Francis Veber es un habitual de la comedia francesa que pegó
un enorme pelotazo con su éxito internacional “La cena de los idiotas” (1998).
Un éxito mayúsculo que ha tenido remake americano, como no podía ser de otra
forma, dirigido por Jay Roach en 2010.
A rebufo del éxito de la mencionada cinta llegó esta “Salir
del armario” que de alguna forma explota ciertas constantes de la anterior y
pretende estirar su éxito. Una película simpática y divertida, de enredos y
malentendidos, engaños y ocultaciones para provocar la risa en el espectador. A
pesar de todas sus virtudes para sacar partido a la comedia no se puede evitar
cierta sensación de “fórmula” en ella.
“El juego de los idiotas” (2006) sigue esta misma fórmula,
quizá algo menos inspirada, pero sacando partido al enredo y la comicidad de
las situaciones. Otro título muy en la línea de Veber para pasar un rato
agradable.
“Salir del armario” resulta una evidente crítica a la
hipocresía, el prejuicio sexual, a la manipulación de los lobbys y minorías,
así como al problema del desempleo, ahora tremendamente actual.
Un trabajador, Auteuil, se entera de que va a ser despedido,
por lo que se hace pasar por gay para utilizar la protección a las minorías y
así evitarlo. Todo ello acarreará los consiguientes malentendidos e
incomodidades en nuestro protagonista y los que le rodean.
Una película breve que sabe sacar partido a gags, enredos y
diálogos, sin ofender, ni resultar polémica. Se beneficia además de unas
excelentes interpretaciones, con Daniel Auteuil a la cabeza, más una colección
magnífica de secundarios, Gérard Depardieu, Thierry Lhermitte, Michèle Laroque,
Jean Rochefort…
Comedia simpática sin más pretensión que provocar unas
cuantas risas, pretensión que cumple sin problemas, hábilmente realizada y con
un buen planteamiento inicial, al que sabe sacar partido la mayor parte del
metraje. El rumor, su lastimoso alcance, su influencia, la mezquindad de la
gente corriente que va de digna y da pábulo a cualquiera que oye, especialmente
si le interesa… son críticas y planteamientos que se muestran en la película de
forma ingeniosa.
La evolución del rumor, las reacciones ante él, ante el
personaje que finge ser homosexual, dan momentos de comedia de altura,
francamente disfrutables.
La película se ve con agrado de principio a fin y encima
tenemos una sensual y caliente escena con la que no nos extrañaría que aumentara el
turismo japonés en Francia…
Un personaje que vertebra, en su evolución, toda la
película, convirtiéndose en un hombre nuevo al fingir ser un hombre falso.
La película ironiza sobre lo políticamente correcto y los
prejuicios, logrando retratar o identificar al espectador sin ningún problema y con
absoluta naturalidad, gracias a un guión bien hilvanado, no exento de tópicos y
con algún altibajo en la descripción de personajes, pero notable.
El desarrollo de personajes y sus personalidades es muy
acertado, en unos casos llevando un camino lineal, como en el del protagonista
Auteuil, y en otros con giros inesperados, como en el de Depardieu.
En definitiva, un gran ejemplo de la comedia francesa más
comercial de calidad, con buen guión y efectiva dirección de Francis Veber, un
director más que solvente en este género. Y además es cortísima…
Como curiosidad comentar que Auteuil se parece a un amigo de
la familia y cada vez que le veo me despierta especial cariño y ternura.
Vi la película no hará más de tres meses y estoy bastante de acuerdo con tu crítica. Entretenida, sin muchas pretensiones, pero divertida al fin y al cabo. De las que te provoca más una sonrisa que una carcajada.
ResponderEliminarPara mi lo mejor de la peli son los personajes secundarios, a pesar de que Auteil me gusta en general, creo que en esta cinta se lo comen los secundarios.
De todas formas, como he dicho, buena peli para ver y desconectar del actual estado de desánimo que parece que nos rodea :)
Así es Mireia, ideal para eso. Me alegra que te gustara, pasaras un buen rato y encima concuerdes conmigo.
EliminarUn abrazo.