Posiblemente estemos ante la mejor entrega de la saga, a
pesar de ser una cuarta parte, y es que esto es lo que tienen las secuelas
modernas, que con planificación se logran resultados sorprendentes. Portentoso reboot.
A esto hay que sumar que las películas de Mad Max, sus
tramas, son de una simpleza absoluta, con lo que en las virtudes del magistral
universo creado en las dos primeras entregas sólo cabe innovar en las escenas de acción, desarrollar la imaginación en las mismas y la puesta en escena… y en
“Mad Max: Furia en la carretera” todos los aspectos técnicos y los elementos
mencionados son extraordinarios.
Y es que la gran virtud de George Miller radica en que
respeta la esencia artesanal y realista de la trilogía original, recurriendo lo
justo al ordenador y haciendo de las escenas de acción algo tangible, creíble,
real, sin que deje de resultar espectacular.
El uso excesivo del ordenador lleva a desfases en la puesta en
escena, a momentos absolutamente surrealistas y excesivos que restan
verosimilitud y alejan al espectador, que ve todo como si fueran dibujos
animados, donde los choques y las acciones más absurdas son posibles sin tener
en cuenta la coherencia ni el rigor. Esto lo evita George Miller, que a su
portentosa calidad en la dirección y puesta en escena, es un maestro del
género, aprovecha los adelantos con sensatez para mejorarlo todo, respetando la
concepción artesanal y realista de la acción en la saga. El potencial está en
la mejora de la acción y efectos, de los recursos. La trama es igual de delgada
que en las anteriores, una huida y una persecución. El universo violento, sucio y terrorífico resulta igual de brillante.
Temporalmente indeterminada dentro de la saga, no sabemos si
es antes o después de otras entregas de la misma, “Mad Max: Furia en la
carretera” presenta el mismo universo ya conocido. Un mundo post apocalíptico
donde escasea el agua y el combustible, los bienes más buscados y deseados.
La narración comienza como la segunda parte, por ejemplo,
con un prólogo en voz over de contenido similar, que la entronca con la
trilogía anterior. Una lucha por la supervivencia, mismo contexto que las
anteriores.
La estética de “Mad Max: Furia en la carretera” sigue siendo
deslumbrante e impactante, y si bien ya no sorprende tanto como es lógico, al
ser una de las estéticas más imitadas desde el nacimiento de la saga, se
mantiene muy por encima de todas sus imitadoras gracias a las virtudes de una
fotografía extraordinaria que supone una explosión de color en medio de ese árido desierto que acoge a los personajes. Una estética realista dentro de su
futurismo.
Max tiene visiones, tormentos por bondad, por todos aquellos
que no pudo salvar, que le han llevado a pensar sólo en sí mismo, a no confiar.
Tom Hardy demuestra un buen físico en la primera secuencia de acción, una
persecución a la carrera rodeado de albinos. Hay un extraño toque a “Dune”
(David Lynch, 1984) en los villanos, en ese líder, Immortan Joe (Hugh
Keays-Byrne). La presencia de Hugh Keays-Byrne es un glorioso homenaje a la
primera parte de la saga, ya que interpretaba también al villano de aquella.
Aquí le vemos enmascarado. Un Darth Vader post apocalíptico.
Como tantos tiranos controla la pobreza, el hambre, la sed…
con lo que sus súbditos se ven obligados a adorarle y a mendigar agua. A estos
les rodea el esperpento, la degradación moral y humana. Un naturalismo
degradado, un feísmo metálico, un mundo lleno de calaveras y miseria. De leche,
de tetas, de enanos, de falsos padres y madres de alquiler…
No estamos lejos de una metáfora al islamismo radical,
aparte del abuso totalitario, con esa idea de los sacrificios que buscan los
pobres albinos para complacer a su líder y alcanzar un mundo mejor antes de
reencarnarse… Además de esa lucha por el combustible. El combustible es poder. Normal que a esto se oponga un radical feminismo encabezado por Charlize Theron.
No se asusten, aunque a nuestro héroe le destrozan el coche
nada más empezar nos hartaremos de persecuciones con vehículos.
Sí, Furiosa es manca, y es que los tullidos o los personajes
a los que les falta alguna parte del cuerpo son parte indispensable del
universo de “Mad Max”.
