“Drive” es una de las películas que mejor prensa está teniendo este año y que las quinielas sitúan en buena posición de cara a las nominaciones de los Oscar. Nicolas Winding Refn ha construido un sólido thriller brillantemente protagonizado por Ryan Gosling, lo que viene a ser costumbre, pero que no pasa de ser una amalgama de referencias cinéfilas y en su esencia una copia de Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976).
Refn es conocido por su saga de “Pusher” y se encuentra muy cómodo en este género, el thriller. En “Drive”, con una estética y referentes muy ochenteros, nos cuenta la historia de un conductor, sin nombre, muy en el estilo Leone, que se dedica, entre otras cosas, a ser guía de ladrones para ponerles a salvo una vez han cometido sus atracos. Además es especialista y mecánico. Su solitaria vida cambiará cuando conozca a Irene, madre de un hijo que tiene a su marido encarcelado.
"El conductor" es un personaje mítico, sin pasado, sin nombre, con un rasgo diferencial en ese mondadientes que siempre lleva y su indumentaria característica, en este caso una chaqueta de hortera de bolera ochentero con un escorpión a la espalda (que se pondrá casi como traje de faena sólo cuando va a dedicarse a “asuntos laborales”), que será simbólico. Esta concepción del personaje lo entronca con el “hombre sin nombre” de la trilogía del dólar de Sergio Leone, donde Clint Eastwood tampoco tenía nombre, su poncho se hizo mítico, así como su cigarro que no fumaba.
Pero “Drive” es una colección de referencias, “El conductor” no sólo remite a Leone sino que también puede recordar al personaje interpretado por Alain Delon en “El silencio de un hombre” (Jean-Pierre Melville, 1967), no en balde Melville es uno de los directores más parecidos a Leone, y sobre todo al que es el referente máximo de la película en cuanto a su fondo y esencia, el Travis Bickle que interpretó Robert De Niro en Taxi Driver. Ya comentaremos más referencias, especialmente las concernientes a la cinta de Scorsese.
El entorno en el que se nos muestra “El conductor” es de absoluta soledad, un personaje extraño, asocial, inculto, con afición por los deportes y la televisión, limitado intelectualmente y con una pulsión violenta que controla como puede. Así le vemos en moteles y lugares sin un solo rasgo que nos muestre algo de su personalidad o su pasado. Un desarraigado. No hay libros, sólo televisores encendidos y poco más. Como el personaje principal de Taxi Driver.
El vagar, la huida es su sentido vital, en el desarraigo encuentra el sentido a su existencia.
El comienzo es magnífico, nuestro protagonista da las instrucciones sobre lo que hará y en qué consistirá su trabajo y su forma de proceder, vemos una habitación desangelada con el televisor encendido y la ciudad, una ciudad mostrada en innumerables picados, sobre todo nocturnos, que parece someter a los personajes, que parecen a expensas del entorno en exteriores, al otro lado de la ventana.
La ejecución del robo y la huida están soberbiamente rodadas, vemos el robo desde el exterior, siempre desde la perspectiva de Gosling, que espera que salgan para comenzar la huida. Es un “escabullidor”. Elegirá un coche, por el que irá al taller de su jefe y que será mostrado con un travelling sobre toda la colección de automóviles que allí se encuentran. En su espera escuchará deportes en la radio nuevamente y también la emisora de la policía. Se muestran numerosos objetos electrónicos, relojes, walkies, radio…
Su habilidad para facilitar la huida a ladrones nos es mostrada con virtuosismo, una conducción e inteligencia innata para ello y un conocimiento absoluto de los recovecos de la ciudad, como debía tenerlos el taxista de “Taxi Driver”.
Sin palabras, con gran suspense, un buen trabajo de la banda sonora creando tensión, y un tempo tranquilo y pausado, estirando esa espera con total seguridad como preámbulo para la persecución por las calles de la ciudad, muy bien rodada al estilo clásico y sofisticado, redondea la magnífica presentación del protagonista en una cinta eminentemente urbana.
Look ochentero en los títulos de crédito iniciales, en la música, e incluso el protagonista. Un inicio itinerante con el protagonista deambulando de un lado para otro en una muestra más de su desarraigo y soledad.
