Estallido a lo Peckinpah.


El montaje además muestra planos muy cortos e individuales de los pistoleros, donde los vemos a cada uno por un lado, una radical individualidad en la planificación. La fragmentación narrativa es algo muy querido por Peckinpah, así los detalles desde el montaje, como los comentados, adquieren una mayor significación y conciencia en la planificación de su obra. Un detalle de maestro. La historia de nuestros pistoleros irá por un lado y la de Robert Ryan por otro, están unidas por un tronco común, pero fragmentadas es distintas ramas. Durante el metraje, con el uso de algún inserto en flashback o la separación de algún componente del grupo, esta fragmentación se agudiza.

Los zooms de retroceso a menudo muestran un hecho
significativo, por ejemplo un muerto, para luego mostrar su contexto o
entorno.
El sexo, el morbo, la perversión, la depravación… están
siempre muy presentes en el cine de Peckinpah. Personajes que no contienen sus
pulsiones, ya sea por no tener filtros o porque las circunstancias y
situaciones les ponen al límite de su control (en “Perros de paja”, 1971, se ve
este extremo con meridiana claridad). Así en “Grupo salvaje” tendremos diálogos
descarados, morbosos, y personajes lascivos sin el menor escrúpulo, como ese
pistolero encargado de custodiar a los rehenes y que provoca obscenamente a una
mujer mayor. Una clara evolución de los tiempos, del clasicismo.
Desmitificación, crueldad, violencia explícita, realismo,
naturalismo… y una aparente falta de heroísmo e idealismo que al acabar la
cinta será todo lo contrario.

Uno de los detalles más significativos que en este blog no
puedo dejar pasar por alto, es el momento de extraño pudor que tiene Peckinpah
en el epílogo de la escena final. Uno de esos momentos sublimes y que definen
la personalidad e intenciones de su director, la enorme categoría de la
película aunque pase desapercibido para la mayoría.
El pistolero que estaba encargado de vigilar a los rehenes
del banco ha sido olvidado por sus compañeros en la huida, entre juegos y
canciones los tres rehenes intentarán escapar en un descuido pero no lo lograrán.
El hecho significativo es que estas muertes se producen fuera de campo, no las
vemos, ¿por qué? ¿Por qué en una película de violencia explícita donde no se
escatima en nada, donde vemos cuerpos perforados por las balas, y la muerte y
la crueldad en primer plano, Peckinpah no nos muestra, pudoroso, esas muertes,
para acto seguido sí enseñarnos la de ese mismo pistolero?
Muy sencillo. Respeto. Peckinpah nos muestra un mundo
corrompido y putrefacto lleno de violencia, el hábitat de sus personajes, y por
tanto asume que lo que les ocurra, por cruel que sea, es algo a lo que están
expuestos, y en muchos casos merecen. Peckinpah también mostrará su respeto por
muchos de sus personajes, pero no de la misma manera, lo hará en forma de
homenaje o gesto de cariño, pero no se mostrará pudoroso con ellos, como ocurre
en esta misma cinta. Él siente afinidad por algunos de sus personajes o lo que
representan, pero no oculta nada de lo que pueda suceder en ese mundo, su mundo.
Además tampoco los juzga, muestra sus pros y sus contras, permitiéndose nada
más un homenaje final. En cambio, los tres civiles muertos en esta escena son
completamente ajenos al mundo que Peckinpah quiere mostrarnos, víctimas colaterales
de él, es por ello que Peckinpah, al que se le acusa de violencia gratuita no
muy justamente, omite el momento de su muerte.
Peckinpah muestra todas sus bazas al incluir al ferrocarril
en la narración, la culpa es suya y de su ambición y mala gestión, un
ferrocarril que representa la modernidad, el capitalismo, el desarrollo y la regulación…
o sea lo opuesto a lo que representan nuestros pistoleros protagonistas, que
empiezan a estar fuera de sitio en ese mundo que se está formando. Ejemplo
perfecto de western crepuscular… y vigoroso.
El tema de la infancia antes mencionado tiene especial
importancia, veremos niños durante toda la proyección ver las más atroces
matanzas, ser testigo de la más salvaje violencia. Ya hemos mencionado el
momento del comienzo pero tendremos más escenas, ese momento en el que los
críos juegan a ser pistoleros imitando lo que acaban de ver, cuando corren
divertidos detrás del coche que arrastra a Ángel, incluso montándose sobre él…
Un plano lo resume todo, una madre con una canana amamantando a su hijo. Niños
que han mamado la violencia desde el mismo nacimiento y que en muchos casos la
acabarán practicando cuando crezcan.
No hay concesiones en “Grupo salvaje”.


