

“Alien,
el octavo pasajero” es un hito y un mito de la ciencia ficción, un referente
absoluto. Su poderío visual, su pulso narrativo, con subyugante atmósfera,
impactaron a generaciones y siguen tan vigentes como el primer día, más aún,
imitados hasta la saciedad pero jamás igualados. No sólo influyó en el cine,
dentro de la animación y los videojuegos su impacto fue tremendo.



De
hecho, en “Alien” no pasa casi nada en sus casi dos horas de duración. Una pausa
en un viaje para explorar un planeta, que nos lleva 40 minutos, dos o tres
golpes de efecto, y el intento de cazar a un monstruo que se convierte en
cazador en el último tercio… ¡Y es imposible dejar de mirar! Te atrapa por
completo desde el primer plano.
El
viaje. La misión.

Un
primer plano que guiña a “Star Wars” (George Lucas, 1977), siendo el reverso siniestro, tenebroso y
terrorífico de aquella. Un larguísimo plano sostenido que aguanta el paso de
una gigantesca nave, el principal y claustrofóbico decorado de la película.
Ridley
Scott no es sólo uno de los grandes referentes y uno de los directores más
influyentes del cine moderno, es además uno de los más brillantes realizadores
desde el punto de vista técnico. Un auténtico virtuoso, que con sus tres
primeros títulos revolucionó la estética en el Séptimo Arte recogiendo y
adaptando la más pura esencia clásica y la fotografía, haciendo de los
contrastes lumínicos, de la esencia expresionista y del color algo nuevo y novedoso.
Si
bien es cierto que Scott es uno de los grandes referentes estéticos del cine
moderno, no podemos decir que sea un “gran autor”. Es un director que cuando ha
querido ser “intelectual” se ha pegado el batacazo, cuando ha querido dejar su impronta
conceptual o filosófica no ha funcionado. Scott depende de que le caiga en las
manos un buen guión al que potenciar con todo su talento y sabiduría visual,
pero sin intervenir en exceso en el texto. El ejemplo más sangrante lo tenemos
con “Blade Runner” y sus continuas aportaciones para intentar convencer al
mundo de que Deckar es un replicante, con la torpeza que ello supone.
Eso sí, cuando Scott recoge un buen texto lo más seguro es que estemos cerca de una obra maestra o una película sobresaliente que no dejará indiferente, porque tiene pocos rivales en el aspecto técnico y visual.
“Alien,
el octavo pasajero” es el mejor ejemplo de lo que puede dar de sí Ridley Scott.
Una película sin grandes complejidades conceptuales ni filosóficas, que es pura
atmósfera, un ejercicio de estilo. Un título que en manos de cualquier otro habría
sido una película más, pero que en manos de Scott se eleva a los altares del
Séptimo Arte, resultando una obra maestra de género perfecta desde que empieza
hasta que termina, donde todos los aciertos de guión se potencian, donde todo
se sublima.


-La
evolución radical o la transformación hacia lo opuesto, también estructura a
muchos de los protagonistas de Ridley Scott. Ese viaje harán las inocentes amas
de casa de "Thelma y Louise", que se convertirán en itinerantes criminales
feministas; de la lealtad sin fisuras a un emperador a la búsqueda de venganza
contra otro de Máximo en “Gladiator” (2000); del desprecio a los replicantes a
enamorarse de uno de ellos de Deckard en “Blade Runner”; la pacífica oficial de
abordo Ripley convertida en valerosa superviviente en “Alien, el octavo
pasajero”; de idealistas a desesperanzados soldados en “Black Hawk derribado”…


-Uno
de los aspectos conceptuales más interesantes en la filmografía de Ridley Scott
lo tenemos en la idea de sacrificio y de coste personal de la aventura. En
“Alien”, Ripley perderá a toda su tripulación y Dallas pide su propia muerte;
en “Blade Runner”, el replicante Roy Batty asume su muerte tras perder a sus
amigos y salvar a su antagonista; en “Gladiator”, Máximo acaba perdiendo su
vida tras cumplir venganza, muere una vez cumplido su objetivo vital; en “Los
impostores”, el personaje que interpreta Nicolas Cage lo pierde casi todo al
ser traicionado y engañado; en “Black rain”, el personaje que interpreta
Michael Douglas pierde a su compañero; en “Tormenta blanca”, la aventura le
cuesta la vida a la mujer de Jeff Bridges; en “Thelma y Louise”, su aventura
acaba con su propio sacrificio y liberación; en “La teniente O’Neil” (1997), la
protagonista pasará por un calvario personal; los compañeros soldados que
mueren en “Black Hawk derribado”…

-En
cualquier caso, lo más representativo del estilo de Scott es su estética, esos
primeros planos sudorosos, ese juego cromático con los colores fríos, los
verdes y, sobre todo, los azules… En este sentido, no me cansaré de repetir lo
bien que llueve en la películas de Ridley Scott. Lo repetiré varias veces en el análisis para que os quede claro. La lluvia… Una estética única,
uno de los directores más influyentes, estéticamente hablando, del cine moderno.
Excelente comienzo, estimado! Espero con ansias las siguientes entregas de este gran clásico! Saludos!
ResponderEliminarGracias, Felipe. A partir de mañana la cosa se pone intensa. Espero te guste :))
EliminarHey muy bueno, Interesante y buena peli Alien (la primera)
ResponderEliminarUn auténtico clásico de la ciencia ficción, además puerta (y sin lugar a dudas la mejor parte) de una de las sagas más longevas.
ResponderEliminarHemosVisto!