La ausencia de pasado, de bagaje, le obliga a vagar, no tiene nada asentado, no tiene raíces, siempre está en lugares de paso, nada afianzado. Su dedicación le incapacita para establecerse, para crear raíces. Nunca veremos libros en su casa o en las habitaciones que usa, pero sí ver u oír deporte y fascinarse con la televisión o programas infantiles, no es precisamente un personaje cultivado, como el protagonista de “Taxi Driver”.
“Drive” adapta un libro de James Sallis.
Uno de los temas más importantes de la película es el juego con las apariencias, algo que parece vital en el mundo de sus personajes. Desde la realización se recalca este aspecto brillantemente, con planos y encuadres en retrovisores, a través de espejos o cristales, un mundo que siempre se refleja o que está cubierto por alguno de estos elementos. Además nuestro protagonista usa una cazadora de doble vuelta para que no se le reconozca, o se nos hace pensar por un momento que es policía al verle vestido con el uniforme, para poco después desmentir esa impresión y explicarnos que no es más que el vestuario de la película en la que participa como especialista. Lo falso como elemento predominante en su vida.
Refn recurre a travellings de seguimiento para recalcar su soledad, algo que nos recordará, además del omnipresente Scorsese, a un Tarantino o el estilo ensimismado de Michael Mann. Estos travellings pueden seguir al personaje andando o mientras va conduciendo.
Pronto veremos que nuestro desarraigado protagonista añora unas raíces, una familia que no tiene, algo estable, auténtico, a lo que agarrarse en ese mundo falso que habita. Ahí la película subraya el contraste entre lo auténtico y lo falso, entre lo permanente y lo pasajero. Añora algo que no se puede permitir.
Irene, la chica con un hijo que es vecina suya, hace tambalear todo el mundo de “El conductor”, por un lado siente cierta inseguridad y miedo y por otro deseo de acercarse a ella, su necesidad de algo estable le impulsa, y la sensación de vulnerabilidad de ella más aún. Primero tratará de evitarla pero al verla indefensa y con problemas con su coche, como no podía ser de otra manera, que un coche los uniera, se lanzará a vivir su ficción de autenticidad familiar.
La primera conversación con la chica es de pocas palabras, como acostumbra nuestro protagonista, y como serán todas las que tengan, planificada con un plano-contraplano sencillo, con el uso de un espejo donde lo vemos reflejado a él cuando se enfoca a ella, una vez más el uso de un cristal o espejo, de lo aparente, lo superficial. El rostro del conductor apenas se ve en ese espejo, en una idea de su difusa personalidad, y que tiene en el marco la foto del marido y el hijo de la chica, que está en la cárcel. Una especie de adelanto de la labor sustitutoria que ejercerá desde ese momento.
“El conductor” se convierte, además de todo, en un protector.
El tempo de la cinta es magnífico y su director sabe perfectamente lo que hace en cada momento, estilo clásico, buena aplicación de las referencias y talento para el encuadre. Generalmente coge a sus personajes en un ligero contrapicado (acentuando su importancia y la tensión de la escena, la perturbación de los personajes), al contrario de lo que hace en exteriores, donde usa extremos picados por la ciudad, magnificando así a los personajes en interiores y minimizándolos en exteriores. Los personajes son y se sienten importantes en su entorno pero vulnerables y a expensas en el exterior.
Este juego de picados y contrapicados se ve bien ejemplificado en la escena donde contratan a “El conductor” como corredor de coches, se mantendrá al jefazo mafioso en contrapicado recalcando su posición predominante, mientras que al jefe amigo de Gosling y al propio Gosling se les mantendrá en picado, en posición de plegaria.
Gosling demuestra una vez más, y van… que es uno de los mejores actores de su generación. Su manejo del tempo en escena, como aguanta el plano, sus pausas antes de contestar, son buenos ejemplos del inmenso talento de este actor.
“El conductor” siente una profunda satisfacción junto a la chica, Irene, y su hijo, es la familia que nunca ha tenido, y le sirven para fingir la estabilidad que le falta, una estabilidad y mentira temporal, que acabará cuando el marido regrese de la cárcel. El dueño del taller, y jefe de nuestro protagonista, actúa como una especie de figura paterna o mentor.
