Río Rojo” (1948) y “Río Bravo” (1959).
A esto súmenle títulos de la talla de “Furia” (Fritz Lang,
1936), “El forastero” (William Wyler, 1940), “Paso al noroeste” (King Vidor,
1940), “Juan Nadie” (Frank Capra, 1941), “El orgullo de los Yanquis” (Sam Wood,
1942), “Los verdugos también mueren” (Fritz Lang, 1943), “Pasión de los
fuertes” (John Ford, 1946), “Tierras lejanas” (Anthony Mann, 1954),
“Conspiración de silencio” (John Sturges, 1955) entre otros muchos. Ahí es
nada. Títulos que le dieron 3 Oscars como actor de reparto por “El forastero”,
“Rivales” y “Kentucky” (David Butler, 1938).
Hawks conoció a Brennan a través de uno de sus técnicos. El
actor interpretaba a un entrañable anciano en la serie televisiva “The real
McCoys” justo antes de contratarle para “Río Bravo”, esto provocó que en la
primera prueba para la película su papel se pareciera mucho al del personaje
interpretado en la serie. Hawks le pidió que dejara esa porquería, que él
quería a alguien arisco, a lo que el actor respondió que era verdad, “que se
había olvidado, empiezo de nuevo”, así que sin solución de continuidad le dio
la vuelta al papel hasta convertirlo en lo que podemos disfrutar cada vez que
vemos “Río Bravo”. Una vez más la televisión vinculada a “Río Bravo”.
Su talento llevaba al director a alargar sus escenas y a
incluirle en todas las que podía, su genialidad y virtuosismo para la
improvisación, que era constante y deslumbrante, eclipsaba a todos sus
compañeros, robando todas las escenas en las que intervenía.
Stumpy es un claro representante de esos personajes
hawksianos débiles y vulnerables, dependientes del héroe al admiran con
devoción. Sabe de sus debilidades pero a su vez tiene la certeza de que su
amigo lo necesita, están ahí para él, para cuidarle, conservando intactos todos
los valores ya mencionados de los miembros del grupo. Stumpy es cascarrabias,
arisco, quejica, protestón, entrañable, eficiente, listo… Le oiremos protestar
y quejarse de cada orden que le dé Chance, pero en el fondo le reconforta
sentirse útil, incluso cuando le permitan un momento de ocio a petición suya
protestará diciendo que “nadie me necesita…”. Un personaje deslumbrante,
inolvidable, en una interpretación sublime.
Además Stumpy es mayor que Chance, lo que vuelve a confirmar
lo ya mencionado de los amigos con más edad que el héroe, dependientes y que
invierten la relación paterno-filial, ya que Stumpy, siendo mayor que Chance,
depende de él. Con todo, esta relación no es exactamente igual que la que vemos
en “Tener y no tener”, donde la dependencia es extrema, aquí hay más igualdad y
la utilidad del personaje está fuera de toda duda, incluso será clave, como no,
para que el héroe alcance el éxito finalmente.
Ricky Nelson era una gran estrella en aquella época,
seguramente la que más fama y éxito tenía en aquel momento. Especialmente
popular en Asia y Europa. Tenía una serie de televisión, “The Adventures of Ozzie & Harriet”,
otra más, y su música triunfaba. Por supuesto su interpretación es la más floja
con diferencia, es complicado verle como un pistolero con esa carita de no
haber roto un plato. Hawks, Martin y Wayne lo apadrinaron y guiaron para que se
sintiera lo más cómodo posible y sacara lo mejor de sí mismo, extrapolando el
buen rollo y la camaradería que vemos dentro del film fuera de él también. Un
ejemplo lo tenemos en el gesto de tocarse la nariz que Nelson hace varias veces
durante la película, algo que viene desde “Rio Rojo” (1948) y que hacía
Montgomery Clift, que a su vez lo cogió de Wayne, y que aquí le recomendaron
que hiciera.
Ningún villano tiene excesiva presencia, es el hermano de
este personaje, Nathan Burdette (John Russell), el gran capo de los villanos, pero
nos centramos en Joe por ser el detonante de la historia. Ningún villano está
elaborado, simplemente sabemos que son los villanos y en el caso de Joe un
asesino. Nuestros protagonistas se limitan a cumplir con su deber, pero el
personaje del villano es más importante con respecto a nuestros protagonistas
que con respecto a sí mismo. Como he comentado en otras ocasiones el argumento
y la trama importan mucho menos que los personajes y sus relaciones para Hawks,
así se sirve del villano simple y llanamente para contraponer sus valores y
forma de actuar con los de nuestros protagonistas, para afianzar esos valores y
demostrar por qué los defienden y qué los diferencia. Burdette así representa
la antítesis de los valores hawksianos, y se verbalizará en una línea de guión
paradigmática cuando Wayne cuestione las amistades de Burdette, considerándolas
falsas y meramente interesadas, cuestionando su valor más allá de aprovecharse
del poder adquirido por su hermano, criticando su falta de honestidad e
integridad. Es ahí donde entra el conflicto lógico y define aún más a Chance y
los suyos.
El villano actúa como detonante de la acción y un elemento
más de descripción de las reglas que gustan y respetan los protagonistas. La
personalidad de dichos villanos es intrascendente, no le interesa lo más mínimo
a Hawks salvo como idea en la que reflejar sus valores. Incluso en ocasiones
pueden coincidir varios aspectos de villanos y héroes, pero será su
posicionamiento ante la bondad, maldad o respeto a lo ajeno, lo que marcará las
diferencias.
“No creo que Joe tenga un amigo en todo el mundo y jamás los
tendría si nos los comprara alguien a 50 dólares por cabeza… como al tipo que
mató a Wheeler”.
Dedicada a Chu4che, con el que no importaría formar un grupo al estilo Hawks.
Feathers…me encanta la mujer de Hawks. Chicas decididas, nada ñonas, q saben lo q quieren y cómo conseguirlo pese al peso d su pasado.
ResponderEliminarDean Martin! Estoy contigo en que esta es una actuación de lo mejor de su carrera, aunq algunas del "rat pack" tb me gusten por la socarronería.
Stumpy. 'Delicioso' (q dirían los chicos de Garci). Entrañable y gracioso.
Y Wayne!! Ay Wayne. Me encanta verle. Y q Hawks destaque sus andares es una muestra de lo fino q hila:memorable cadencia siempre con su rifle. Y cómo se apoya (has puesto la foto) con ese goro d cadera. Es el prototipo del héroe de una pieza q todos querríamos como amigo.
Y bueno…Colorado…el novatillo, pero majete. Aprendiendo. Encantador…
Me encanta cómo lo explicas todo. Y ahora musmo, un colchón salvadpr q me aleja de los malos sueños y me deja con un sabor agradable.
Gracias por tu trabajo. Besos!!
Creo que son las grandes mujeres del cine! Absolutamente modernas y actuales. Es difícil elegir un personaje, ¡están todos tan bien dibujados y desarrollados! Demostrando que con talento y un poco de esfuerzo se puede contar una historia entretenida desarrollando personajes.
ResponderEliminarMuchas gracias ti Reina. Besos
Sambo,podemos formar el un grupo para la peli RIO BLANCO,jejejejejejeje
ResponderEliminarmuy de acuerdo con toda esta tercera parte.
Yo soy de Stumpy, hace a la peli entrañable y divertida, le da ese punto de más que hacen a esta peli tan grande.
saludos
RÍO BLANCO jajajajajaja. Buenísimo.Stumpy, ¡qué cosa más grande!
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