jueves, 19 de enero de 2017

Crítica COMANCHERÍA (2016) -Parte 1/3-

DAVID MACKENZIE










Uno de los thrillers más destacados de este año, nominado a tres Globos de Oro. Nueva muestra del buen cine independiente americano. Un thriller de frontera, un neo western, géneros que se vuelven a fusionar para regalar otro notable título con un agudo trasfondo social e interesantes reflexiones magníficamente narradas.

El escocés David Mackenzie se adentra en la América profunda con pasmosa naturalidad para escenificar las consecuencias de la crisis y los límites morales, que tienden a confundirse cuando la vida y el azar golpean. Se adentra en una desértica Texas exprimiendo gotas de arena como si hubiera pasado allí toda su vida, logrando un sutil y sugerente juego de espejos donde ambos lados de la ley se dan la mano confluyendo en un identificado culpable, pero obligados a mantenerse cada uno en su sitio, enfrentados. Es el caso del granjero interpretado por Chris Pine y el policía encarnado por Jeff Bridges. Y esa conexión, Mackenzie la muestra con una depurada e inteligente puesta en escena llena de vínculos y relaciones.



Una reflexión social sobre la crisis, nuestros límites, las caras de la moralidad y la familia. Todo enmarcado en un thriller con ciertas características del cine negro, donde la fatalidad sobrevuela a algunos personajes.


Dos hermanos cometen una serie de robos muy meditados y pensados, sin intención alguna de dañar a nadie salvo en sus ahorros, con el propósito de salvar la granja familiar y como venganza particular contra una entidad bancaria.

Usarán varios coches que enterrarán para no dejar rastro, planificarán los robos a primera hora para evitar a la gente, se encaminarán a los bancos menos transitados y con un itinerario muy definido y planificado, cambiarán el dinero en casinos... Borrarán todo rastro con un asesor fiscal y solucionarán con él el asunto del fideicomiso sobre su granja.






La película tiene un inicio francamente excelente, y lo cierto es que después la cosa no baja.

Opuestos confluyendo.

Lo más fascinante de la cinta es ese juego de espejos, ese diálogo de opuestos destinado a confluir porque en el fondo no están tan lejos en sus concepciones y opiniones, simplemente parten desde lados antitéticos. Ellos son el ladrón Toby Howard (Chris Pine) y el agente Marcus Hamilton (Jeff Bridges).




Mackenzie no cesará de trazar paralelismos, tanto en sus vidas como en sus circunstancias, tanto en la puesta en escena como en las situaciones.

Tenemos a dos parejas de hombres en lados opuestos de la ley, pertenecientes a distintas generaciones, donde los policías son más veteranos que los ladrones. Las dos parejas se profesan un cariño muy varonil (esos insultos tras declararse amor en los hermanos en su despedida; las pullas e insultos de los policías), de amigos y hermanos respectivamente, pero donde es difícil distinguir diferencias.

Marcus está a punto de jubilarse, sólo le quedan unos días, por lo que este sería su último caso. Toby busca iniciar una nueva vida, y para ello necesita cierta cantidad de dinero que debe robar. Es decir, ambos están a punto de llegar al final de un ciclo y dirigirse hacia una vida resuelta, aunque de perspectivas distintas.


Hay infinidad de paralelismos en planos y puesta en escena entre las dos parejas de protagonistas. En los coches, en las camas de moteles, en los porches, de perfil…




Cuando Marcus pierda a su amigo Alberto, Toby no tardará en perder a Tanner (Ben Foster).

Tanto Marcus como Toby son inteligentes, uno deductivo y brillante, el otro planificador minucioso; uno un policía, el otro delincuente; uno veterano, el otro joven; un solitario desarraigado y un hombre familiar… Polos opuestos en apariencia.

El porche será un nexo de unión. Si bien veremos a ambos personajes en porches (Marcus y Toby), incluso juntos, al agente le repele tal perspectiva, terminar sus días en un porche solitario mirando el horizonte. Es la muerte para él, la soledad. En cambio, Toby encuentra en ello un gran placer y un buen final.



Todo ello para llegar a la confluencia en el porche de la polémica granja. Se dan cita las petroleras, la granja salvada del banco, los mencionados porches y los dos protagonistas sin sus compañeros…



El retrato de los personajes es excelente, así como el de las relaciones de las parejas protagonistas. Entre los hermanos las diferencias son evidentes, y quedan claras desde el mismo inicio. Uno de ellos siempre ha sido formal y honesto, un chico cerebral, tranquilo, sereno y educado, Toby. Tanner, en cambio, es violento y alocado, algo pasado de rosca, nervioso, impulsivo y un delincuente que además ha pasado 10 de sus 39 años en presidio.