La relación de la pareja es encantadora y casi asexuada, “El conductor”, salvo en la escena del ascensor, en ningún momento busca propasarse o algún tipo de contacto sexual con ella, es una relación de comprensión mutua, de necesidad de sentimientos en apariencia puros, basada en los silencios, magníficas escenas de los dos callados, mirándose y sonriendo, miradas que son formas de comunicación sólo comprensibles para ellos, de confortabilidad y comodidad en esos silencios. Un entendimiento más allá de lo físico, que se romperá, en cierta medida, precisamente en la escena donde tienen un contacto “sexual”, el beso del ascensor.
Banda sonora que remite a los 80, estilo new age, que puede recordar a Sofia Coppola, y no será lo único. Los pasajes románticos nos llevan a cierto mundo onírico, fantástico, de ensoñación, como irreales, por ejemplo en la escena donde Gosling lleva a madre e hijo a un lugar natural, un refugio aislado de lo urbano y rodado con ese tono y también sin palabras, son sonrisas, silencios y miradas. Un contraste con el amenazante mundo urbano.
La música y su uso son excelentes.
Este acercamiento a la pureza, a esa familia, su necesidad de protegerla, es la misma idea que vimos con Travis Bickle en Taxi Driver, aunque haya intenciones y complejidades que difieran.
La vida en familia de “El conductor” es evidentemente irreal, ficticia, esa simulación de estabilidad reincide en el tema mencionado de las apariencias tan básico en la película, una farsa de autenticidad a la que el protagonista se agarra sin pensar en el futuro. Un hombre sin pasado y sin futuro viviendo un presente etéreo, efímero. En este sentido es brillantísimo el plano de Gosling, en la casa de su protegida familia, cómodamente sentado y feliz con una foto del padre con su hijo encuadrada dentro del plano.
El look ochentero y la influencia y referencias a esa década se ven además adornadas con el personaje del villano interpretado por Albert Brooks, que está muy bien en el papel, y que comenta que fue productor de películas en la mencionada década de los 80.
La estética del film está muy trabajada, para bien o para mal, es una película de dorados, abundan por todas partes, y Refn usa los focos de iluminación en los fondos de forma constante. Dorados y azules para una cinta fría. La mencionada estética que mezcla violencia exagerada, expresionismo new age y referencias ochenteras recuerda a los universos de Sofia Coppola, música incluida.
Nuestro protagonista se fascina con los dibujos animados y se relaciona de igual a igual con el hijo de Irene, “El conductor” es una mezcla de ingenuidad e inocencia infantil con brutalidad adulta, un niño grande que nos recuerda, en cierta medida, al personaje que interpretó Jean Reno en “Leon, el profesional” de Luc Besson (1994). La interpretación de Gosling en esos momentos tiene ramalazos de la que hiciera en “Lars y una chica de verdad” (Craig Gillespie).
Que agobio de artículo, más fotos que texto. Eso junto al mal uso de las comas hace imposible una lectura cómoda. Deberías mejorar eso si quieres que la gente te siga.
ResponderEliminarFíjate que a otros les agobia que haya más texto jaja el caso es que tanto texto como fotos están acorde con lo que se comenta. Seguro que en tu virtuosismo crítico te has perctado. Agradezco tu interés por mis seguidores, pero este blog no tiene el más mínimo problema al respecto.
ResponderEliminarLas comas bien gracias y las fotos también. Un saludo.
MrSambo eres estupendo al contestar al llamado CriticoCompulsivo, que ni es critico ni es nada parecido, es un pamplina de la Plaza Mina, como dicen en mi tierra . Estupenda critica besos
EliminarHola sensei!!
ResponderEliminarBuena primera parte. Me he hecho una idea muy clara de entorno, estética, referentes y características del prota.
Y espero la segunda, porque me gusta mucho leer esos detalles que, con mimo, vas desgranando para nosotros. Con mimo y con mucho esfuerzo, o al menos eso creo.
No es fácil, pese a ser un cinéfilo documentado y erudito como eres, hilvanar el análisis y q resulte ameno (AMENO, sí señor compulsivo, y déjese d comas y pase al contenido, q se le olvida).
Sobre la peli: si bien hay muchas qme dan ganas de ver, esta en concreto, no mucho.
Demasiado desarraigo, demasiada soledad; puede q no haga bien, porque hay q ver de todo y, de hecho, he creído entender q la cinta está bien dirigida, pero...quizá no estoy en un momento como para sentir eso.
