Estupenda recomendación la que me hicieron con este
estupendo y sofisticado thriller, casi desconocido para la mayoría, pero que en
el boca-oreja se ha ido convirtiendo en cinta de culto.
Keanu Reeves interpreta a un talentoso asesino a sueldo
retirado que tras la muerte de su redentora esposa se zambulle en una misión de
venganza, que le llevará hasta las entrañas de la mafia cuando el hijo de un
capo se adentre en su casa para robarle sin saber quién es.
La película comienza con una pequeña escena que escenifica o
insinúa las columnas vertebrales de la historia. Un hombre herido que llega con
una furgoneta y agoniza en soledad mientras ve un video en su móvil de su
pareja. Es decir, ahí tenemos, como iremos descubriendo, las consecuencias de
su actividad y aventura, así como la motivación de la misma. La pérdida de su
mujer, que le dejó en un estado psicológico vulnerable, y que tras el robo con
violencia y la muerte de su perro, al que los ladrones mataron cruelmente,
animal en el que había depositado todos los sentimientos que conservaba hacia
su esposa, crearon el caldo de cultivo para una cumplida venganza.
Y es que “John Wick” no cuenta absolutamente nada novedoso.
Es la clásica historia de venganza y ajusticiamiento para compensar las
pérdidas y adquirir paz de un héroe solitario contra todo y todos. Un título
que se suma a otros como la saga “Venganza” protagonizada por Liam Neeson,
“Tokarev” (Paco Cabezas, 2014), “El castigador (The punisher)” (Jonathan
Hensleigh, 2004), “Payback” (Brian Helgeland, 1999), “El fuego de la venganza”
(Tony Scott, 2004) y otras muchas películas de Denzel Washington o de Jason
Statham… Esto sin mencionar las innumerables películas similares de Steven
Seagal o Charles Bronson entre muchos otros…
Sofisticado estilo.
A partir de aquí la película se recrea en una notable
depuración estilística, muy sobria, quizá matizada solamente en este inicio con
ciertos recursos visuales en los flashes que relatan la pérdida de su mujer, su
amor, la enfermedad y su muerte. Sobria depuración, pero también nervio
narrativo. Un vínculo simbolizado con una pulsera de aniversario y un recuerdo
enfatizado con el pitido de la máquina que la mantenía con vida.
Los directores David Leitch y Chad Stahelski logran una excepcional atmósfera donde la tensión es constante gracias a una estética muy lograda de entornos lujosos y una acertada fotografía que juega con los focos lumínicos y los tonos fríos, grises, azulados, y contrastes lumínicos de influencia expresionista definiendo formas y siluetas. Decorados casi asépticos, modernos, lujosos, que retratan a la perfección la plácida, lánguida y triste soledad de nuestro protagonista. Todo muy estilizado. Siempre el lujo. En los exteriores, la lluvia y los grises decorarán el funeral de la mujer de Wick en coherencia dramática. Habrá otro entierro, el del perro. Es una cinta bastante nocturna, que es donde más sobresale su look.
La fotografía con claroscuros destaca, por ejemplo, en la
primera escena de acción en casa de Wick, cuando acaba con un pequeño ejército
de asesinos.
Los focos lumínicos laterales, salpicados o de fondo, para
retratar interiores. En el garito del club de asesinos tendremos una orgía de
color, con verdes y rojos predominantes, muy expresionista. Hay algo vampírico
y/o demoniaco en ese mundo/microcosmos selecto de asesinos que vemos plasmado
en el hotel y el local con esos colores. Un lugar neutro en teoría. Conoceremos
a otros asesinos, esa pérfida chica llamada Perkins (Adrianne Palicki), y al
jefe del lugar, Winston (Ian McShane). También una amiga camarera. Un
reencuentro cinco años y medio después. La discoteca donde está Iosef se llama
“Círculo rojo”, pero nada que ver con la cinta de Melville (1970).
“Vulnerable”.
Lo mismo tenemos en la discoteca, con azules y puntos rojos en el vestuario y los baños, entornos fríos, asépticos, artificiales y lujosos, inhumanos. Un sofisticado look a lo “Skyfall” (Sam Mendes, 2012) con esas saturaciones lumínicas que adornan el tiroteo y las peleas. Una magnífica escena de acción. Allí Wick recibirá una buena tunda de uno de los guardaespaldas de Iosef, al quedar nuestro protagonista herido en los tiroteos. Será el único que se le resista al bueno de Keanu Reeves en sus encuentros. El segundo encuentro dejará inconsciente a Wick, listo para ser rematado, pero lo llevarán a una nave para contarle historias. Cuando allí se decidan a matarle por fin, algo de lo que debe ocuparse este guardaespaldas, Kirill (Daniel Bernhardt), lo vencerá por fin en otra estupenda pelea.
