Esta desastrosa y entrañable película tiene su lugar
destacado en la historia, aunque parezca mentira.
Recuperada del olvido por los cinéfilos por ser un esencial
referente de la obra maestra de Ridley Scott, “Alien, el octavo pasajero”. Una
película de serie B sin apenas medios y llena de incongruencias e
incoherencias, que gracias a su interesante trama y planteamiento inicial llamó
la atención lo suficiente como para realizar en 1979 una cinta con muchos más
medios y talento con la misma historia, que pasaría a convertirse en un icono cultural y una obra
maestra de referencia.
No es moco de pavo para una película que es un auténtico
desastre a todos los niveles, pero a la que hay que mirar con cariño.
En plano sostenido y en sutiles panorámicas, que van de la nave
destrozada a la de rescate dispuesta a partir, la voz over del coronel de la
primera expedición nos relata las circunstancias de su aventura. Resulta
divertida la pasión con la que dicha voz over, la doblada, dice su propio
nombre, el coronel Edward Carruthers (Marshall Thompson). Tras encontrar allí
la muerte y esperar seis meses, tiempo récord, será recogido por la nueva
expedición.
La película, rodada en 1958, se ambienta en 1973, lo que
denota un extraordinario optimismo en los futuros avances para llevarnos hasta
Marte en poco tiempo.
Un monstruo que hará varias exhibiciones de fuerza,
dedicándose a doblar escopetas con las manos y destrozar puertas como si fueran de papel (seguramente lo eran), siempre tras una cortina de humo para que no se
vea demasiado, haciendo de la necesidad virtud. Un monstruo que parece inmune a
todo.
Su rostro, que aparecerá repentinamente, pretende impactar,
aunque al espectador actual le causará hilaridad más que nada. Un monstruo con
un disfraz que parece se va a abrir en canal o a descoser en cualquier momento,
además de que es fácil que lo hayamos visto en alguna otra película, qué sé yo,
alguna sobre monstruos de alguna laguna o parecidos… Suena a viejo conocido de
la serie B.
La prontitud en enseñarnos al monstruo busca que empaticemos
enseguida con el protagonista, que le creamos, a la vez que se crea la figura
del falso culpable. (En la foto de la izquierda pueden ver al monstruo recitando a Shakespeare).
El coronel Van Heusen (Kim Spalding), líder de la nueva
expedición, acusará a nuestro protagonista argumentando que su móvil pudo estar
en la comida, tener más para sobrevivir allí. Además le enseñará una calavera
con una bala en la cabeza… (En la foto de abajo de esta serie, podéis ver a Van Heusen con la calavera de Yorick, también en honor a Hamlet).
Por el contrario, Carruthers tendrá el apoyo de Ann
Anderson (Shirley Patterson), de la que se insinúa una relación con Van Hausen,
creándose un triángulo amoroso. Una mujer sensata que será la cómplice del
protagonista, una vez dé verosimilitud a la historia de Carruthers. No está mal
llevada la relación y evolución, una desconfianza que se va matizando en
función de un carácter sensible por parte de la chica y la necesidad de ser
creído por alguien en él.
Los personajes tienen poco respeto por su nave y las reglas
científicas. Allí les veremos fumando en la nave y poniendo granadas dentro
como si no costara.
Los primeros pasos de Alien.
Los paralelismo con “Alien, el octavo pasajero”, van mucho
más allá del simple planteamiento, lo que haría discutible que pudiera
considerarse un referente de aquella. Ya la sinopsis expone con claridad las
evidentes similitudes entre ambas historias, pero también en los matices y en
escenas concretas encontramos parecidos clarificadores.
-Al inicio tendremos una escena de colegueo y camaradería
entre los tripulantes de la nave, pura distensión y digresión que nos recuerda a escenas similares en “Alien, el octavo pasajero”, al inicio y a mitad del
film, cuando el alien sale del vientre de John Hurt, por ejemplo.
Además tenemos el toque machista de la época, con las
mujeres sirviendo a los hombres, aunque están sobradamente preparadas.
-Cuando encuentran el primer cadáver hay un momento que
también recuerda a “Alien, el octavo pasajero”. Es cuando buscan a los
desaparecidos y la mano de uno de los cadáveres sale en segundo plano tras la
cabeza de Carruthers. Imposible no recordar la escena de la enfermería en
“Alien, el octavo pasajero” y el facehugger que aparece sobre la cabeza
de Ripley.