Buen trabajo! Muchas gracias. Lo digo siempre y lo repito: aprender de cine disfrutando. Eso hago aquí, y lo aprovecho para ver o volver a ver pelis, como con apuntes, con más datos, lo que hace del visionado una experiencia mejor.
Bueno, espero la 2/2!!
Besos!
Dicho lo dicho, que si no lo
R, muchas gracias como siempre por tus palabras. Pues sí tiene curro la verdad, intentar hacer que atraiga precisamente por los detalles y referencias y sobre todo darle un look vistoso, y que quede fresco con párrafos separados para una mejor digestión de mis larguííííísimo textos, además de procuras con las fotos demostrar lo que se explica en el texto. Sobre el señor Compulsivo jajaja hombre es su opinión, pero quizá se le notó un poco demasiado a lo que va. Otro día quizá nos explique donde pone él las comas y eso, que eso suele trabajarse mucho también jajaja.
ResponderEliminarComo recomendación para ti en concreto, no la veo, es una película muy violenta en su segunda parte además. The Artist, aunque muda y en blanco y negro, puede que te guste más. De hecho estoy seguro.
En fin como siempre muchas gracias.
Querido Anónimo muchas gracias por su comentario también, pero no hacía falta, mientras se sea respetuoso... Eso sí, se contestará a todo desde aquí. Me alegro de que le haya gustado la crítica, creo que no ha quedado nada mal. Un abrazo fuerte.
Te has dejado la secuencia del ascensor y su juego de sombras. a mi me pareció de lo mejor de la peli. Por lo demás, una crítica impecable, como de costumbre.
ResponderEliminarPenny Lane
Espera a la segunda parte ansiosa jajaja
ResponderEliminarBueno, he leído este artículo por culpa de tu hermano Juan Antonio (pregúntale a él). Siento discrepar, pero a mí "Drive" me parece una película mediocre (como digo, discrepo, es decir, opino diferente, nada más).
ResponderEliminarPara empezar es una película tramposa, porque la venden como si se tratara de una nueva "Transporter" y para nada. En este sentido se une a otras como "Hannah", películas que supuestamente son filmes de acción y luego resulta que son melodramas.
Por otra parte no es original en modo alguno. Copia elementos del western y los entremezcla con poca habilidad con los mayores tópicos del cine negro. A eso añade violencia un tanto sin sentido (nada que ver con Peckinpah o Tarantino) y como algunas imágenes están subidas de tono, se califica la película como valiente (¿no será mal gusto?)
Aparte de ser un pequeño plagio de aquí y de allá, narrado sin ningún sentido del ritmo, nunca podré estar de acuerdo en que la interpretación de Gosling es buena. ¿Cambia alguna vez su gesto? Parece tener sólo dos, con una cerilla en la boca o sin ella. Es una de las interpretaciones más impersonales que he visto. De hecho le podríamos poner colmillos y no desentonaría con todos los "paquetes" que pueblan la saga "Crepúsculo".
El resto de personajes son también excesivamente planos. Y bueno, la forzada historia de amor que se montan....... Mejor no hablar.
En fin, bajo mi punto de vista es una película sobrevaloradísima. Pero bueno, sólo es mi opinión.
Hola Josey Wales, muchas gracia por pasarte. Tengo que comentarte un par de cosas, creo que te refieres a este artículo basándote en otras referencias, éste consta de dos partes que no se si leíste. De hecho el gran "pero" que se le pone es su calco a TAXI DRIVER junto a alguna otra, su nota es un 3, y el análisis está alejado de los entusiastas elogios de otros lados. Es decir no se difiere tanto de lo que comentas, pero es un análisis y se valoran sus pros y contras.
EliminarCon respecto a lo que dices de cómo la vendieron, eso es bastante intrascendente, es cuestión de marketing y nada tiene que ver con un análisis cinematográfico ni con la película en sí, a la cual debe valorarse por lo que es, incluso para definirla como tramposa. Vamos que como mucho tramposo es el trailer no la cinta ni sus responsables.
Que haya referencias es algo común a todo tipo de películas, especialmente las de Tarantino, lo que en este artículo, en sus 2 partes, se cuestiona es que no se aparte un ápice de TAXI DRIVER, pero todos sus referentes, citados, son de calidad. Por lo demás la película en absoluto es mediocre por todos los aspectos citados en el análisis.
Un placer y estás en tu casa.
OK, muchas gracias. Un saludo.
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