Don Siegel, uno de los grandes directores que surgieron en
los 40 y siguieron regalando joyas hasta finales de los 70, las dos películas
que hizo en los 80 no son muy allá, nos entrega un simpático y curioso
western, irónico y divertido, en la época gloriosa del género, uno de sus
primeros trabajos. Un western que casi de forma inconsciente se ríe de los
tópicos del género y sus personajes, narrado con la habitual agilidad del
director. Una cinta que no llega a la hora y cuarto.
“Duelo en Silver Creek” no es nada del otro mundo, un
western para pasar el rato sin muchos alicientes, pero los ingredientes que lo
componen no forman un mal conjunto gracias a la ironía y esa cierta perversión
de tópicos. Un toque casi paródico.
Episodios sueltos de cruel violencia inician la cinta con
una voz over explicándonos los acontecimientos, el abuso de unos salteadores de
minas que se hacen por la fuerza con las concesiones para enriquecerse. Cuando
la banda ataque la concesión de Luke Cromwell, Silver Kid (Audie Murphy), y maten
a su padre, además de robarle a él, se aliará con el Marshal de Silver Creek
para enfrentarse a la banda de forajidos.
Silver Kid es interpretado por Audie Murphy, un actor que
llegó a Hollywood de la mano de James Cagney y que fue un hombre de variados
talentos. Tras ser rechazado en el ejercito por su pequeño tamaño logró
ingresar en el mismo, falsificando sus datos, y acabó convirtiéndose en el
soldado más condecorado de la 2ª Guerra Mundial. Resultó ser un buen compositor
de Country, logrando algunos grandes éxitos con sus temas, y actuó en 44
películas, la mayoría westerns sin mucha calidad, entre las que puedo destacar
“Medalla roja al valor” (John Huston, 1951), “Balas de contrabando” (Don
Siegel, 1958), “El americano tranquilo” (Joseph. L. Mankiewicz, 1958) o “Los
que no perdonan” (John Huston, 1960)…
Este defensor de los veteranos de Vietnam y Corea murió en
1971 con 46 años.
Stephen McNally, que aquí interpreta a Relámpago, apareció
en películas tan notables como “Ojos en la noche” (Fred Zinnemann, 1942), “La
llama sagrada” (George Cukor, 1942), “El abrazo de la muerte” (Robert Siodmak,
1949), “Winchester 73” (Anthony Mann, 1950), “Un rayo de luz” (Joseph L.
Mankiewicz, 1950) o “Correo diplomático” (Henry Hathaway, 1952), entre otras,
lo que no está nada mal.
La presentación del Marshal, Relámpago Tyrone, será a través
de su estrella de sheriff, momento en el que además descubriremos que la voz
over es suya. Una voz over que resulta redundante. También se nos presenta a
uno de los villanos, “Johnny Sombrero”, que es para ver sus pintas, donde no
cabrá duda del porqué del apelativo… Los nombres, Relámpago, Sombrero… son
algunos de los ejemplos de ese tono irónico de la cinta, que se ríe de los
clichés del género. En este inicio se elogiará desmedidamente la habilidad y
velocidad con las pistolas del Marshal, creando un héroe clásico del western al
que se va transgrediendo poco a poco de una manera bastante divertida, pero
nunca paródica.
Johnny Sombrero (Eugene Iglesias) es uno de los villanos
menos amenazadores que ha dado la historia del cine, un crío con un vestuario
que parece sacado de un carnaval mexicano y pose de chulito de instituto. Un
villano que además pinta bien poco…
Un héroe de pacotilla.
¿En qué consiste esta perversión? Pues que el supuesto héroe,
ese pistolero excelso que trabaja como Marshal, nuestro aparente protagonista,
no dará una, no conseguirá resolver ningún problema ni solucionar nada por sí
mismo, cayendo en un desastre detrás de otro y siendo salvado en cada ocasión por
Silver Kid, una vez se alíe con él. Así, lo primero que le ocurrirá será que le
pegarán un tiro según salga en busca de la banda de forajidos que aterra a los
mineros, nada más salir, sin esperar… La bala le dará en el hombro, un clásico,
lo que le impedirá demostrar su supuesta habilidad con el arma que nos habían
anunciado antes… Esto dará para otra persecución a caballo de un grupo a otro.
Habrá dos mujeres, dos morenas, una pérfida y mala como ella
sola, Opal Lacy (Faith Domergue), y la otra pura bondad y generosidad, Jane
“Dusty” Fargo (Susan Cabot). Las dos beberán los vientos, en apariencia, por
nuestro Marshal, una de verdad y otra de forma fingida… ¿a que no sabéis en
cuál de las dos se fijará el Marshal Relámpago? Exacto…
A nuestro Marshal le engaña todo el mundo, aunque en alguna
ocasión sacará su revólver antes que su oponente…
-Tras ir a casa de Lacy a coquetear un rato, un pistolero
esperará a nuestro incompetente Marshal para matarle, algo que hubiera logrado
si Silver Kid no hubiera aparecido providencialmente. Otro ejemplo más de la
categoría de héroe que tiene Relámpago. También se hará íntimo amigo del líder
de los forajidos, Rod Lacy (Gerald Mohr)... Es un no parar que resulta
francamente divertido, sobre todo porque Silver Kid irá constantemente por
detrás advirtiendo de todo a su jefe, sin que haga el más mínimo caso…
-Por supuesto, el hábil truco de fingir el encarcelamiento
del villano no será ocurrencia del Marshal, sino de Silver Kid, faltaría más…
En la trampa que Opal Lacy pretende tender a Relámpago volverá a ser Silver Kid
el que sospeche, investigue e interrogue con acierto, ante la ciega credulidad
del Marshal, que resulta desesperante. Un torpe a tiempo completo del que te
preguntas cómo ha logrados sobrevivir tanto tiempo como Marshal en el oeste.