También se juega con la iluminación en la escena donde lo
malos apresan a Wick y le dan una charla. La escena tendrá un foco de luz muy
marcado al fondo como iluminación.
Símbolos emocionales.
Esa atmósfera además se beneficia del medido tempo narrativo
de la película, que se toma su tiempo para ir aumentando la tensión. Por
ejemplo con ese primer encuentro con los extranjeros que desencadenarán los
hechos en la gasolinera, mientras nuestro protagonista le pone gasolina a su
Mustang.
Ese coche será su liberación, su adrenalítica evasión
corriendo en un circuito para él solo, junto a su fiel perro. Un hombre
acomodado y en apariencia desocupado, del que conoceremos todo, de donde
proviene esa solvencia económica.
Ese pequeño mundo, esa burbuja solitaria, es la que
destrozará el grupo que vimos en la gasolinera en su brutal asalto. Matarán a
su perro y robarán su Mustang, pero sobre todo le quitarán lo que simbolizaban.
El perro que recibe Wick como regalo de su difunta esposa, es
el contenedor de todos esos sentimientos que quedan en el limbo tras la muerte
de ella, una leve compensación que su mujer le da tras irse para que focalice
todos sus afectos. Por eso la muerte posterior del animal remueve todo el odio
y la furia que Wick tiene en su interior. Por desgracia, esta idea, el
simbolismo del perro, la verbalizará el propio Wick, lo que es uno de los
defectillos del film, ya que no era necesario. Será en la escena donde Viggo
tiene preso a Wick.
A partir del asalto a la casa de Wick, el relato cambia
completamente y se esmera en ir creando un retrato mítico del protagonista, al
que habíamos visto humanizado, depresivo, como un hombre normal. La narración
se fragmenta para mostrarnos a padre e hijo mafiosos. Wick irá al taller donde
el hijo, líder del grupo que asaltó su casa, intentó vender el coche,
algo que veremos con dicha fragmentación, para acto seguido llegar al padre,
que nos relatará e insinuará la dedicación de nuestro protagonista y su extrema
competencia en la misma. Una magnífica forma de presentar a los personajes y
antagonistas de Wick.
-Viggo Tarasov (Michael Nyqvist): Ese puto donde nadie… es
John Wick.
“Era a quién enviabas a matar al puto hombre del saco”.
“John es un hombre con rectitud, compromiso y tenacidad. Algo sobre lo que tú
no tienes ni idea”. “Una vez le vi matar a tres hombres en un bar… con un
lápiz… Con un puto… lápiz...”
Tras esta presentación de tintes míticos, narrada,
tendremos la escenificación física de sus habilidades en una excelente escena
de acción donde Wick acaba con 13 esbirros en su propia casa. Sus tatuajes
sirven para definir aún mejor al personaje. Estupendos planos coreografiados
ocasionales. Los focos lumínicos de fondo vuelven a destacar en el aspecto
estético. La resolución humorística de la escena funciona muy bien, con respeto
policial incluido.
“Delo por hecho”.
Marcus (Willem Dafoe), al que vimos en el funeral, un
extraño y atractivo personaje, será un fiel aliado de Wick, aunque se jugará con la ambigüedad que da ese entorno de asesinos sin escrúpulos. Aceptará el
encargo de Viggo de matarle, pero en realidad usará esa posición de privilegio
para protegerle. Lo que iba a ser un duelo de asesinos se convierte en un dos
contra todos… Actúa como oportuno Deus ex machina en demasiadas ocasiones.
Mundo burbuja.
He comentado que hay varios entornos selectos, entornos
burbuja, ajenos a la sociedad, a lo cotidiano para el común de los mortales. El
primero es la casa de Wick y su coche, con su perro, la burbuja de aislamiento
donde se abriga con sus recuerdos y se libera de su sufrimiento.
El segundo es ese peculiar hotel de asesinos, un microcosmos
de aparente normalidad, pero completamente ajeno a la sociedad. Lo interesante
y divertido de este lugar es como se muestra y expone: un mundo de asesinos a
sueldo desde la absoluta normalidad, con médicos, lavandería, huéspedes,
camareros… y todos ellos aceptando con plena naturalidad lo que ocurre allí
dentro, con una discreción total y absoluta.
