jueves, 10 de octubre de 2013

Crítica: EL MONJE (2003)

PAUL HUNTER











Película de artes marciales con toques fantásticos, que no se sale de la típica fórmula de este tipo de cintas en las que vemos una colección de coreográficas peleas, una tras otra, mientras nos cuentan una convencional historia en medio para rellenar los huecos. 

Además tendremos la típica relación profesor-alumno de personalidades contrapuestas, por si faltaba algún tópico.




En este caso la historia trata de un monje tibetano que debe proteger un pergamino mágico, que concede poderes a su protector, de unos nazis que se quieren apoderar de él. Ese protector por el camino encuentra a su sucesor en el cargo, un joven díscolo aficionado a las películas de artes marciales, a través de las cuales aprendió a pelear, (va en serio). 


Pergaminos mágicos, malos nazis perseguidores, aprendices de artes marciales viendo pelis, monjes tibetanos con superpoderes… No esperéis una explicación a nada, no hay tiempo entre pelea y pelea. La película se estructura en una sucesión de peleas y persecuciones pausadas por breves interludios de calma donde los personajes dicen alguna banalidad o mantienen alguna conversación intrascendente donde pretenden explicar alguna circunstancia, eso sí, ninguna que sirva para cubrir las lagunas del guión.

Paul Hunter y sus guionistas cogen prestado elementos de un buen número de películas, las meten en una batidora y crean este pastiche lamentable, donde la gran mayoría de cosas pasan "porque sí". “Porque sí” literalmente.

El guión es una laguna continua, nunca sabemos cómo los malotes encuentran a los buenos cuando estos se esconden, de repente aparecen y tenemos escena de acción, surgen de la nada, en plan “sorpresa”… Una intuición francamente elogiable y sorprendente. Tampoco sabemos qué va impulsando a los personajes, que son de chiste y sus caracteres para dar de comer aparte. Tendremos un díscolo aprendiz, con su pose rebelde y sufrida, que interpreta Seann William Scott, muy conocido por su personaje de Stifler en la saga “American Pie”, un personaje repleto de tópicos como contrapunto a su profesor, el monje que interpreta Chow Yun-Fat, que al menos pone cierta personalidad. 



No todo es malo, Chow Yun-Fat, como he comentado, es lo mejor de la función y alguna escena de acción tiene su pase, algo que teniendo en cuenta que la película es una continua persecución y sucesión de peleas sin ton ni son no tiene tanto mérito. Quizá la lucha en el puente inicial, que recicla desfasadamente los trucos de la magnífica “Tigre y dragón” (Ang Lee, 2000)… todo lo que sea reciclar de forma vulgar esta película lo acepta muy bien.




Tenemos efectos especiales a lo "Matrix" (Hermanos Wachowski, 1999), pero en cutre, toque fantástico a lo "El chico de oro" (Michael Ritchie, 1986), aquella película de Eddie Murphy, ojo al referente, o relación maestro-alumno a lo "Karate kid" (John G. Avildsen, 1984). Es decir, un despropósito alucinante. 




Los aficionados al cine de artes marciales ni siquiera tendrán consuelo en encontrar aquí grandes peleas, ya sea con coreografías bien elaboradas o por la intensidad o dramatismo de las mismas. Son peleas anodinas, con los típicos saltos con cables tan usados hoy día, y poco más.


Lo cierto es que hay momentos tronchantes, porque la cinta no acaba de tomarse muy en serio, afortunadamente, a sí misma, con toques místicos rocambolescos, pero el resultado final es bastante ridículo. Un ejemplo, cuando el chico rebelde lucha con una panda de macarras, a la vez que fascina a la chica de la función (Jaime King), lo hace todo a la vez, un seductor luchador, el monje que interpreta Chow Yut-Fat escuchará en su cabeza profecías sobre grullas… Entrañable. La conclusión de dicha escena clama al cielo.

Para estar muy aburrido y perezoso o para muy fanáticos. Muy mala.








2 comentarios:

  1. Pero Mr.Sambo, hombre de Dios.
    Como se te ha olvidado mencionar en la crítica el mayor enigma de la historia que se ha planteado en una película: el del paquete de salchichas.
    Creo recordar que era algo así como "¿Porque el pan para los perritos viene en paquetes de 10, pero las salchichas vienen en paquetes de 8?" (Enigma patrocinado por Oscar Mayer).

    ResponderEliminar
  2. Jajajajajaja algo se me tenía que olvidar Fernalfs.

    ResponderEliminar