Bryan Singer se desmarca con una vigorosa cinta juvenil y
espectacular que sigue la senda de “El señor de los anillos” y productos
similares. Un aceptable espectáculo que sirve perfectamente para pasar una
tarde veraniega.
La película adapta el cuento de Hans Christian Andersen
dándole el toque Hollywood y haciéndolo épico y espectacular, porque si no,
¿para qué?
Aquí en base a la historia de “Las habichuelas mágicas”
tendremos una batalla entre humanos y gigantes, una rivalidad eterna e
irreconciliable que parecía acabada una vez los gigantes fueron devueltos a un
lugar entre el cielo y la tierra, pero que por culpa de las habichuelas estos
mundos volverán a unirse y posibilitar la venganza de los gigantes.
Una sombra en una tormenta inicia la película, estética
tenebrosa. Estética expresionista para remitir al cuento, a la leyenda. Un
cuento que un padre cuenta a su hijo y una madre a su hija, un vínculo entre
dos personajes ya desde el inicio mediante el montaje paralelo. Él es humilde, un
campesino, ella será la futura reina. Jack (Nicholas Hoult) e Isabelle (Eleanor
Tomlinson).
Tras una elipsis de 10 años retomaremos la narración y el
vínculo. Entramos de lleno en la historia de “las habichuelas”. Los dos niños,
ahora más creciditos, se encuentran en una función teatral, un vínculo amoroso previsible.
Jack se mostrará protector y ella atrevida al vagar sola por el mercado. Aquí
se nos presentará a otro personaje importante en la trama, Elmont (Ewan
McGregor), soldado del rey (Ian McShane).
Un monje, las famosas judías mágicas, el cambio por el
caballo… lo intentos para hacerlo más creíble…
Cuando Jack llegue con las judías a casa tendrá la lógica
reprimenda de su tío. Aquí Singer desarrollará aún más el vínculo entre los dos
personajes, Jack e Isabelle, con un montaje intercalado que los une. Jack tiene
una discusión con su tío e Isabelle con su padre y las frases de una
conversación se superpondrán en la otra, se interrumpirá una para continuar la
misma frase en la otra, conversaciones calcadas en una humilde cabaña y en un
palacio. Un chico soñador, ingenuo e idealista y una chica intrépida y
aventurera.
Estos diálogos calcados, estos paralelismos buscados desde
el montaje para situaciones distintas y en entornos diferentes, lo que buscan es
forja la idea de destino que unirá a estos dos personajes, una idea básica para
este tipo de películas.
“¡Cómo me recuerdas a tu madre/padre!”
El clímax de este vínculo llegará cuando Jack e Isabelle
abran a la vez la misma puerta, la de la cabaña de Jack en otra noche de
tormenta.
Sería muy forzada esta coincidencia si no fuera por cómo se
ha ido trabajando desde el guión, la dirección y el montaje ese vínculo y esa
idea de destino para la pareja protagonista en los minutos anteriores. En
cualquier caso resultará forzado a mucha gente sin ninguna duda. En esta escena
de la tormenta que acaba con la pareja uniéndose en la cabaña de Jack, hay un
cruce de caminos donde Isabelle debe elegir uno por el que seguir y que remarca
la mencionada idea de destino, bien elaborada desde la dirección, como he
comentado, y como corresponde a un relato fantástico, un cuento de hadas.
También se nos presenta al malote, Roderick (Stanley Tucci),
futuro marido, poco interesado, de Isabelle. Roderick más que en macizas piensa
en maldades… cada uno es cada uno.
El uso del cuento y la narración mítica que se hace de él, resaltando
la leyenda, logra transmitir un tono épico y misterioso a la película muy
aceptable. Además la cinta huye del superficial infantilismo, encajando más como
título juvenil, ya que tiene momentos de controlada crueldad y contundencia. El
asesinato del monje es un ejemplo.
