Crítica LA TOSTADORA VALIENTE (1987) -Parte 1/2-

JERRY REES

Esta pequeña peliculita, que será desconocida para muchos, es una joya de influencia básica en el cine de animación reciente porque sin ella una saga como “Toy Story” seguramente no habría llegado hasta nosotros, una saga que ha hecho historia en el cine de animación por muchos motivos. La evidente y contundente influencia de esta cinta en la saga de John Lasseter es tan descarada y entrañable que cualquier cinéfilo que se precie, sobre todo si ama el cine de animación, debe conocerla, respetarla, valorarla y reverenciarla.

“La tostadora valiente” es “Toy Story” con electrodomésticos y cacharros caseros, con una trama de la que John Lasseter y su equipo cogieron innumerables detalles e incluso escenas casi calcadas. Una cinta de animación tradicional que no es especialmente estética y hermosa en sus dibujos, pero que sí tiene fuerza y momentos perturbadores. Ha tenido dos secuelas.

Esto no resta importancia  ni calidad a las cintas de “Toy Story”, de hecho son superiores a esta pequeña película que nos ocupa con gran diferencia, pero es justo valorar el mérito de los referentes.

Un grupo de aparatos domésticos (una tostadora, una aspiradora, una radio, una lámpara y una manta eléctrica), deciden emprender un viaje desde la casa de campo en la que están a la ciudad para buscar al dueño con el que tan buenos ratos pasaron y que tan bien les trató, ya que piensan que se ha mudado y los ha dejado olvidados.

Se nos presentará a los protagonistas en un amanecer, un despertar, como el de la propia cinta y narración. La calma, el silencio, la tostadora durmiente, el rayo de luz que se extiende por la casa hasta llegar a la foto del niño de la familia, el dueño de los protagonistas, y el despertar con la radio y la lámpara como primeros protagonistas en aparecer. Una sensacional primera secuencia. Habrá otro personaje animado y dicharachero, pero que no pertenecerá al grupo, es el aire acondicionado, pero su estatismo, al estar empotrado a la pared, le impide relacionarse y ser uno más, un aspecto curioso y algo cruel en la cinta.

Enseguida se empezará a describir a cada uno de los personajes, de forma eficaz y rápida. Aunque en algún caso el rol queda algo desdibujado y hay cierto simplismo, todos tienen rasgos diferenciados y están bien tratados. La Manta, Manti, parece algo floja y sobre todo muy sensible, es la que parece tener el vínculo más fuerte con el chaval y lo hace palpable, la más empática, en lo que es un estupendo detalle de guión, ya que quien más quien menos ha conocido a algún niño con fijación y predilección obsesiva con su manta fetiche. Mantas acogedoras, reconfortantes, protectoras, arropadoras y abrazadoras… La Aspiradora es arisca, borde, cascarrabias, seria, trabajadora, una coraza que no impide que se vea su gran corazón. La Tostadora es valiente, como reza el título, optimista, responsable y empática. La Radio es alegre, divertida, positiva, ingeniosa y servirá de guía al grupo en su aventura; en el comienzo no se llevará muy bien con la lámpara, Lampi. La Lámpara quizá sea el personaje menos definido, tiene un poco de todo, algo puntillosa y quejica, también será alegre y valiente.

Todos ellos serán importantes durante el viaje, demostrando no sólo su utilidad según la función para la que fueron creados, sino aplicando sus habilidades para ayudar al grupo a cumplir su objetivo. La Radio guiará a todos, la Aspiradora los transportará, la Lámpara se sacrificará para recargar de energía la agotada batería, en un acto heroico, que también veremos a la Aspiradora y la Tostadora en otros momentos… La Manta será una de las principales motivaciones emocionales y actuará de pegamento en el grupo, manteniéndolos unidos gracias a su especial sensibilidad junto a la Tostadora, la que haga comprensible y justifique la aventura.

La escena de la primera noche a la intemperie es el perfecto ejemplo de ese carácter especial de la Manta. Buscará cobijo junto a alguien pero será rechazada. Posteriormente, en otra noche, de tormenta y en un siniestro bosque en esta ocasión, ella unirá al grupo a su resguardo, transmitiendo a la perfección su función vertebradora, cumpliéndola y sintiéndose útil y feliz por ello, en lo que supone una evolución en el grupo. La Tostadora siempre será la que haga mejores migas con la Manta, la más comprensiva, empática, cariñosa y protectora con ella.

Esa escena de tormenta, con el acto heroico de la Lámpara, es la que muestra la evolución del grupo, colaborando todos juntos y sacrificándose por el resto si hace falta. El doblaje de la Lámpara parece el mismo que el de Rex, en “Toy Story”.

Este inicio, esta presentación, está francamente bien desarrollada, quizá lo mejor de la cinta. Desde el guión se logra transmitir que estamos en una casa de campo que la familia ha dejado de visitar, aunque los cacharros interpreten las señales de otra forma. Una confusión bien mostrada, pero que no alcanza al espectador, que entiende tanto la confusión de los personajes como la verdad de lo que sucede.