También resulta interesante como se va recreando la vida y
el pasado del personaje, sin soporíferas escenas de planteamiento y
explicación, simplemente le seguimos en el momento en el que pretende recuperar
su anterior actividad con naturalidad, y así se va escenificando todo, sin un
aprendizaje ni la sensación de exposición forzada. Un reencuentro con viejos
amigos. Habrá muchos planos frontales y de espaldas para los personajes y, por
supuesto, para Wick.
Ahondando en esa sensación de mundos burbuja tenemos esos
planos cenitales sobre la ciudad, como si una deidad observara o fuera la única
con acceso a eso que se nos muestra. De hecho, la película concluirá con planos
cenitales sobre los títulos de crédito.
A nuestro protagonista no le durarán los puntos que le
colocan, ya que nada más ponérselos tendrá que pelear con Perkins, la maciza
asesina, en lo que es un acto realmente desagradable porque ni eran horas ni
era el momento… Buena pelea, en cualquier caso.
Simbólica y transgresora resulta la tapadera de la iglesia,
donde Wick entra y lo primero que hace es disparar al cura. Muerte y dinero
quemado como provocación para Viggo.
Es inevitable preguntarse porqué no le matan cuando han
logrado reducirle y capturarle, sobre todo cuando saben que no cejará en su
ansia vengativa, conociendo su competencia y el rencor que debe producir que te
hayan quemado tu dinero y matado a un buen número de tus hombres… pero estos
villanos, como tantos otros, son gente fría y nunca actúa por impulsos, sobre
todo si eso beneficia al héroe. Nunca me han gustado estos planteamientos, ya
que nunca suelen darle una justificación o coherencia.
-Viggo: Saben que vas a ir.
Es divertida la broma con el videojuego en la previa al
clímax, cuando Wick va a ajusticiar a Iosef, el hijo de Viggo, en el lugar
donde se esconde. Él solo contra todos. Sin recrearse. Directo y conciso.
Una vez cumplida su venganza, Wick quedará saciado, pero
deberá defenderse de otra venganza, la búsqueda de una satisfacción por la
muerte de su hijo. Duelo de venganzas, la venganza como motor.
Viggo torturará y dará muerte al amigo de Wick, Marcus, en
otra escena fragmentada, como primer consuelo previo a su enfrentamiento. Una
muerte digna la de Marcus, al morir como él quiere, no como pretendían.
Ese clímax, brillante estéticamente, bajo la lluvia con una
tormenta que se venía avisando, resulta algo extraño por las dificultades que
encuentra Wick en acabar con Viggo, interpretado por Michael Nyqvist, aspecto
que también llamó la atención en “Misión imposible: Protocolo fantasma” (Brad
Bird, 2011), donde Nyqvist también era el villano, antagonista en aquella
ocasión de Tom Cruise. No parece rival para ninguno, y más con lo que vemos
hacer a nuestros héroes, pero son cosas de la dramática… Eso sí, la descripción
que el malo hace de Wick es precisa.
De regreso a la escena inicial, dando forma circular al
relato, para darle conclusión y expandirla, remataremos la metáfora del perro
cuando Wick se cure en una perrera de su herida auto infligida, en lo que sería
la recuperación de su esperanza y redención, con un nuevo animal.
Un más que aceptable y competente Keanu Reeves que nos
regala un estupendo thriller con Eva Longoria de productora. Estiloso, depurado
y satisfactorio, brillante visualmente y, dentro de su poco novedosa trama, sin
grandes defectos. Lamentablemente aquí no se estrenó en salas, ni siquiera en
blu-ray, pasando directamente a la televisión, Es de desear que lo segundo se
corrija. Lo bueno es que la segunda parte de la película, que nos llevará al
pasado del personaje, está prevista para 2017.
Cinta de culto muy recomendable.
me encantó la peli,me atrapó desde el inicio......mr sambo has echo la crítica de los inmortales?
ResponderEliminardesconocia que va haber 2 parte,gracias a ti me he enterado ,saludos
ResponderEliminarGracias a ti, Metaleros. Me alegra haberte servido de ayuda! No la tengo, pero si usted la desea la planificaré! Jejeje
EliminarLa película me engancho desde el principio esa combinación de luz, color y sonido en las escenas de acción y esa melancolía del personaje representada en los diferentes escenarios dicen mucho sin llegar a decir nada. Una obra de arte.
ResponderEliminarMagnífica crítica
Muchas gracias, amigo. Un saludo!
EliminarAmiga, de nada
Eliminar🙂
Disculpa! Amiga! Jejeje. Un saludo.
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