jueves, 11 de julio de 2013

Crítica: SKYFALL (2012) -Parte 1/2-

SAM MENDES










50º aniversario de Bond en el cine. Desde que Sean Connery encarnara al agente secreto más famoso del mundo por primera vez en 1962 con “Agente 007 contra el Dr. No” (Terence Young, 1962) han pasado muchas cosas, muchas caras y muchos títulos, hasta 23 películas se han hecho del mítico agente, y esta "Skyfall" es la última y la que rinde tributo al medio siglo de vida de la franquicia.






Es el tercer título que protagoniza Daniel Craig y donde se recupera el tono de su primera y exitosa aparición en “Casino Royale” (Martin Campbell, 2006), ya que tras el batacazo creativo que supuso “Quantum of Solace” (Marc Forster, 2008), surgieron dudas sobre qué rumbo tomaría la saga.

Una última entrega con multitud de problemas, ya que el rodaje se tuvo que suspender por cuestiones de presupuesto, pero finalmente ha llegado a buen puerto de la mano de Sam Mendes.






El nuevo rumbo de la franquicia iniciado en 2006 y con clara influencia en el thriller de estilo europeo que encabezó la saga Bourne, tuvo sus detractores, que no reconocían a Bond en ese despiadado y rudo asesino, pero en esta tercera entrega la evolución ha sido francamente bien dirigida por Mendes, que de alguna forma ha adaptado la idiosincrasia de la saga a sus intereses de autor y a la par ha logrado ir depurando y evolucionando el personaje con respecto a la entrega inicial protagonizada por Daniel Craig. Craig, un estupendo Bond.



En líneas generales el cambio de rumbo y tono, haciendo un Bond más realista, humano, primitivo y enraizado con el estilo europeo, fue recibido con alborozo crítico general, colocando a “Casino Royale” entre las películas más apreciadas de toda la saga, pero muchos puristas no vieron con buenos ojos el cambio de tercio, nada que no se salga de la lógica. Fuera de todo esto lo cierto es que “Casino Royale”, como película, es magnífica, de igual forma que “Quantum of Solace” (Marc Forster, 2008) es mediocre casi en todos los sentidos.

Esta “Skyfall”, si bien me gusta menos que “Casino Royale” (Martin Campbell, 2006), es otro extraordinario título para la saga y uno donde el sello de autor más se aprecia sin que se pierda la esencia de la franquicia.

Evolución de un mito.

En "Skyfall" la idea de homenaje está magníficamente llevada por Sam Mendes, de una forma nada gratuita y muy bien integrada en la trama y dramáticamente. Desde la puesta en escena vemos la evolución del personaje dentro de la saga y también con respecto a determinados aspectos de la propia trama.



Skyfall” pretende mostrar la paulatina evolución del personaje hacia la sofisticación, de la rudeza del Bond que se mostró en “Casino Royale” al clásico y sofisticado personaje con el que hemos crecido, el de los Connery, Moore o Brosnan. De hecho la propia película es tremendamente sofisticada desde el plano visual. En este sentido tendremos muchos y sutiles ejemplos que van haciendo más reconocible al Bond cinematográfico de antaño.

El primer plano muestra a Bond desenfocado, acercándose a primer plano. Esta idea de imagen difusa, que se va gestando, es una de las piedras angulares de “Skyfall”, muy bien mostrado desde lo visual y la puesta en escena. Vemos un Bond también más humano, preocupándose por un compañero herido, algo que contrasta con la rudeza del primer Bond que encarnó Daniel Craig. Una evolución, por tanto, que tiene en cuenta al personaje desde esta nueva concepción que empezó con “Casino Royale” y sigue una evolución lógica desde ahí.

 

Una primera secuencia larga y espectacular, que incluso hasta el final no apreciaremos en todo su sentido cuando nos den algunas claves, en la que habrá de todo, persecuciones en coche, en tren, tiroteos con naranjas como en “El Padrino” (Francis Ford Coppola, 1972), carreras en moto y algún comentario “machista” de Bond que confío no perturbe a las feministas. Es de destacar el momento de las motos en los tejados.



En esta escena, en el momento en el que Bond persigue al villano en el tren, tenemos un gesto muy del Bond clásico precisamente, es cuando se coloca elegantemente la chaqueta y los puños de la camisa una vez entra en el vagón destrozado por la mitad, gesto que nos lleva al Bond de toda la vida.

En esta estupenda escena inicial una chica (Naomie Harris) poco competente acompañará a Bond, hasta el punto de disparar a su compañero por error salvando al perseguido… Este hecho dará a Bond por muerto.




En la saga Bourne el agua es vital y simbólica, aquí Bond caerá desde gran altura al agua precisamente. Se le dará por muerto, pero en realidad será el inicio de una nueva regeneración. Una escena muy bien rodada.