Se pretende un aliento mítico en Furiosa, lo mismo que
tendrá "Max, el loco". Su maquillaje, su rapado, su gesto adusto, su brazo
artificial y su carácter intrépido dan firma a una gran heroína. Lo primero que
hará será rebelarse ante la tiranía de Immortan Joe, robando un convoy que iba
a la Cuidad de la gasolina para firmar un trato furtivo. Una traición. Con ella
se llevará al harem del despiadado líder. Las reproductoras.
Se desarrolla una pequeña mitología, con particulares
nombres, como las mencionadas Reproductoras; los ”vida plena”, que son los
humanos sanos que suministran sangre a esos albinos que aparecen en la película,
su bolsa de sangre; el Valhalla, el paraíso deseado en la otra vida por los
albinos, de la mitología nórdica; el idealizado “Paraje de las muchas madres”,
un lugar gobernado por mujeres donde la vida sería pacífica y placentera; las
“Llanuras del silencio”; Come hombres; Barracudas, para un tipo de automóviles;
Llameadores; “¡Acuacola!”; El criador de balas… Son curiosos los nombres que se
ponen en la saga, muy infantiles, como de civilización que renace… Un “vida
plena” será Max, que será usado como bolsa de sangre.
Y es que además podemos disfrutar de un guitarrista colgado
en un camión que expulsa fuego de su guitarra, inspiración de los
imprescindibles Kiss, y de multitud de vehículos de todo tipo. Coches erizo,
motos, camiones cisterna, todoterrenos... tuneados al máximo. Realmente
espectaculares… Y mucha testosterona para esta película feminista.
La locura lo sobrevuela todo, de tal manera que "Max, el loco",
parece el más cuerdo. No hay más que ver a los conductores, los villanos, por
ejemplo el que lleva a Max de bolsa de sangre, que se convertirá en un
estupendo personaje. De hecho, así de entrada, todos parece bastante más
pirados que Max. En toda esta primera parte Max permanecerá inactivo, en lo que
será la primera gran persecución. Apresado como bolsa de sangre.
Tom Hardy parece acostumbrado a las máscaras, aquí le vemos
con una en la primera persecución, algo más pequeña que la que llevaba en “El caballero oscuro: La leyenda renace” (Christopher Nolan, 2013). Interpreta a un
Max muy fidedigno y reconocible, que parece haber perdido su vocabulario y el
habla por la falta de costumbre. Esas dificultades sociales de ambos
protagonistas logran un sencillo pero efectivo impacto emocional sin recalcar.
Y es que en la capacidad de síntesis y sugerencia está la
mayor virtud en la definición de personajes… Se lleva al espectador con
sutileza a pensar en el pasado de Max y Furiosa, en qué les debió pasar… Al
menos de Max sí sabemos cosas.
Esos planos con ellos, Max y Furiosa, de azul, oscurecidos, contrastan con la pureza y esperanza de las chicas, iluminadas al fondo, y retratan a los personajes de una forma tan poderosa que no hacen falta palabras.
Un Max que habla poco y al que veremos una tez amarillenta durante
algún tiempo, gracias a la máscara que lleva en la primera parte del film. Lo
cierto es que Max no podrá ocultar su bondad mucho tiempo… La cabra tira al
monte.
Son reseñables los aspectos religiosos en la película, en esa
civilización que se está recomponiendo, donde muchos no conocieron el
esplendoroso pasado, al que tienen idealizado. Habrá muchas menciones a dioses
y creencias, como las que motivan a los albinos esbirros del líder Immortan
Joe.
Tanto Furiosa como Max son inteligentes y valientes,
ocurrentes e ingeniosos, por lo que siempre saldrán airosos gracias a trucos o
el uso de su imaginación, además de su competencia guerrera.
Un aspecto interesante de la película son las extrañas
alianzas y pactos de todo tipo, los cambios en los personajes, que de enemigos
pasan a ser aliados y viceversa, como Max y Furiosa, que de pelear pasan a colaborar; los
moteros del salvoconducto a Furiosa, que se vuelven contra ella; el adorable
Nux, que también se convierte en colaborador de Max y Furiosa…
Un montaje portentoso. Puesta en escena espectacular. La
acción.