La trama se lanza, se presenta la situación de Thorton,
Robert Ryan, ex presidiario, antiguo miembro del grupo de Pike, que se ha
pasado al bando de la ley para perseguirlos. Su conocimiento del grupo es lo
que decidió a los jefes del ferrocarril a encargarle la misión. Ahora tiene 30
días para lograrlo o “volver a Yuma”. Los recuerdos de su experiencia en la
cárcel le atormentan y deciden a perseguir a sus antiguos compañeros. Se le
llama Judas, se le identifica con la traición.
México.

El western, Texas, el río Grande o Bravo, la frontera,
México… un universo imprescindible.

Como en el comienzo nada es lo que parece y el sufrido botín tampoco… no hay dólares, son arandelas.
Más detalles de puesta en escena, los dos hermanos,
protagonistas del conflicto, están entre Ángel y Pike, situados a extremos opuestos,
las interpelaciones a los personajes, a sus espaldas se van sucediendo,
remarcando la tensión y distancia entre los personajes… hasta que Pike media y
todos se reúnen en el centro para planear qué harán a continuación. En ese
momento Peckinpah irá reduciendo la tensión hasta llegar a lo opuesto, la
distensión, donde tras las desgracias el grupo acaba por reírse de sí mismo en
total camaradería. Una forma maestra de narrar, modular y regular las emociones
en una secuencia y mostrarlo desde la puesta en escena. Deciden atacar el
ferrocarril. Una relación de camaradería muy hawksiana. Como he comentado hay
mucha innovación e influencia de Leone y el spaghetti western en Peckinpah y
“Grupo salvaje”, pero también la hay, y quizá en mayor medida, de los Ford,
Hawks y compañía. Con todo, al maestro Howard Hawks no le gustó nada “Grupo
salvaje”, a pesar de los puntos en común. Le repelía su moral y su look, algo
lógico, por otra parte, ya que en eso los dos cineastas parecían muy distintos.
Dedicada a Rústico y Kufisto, que espero lo estén disfrutando.
Feliz primer aniversario,queridísimo Mrsambo.
ResponderEliminarAunque no suelo comentar aquí,solo disfrutar y aprender,no quiero dejar de felicitarte en esta fecha especial.
Que cumplamos muchos más.
Y lo digo en primera persona,porque este rincón cinematográfico,es también mío.
Un abrazo.
Lunalia.
Muchas gracias Lunalia, tus apariciones siempre son un premio para mí. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, segunda parte leída. Y coincidente al 100% en todo todito todo.
ResponderEliminarA veces pienso si el gran Sam escribió un largo y hermoso poema, y una vez acabado, la aderezó con su pimienta particular, la violencia.
Sí, Tarantino tiende más al humor, quizá sea por eso la sensación.
ResponderEliminarSobre los niños en la pelicula me parece curioso que sea el niño que hiere a Pyke el mismo que llevo el telegrama y quedo embobado mirando al general Mapache.
ResponderEliminarAlgo que no he visto reflejado aqui es la aparente homosexualidad de Dutch. No solo se muestra reverencial con Pyke, sino que es el unico que no va de juerga con prostitutas y ese final cuando muere Pyke, " Pyke, Pyke...Pyke" con mucho sentimientos