Ha muchas reflexiones que no se desarrollan o se tratan en
profundidad, como es la idea de Dios y no jugar a ser él, relacionado con el monje
que quería proteger las habichuelas para que éstas no cayeran en manos
inadecuadas.
Como en los “Gremlins” (Joe Dante, 1984), las judías no
pueden mojarse. Cuando una de ellas se extravíe y veamos la tormenta, sabemos
que tarde o temprano sucederá lo irremediable…
La escena del crecimiento del enorme tronco que ascenderá
hasta el mundo de los gigantes es espectacular, la pareja se separará, como
corresponde a su rango, con ella ascendiendo a las nubes y él quedándose en
tierra. El planteamiento es claro, misión de rescate a la hija del rey.
Roderick y su vasallo son unos villanos sin matices,
crueldad y maldad ambiciosa pura y dura, lo veremos ejemplificado en la escena
donde cortarán la cuerda de la que cuelgan varios soldados con absoluta
frialdad.
Una vez llegamos a destino Roderick se desenmascarará ante
Jack, que se verá obligado a entregar las habichuelas… menos una.
Aquí tendremos otra buena escena de suspense y acción con la
aparición del primer gigante. Es cuestionable que los gigantes aparezcan de la
nada y sorprendan a nuestros amigos, o a cualquiera, más que nada porque los
gigantes son cualquier cosa menos sutiles, a veces sus pasos hacen retumbar la
tierra, así que ya me dirán…
Hay momentos para la violencia, en algunos casos
contundente, de los gigantes, pero como corresponde a una cinta juvenil serán
cortados y evitados mediante elipsis. Un ejemplo, la terrible suerte que corre
el compañero y amigo de McGregor, al que estábamos cogiendo cariño.
Roderick no tardará en descubrir todas sus cartas de maldad,
sometiendo, gracias a la corona forjada con la sangre de un gigante, a todos
los gigantes para comandarlos en la tierra.
Los efectos digitales abundan, como es normal, pero dan el
do de pecho en la recreación de los gigantes y en los paisajes, sin que quepa
destacar este aspecto de forma exaltada.
McGregor hará un homenaje a su amigo mientras se desarrolla
la romántica relación entre el humilde Jack y la aristócrata Isabelle.
Remordimientos de princesa consolados por el campesino enamoradizo, un amor
creciente.
Nuestro puro protagonista irá exhibiendo todas sus cualidades, el valor y la inteligencia. Un nuevo ejemplo lo tenemos en la escena donde acaba con otro gigante usando un panel de abejas. Abrazos y magreos entre él y la princesa, que cada vez quieren más contacto, es normal, son jóvenes, ante la atenta mirada de McGregor. Un McGregor que hará de escudo humano para proteger el descenso de la pareja e intentar rescatar la corona de Roderick y frustrar sus planes. En el descenso la pareja, una vez solos, aprovechará para saborear sus respectivas lenguas y arrimarse todo lo que puedan, la primavera y la juventud, inconscientes de la decisión del rey, el padre de Isabelle, que haciendo gala de su responsabilidad decide cortar el tronco y sacrificar a su hija por el bien de su reino ante la amenaza de un descenso de los gigantes.
Hay un diálogo simpático, que puede entenderse como broma
metalingüística, entre Roderick y Elmont, cuando el villano le pregunta al
valeroso soldado “¿te creías el héroe de esta historia?”, algo que por rango no
sería raro en Ewan McGregor. Roderick morirá, pero la corona quedará en poder
del gigante de dos cabezas, lo que indica que la gran batalla entre gigantes y
hombres está a punto de comenzar. Un clímax final trepidante y excesivo, muy
entretenido.
La caída del tronco es espectacular. Se ha acusado en
algunos sitios a la dirección de Singer de impersonal, pero a veces eso puede
resultar mejor y más adecuado.