Uno de los aspectos técnicos más sobresalientes de toda la saga, el más sobresaliente de hecho, es el montaje, que en esta cuarta parte se sublima. Es absolutamente portentoso, una virguería. Un montaje ejemplar que define una caligrafía perfecta para una narración de acción. Técnicamente es impecable, con un cuidado por la continuidad asombroso, y más teniendo en cuenta la cantidad de cosas que suceden a la vez en las complejísimas secuencias de acción. Todo está maravillosamente mostrado desde el destacado montaje y la dirección, de tal forma que siempre sabes dónde está cada personaje, dónde se sitúa cada elemento, cada vehículo, nunca te pierdes en su frenesí visual de acción trepidante. Lo único que le reprocharía sería que me gustarían planos algo más largos, unos segundos, para que se disfrutara aún más y en plenitud de toda la acción y de cada detalle, siendo un montaje muy sincopado. Gloria para Margaret Sixel, encargada del montaje.
El montaje de “Mad Max: Furia en la carretera” debería ser
nominado al Oscar... y seguramente ganarlo. George Miller es un gran narrador de
películas de acción.
Pronto tendremos la primera escena de acción con persecución
motorizada, que es, básicamente, a lo que se reduce la película, con matices para
definir la mitología de ese mundo post apocalíptico. Una persecución a Furiosa,
que huye con un gran cargamento. Pequeños episodios de esa persecución para
nuestro deleite visual, serán la estructura de la cinta. Un frenesí de pura
acción.
Una primera secuencia francamente espectacular y bastante
real en sus peripecias, dentro de su espectacularidad, con coches chocando,
estallando y revolcándose; armas de todo tipo, fuegos artificiales, villanos
abordando el camión de Furiosa, Max escapando a duras penas y todo tipo de
coches a toda velocidad. Una vigorosa escena que deja grandes momentos y un
soberbio montaje, algo sincopado, como siempre, pero excelente. Aquí aparecerá
una tormenta de arena, en uno de los instantes más apocalípticos del film,
también muy espectacular.
Aquí también tendremos el primer contacto visual entre Max y
Furiosa, en plena persecución, en una relación conflictiva y empática, sin
apenas palabras pero de un sutil entendimiento mutuo. Su pelea cuerpo a cuerpo
poco después es excelente.
Es uno de los aspectos que más valoro de la película: la
relación entre los dos protagonistas, su complicidad y comprensión mutua sin
palabras, fundamentada en hechos (se salvan la vida, protegen y ayudan
mutuamente), miradas y silencios. Atentos a esos pequeños momentos donde se
forja y cierra el vínculo entre ellos.
Como toda película de acción que triunfa, “Mad Max: Furia en la carretera” busca la acumulación de peripecias y de elementos de tensión y problemáticos para dificultar las cosas a nuestros protagonistas y así hacernos más placentero y vibrante el visionado. A las habituales persecuciones, choques, peleas y enfrentamientos se añaden cosas como el parto cercano de unas de las mujeres rescatadas por Furiosa, por ejemplo. George Miller nos hace disfrutar con muchísimos recursos en las excelentes escenas de acción.
Otra espléndida secuencia: el encuentro y huida ante los
moteros con los que Furiosa pactó un salvoconducto a cambio de combustible.
Para el clímax tendremos otra persecución potente, la
definitiva, la más intensa y dramática. Heridos, desfases, trucos ingeniosos,
un heroico Max, alguna flipada y ocasión donde se fuerzan las cosas en exceso (como cuando Furiosa sujeta a Max para salvarle la vida herida como está en un
costado y con dos camiones apretando), pero un sensacional delirio visual, un
ejemplo paradigmático de gran cine de acción para deleitarse con su visionado
sin complejos ni pretensiones.
Un clímax con sacrificios, salvamentos mutuos entre nuestros
héroes, que sellan su sensacional vínculo, y un Max que va donando sangre como si
no costara, para eso es donante universal como anuncian al principio de la
cinta (aspecto que redunda en la idea de héroe abstracto, casi mitológico, del personaje). Es una auténtica lástima la muerte de Nux, aunque lo hace honrando a sus
creencias más íntimas. Un desventurado peón del fanatismo.
Un universo sugerente que deja muchas incógnitas sobre el
origen de muchas cosas, lo que lo hace fascinante. La música de Junkie XL es
vibrante y muy efectiva también.