El personaje del Aire Acondicionado, resaltado anteriormente, se descubre como un cruel Pepito Grillo, que pone las cosas en su sitio y rebaja el idealismo del grupo. Una escena algo cruel.

No se aprecia un especial protagonismo de la Tostadora en este inicio ni durante la mayor parte de la cinta, es más, en ocasiones parece la más sosa y difuminada, la menos carismática. Quizá al final, en su acto heroico para salvar a Robert, su dueño, se le dé el rol que se le supone, pero durante el metraje el protagonismo está muy repartido, incluso con momentos donde otros personajes parecen hacerse con las riendas de todo… La Manta, la Aspiradora…

Una foto de Robert, el dueño, será el fetiche del grupo, siempre unido a la Manta, y será importante durante la narración. Cuando unos ratones la muerden la Manta temerá perder el vínculo, y al final de la cinta la foto dará una pista al propio Robert de que sus amigos están cerca.

La escena con los animalitos es puro Disney, una escena bastante gratuita y que aporta poco. El momento del gusano que se libra de todos los peligros que le rodean es el ejemplo perfecto del espíritu de la productora. En cambio, el momento de la solitaria flor que se marchita y entristece al ver huir su reflejo, que interpreta como un compañero, es de una desoladora tristeza.

Con “Toy Story” en paralelo.

-El tema de la utilidad, sentirse útil, encontrar un lugar en el mundo, sentirse valorado, querido, poder desarrollar aquello para lo que crees que vales… es uno de los temas más importantes en la cinta que nos ocupa, posiblemente el principal, y que se rescataría de la misma forma y con una trama similar en la magistral trilogía de Lasseter. Cacharros o juguetes que buscan desesperadamente la aprobación, el interés y que se les use para lo que fueron creados por parte de su dueño, se llame Robert o Andy. Para ello harán cualquier cosa y estarán dispuestos a correr todo tipo de aventuras. Tanto en las tres cintas de “Toy Story” como en esta “La tostadora valiente” los protagonistas emprenderán aventuras para alcanzar unos objetivos, rescatar a algún compañero o acercarse a su dueño. En “La tostadora valiente” los cinco amigos emprenderán un viaje para encontrar a su dueño, algo que veremos reproducido en la tercera parte de “Toy Story”, por ejemplo.

“Es mi función”.

Son muchos más los aspectos de la trama o las escenas de esta cinta que se reproducirán en “Toy Story”. Una escena que retrata muy bien ese miedo, el dejar de ser valorado o dejar de ser útil, es en la que Lampi cuenta cómo se sintió cuando se le fundió su bombilla, temiéndose lo peor hasta que se la repusieron. La utilidad. La pesadilla de la Tostadora redunda en la misma idea.

-La sensación de abandono es un aspecto también desarrollado en “Toy Story 3”, uno de los aspectos que impulsarán a los personajes.

-Una vez los personajes vean que la casa se ha puesto en venta se lanzarán a la aventura de encontrar a su dueño en la gran ciudad. Este tipo de aventuras, saliendo de su entorno habitual, y con esa motivación, lo hemos visto en las cintas de Lasseter, y cualquier cinéfilo reconocerá los paralelismos.

Los personajes buscan el sentido de su vida, que consideran unido al de su dueño, su función, que tienen clara, y poder desarrollarla, más un vínculo afectivo.

“Saldremos a buscar a nuestro dueño”.

-La aventura, el viaje, será un tránsito hacia la madurez, un viaje iniciático donde deberán superar sus miedos, evolucionar y colaborar.

-Hay varias escenas que recuerdan de una forma exagerada y hasta sospechosa a las cintas de Lasseter, por ejemplo la famosa secuencia de “Toy Story 3” en la incineradora de basura. La más evidente la tenemos en la chatarrería, el desguace, que es casi literalmente la misma escena; pero también habrá similitudes con la de las tierras movedizas que se va tragando a todos nuestros protagonistas, que permanecen juntos sin soltarse, hasta que los rescata un Deus ex machina, un expedicionario que pasaba por allí.

-Ese expedicionario que rescata a nuestros amigos se convertirá en su peor pesadilla. Poseedor de una tienda de electrodomésticos y recambios, pretende usar las piezas de nuestros amigos para lo que crea conveniente. Esta parte de la trama nos remite a “Toy Story 2” y el coleccionista de juguetes de exposición. En ambas películas personifican la idea de desnaturalización, eliminando la esencia de los personajes, en un caso robándoles su verdadera utilidad, la capacidad para entretener a los niños, servir de juego, y en esta que nos ocupa desmembrándolos literalmente…

-Robert, el dueño de nuestros protagonistas, también se va a la universidad, como Andy, el dueño de los protagonistas de “Toy Story”. Un dueño ya crecidito en relación al que vimos en los primeros planos, cuando era un niño. Ahora tiene hasta novia.

-Cuando nuestros protagonistas lleguen a casa de Robert entrarán en territorio hostil y no tardarán en ser maltratados y expulsados, una idea que se asemeja a la de la llegada de los juguetes de Andy a la guardería en “Toy Story 3”.

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