La pareja de policías, por su parte, parece un matrimonio de muchos años, con sus pullas, sus indirectas, su humor y reproches, su indiscutible cariño y comprensión mutua cultivadas día a día... Un americano de tintes racistas y un mestizo que aguanta sus pullas estoicamente lleno de cariño, mientras se las devuelve entre gestos resignados.


Ni siquiera son mexicanos”.

De hecho, es el policía mestizo el que lanza más pullas a un paciente Bridges, que poco a poco se cobra su venganza entre bromas racistas y chascarrillos. Alberto es también mexicano, pero Marcus prefiere insultarlo como indio… mientras tenga ocurrencias para ello… Se soportan, admiran y quieren. Marcus (Jeff Bridges) es mucho más brillante y mejor detective que Alberto (Gil Birmingham).

Marcus nos deleitará con brillantes y casi siempre acertadas deducciones, siguiendo los pasos de esos simpáticos ladrones entre interrogatorio e interrogatorio.

La granja también tiene cierto carácter simbólico, contenedora de radicales contrastes, opuestos, que confluyen.





Lo mismo ocurre con esa secuencia en el casino, cuando un comanche se enfrenta a Tanner. Parece que una confrontación va a tener lugar al estar en las antípodas el uno del otro, pero al explicar el significado de “comanche” (enemigo de todos) se produce la confluencia de nuevo, ya que Tanner se identifica con eso mismo.





Eso me convierte en comanche”.

Las petroleras, que siguen el mismo camino que los bancos. Culpables para todos y a la vez solución, como quedará claro en el final, con la granja de Toby.





Y los bancos, el lugar donde acaban confluyendo ambos opuestos. Toby se verá obligado a robar con su hermano para conservar su granja, en la que se ha encontrado petróleo, por lo que aseguraría el futuro de su familia. Pero los bancos, mediante tecnicismos y subterfugios legales, con mala fe de fondo, quieren arrebatársela ante esta perspectiva sin mirar en posibles concesiones. Contra ellos van.

La escena donde Toby se dispone a hacer el pago, ante ese banquero que transmite poca confianza y no puede disimular su incomodidad ante la situación, intentando alargar los plazos sin que Toby ceda un milímetro, expone con sutileza la hipocresía de aquellos.


¿Y dónde confluye todo? En un comentario de Alberto, el policía, acusando a los bancos de arrebatar las tierras que pertenecieron a sus ancestros. Marcus no se pronunciará, pero aceptará su tesis.









6 comentarios:

  1. Mira!! Una peli interesante!! Y molan los actores!!! Pine, desde Star Trek, m parece muy expresivo, y Bridges…es buenísimo!!
    Gracias!! Anotada para verla. Por cierto, el título español es feo, aunq haga referencia (supongo) a lo de "enemigo d todos" del tèrmino comanche…
    Bss

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    1. Sí, no tiene nada que ver con el original jajaja. Creo que te gustará, Reina!

      Besos.

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  2. Estoy deseando verla.
    Simplemente viendo la portada con ese aire de western que desprende y el gran tío JEFF en la misma, para mi ya era suficiente. Pero despues de leerte no me la pierdo ni de coña.

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    1. Sí! Va en esa onda, una especie de western moderno mezclado con thriller y unas excelentes interpretaciones.

      Un saludo, Juanjo.

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  3. Hola Mister,
    Me ha guustado mucho esta peli, y estaba esperando que escribieras sobre ella, porque estaba seguro que a ti también te iba gustar.
    Tiene tantos elementos que son tan de nuestro gusto...
    Me espero a leer tu 3/3 para comentarla más a fondo. Aunque sé que dedicarás más de un parrafo a mi escena favorita de la película, el fantático dialogo de la pareja de policiás con la anciana, que les sirve una comida. No puede ser más genial.
    Quedo pendiente de tu 2/3 y tu 3/3.

    Un abrazo.

    Vicent N

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    1. Muy buenas, amigo mío! Pues sí, no podía no gustarnos esta película.

      Hilarante escena la que comentas, un humor muy en la línea de los Coen jajaja.

      Aquí te espero para leerte.

      Un abrazo fuerte, Vicent.

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