Son numerosos los planos generales donde vemos pasar a los
protagonistas a lo largo del encuadre, muy fordianos. Estos planos,
seguramente, son los más recordados y míticos de la película.
Frente a una fogata veremos el talento como contador de historias de nuestro protagonista, algo que se había insinuados varias veces pero de lo que ahora seremos testigos. Reiner nos mostrara un sketch con la historia de Gordie. Tendremos además un nuevo ejemplo de naturalidad con esa frase de Vern “… dicen que es la glándula tirodías…” donde tampoco se acentuará con correcciones el mal uso de la palabra. Una historia donde la típica escatología adolescente está presente, algo que suele gustar especialmente a esas edades.
Charlas intrascendentes en la acogedora noche, con Goofy como protagonista, “El millón para el mejor”, los sugus, la TV, la radio, la música…
En esta escena es interesante observar la sutil maestría de
la puesta en escena y la dirección, cada intervención en esta charla es
mostrada con una sutil panorámica menos la última de ellas que es en plano
fijo, la que cierra el círculo.
Otro ejemplo del talento del director lo tenemos en la
escena de las guardias, puro cine donde sin apenas palabras describe a sus
personajes mostrándonoslos en esa situación tensa y la forma que tienen de afrontarla. Teddy convirtiéndolo en un juego de guerra, Vern miedoso, inseguro
y aterrado pasándolo fatal, Chris calmado, seguro de sí mismo, paciente y
silencioso velando por todos en ese gesto de añadir leña cuando el fuego
menguaba...
Chris también velará los sueños de Gordie, que Reiner nos
mostrará con fotografía onírica, donde se le ve acomplejado por su padre. Al
despertar los dos amigos se confesarán, Gordie reconocerá su amor por su
hermano y Chris romperá su coraza y le enseñará su vulnerabilidad a Gordie. En
las miradas de éste último se aprecia el sincero cariño y respeto que tiene por
su amigo. Lo ha adoptado como nuevo hermano. La historia que el personaje
interpretado por River Phoenix cuenta a Gordie es una agudísima reflexión sobre
la dignidad y el peso del prejuicio. En el abrazo de los amigos se funden la
comprensión, el vínculo y el respeto de ambos. Emotiva escena.
Un ciervo identificado con Gordie, su rasgo distintivo, su
secreto, su diferencia. Una vez más un tren aparecerá para despertar al resto
de chicos y marcar así los diferentes de caminos que tomarán unos y otros con
respecto a Gordie. Él verá un ciervo en la vía, el tren despertará a los otros.
El progreso y desarrollo que simboliza la vía también.
Los dos grupos de amigos están a punto de encontrarse,
nuestros protagonistas y la pandilla liderada por Sutherland.
En una película americana con jóvenes no podían faltar las
carreras de coches. Ace mostrará su carácter decidido, seguro y psicopático en
la misma.
El morbo por la muerte es el mcguffin de la historia.
El viaje llega a su fin.
Una vez han llegado a un destino y comienzan la búsqueda,
Reiner dejará en plano, desenfocado, la vía, el camino que hasta ese momento
los ha contenido y que tras ese hallazgo cambiará y separará sus vidas y
destinos para siempre. Ya nunca irán juntos por la misma vía.
El cadáver provoca un shock en todos, sobre todo en Gordie,
que recordará a su hermano, vinculará ambas muertes, al ver la muerte de cara
intentarán comprenderla, pero sólo sentirán dolor. Aquí asistiremos a otra
magnífica escena en el silencio comprensivo de un amigo. De Chris.
Con el descubrimiento del cadáver los chicos acaban desmitificando
la muerte… y la vida, todo deja de ser mítico y atractivo, ahora es doloroso y
sin glamour alguno.
La vuelta a casa es uno de los momentos imprescindibles de la
película, planos generales de nuestros amigos regresando mientras “Stand by me”
los acompaña. Una escena mágica.
Incluso en la separación el mimo de Reiner por estos
chavales está presente, cada uno se irá y nos dejará un rasgo de la
personalidad que conocemos como regalo de despedida. Vern y su inocente
simpleza al recoger un centavo del suelo, Teddy se va cantando canciones de
guerra y Chris y Gordie seguirán andando juntos un poco más. Todo acontece en
un cruce de caminos, como no podía ser de otra forma en una película que usa
los caminos de forma simbólica.
La voz over nos contará la pérdida de relación entre los
cuatro amigos, mientras vemos a Chris y Gordie reflejados en un cristal, el
espejismo de lo que fue una relación inolvidable. Las amistades eternas y
cambiantes.
Nuestro narrador nos cuenta el valioso esfuerzo de Chris,
cómo logró unos objetivos en los que pocos confiaban junto a él, y como el
destino le llevó a morir de forma absurda. Cuando se nos cuenta esto su figura
se desvanece en la lejanía, un poético recurso que pretende mostrar el
artificio del relato en sí mismo. Parece que Reiner gusta en ocasiones de estos
recursos metalingüísticos para narra sus obras, como ya comenté. Esto se
aprecia en el encadenado de esta escena con la pantalla del ordenador del
narrador, de forma que descubrimos que lo que se nos ha contado es un relato
literario y, por tanto, hay que contar con las posibles licencias que en él se
incluyan. Magnífica idea.