-Una de las escenas más recordadas de “Alien, el octavo pasajero” transcurría en los conductos de aire. Pues bien, aquí también
tendremos una escena con los personajes arrastrándose por conductos con
linternas para descubrir a agonizantes víctimas y apariciones del monstruo…
todo en plan “de todo a 100”, claro…
-Sucesivos planes se van acometiendo, todos ellos
fracasarán, menos el último, que también nos remite a “Alien, el octavo pasajero”.
-El final, con la tripulación abriendo la puerta para dejar
salir el aire y así matar al monstruo, vuelve a remitir a “Alien, el octavo pasajero” y el clímax, con Ripley abriendo otra compuerta para que el monstruo
salga disparado. Una misma idea, sólo que en una se hacen las cosas bien, con
lógica y rigor, y en otra...
El esquematismo es evidente durante la narración, se aprecia
muy bien en el inicio, mientras nos presentan a la tripulación. Siete más el
preso… y el monstruo. El noveno pasajero, supongo.
La narración usa transiciones que muestran el vagar de la
nave por el espacio. Los efectos especiales son simpatiquísimos en muchos momentos. Destaco ese paseo por el
exterior de la nave que es absolutamente surrealista. Obvian el tema de la
gravedad con un indiscutible salero.
Colocando una cámara haciendo un ángulo de 90 grados
simulamos que andan por la nave en vertical. En el plano general se aprecia el
añadido en fotograma con los astronautas andando por la maqueta…
El uso de las alturas, con múltiples escaleras, como
vehículo de conflicto y escenario de muchos de los ataques del monstruo, así como medio para
generar suspense, funciona aceptablemente. La misma función, en un buen
recurso, tienen los distintos pisos de la nave. También el uso del plano
general.
Hay que mirar con cariño a esta entrañable y desastrosa
serie B, que despierta más carcajadas que inquietudes. Un película realizada
con cuatro duros, aprovechando y readaptando decorados y a la que se le ve el
cartón desde que empieza hasta que acaba. Decorados que a veces parece que se
van a venir abajo. Lo del guión y sus increíbles incongruencias es más difícil
de explicar, pero es parte de la diversión.
-La primera de la continua sucesión de catástrofes de guión
la tenemos en la primera secuencia, la que sucede a la presentación con la voz
over, donde un comité decide la misión y nos explica lo allí ocurrido. Es un
error porque esta secuencia sólo redunda en lo que ya nos habían explicado,
salvo por el consejo de guerra que pretenden hacerle a Carruthers por el asesinato a la
tripulación que lo acompañaba…
-Aunque pretenden justificarlo vagamente, resulta
desconcertante y pasmoso que dejen vagabundear por la nave a un sospechoso de 9
asesinatos…
-Van Heusen: ¿Por qué no? ¿Se le ocurre una cárcel mejor?
Tenemos frases memorables: “Marte es tan grande como Texas…
puede que haya monstruos”. Y lo dicen en serio, ¡eh!
-Ann: ¿Sabes de qué ha muerto Kienholz (Thom Carney)?
-Mary (Ann Doran): Debe de tener todos los huesos rotos,
pero no conozco la causa.
Hombre, tener todos los huesos rotos como causa no está mal…
-En las primeras muertes sorprende la discreción de los
asesinados, discretos y sigilosos, ya que se dejan matar cruel y bestialmente
por un monstruo salido de Marte y no muy guapo precisamente, sin apenas emitir
sonido. El primero, de hecho, no dice ni mú. El segundo se queja algo más, pero
poca cosa.
Eso sí, tendremos suspense y sombras con el descenso a la
enfermería, lugar de dichas muertes. Luego caerá algún otro personaje.
-A nuestros amigos no se les ocurre otra cosa para terminar
con el monstruo que llenar de granadas el recinto donde apareció y
la escotilla por donde creen que podría salir la criatura… No sé a vosotros, pero
me parece un pelín exagerado y arriesgado estando en el espacio… Además tenían
un auténtico arsenal los tíos…
-La tripulación creará unas bombas químicas para intentar
acabar así con el monstruo, las crearán como último recurso. Incluso
verbalizarán explícitamente: “Sólo como último recurso”… Pues bien, justo en la
escena siguiente cogerán las bombas químicas y las usarán, con dos narices…
Además, por si no han demostrado la suficiente torpeza e
insensatez, abrirán la escotilla para ver si el bicho ha muerto. Como resultado
tendremos el “brutal” ataque del monstruo al pie de un miembro de la
tripulación… al que deja inconsciente…
-Las explicaciones científicas son para echarlas de comer aparte.
