Buen disco de AOR bastante clásico y elegante con arranques
guitarreros potentes y rockeros Un disco que nunca alcanza la excelencia ni
tiene temas arrebatadores, pero que siempre vuela a gran altura y con mucha
calidad.
Es el proyecto de Marc Engeran y Randy Settoon, ambos
compositores de los temas (Marc se ocupa más de la música y Randy de las
letras), que lograron al final un contrato para grabar este álbum tras su éxito tocando por garitos de todo tipo, usando temas propios y no
haciendo covers.
Fue Jim Odom, el guitarrista de LeRoux, el que se fijó en
ellos. Con su inestimable ayuda lograron su objetivo y publicaron este proyecto
debut. Un Odom que se ocupó además de la mezcla y otros muchos aspectos
técnicos del álbum.
El disco tiene influencias aoreras clásicas, con los Journey
como modelo principal, no en balde, Marc Engeran reconoce en Neal Schon a su
principal influencia en la guitarra, entre otros muchos grandes guitarristas
(Hendrix, Lukather, Page…). Styx y Tommy Shaw, así como los Beatles, Kiss, Led
Zeppelin… son otras de las influencias del grupo, algunas reconocibles en los
temas del álbum. También son reconocibles ciertos ademanes de Toto, aunque es
Journey la más destacable de todas sus influencias.
El trabajo desprende elegancia y saber hacer, aunque nunca
transmite genialidad ni verdadera emoción. Una factura más que aceptable y una
estupenda ejecución hacen del disco un trabajo solvente. Los teclados de
Settoon siempre llegan a tiempo, pero los solos de guitarra de Engeran son los
que dan el punto de virtuosismo al disco. Lo mejor del trabajo.
La base de ritmos es notable, con un potente
bajo y unos platos que sobresalen en la decoración de los temas.
Aunque introducen elementos de producción al inicio y final
de algunos temas, sonidos de vinilos o CDs en reproducción, en consonancia con
el nombre del grupo, son meros recursos simpáticos que no tienen continuidad en
un álbum de sonido exquisito, clásico y limpio.
En “Going Nowhere” y “What’s The Reason” tienen el grueso
conceptual del álbum, simbolizado en la portada del disco, mientras que “How Many Roses” es la canción predilecta de los autores. “Too Young” y “Stop Waiting For The Moment”
sonaron en las radios.
Engeran tocó buena parte de los instrumentos en varias de
las canciones, aunque contaron con músicos de estudio para colaborar con ellos.
Marc Engeran es la voz y las guitarras principales, también
maneja los teclados en algún tema; Randy Settoon los teclados y coros. Los
colaboradores que aparecen en distintos temas son J.J. Engeran en la batería y
la percusión, Bobby Levie al bajo, Jim Ricketts al bajo, Joey Starns a la
batería.
-Going Nowhere: Electrónicos sonidos engañan antes de la
irrupción rockera de la guitarra y la batería al más puro estilo Rock melódico.
Un quejido de Marc Engeran y estrofas melódicas sucediéndose con un buen riff
de fondo. Estupendo estribillo donde todo se hace aún más melódico, incluido
el acompañamiento musical. Brillante juego de la batería a los platos y apuntes
guitarreros. Segundo estribillo y transición con juegos de sintetizador y
contundente base rítmica sosteniendo a la melodía de guitarra. Notable estrofa
que antecede al nuevo estribillo. Fase final instrumental que acaba
desembocando en un magnífico solo de guitarra de gran sentimiento. De los
mejores temas del álbum, donde destaca el trabajo instrumental.
-Too Young: Perfecto equilibrio melódico con una guitarra
protagonista y unos teclados perfectos sostenidos por una sencilla batería y
un contundente bajo. Puro AOR. Así van cayendo las estrofas hasta llegar a un
puente más intenso y un estribillo con frases a coro dialogando con la voz
principal. Una estructura clásica que se repite hasta llegar a una estrofa de
transición al solo de guitarra. Otro estupendo solo muy en la línea Schon. Los
platos vuelven a jugar brillantemente. Estribillo con improvisaciones y
quejidos vocales hasta la despedida con la guitarra emergiendo de nuevo
gozosamente. Buen AOR clásico.
-Anytime: La voz principal se anticipa a todo para dar
inicio a este suave tema de comienzo baladero que va progresando
con la aparición de la caja para convertirse en un medio tiempo aorero. De nuevo
destacan los platos en el estribillo a coro. Muy AOR. Estructura clásica con la
suavidad retornando para las estrofas con una batería sutil, para luego subir en el
puente y el estribillo. Estrofa de transición y corto solo de guitarra, de
nuevo muy Schon con Journey. Final con armonías de coros, voz principal y
guitarra. Correcto y efectivo tema AOR.