Los gigantes descenderán y se dispondrán para la venganza, veremos
como una estatua del rey es simbólicamente decapitada, el descenso de los
gigantes, el ataque al castillo, la desesperante y torpe lentitud de los
soldados para subir el puente y la aparente muerte, ahogado y quemado, del
gigante malote de dos cabezas.
Un espectacular y largo clímax de largos planos generales,
muy sostenidos a menudo, de la batalla y el ataque de los gigantes al castillo,
si bien es cierto que los efectos especiales para la interacción con los
gigantes, es decir, entre actores y personajes creados digitalmente, no son,
precisamente, los más brillantes que se han visto.
La definitiva muerte del gigante de dos cabezas a manos del
ingenioso Jack no puede ser más cruel. En la resolución, con un Jack con la
corona que domestica a los gigantes, habrá un guiño de humor a la escena del
inicio donde Jack intentó proteger a Isabelle, pero con Elmont como
protagonista en esta ocasión.
“Hay algo detrás de mí, ¿verdad?”
El castillo terminará destruido por el tronco que sale del
cuerpo del gigante de dos cabezas en otra escena visualmente espectacular.
Como rúbrica a la idea de destino planteada de inicio se
dará fin al cuento con otro guiño metalingüístico, Isabelle y Jack contando el
cuento a sus hijos y concluyéndolo con una frase que subraya el mencionado
aspecto.
“…quedaron unidos por el destino la princesa y su príncipe
campesino”.
Con esto y unas voces over que cuentan dicho cuento y sus
variantes, se acaba por concluir la reflexión sobre la conversión en leyenda,
la forma en que se desvirtúan relatos, hechos y cuentos, la transmisión oral y su sentido… Hasta llegar al interesante
atrevimiento de situarnos en la actualidad.
Este final resulta estimulante ya que apuesta por la
ensoñación y la realidad de dichos cuentos. Además se deja la puerta abierta a
una posible continuación cuando vemos dónde queda la corona protectora, la
evolución que sufrió, al ritmo de esas voces que van contando el cuento en over,
y la presencia de un joven y actual Roderick.
El reparto está correcto en sus personajes sin profundidad
ni matices, estereotipos tópicos efectivos para este tipo de relatos.
Una cinta entretenida, que no descubre nada, con buen
sentido épico y del entretenimiento y que aboga por la transmisión oral dándole
la misma importancia que tiene ahora la visual.
No me suelen gustar las adaptaciones de los clásicos de mi infancia, pero tal como lo planteas, resulta curioso.
ResponderEliminarEwan McGregor siempre suele estar correcto.
Gracias x tu trabajo.
Por cierto. Mñn voy a ver Star Trek, con mi trekkyfamia.
A ver q tal…
Si te pones riguroso seguramente te repateará, pero si lo tomas como cintas de aventuras se pasa el rato. También me cae muy bien McGregor, me apetece verle.
EliminarYo también voy a ir, con un amigo espero, a ver STAR TREK pronto.
Pues a mí me cae muy bien Nicholas Hoult, jejeje. Me gustó mucho en "Un hombre soltero". Y sí, tiene esa carita que le va muy bien el papel de Jack.No conocía esta historia, Mr.Sambo, pero la apunto para un domingo de estos, con 34º y un helado.
ResponderEliminarUn abrazo,
Patricia
Hola Patricia. Pues me parece que el chico tiene talento, confío en que su cara de bueno no le limite y sé que ha recibido críticas, pero me gusta.
EliminarEsta peli es ideal para algo así jajaja. Tirarse en el sofá, helado y algo ligero.
Un abrazo, me alegra verte.
Me encantó!!!
ResponderEliminarPensé que sería de mucha matanza o guerra, pero solo tiene la cantidad justa para no hartarse de verla; y los lapsos cómicos muy buenos.
Hola Femchat, me alegro de que te gustase, un entretenimiento muy sano, ciertamente.
EliminarMe parece muy interesante y entretenido lo que mencionas de Jack el caza gigantes, sobre todo la parte de la relación e igualdad con lo visual en las películas actuales.
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