domingo, 28 de julio de 2013

Crítica: EL HOMBRE DE ACERO (2013) -Parte 1/3-

ZACK SNYDER










El gran pelotazo, el gran blockbuster del verano y seguramente del año, la gran apuesta de Warner, una de esas aspiraciones a hacer la película definitiva, tanto de superhéroes como sobre la icónica figura de Superman. Una película que trascendería y seguiría la senda de los Batman de Nolan, productor de esta cinta. El resultado de tanto entusiasmo previo, incluso de la productora, se ha traducido en cierta decepción en el público, que ha convertido la cinta en un indudable éxito pero en general se ha quedado a medias… como la crítica.



El hombre de acero” quería tener la trascendencia y profundidad de los Batman de Nolan, pero ser aún más espectacular que aquellas, una película que lo tenga todo… y lo tiene. Entonces ¿cómo es posible que una película que lo tiene todo decepcione? Pues porque lo tiene todo, pero pocas cosas se acaban completando, dejando una sensación de cierta dispersión, falta de concreción y mucha exageración.

El tono oscuro, seguir la línea de los Batman, que han cosechado alabanzas unánimes de público y crítica, parece ser el que se quiere explotar para las cintas basadas en los superhéroes de DC Comics, pero esto no significa que todas vayan a funcionar ni vayan a estar inspiradas.










Ocurre con Superman que el tono oscuro no es el más adecuado o el más acorde al mito de entrada. Esto no es malo e innovar siempre es un aliciente, pero el público tiene presente el Superman de Donner y la idea e imagen de un luminoso icono americano, desde el papel del cómic a las pantallas de cine. Lo oscuro que en Batman encaja a la perfección, un héroe atormentado, aquí tenía sus riesgos. Parece una cinta de superhéroes con la trascendencia del Actor’s Studio. Un sufrido superhéroe del Actor’s Studio.




No es este el peor de los defectos de la cinta, que en su retrato psicológico acierta bastante y permite interesantes reflexiones sobre un héroe que va adquiriendo conciencia de dios. Una idea que nos permite comparar y desarrollar las mismas ideas que Scorsese planteó en su polémica “La última tentación de Cristo” (1988), de las que hablaré más adelante.

El hombre de acero” es realmente entretenida y un espectáculo audiovisual de primera magnitud, pero no tiene la intensidad dramática que los Batman de Nolan ni su sensación de amenaza e imprevisibilidad. Le falta fuerza en ese sentido, además de la desorientación en la dirección que pretende tomar. Más que desorientación es que se niega a escoger un camino, los quiere elegir todos, a menudo en direcciones opuestas, y eso acaba provocando falta de equilibrio, saturación en algunos momentos y falta de fuelle en otros.


Una cinta contradictoria, donde del realismo pasamos a la fantasía tanto conceptual como estilística, con planos casi documentales y otros de orgía fantástica. Con todo resulta fría, falta de emotividad y de un conflicto y relaciones humanas de más calado, que logren la complicidad del espectador. Esto es algo común al cine de Nolan, muy cerebral.


En “El hombre de acero” tenemos una mezcla de las tramas de las dos primeras entregas del Superman de Christopher Reeve, la de Richard Donner con la llegada a la Tierra, y la de Richard Lester con el enfrentamiento contra Zod y los condenados de Krypton. A esto se añade la estructura calmada en la presentación y desarrollo de personajes de la cinta de Donner, modelo y referente del cine de superhéroes y que tan bien le fue a Nolan para sus Batman, junto al tono más serio y oscuro que le dio el director al hombre murciélago. Además de esto tenemos la energía épica de Snyder y los planteamientos filosóficos en la scifi de David S. Goyer como guionista (participó en la trilogía de Batman de Nolan y en la estupenda “Dark City” de Alex Proyas en 1998). Una auténtica amalgama que funciona de forma irregular.




Hay un solo momento verdaderamente destacable en la cinta que pretendió recuperar al superhéroe y que dirigió Bryan Singer en 2006, “Superman Returns”. El héroe fuera de la Tierra, frente a ella, con los ojos cerrados, flotando en el espacio y oyendo todo lo que sucede abajo, esperando encontrar dónde hay un problema para intervenir, la imagen perfecta de un dios. Esta idea de dios y de un ser especial entre extraños, se potencia y desarrolla en la cinta de Snyder con acierto. Con todo, es cierto que el vínculo de Superman con la humanidad no está todo lo bien retratado que debería o que apreciábamos en la cinta de Donner, o mejor dicho, es una servidumbre para justificar las dudas del personaje. Vemos la relación con su familia terrenal y su paulatino enamoramiento de Lois Lane de forma bastante superficial como para sentir esa afinidad, algo que en la película se pretende resumir, en palabras del propio héroe, con la idea de que lleva 33 años junto a nosotros, tiempo suficiente para desarrollar ese vínculo. 33, como la edad de Cristo, aunque sobre eso ya hablaremos más adelante.



