Un álbum que surgió en la época en la que tenía que surgir,
mediados los 80, cuando el estilo explotó y multitud de grupos alcanzaron el
estrellato, pero por alguna circunstancia no tuvieron la suerte de otros y, aunque
no les fue mal, no lograron la repercusión esperada, ni mucho menos. Uno de
tantos grupos que surgieron en la época dorada del AOR y el Hard Rock melódico
que son reivindicados por los fans ahora, aunque no alcanzaron la cima. Quizá
Capitol Records no mostró el interés que merecía el disco y la promoción fue
pobre. De hecho, esa es una de las posibles causas de la marcha del vocalista
Stephen Clifford.
Este es su segundo álbum, un disco más melódico que su
debut, de un Hard Rock más pesado y que tuvo cierto éxito con el single “On Your Feet”. En este segundo trabajo, orientaron su estilo hacia un sonido más
melódico, depurado y sofisticado, sin que ello supusiera perder fuerza. Los
teclados cobran importancia, matizan las melodías y las enriquecen, las
guitarras y los arreglos son muy cuidados y suenan tremendamente limpios.
Estad atentos, porque si os gusta la música rockera de los
80 aquí vais a encontrar algunos himnos a la altura de los mejores.
Un equilibrio perfecto entre riffs y bases contundentes con
melodías de teclado, coros y limpios punteos, fluctuando entre el Hard Rock, el
Rock melódico y el AOR a conveniencia.
Mezcla muy lograda de Rock melódico con Hard melódico, toques
aoreros, manteniendo el rigor y la consistencia del estilo. Grandes teclados y
guitarras que se compaginan en perfecto equilibrio, cediendo unos a otras el
protagonismo cuando es menester y según lo requiere la canción. Unas se
vertebran más en poderosos riff y se emparentan con el Hard Rock, mientras que
otras lo hacen con el Rock melódico y el AOR, alzando las teclas.
Y es que la producción es excelsa. Escuchen la limpieza de
las guitarras en los solos. Lo mismo con los teclados. Unos teclados
especialmente destacados en la primera parte del disco. Las apariciones de los
coros son extraordinarias y están muy cuidadas, siempre acertadas.
Los estribillos, muy típicos de los 80, recurren a la
clásica estructura de frase y contestación citando el título de la canción, sin
excederse en elaboraciones melódicas, algo habitual en el género y que se
observa en muchos de los temas. Esto da un toque muy rítmico a las canciones. Con
todo, las melodías están muy cuidadas y van más allá del estribillo, destacando
a veces más en estrofas y puentes que en los momentos álgidos. También hay estribillos muy ricos y matizados, sobre todo en la primera parte del álbum.
Puede dar la sensación de cierta monotonía en su estilo, que
los temas son parecidos, pero con escuchas detalladas se observa que en
absoluto es así. Hay variedad melódica, en los riffs, en los arreglos y en los
usos instrumentales, dando protagonismo a las melodías, teclados o guitarras
según beneficie al tema en cuestión. Quizá no alcancen a menudo al genialidad,
pero merecen la pena y, en algunos casos, son canciones paradigma de lo que se
hacía en la época, y que hubieran merecido mejor suerte.
Un disco con una excelente primera parte y una segunda que,
con algún altibajo, se mantiene a gran altura (también en la primera tenemos
algún tema más discreto). Un disco que contiene incontestables himnos, que
sorprendentemente pasaron desapercibidos salvo para los amantes del género. La
primera parte es magnífica, mucho mejor que la segunda, más
convencional y rígida, recurriendo a esos estribillos mencionados, frase y
contestación con el título a coro, o al revés.
Son varias las influencias que se aprecian en el álbum,
todas muy ochenteras. Desde los Def Leppard, pasando por los Twisted Sister,
Quiet Riot, Mötley Crüe o grupos Glam de esa onda. También hay paralelismos con
bandas que aparecerían posteriormente, como Skid Row.
La banda publicó dos álbumes más: “More Perfect Union” en
1987 y “Right Between The Eyes” en 1989, ya sin Stephen Clifford en la parte
vocal, sustituido por Jerry Harrison. También se marchó el guitarrista John
Aquilino. Publicaron un disco en directo en 1999, recordando una
actuación de 1984.