-Lo del oxígeno en el clímax es tronchante. Un vistazo a un control y
les llega la inspiración: sacar el aire de la nave para asfixiar a un monstruo
que se ha paseado toda su vida por Marte…
-Uno de los magistrales planes consistirá, tras salir de la
nave para rodear al monstruo, en pegarle unos pequeños calambrazos… Claro,
teniendo en cuenta que ni bombas químicas ni granadas han funcionado, unos
calambres eran la siguiente opción lógica… Por supuesto, no funcionará, así que
se irán como han venido…
-Para protegerse de la criatura, deciden poner peso en la
última escotilla, aunque nunca había logrado entrar… Lo cierto es que viendo
cómo colocan el peso poca resistencia puede hacer, aunque al final colocarán
algo más… Así se confirmará en cuanto el monstruo le dé el primer meneo a la
escotilla: adiós pesos. Tres segundos de resistencia… Brillante.
-A la chica de la función, Ann, le importa un pimiento el
cadáver del que era su medio novio, Van Heusen, pasando al lado suyo sin
mirarlo si quiera, dedicando en exclusiva sus atenciones a ese héroe que acaba
de conocer.
“Marte es sinónimo de muerte”.
La acumulación de problemas y peripecias sí es un aspecto
bien buscado, otra cosa es la coherencia y resolución de todo ello. Por
ejemplo, a todo esto se sumará que los heridos por el monstruo necesitan
constante sangre para poder sobrevivir, lo que genera un nuevo problema.
En definitiva, tiene todos los defectos y más, a los que
podemos sumar diversos baches narrativos, problemas de ritmo con escenas
alargadas gratuitamente, y eso que la película es muy corta. Es reiterativa,
torpe y plana.
Dirigida por un clásico del género, Edward L. Cahn, “El
terror del más allá” es pura serie B, simpática y desastrada. Una mala pero
novedosa película con una estupenda idea inicial que la acaba haciendo
entretenida, aunque dura poco más de una hora. Ni que decir tiene que cuenta
con mis respetos por ser el germen y uno de los grandes referentes de “Alien, el octavo pasajero”, ya saben.
Bueno, ahora también reutilizamos, no sólo en la misma película (ver el honest trailer de una de las últimas transformers) sino entre diferentes. Snokes es Gollum retocado. Doomsday es un troll de las cavernas con muy pequeñas modificaciones...
ResponderEliminarUna cosa es parecido o digital y otra vestirse con el mismo disfraz eh jajajaja
EliminarPues siempre pensé q Alien se les había ocurrido d cabo a rabo!!
ResponderEliminarMuy interesante, aunq la peli…joer, con cuatro duros no, sin los duros. El mostro mostruoso es un disfraz de halloween de tia Maggie, lo de la cámara en vertical en definitivo, y las soluciones varias en escenarios, en el porche de tia Betty con la ayuda de tio Walter, q es el q hace los decorados d las obras d final d curso en la High School de Chattelfield Highs.
Jajaja!!
Eh, la causa q no sabe es el porqué d q se le hayan roto todos los huesos, hombre!!!
En fin esas pelis no serie B sino J son recuerdos d tardes d vacaciones d Navidad en mi infancia.
Y la foto del mostro declamando a Shakespeare es ideal!! Me he reído a gusto, y la gente m miraba!!
Gracias Sensei. Bromas aparte, ha sido interesante el hallazgo. Por cierto, no sé si los implicados en esta peli llegarían a ver Allien y de ser así q pensarían…
Gracias por las risas y besos!!
Sí, sí, lo que tú quieras, pero lo que le pregunta la otra es la causa. Infame diálogo! Jjajajaja.
EliminarHay series B extraordinarias, muchas, pero casi todas tienen un toque entrañable. Siempre son interesantes verlas, tienen ideas realmente originales en muchas ocasiones.
Te ha gustado la foto del monstruo shakespeariano eh! Jajajajaja. Me alegra que rieras.
Un beso.