La cinta se inicia en Krypton, al cual se reinterpreta para el cine de forma espectacular. Un mundo tributario del Pandora de “Avatar” (James Cameron, 2009), y sobre todo y de forma muy especial de “John Carter” (Andrew Stanton, 2012). No son las únicas referencias a clásicos de la ciencia ficción, “Matrix” (Hermanos Wachowski, 1999, con esos fetos organizados y ordenados, esperando ser recolectados), “Star Wars”… también son apreciables en distintos momentos del film. Un look visual magnífico.




Un Krypton donde se mezclan la ciencia ficción y la fantasía, donde aparece lo primitivo y lo tecnológico, lo orgánico y lo aséptico… Un Krypton donde la acción trepidante estará más que presente. Un mundo con la última tecnología, naves increíbles, animales voladores gigantescos que parecen salidos del jurásico, un parto minimalista y primitivo que contrasta con la ampulosidad tecnológica de los medios… Un mundo lleno de contrastes, contradicciones, como la propia película. Un mundo en desintegración donde los valores ya no parecen contar, donde al caos y la rebelión surgen de forma natural. 




En estas escenas donde prima la acción veremos como Jor-El, científico, da buena cuenta del jefe militar Zod, aunque el último acabará matando al primero a traición.

Tan solo Jor-El (Russell Crowe) parece mantener esos valores que comienzan a escasear, un hombre íntegro.

Un superhéroe muy religioso.

No deja de sorprender, o quizá no tanto, las críticas a las referencias religiosas de la película. Supongo que molesta todo lo que suene a religión en algunos sectores, pero dicha idea no puede ser más lógica ni coherente con la propia concepción del héroe y la propia trama. Grandes virtudes en este sentido.

-Kal-El o Clark Kent, vamos Superman, será enviado a la Tierra donde sus capacidades le harán semejante a un dios, así lo dice expresamente su padre, “Para ellos será un dios”, y es algo que a nadie se le escapa, como es lógico… El hecho de que parezca nacer de la nada, que tenga dos padres, uno de ellos no humano, lo vuelve a relacionar con la tradición cristiana de forma más que evidente. Superman es consciente de que es distinto, como lo sabía Cristo, quiere a sus padres terrestres, como los quería Cristo, y también a su padre celestial, como Cristo. Tiene poderes que no son de este mundo y todas las capacidades posibles, un hacedor de milagros…como Jesucristo.



-Kal-El es un elegido, un ser diferente, especial, incluso en su propio planeta, destinado a cambiar el mundo, en este caso el que tiene futuro, la Tierra. Es distinto también en su planeta porque es el primer nacimiento natural en siglos, en él estaría la idea que cambiaría la concepción del propio Krypton. Es la encarnación de la creencia e idea de sus padres. Su carácter especial y divino es lo que posibilitaría una mejor evolución en nuestro planeta, un modelo, un enviado con un mensaje al cual seguir… como Cristo. El secreto con el que Jor-El y Lara Lor-Van (Ayelet Zurer) deben tener a Kal-El, el parto, la humildad del lugar, minimalista, vuelve a relacionar todo con la tradición cristiana, un nacimiento mal visto por los rebeldes de Krypton, como mal visto estuvo el nacimiento de Cristo por Herodes, por ello mandó matar a los bebés machos menores de 2 años en los alrededores de Belén… Perseguidos.



-El rescate al autobús infantil será interpretado por la madre de Pete Ross como un acto divino, así lo verbalizará.

-Es profundamente interesante la evolución del personaje de Superman, la toma de conciencia de su poder y su ser, asumir su rango de dios de alguna forma. Este mismo planteamiento lo tenemos en la polémica cinta de Martin Scorsese, “La última tentación de Cristo” (1988). 

-Un elemento menos evidente, más sutil, sobre este aspecto lo tenemos en la intermitente y constante presencia de Clark en todos lados, por ejemplo en la escena en la nieve donde nos presentan a Lois, siempre presente, como una sombra permanente… Un buen detalle para realzar su naturaleza divina.

-Frases como “puedo hacer cosas que los demás no pueden” o “Me entrego a la humanidad”, son casi mesiánicas.