Stephen Clifford a las voces, Tracy Wallach al bajo, Dan
Wexler a las guitarras y sintetizadores, John Aquilino también a las guitarras y Pat Dixon a la batería.
-Naked Eyes: El mencionado equilibrio encuentra en este
primer tema el ejemplo perfecto. Teclas y riff al unísono arrancando y marcando
la esencia antes de la suave, climática y atmosférica primera estrofa de
exquisita melodía. Guitarras desnudas acompañando sutiles. Estupendo Clifford
modulando. Las entradas ocasionales de los coros son perfectas. Gran puente que
se potencia con las guitarras rabiosas, y estribillo efectivo y pegadizo donde
los coros recitan el título del tema y Clifford desarrolla la melodía como
contestación. Esta es la estructura que se volverá a repetir. Estrofa más
ligera, aguda, ágil y melódica como preámbulo al solo de guitarra, limpio y
acertado. Estribillo final con más garra aún y cambio de ritmo para rematar
este buen tema. Gran trabajo del bajo desde la discreción.
-Missing: Teclados introductorios, presentando a la voz
principal, y coros a lo Queen de “Flash”. Un medio tiempo muy conseguido. El
puente puede que sea el mejor momento del álbum, con matices y armonías vocales
extraordinarias, mucho mejor que el estribillo, que también vuela a gran altura
en sus distintas fases. Transiciones guitarreras y teclados sosteniendo la
canción de fondo. Variaciones en las letras repitiendo estructura para nuestro
deleite. Fantástica estrofa de transición, también entre lo más notable del
disco, y solo de guitarra. En la recta final regresamos con el puente, que es
un estribillo más, y el estribillo con sus inflexiones vocales y juego con los
coros. Un conjunto sensacional. Un temazo.
-Danger Calling: Vuelve el aliento más rockero. Un riff muy
melódico definiendo la canción como introducción a las primeras estrofas. La
progresión melódica es estupenda, de estrofas a puente, agresivo, y de ahí a un
estupendo y elaborado estribillo, donde los coros aparecen brillantemente para
rematar el resultado. Excelente en todo su desarrollo. Una gran composición sin
desperdicio. En el segundo paso tendremos doble sesión del estribillo. La
guitarra realza dicho estribillo con sus toques agudos. Estrofa de transición
hardrockera y melódica para el solo que cumple sin aspavientos. De nuevo, iniciando el viaje desde el puente, volvemos al estribillo, que se repite y
goza de armonías y ciertas improvisaciones, con la guitarra de fondo y las
voces, hasta que se desvanece. Otro estupendo tema. Otro himno.
-(Take Another) Shot At My Heart: Con un toque a las
guitarras de Van Stephenson se inicia el cuarto tema del álbum para poco
después dar paso al poderoso riff. Estrofas, buen puente melódico y efectivo y
pegadizo estribillo, de estructura clásica con el título del tema recitado a
coro. Repetición y caída en el solo de guitarra, sencillo. El estribillo
despedirá el tema repitiéndose hasta el final, con algún arranque guitarrero de
epílogo. Un tema directo, sencillo y muy efectivo.
-Out For Blood: El tema más largo del disco, con una
introducción instrumental muy brillante y virtuosa. Suavidad y lentitud para
una brillante atmósfera donde una guitarra sin amplificación cede el testigo a
los virtuosos punteos que dialogan con las teclas de Wexler. Los solos de
guitarra son espectaculares y tienen en el tapping la principal baza en buena
parte de esta introducción, con una espléndida armonía de sintetizador por
detrás. Más de dos minutos de intro. Arranque muy heavy y agresivo contrastado
con unas acústicas ocasionales. El estribillo es puramente ochentero, pero muy
eficaz y pegadizo, con un gran uso de los coros para enriquecerlo. Me gusta
mucho el estribillo, que es perfecto ejemplo del estribillo hardrockero de la
época. Un tema muy en la onda de los Skid Row o los Mötley Crüe. También un
poco de Van Halen y de Def Leppard. Gran solo, planteado como un duelo con
distintas tonalidades, tras el segundo paso por el estribillo, y estrofa
susurrante a la salida. Recuperación y disparados hacia el final con el
estribillo y unas trepidantes guitarras acompañando. Es un auténtico himno
ochentero.