Las truculencias están a la orden del día, la más destacada es el parto frustrado y el bebé muerto…
Lo cierto es que “Mad Max: Furia en la carretera” mantiene
la idea de esperanza y redención en los personajes más positivos. Una esperanza
a la que se pondrá a prueba cuando el ansiado matriarcado del “Paraje de las
muchas madres” resulte un fracaso, aunque descubriremos a otra embarazada… Sólo
se consolarán tapeando insectos. Una esperanza que radica en perpetuar una
especie con esos bebés puros, una especie que languidece, que está corrompida,
que peligra, pero que puede renacer…
“¿Dónde debemos ir, los que vagamos estas tierras, para
encontrar lo mejor de nosotros mismos?”
George Miller entrega una película primorosa, de sensacional
montaje, fotografía y dirección, con buena música. Un extraordinario ejercicio
de estilo y una portentosa cinta de acción sin muchos matices. Es un trallazo
sin frenos.
Muy notable título de acción.
Yo le cascaría un cinco porque además, y como narras, Miller rueda con un estilo muy alejado de lo que se nos tiene acostumbrado. Una maravilla.
ResponderEliminarPodría tenerlo, el 5, pero creo que es una película muy básica como historia, y que su universo ya estaba formado de antes, lo novedoso y a valorar verdaderamente, es su puesta en escena y escenas de acción, más que nada, por eso no me sale ponerle más, quizá.
EliminarA mí en la escena de los azules, me recordó al cuadro de Rosseau La gitana dormida. Tiene mucho de ensoñación esa escena.
ResponderEliminarNo conocía el cuadro y estoy aquí viéndolo. Es cierto, sí que me ha sugerido una cercanía con esas escenas. Muchas gracias por esa referencia.
EliminarHola Mister,
ResponderEliminarEs un 4 clarísimo. Por el ritmo, solo por eso lo merece. Ves la película, y al día siguiente, tienes agujetas. Que manera de mantener la tensión.
Y si Tom Hardy, está bien, lo de Charlize, ya es de matrícula. Si la película se titulara, Furiosa: Mad Max en la carretera, no pasaría nada. Charlizé buscó ser Ripley en Prometheus y lo encontró en Mad Max. Este podría ser uno de sus mejores papeles, por el que sea recordada en el futuro.
Ojalá tengas razón y oscaricen este título, lo merece.
Como siempre, un placer leerte.
Un abrazo.
Qué grande esta frase : "Charlize buscó ser Ripley en Prometheus y lo encontró en Mad Max". Es más que probable, que interpretación tan sutil!
EliminarSi no oscarizan esto, capaces son con tantos años de experiencias en desbarres, será otra injusticia.
El placer es mío por verte por aquí! Un abrazo, querido amigo.
Peliculón Sambo. Ni un pero a tu crítica, y un cuatro es la nota que se merece.
ResponderEliminarYo lo que critico es precisamente lo que ha dictado la crítica "especializada" y que se ha aceptado por mayoría, y que tú también has captado al igual que yo. El querer hacer pasar por secundario a Tom Hardy y elevar a los altares la interpretación de Charlize Theron cuando eso no es así. Ella lo hace bien. Pero a mí por lo menos el que más me llamó la atención fue Max. Los gestos, la cara, su mirada. Un tipo que no se fía de nadie y que sólo tiene en mente sobrevivir, todo eso se refleja en el rostro de Tom Hardy. Y si no, ahí están esas escenas dentro de la cabina del camión.
Espero impaciente la segunda parte pero va a tardar la cosa.
Así es. Theron está estupenda, pero Hardy, que es un estupendo actor, por cierto, no le va a la zaga. Me sorprendió que dijeran que estaba sometido y tenía un rol secundario, porque es incierto, pero bueno, ya se sabe, querido el Salvilla
EliminarHola a los dos,
EliminarAhí está la grandeza de su interpretación. Excepto en la primera entrega, en las otra dos Max ha tenido siempre un papel como de espectador, llega a sitios, ves situaciones y acaba tomando partido, pero sin querer. No es el 7º de Caballeria llegando al galope a rescatar granjeros, es el heroe que no quiere serlo, al que no le queda más remedio que actuar.
Parecer más pequeño que Furiosa, cederle el papel de Prima Dona, es entender quien es Max.
Yo tambien espero otra entrega, espero que llegue.
Si todo va bien, habrá dos más! Muy bien explicado, Vicent.
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