Los títulos de crédito, que llegan a continuación, son excelentes. Para detenerse a contemplarlos con detenimiento, dando claves de toda la película y referencias a todas las escenas.Además podremos disfrutar de la excelente y oscarizada canción de Adele.


Que Bond aparezca muerto o casi muerto da un toque interesante de imprevisibilidad, aunque sepamos que Bond no va a morir. Su resurrección es casi un aspecto metalingüístico, como demuestran los numerosos episodios que tiene la serie, la saga. Una resurrección que entronca a la perfección con la condición de héroe mítico, inmortal, que tiene James Bond.



Curiosamente y en sentido contrario va el tono y el rendimiento de Bond, el personaje no parece dirigirse hacia la plenitud sino hacia la decadencia, mientras que la trama se plantea como precuela del Bond clásico en plenitud. Un aspecto interesante.

Un elemento de decadencia añadido al del propio Bond lo tenemos en el MI6, que tras el ataque del villano Silva se ve recluido en un mísero recinto.

Bond, tras el disparo de su compañera y la mala vida, tendrá problemas físicos, dolor en el hombro donde fue disparado y baja forma, síntomas de esa decadencia, pero como buen héroe, casi superhéroe, se irá recuperando hasta recobrarse por completo. La evolución de este aspecto también es notable en la cinta, otro ejemplo de buen trabajo de guión y dirección.



Ya se sabe que el nuevo Bond tiene rasgos de antihéroe, alejado de la perfección del modelo original en el cine, aquí le veremos bebiendo, “empastillándose” y esas cosas que hace un buen antihéroe (fieles a la novela). También se desahogará como Bond mejor sabe hacer, y en contra de lo que ocurría en “Casino Royale” la beneficiada no morirá, en algo mejoramos, aunque no mucho…








Espejos.

Los espejos y los cristales, además de recursos estéticos en un thriller muy sofisticado desde lo visual, tienen contenido, aparecerán de forma recurrente y constante, sobre todo en lo que a Bond concierne. También otros elementos descriptivos de su evolución, las sombras por ejemplo.

-Los espejos y variantes muestran la difusa personalidad de Bond en formación, así lo veremos en su anonimato tomar pastillas frente a un espejo en un claro ejemplo de lo mencionado, de igual forma que lo veremos correr riesgos absurdos con un escorpión… Abatido, apático, solitario, sin intereses.


-En esa misma escena lo veremos dar la espalda a otro espejo para ver en la televisión el ataque al MI6. Un espejo que le ofrecía su imagen desorientada y a la vez el objetivo al que encaminar sus pasos. La verdad, en definitiva.


-Bond se hará presente ante M como una sombra, apareciendo de la nada en la casa del personaje interpretado por Judi Dench, en otro rasgo de personalidad difusa.

-Nuevo espejo, el que refleja a Bond en el cuestionario psicológico, primera vez que oímos la palabra “Skyfall”, que da título a la película, y que perturba a nuestro protagonista, y nueva sombra, en el momento antes de sacarse la metralla del hombro a sí mismo.



-En Macau veremos a Bond afeitándose, todo muy sexy y con una simple toalla cubriéndole por la cintura, algo que hará las delicias de las damas como las hace de Eve (Naomie Harris). Este afeitado, antes de la aparición de la bella ayudante, será ante un espejo nuevamente. La escena concluirá de manera tan ambigua como sensual… Con fuegos artificiales y su evidente simbolismo… A lo Hitchcock.


-Otro espejo nos mostrará a la chica que confía en Bond, Severine, poco antes de darse una excitante ducha, muy estética, donde parece una sombra, preámbulo de muerte, en la que participará muy activamente nuestro protagonista.


-Habrá una mención explícita a las sombras cuando M diga que el villano misterioso “viene del mismo sitio que Bond, de ese sitio que según usted no existe… de la sombra”. Es decir, algo perfectamente coherente con la estética buscada y las ideas desarrolladas, lo que da más fuerza y calidad a un conjunto que se aprecia muy calculado y pensado.

-En la huida de Bardem aparecerá una nueva sombra, la suya.

-En la casa de los Bond, en “Skyfall”, habrá otro espejo que tendrá un papel protagonista en el clímax y la batalla que allí acontecerá, servirá de artimaña para engañar a los matones que llegan a intentar acabar con Bond. Un espejo antiguo.


De homenaje en homenaje.

Son varias las referencias a otras películas o elementos de las mismas de las que podemos disfrutar en “Skyfall”, por ejemplo cuando Bond dice en la frase de guión “Sólo para sus ojos”, como la película de la saga protagonizada por Roger Moore en 1981 dirigida por John Glen. En la conversación que mantienen Q y Bond habrá continúas bromas a los clásicos gadgets de la saga, concretando en los famosos bolígrafos explosivos.