-Raise The Hammer: Pesados ritmos y riffs para este
hardrockero tema que inicia la segunda parte del álbum. Estrofas rítmicas y con
cierta melodía solemne y heavy. Melódico puente y estribillo contundente y
típico. Título a coro y contestación de la voz principal sin alardes melódicos.
Las estrofas siguen la cadencia de los contundentes ritmos. Repetición
estructural y solo tras la salida del estribillo, el cual termina con
cierto aire más melódico. El solo es brillante. Nos despedimos con el
estribillo repitiéndose obedientemente hasta la conclusión. Más soso.
-Frozen Tears: Un tema lento compuesto en el 82, tres años
antes de la publicación del disco, por Bob Halligan Jr. Balada de cadencia
sinuosa y teclados protagónicos. Las guitarras aparecen desinhibidas antes de
la voz de Clifford. Las estrofas se destapan con sensualidad subiendo
brevemente antes del estribillo. Un estribillo meloso con mucho coro, clásico
en balada aorera de grupo Hard. Un estribillo bien apoyado por los coros, con
acertadas apariciones. Estrofa más intensa tras el segundo estribillo y solo de
guitarra, también planteado como un duelo. Buen solo. Estribillo de despedida con
apuntes de teclado y los coros, que se repite hasta el final, beneficiado con armonías de guitarra. No es nada del otro mundo, pero no está mal. Sosa y sin
mucha emoción.
-The Whites Of Their Eyes: Un solitario y hardrockero riff
abre el tema, llamando con ansia a la percusión, que no tarda en llegar con
ritmos pesados y poderosos. Clifford comienza a desgranar fieramente estrofas,
el puente y un estribillo de tintes heavys con un final suave. Repetimos
estructura y caemos en el solo de guitarra, de ágiles punteos. Estribillo para
ir despidiendo el tema con agudas y heavys voces. Una aceptable canción.
-Hungry For Love: Lento inicio de sintetizador y acústicas
apuntando sutiles. Las estrofas avanzan con latente calma hasta el estribillo,
que también se desmenuza en una tensa tranquilidad. Ruptura hardrockera cuando
se extingue el estribillo recitado con la nostalgia de la pérdida, pasa
atravesar los mismos caminos pero con poderoso paso rockero. Cambio de ritmo
como transición tras el segundo estribillo, antesala de las nuevas estrofas.
A la salida del nuevo estribillo tendremos el solo de guitarra, de nuevo
brillante y con dos tonalidades dialogantes. Soberbia estrofa lenta recitando
el título del tema, uno de los grandes momentos, aunque breve, del disco. El
estribillo despide el tema con armonías de guitarra y aceleración del bombo. Un
buen tema.
-Rock My Radio: Pegadizo tema de despedida que aspira a ser
un himno de unos Quiet Riot o Twisted Sister. Un estribillo parido en el mismo
centro de los 80 innegablemente. Sólo la compañía de la batería acompaña su
primera aparición, como presentación del tema. Estrofa y melódico puente con coros para aparecer en el estribillo, que goza de riff trepidante. Queda
lejos de esos himnos mencionados, pero no es nada indigno. Fiel a la estructura
clásica, repetimos avance. Pasamos a una estrofa alternativa como introducción al solo de guitarra, también ágil y potente, y volvemos al puente melódico.
Transición musical y coros en parón cantando el estribillo. Arranque furioso
para encarar el final del disco con una guitarra creciendo al fondo empujando
al estribillo. Buena despedida.
Un disco de culto, un gran disco que seguro apreciarán todos
los amantes del Hard Rock de los 80, todos ellos, los aoreros, los rockeros y
los hardrockeros, con un perfecto equilibrio entre poder rockero y melodías.
Excelsa producción de Eddie Kramer, un clásico del Rock (Led Zeppelin, Jimi
Hendrix, The Cream…).
Un trabajo con algunos himnos antológicos y algunas
irregularidades, pero un clásico de culto.
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