-It’s Time To Get Back: La guitarra ya forma una clara y
sensacional melodía con suaves ritmos aoreros. Buenas estrofas iniciales, donde
se incorporan coros y ecos, puente y estribillo efectivo a coro. Otra buena
melodía que funciona a la perfección. Repetición de la estructura, donde vuelvo
a destacar los ágiles platos, y estupendo solo de guitarra de Marc Engeran.
Transitando por los mismos caminos llegamos al último estribillo, que se deja
llevar con armonías vocales y guitarreras. Alegre y con un estupendo feeling
este tema.
-How Many Roses: Otro comienzo puramente aorero, pero con
ritmos algo más pesados. Melodías sutilmente definidas por la guitarra y los
teclados. Bajo oscuro y potente. Estrofas desgranándose hasta llegar a un recio
y largo estribillo de solemne cadencia. Un tema algo más duro sin dejar de ser
aorero. Gran trabajo del Charlie y los platos en las estrofas con dejes
bluseros ocasionales en la parte vocal. Melódicas estrofas que enganchan el segundo
estribillo con una fase de transición con teclados y el solo de guitarra corto
y melódico. El último tercio repite estructuras y el estribillo con el
trepidante bajo y un segundo solo de guitarra igualmente melódico. Otro
correcto tema.
-We Can Make It Last Forever: Un solitario piano comienza
esta vez el tema, sumándose un sintetizador y una leve guitarra. Voz iniciando
estrofas en esta balada sentida y aorera que cobra intensidad, sin perder
melosidad, en el estribillo. Un tema nostálgico y dulce de largo estribillo.
Apuntes de guitarra bluseros durante las estrofas las enriquecen, sin que las
teclas dejen de sonar. Una bella cadencia e inflexiones durante la melodía del
estribillo. Solo romántico de guitarra, corto y efectivo. La parte final cuenta
con un mayor desgarro vocal, como es habitual, hasta que la melodía se va
desvaneciendo. Una bonita y melosa balada.
-Out Of The Blue: Ritmos más vivos sobre el sonido de una
multitud entregada, simulando un concierto. Guitarras entrando
intermitentemente conforme avanzamos por las estrofas. Un aliento muy rockero.
Estribillo correcto y pegadizo, sin ser demasiado llamativo. Guitarra sutil de
fondo dibujando agudos en el nuevo paso hacia el estribillo. El estribillo
vuelve a beneficiarse del constante golpeteo de platos, más rítmico aún. Un
toque Journey se vuelve a apreciar, sobre todo en la estrofa de transición al
solo de guitarra, que vuelve a ser bueno. La repetición de la estructura
clásica nos lleva a un magnífico segundo solo de despedida, muy en la onda
Schon, como de costumbre. Además está doblado. Un tema alegre y movido.
-What’s The Reason: Otro efecto inicial llama a la rítmica
percusión y al bajo. Un crescendo instrumental donde se van sumando uno a uno
los instrumentos. Las teclas y la voz para las primeras estrofas. Puente aorero
de melodía clásica y estribillo con coros recitando el título del tema. Hay un
toque Toto mezclado con cierto tono Journey en la voz de Marc, que pretende
recordar a Steve Perry. Estribillo en diálogo, coros con el título y respuesta
de la voz principal. Tras el segundo estribillo, estrofa de transición y solo
de guitarra. En la parte final el estribillo se va repitiendo hasta la llegada
de un segundo solo, que se inserta en medio de otra vuelta al mismo. Tema
convencional y algo soso.
-Patiently: Piano que limpia una bella melodía. Una balada
que se deshace en la voz de Marc durante las primeras estrofas. Piano y voz.
La batería y el resto del acompañamiento, con el bajo y la guitarra, surgen
repentinamente para llamar a más estrofas. El tema cobra fuerza con el puente,
largo, y el estribillo, también largo. Acortamos las estrofas para volver por
el puente hacia el estribillo de nuevo. Transición con una melodía que deja lugar a la improvisación vocal, y solo de guitarra de buen sentimiento que nos
acompañará, como las teclas, hasta el final. Es bonita, pero no logra emocionar.
“Rokbox” factura un AOR de indudable elegancia y buena calidad,
tiene clase y unos temas correctos, en algunos casos notables, pero nunca
llegan a emocionar verdaderamente ni a entusiasmar. Sus temas se quedan a medio
camino en la mayor parte de las ocasiones, a punto del estallido y la
sublimación, pero sin rematar. En cualquier caso es una más que digna opción si
te gusta el AOR clásico, elegante y cuidado.
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