-Se pondrá en contra de su único aliado en la lucha contra
los forajidos, Silver Kid, y vagará como un aspirante a detective siguiendo
siempre pistas faltas y cayendo en cuantas trampas le ponen, librándose de
suerte o por la buena labor de su Ángel de la Guarda.
-Cuando por fin parezca que Relámpago va a hacer algo en la
película, demostrar su competencia en algo, enfrentándose en un duelo con
Johnny Sombrero (Eugene Iglesias), volverá a aparecer Silver Kid para ¡ocupar
su lugar!
-A la hora de película, de la hora y cuarto que dura el film, en el colmo de la ironía, nuestro
Marshal dirá: “Empezaba a pensar que me había equivocado al sospechar de Johnny
Sombrero”… Una lumbrera.
Lo que hace que toda esta transgresión e ironía funcione es
que la película no se hace parodia nunca, sino que se muestra aparentemente
seria en todo momento.
Como habrán deducido el inexperto joven llamado Silver Kid
será el verdadero héroe en la sombra, en otra perversión del tópico. Las
villanas sin escrúpulos ni ambigüedades, las malas elecciones a todos los
niveles del héroe y la resolución romántica donde dicho héroe no se queda con la
chica buena, son más ejemplos de la mencionada perversión de tópicos,
desmitificación de los clichés clásicos.
Lee Marvin tiene un pequeño papel haciendo de fanfarrón
bromista de bar, lo que recordará a tantos de los villanos interpretados por el
estupendo actor, por ejemplo en “El hombre que mató a Liberty Valance” (John
Ford, 1962), donde una escena de cantina con un filete le hizo inmortal.
También estará presente en el encuentro entre el Marshal y Silver Kid, un
Silver Kid con una chaqueta de cuero molona que se enfrentará a Marvin a las
cartas y con las armas, venciendo en las dos modalidades. Lejos de que esto
suponga la detención del joven provocará su reclutamiento como ayudante del
Marshal, así son las cosas en el viejo Oeste…
El asesinato del mentor de Relámpago convertirá también para
el Marshal el caso en algo personal, como ocurre con Silver Kid. De esta
forma las motivaciones se desvían de la pura justicia a la venganza.
También habrá un cuarteto amoroso, Dusty quiere al Marshal,
el Marshal quiere a Lacy, Lacy no quiere a nadie, pero Silver Kid se fijará en
Dusty… Lo bueno es que la villana Lacy, que en realidad mantiene una relación
con Johnny Sombrero, y seguramente con Rod, que finge ser su hermano, en ningún
momento siente el más mínimo cariño por el Marshal ni titubea en conspirar
contra él, como si de una Milady de Winter de “Los tres mosqueteros” se tratara.
Hay un divertido plano en el que Silver Kid trata de
arrancarle un colgante a un villano al que golpeó en la cabeza, se le
resistirá en primera instancia, pero al segundo intento y tras un poco sutil
corte en la escena la cosa saldrá mejor. Se debió resistir la cosa…
Esta fase será tremendamente nocturna, lo que le
da mayor fuerza dramática y visual a la cinta y al creciente clímax que se va
gestando. Hábiles y divertidos giros de guión para una cinta trepidante que
mezcla acción y suspense.
El clímax nos seguirá deleitando con los planes del
Marshal, al que no sabemos por qué alguien le hace caso, dejando ir a Opal Lacy
porque sí. Al menos la malvada mujer recibirá su merecido por traidora a manos
de su propio “hermano”. Tampoco serán muy discretos a la llegada a la guarida
de los forajidos, que quedan completamente advertidos de la misma, pero nuestro
lúcido Marshal se sorprenderá de que les tiendan una emboscada.
A pesar de la citada emboscada nuestros protagonistas se
recompondrán y el clímax tendrá su punto álgido con otra persecución a caballo,
magníficamente rodada por Siegel de nuevo, con excelentes planos generales
incluyendo a ambos en el encuadre, y un tiroteo entre las rocas, que son mi
debilidad. Aquí, y contra todo pronóstico, Relámpago sí será hábil y competente
y logrará matar a Rod, en el único momento en el que hace su papel de héroe
como se le suponía… Un final para compensar.
En “Duelo en Silver Creek” no vamos a encontrar nada
especialmente reseñable pero se agradece ese distanciamiento y desmitificación
de los clichés más recurrentes del género. Un western clásico vulgar y correcto
pero con un punto de vista peculiar que si se aprecia puede complacer. En ese
sentido la película resulta divertida y original, muy entretenida, si bien es cierto que ni
trama ni guión se elevan a mucha altura, los personajes son completamente
planos y sin matices y no hay la más mínima profundidad, ni la pretende, cabría
decir. Se agradecen determinados giros en la trama y el mencionado distanciamiento,
así como la ágil realización de este director de enorme talento. Discreto pero
pasable western.
Jojojo!!! El chulito de instituto!!!
ResponderEliminarQ fotografía más saturada!!
Los paisajes son estupendos, eso sí!!!
Y q joven Lee Marvin!!
Gracias Sensei!!!
Un beso!!
Es tronchante! Saturada y muy bien dirigida, peculiar. Grande Lee Marvin!
EliminarUn beso, Reina.