Ahora Gordie, o nuestro narrador si es el mismo, es padre y
escucha como sus hijos lo critican por sus rarezas, la sonrisa de nuestro
narrador demuestra su inmensa comprensión y cariño por sus hijos y, sobre todo,
por el niño que fue.
El plano final con la entrada del “Stand by me” es
absolutamente maravilloso. Un padre distinto a los que vimos en el flashback,
un padre que juega y bromea con sus hijos, que procura corregir los errores de
los suyos… Un precioso final, emotivo, bello, nostálgico, para una película
impecablemente sensible.
Aunque pueda presentar ciertas debilidades en su conclusión con
el tema del cadáver y la llamada anónima en el exceso de conformismo de la
pandilla macarra y algún tic comercial, que particularmente me gusta, la
película marca, toca la fibra y emociona sin sensiblería ni artificios.
Como en el caso de “Misery” (1990), también dirigida por
Reiner, esta cinta adapta un cuento de Stephen King. “The body”.
La banda
sonora es espectacular, “Great balls of fire”, "Rockin’ Robin”, “Let the good
times roll”, “Lollipop”, “Everyday”, “Come softly to me”… Buddy Holly, The
Silhouettes, Ben E. King, Jerry Lee Lewis, The Chordettes… Un gozada.
El reparto es soberbio y su trabajo excelente, todos
llegaron al estrellato o han hecho una buena carrera en cine salvo el chico
protagonista, Wil Wheaton. Todo y todos funcionan a la perfección.
La nostalgia que desprende el final de la cinta viene dado por el contraste de época que Reiner parece intuir, el cambio de los amigos de carne y hueso por los virtuales, representado en ese ordenador que usa nuestro narrador, un mundo que parece desaparecido y unos amigos y críos que parecen también haberse extinguido, capaces de la inocencia, la ingenuidad, la magia, en esas edad en las que ahora están resabiados y maleados.
El mundo infantil inalcanzable ya por el recuerdo adulto.
No te defraudará.
“Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve cuando
tenía 12 años. ¡Dios mío! ¿Los tiene alguien?”
Dedicada a Kufisto. Ojalá la conclusión te haya gustado.
Gran tercera parte.
ResponderEliminarUna de las cosas que me gustan en las películas en las que aparecen niños es que no se frivolice con sus vivencias , sus experiencias y que se entienda que son personas conformándose.
Muchas veces son personajes planos, sin contenido, al servicio de un adulto.
Me gusta que no se mitifique el final en plan "amigos para siempre". Las personas pasan por nuestras vidad. A veces se quedan pero otras muchas no. Li que sí permanece es la vivencia, el efecto y el recuerdo.
Por eso es tan importante una buena amistad a esa edad. Y una relación fluída u amorosa con los padres.
Lo sé. Como niña que creció y como madre.
Gracias sensei. Estoy segura que a kufis le encantará.
A mí ya sabes que mucho.
Un beso,
R
Muy cierto, además los amigos de verdad no abundan y los de toda la vida aún menos. Disfrutemos de los buenos momentos...
ResponderEliminarUn beso R.
Me encanta esta película! la vería mil veces sin cansarme de ella! Me ha gustado mucho la forma en como la describes, las partes en que divides algunas escenas y como cuentas cada detalle cinematografico como las bandas sonoras, los planos mostrando las sensaciones de los actores o una situación determinada,... eres todo un profesional y me gusta mucho tu blog, así que te sigo. Pásate por mi blog a ver si te gusta aunque lo he creado hace poco y todavía no tiene gran cosa: http://making-off365.blogspot.com.es/ Saludos :)
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras Baby Peach, me alegra que te guste. Por supuesto que me pasaré, en un rato de hecho. Dale caña con ánimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo he pasado genial leyendo esta crítica en tres partes. A mi me parece una película maravillosa en todas sus escenas, una verdadera joya que situaría sin duda entre mi top 5 particular. Creo que una de las cosas más dificiles en el cine es mezclar géneros en una sola película, y aquí se hace a la perfección: un film capaz de hacerte reír, emocionarte, y mantenerte pegado a la pantalla con la escena del tren.
ResponderEliminarNottias, un orgullo verte por aquí. Comparto tu cariño por la cinta, la puedes ver en innumerables ocasiones que siempre te provocará las mismas emociones.
ResponderEliminarMe alegro de que hayas disfrutado.
Es muy tarde y mañana me espera un día de locos, pero te juro respuesta.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias, amigo mío.
Kufisto. Genial jajaja la espero. No tienes nada que agradecer crack.
ResponderEliminarme encanta vuestra pelicula aunque sea antigua epero que sasqueis una mas bonita
ResponderEliminarvale
EliminarLeídas las tres partes y a cual mejor. En algunas escenas de la película me siento identificada.
ResponderEliminarYo aún conservo algunas amigas de cuando tenía 12 años...jejejeje, y espero que me duren mucho tiempo.
A mí se me quedó gravada esta frase: "Los amigos entran y salen de nuestras vidas como camareros en un restaurante". Qué gran verdad!!
Chapeau!!
Gran frase, esos que se quedan son los buenos y suelen ser pocos. Muchas gracias por leerme Merce, un besazo
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