Eve, la compañera negra que disparó por error a Bond, no puede ocultar su deseo por el agente, encantada con él a pesar de dispararle. Al inicio de esta escena, en su reencuentro en el MI6, volveremos a ver a Bond difuso, tras unos cristales sucios.

Ralph Fiennes interpreta a un superior “tocanarices”, Gareth Mallory, un personaje también muy bien elaborado y que tira por tierra tópicos. En un principio no se moverá un ápice de su rol de “tocanarices”, incluso puede que alguno llegue a sospechar sobre su lealtad, para acabar tirando por tierra las ideas preconcebidas dando un apoyo sincero y ayudando como un buen agente, con final sorpresa en lo que respecta a su evolución y personaje. Eve advertirá sobre que Mallory no es tan malo como parece, lo que al final resulta cierto.







La confianza de M en Bond es total, hay una relación maternal evidente. Aunque Bond no pasó ninguna de las pruebas para volver a la acción M mentirá por él.



Entre los cuadros que podemos ver en la estupenda escena donde Bond conoce a Q (Ben Whishaw), tenemos “El Temerario remolcado a dique seco” de Turner y “Experimento con un pájaro en una bomba de aire” de Joseph Wright. El cuadro que mira la víctima del villano al que persiguió Bond en Estambul y luego en Shanghái es “Retrato de Lunia Czechowska” de Modigliani.

La conversación, con vaciles constantes, no puede ser más divertida, entre otras cosas porque Q se presenta como un crío, una de las novedades. Un buen hallazgo esta relación, que puede dar buenos momentos en el futuro, lástima que se explote poco.

 




8 comentarios:

  1. Pues para mí Casino Royale es la mejor película de Bond. No he visto aún Skyfall, pero ganas me entran después de leer esta primera parte.

    Resuelve el problema de las demás: hay trama, hay investigación. Vale, no se acerca a lo que uno se encuentra en Chacal (la película, no el crimen contra la humanidad), algún salto es inevitable perteneciendo a la saga; pero no es lo de las demás, que eran Bond tirándose a una tía y a la siguiente y encontrándose con el siguiente paso como podría hacerlo Clouseau.

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    1. ¿Te gusta Chacal, Rojo? Esa cinta tiene un análisis apetecible!.

      CASINO ROYALE es realmente buena y el tema de las mujeres es fascinante, Bond como viudo negro, todas las que tienen contacto con él mueren...

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  2. "En la conversación que mantienen Q y Bond habrá continúas bromas a los clásicos gadgets de la saga, concretando en los famosos bolígrafos explosivos."

    A mí, estas referencias tan explícitas a las películas de los otros Bond es lo que más me chirría (las de la conversación con Q y, por supuesto, el coche). Sencillamente, esas cosas petenecen al universo de los otros Bond, el que va de Dr. No a Muere otro día. Casino Royale es un reboot y, por tanto, no tiene sentido meter aquí detalles de las otras películas. No sé si me explico, es como meter el Batmovil de 1989 en las pelis de Batman de Christopher Nolan. Y por lo mismo, me parece un error conservar a Judy Dench como M (aunque en este caso el error no sería sólo de esta película, sino de todas las de Craig)

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    1. Interesante reflexión Anónimo, y no te falta razón. Perdonémoslo por ser el 50 aniversario, al fin y al cabo esta última tiene mucho de homenaje en sus reflexiones sobre el pasado. Aunque eso lo comentaremos mañana, creo.

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  3. Se me olvidaba. Lo que sí me ha gustado como guiño a la peli original es eso de que James Bond sea escocés.

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  4. Nacho:Mr sambo me encantan las peliculas del agente 007 y esta me fascina es mas me la regalaron por mi santo.

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  5. la película Casino Royale no solo significo el regreso del 007,nos presento un Bond que poseía fortalezas y debilidades y marco una innovación en el mundo del espionaje creado por Ian Fleming,en este entrega continuación de Quantum Of Solace nos encontramos a un enemigo interpretado por el siempre excelente Javier Bardem que usa la tecnología como un arma para degradar a la agencia que lo "Traiciono",el mítico 007 demuestra que a pesar de tener como punto a favor su experiencia como agente su pasado le invade y deberá enfrentarlo para salir adelante,el guion esta excelente y logra conmemorar los años donde nuestro querido James nos ha mostrado su lado aventurero y romántico, la fotografía logra resaltar cada momento y locación donde se desenvuelve la trama y sus involucrados,observar al mítico Aston Martin db5 y sonando el clásico tema de Bond escrito por el legendario John Barry son señales que la saga todavía esta en nuestras memorias,un excelente film donde el inteligente guion y un reparto a la altura de la saga convierte a la cinta en un torbellino de emoción

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