-Clark se entrevistará con un párroco en una iglesia, escena que contendrá el flashback donde Clark es agredido por unos compañeros y ayudado por Pete Ross.

-Hay varias estampas que remiten de forma clara a la iconografía cristiana. El momento en el que Superman se presenta ante el ejército, flotando en el aire, minimizando a dicho ejército, nos recuerda a una ceremonia eclesiástica, con Superman como figura sagrada, como si de una misa se tratara y los militares fueran los feligreses devotos. El rescate de Superman a Lois, que huye de la nave de Zod, viene precedido de otra de estas estampas, Superman haciendo la cruz al salir de la nave, iconografía cristiana evidente subrayada por las palabras de su padre, “Puedes salvarla, Clark. Puedes salvarlos a todos”.




-Se subraya la idea de dios personificada en Superman cuando conocemos que además de los poderes de los que hace gala, alberga en sus genes y células todo el legado de un pueblo, todo el legado de Krypton, algo que acaba siendo realmente significativo en esta concepción religiosa que comento.



-En “La última tentación de Cristo” (1988), Martin Scorsese deja una de las reflexiones más profundas de la eterna e imprescindible figura de Jesucristo, aunque la cinta resulta irregular. Su mirada se dirige a la dualidad que manifiesta, divino y humano, y el conflicto que ello supone, su maduración, la asunción de su deber y su propia naturaleza, el sufrimiento y debate interno de un hombre que se sabe distinto, que está destinado a guiar a los hombres, ser un referente, capaz de hacer cosas que nadie más puede hacer. Dualidad que también vemos en Superman, como he explicado. Las polémicas imágenes donde Jesucristo recrearía lo que sería su vida mundana para rechazarla y elegir su naturaleza divina, se amoldarían y homologarían perfectamente con el desarrollo del personaje de Superman en la visión de Snyder. Superman también se debate entre si mostrarse como es o ser un humano más, las circunstancias le obligarán a tomar la decisión, así como las palabras de su padre, Jor-El. Estos personajes, en las cintas de Snyder y Scorsese llevan caminos paralelos aunque sus circunstancias y obstáculos, incluso deseos, sean distintos.

La renuncia de los padres es dolorosa, evidentemente, y se hará especial hincapié en el padre, como es la tradición en Superman. Un padre que morirá relativamente, su conciencia, su alma, seguirá velando por su hijo de forma continua, como veremos durante toda la película, perfecta manifestación de una deidad de nuevo.

El juicio a Zod y los suyos, condenados a una extraña prisión para rehabilitarlos por largo tiempo, y la amenaza y promesa del villano nos sitúa en la historia de “Superman 2” (Richard Lester, 1980) que tiene a este personaje y sus compañeros como protagonistas, también los villanos y principales rivales de Superman en ésta. 

El íntimo adiós a Krypton, la íntima destrucción con la bella muerte de la madre de Kal-El, Lara Lor-Van, concluye esta fluida introducción, de buen aspecto visual, aunque algo alejada de las pretensiones realistas del grueso de la película.

A partir de aquí comienza un fraccionamiento narrativo, aspecto que es posible tenga que ver con Christopher Nolan, ya que es un recurso muy utilizado en su cine. De la llegada de la nave de Kal-El a la Tierra pasamos, con una elipsis, al pesquero donde trabaja un maduro Clark Kent. A partir de ahí  se irán sucediendo flashbacks para mostrar momentos determinados e importantes del pasado en la vida de Clark. Su infancia, su relación con su padre, la asimilación de sus poderes y verdadera esencia e identidad…

 





7 comentarios:

  1. Ya era hora, Mr.Sambo, ya era hora.

    Estaba deseando leer tu crítica de mi supehéroe de cabecera.

    Me ha gustado tu crítica tanto como la película.

    A ver si adivinas en que sentido lo digo ;)

    (pista: en cuanto mi mujer que es la que manda, me de permiso me voy a comprar una tele HD para ver esta película en casa).

    Respecto de la película, a mí me parece un error querer darle el toque de oscuridad que tienen las películas de Batman porque son dos superhéroes con personalidades totalmente distintas y no se les puede dar el mismo enfoque.

    Hay que tener en cuenta que las personalidades de ambos vienen marcadas por su infancia: la de Batman, sin padres, asesinados de forma violenta cuando era un niño, y la de Superman todo lo contrario, dos padres que le han dado amor y le han educado en los mejores valores que puede tener una persona.

    Tampoco me ha gustado demasiado la relación de Lois con Superman: muy superficial y sin chispa, aunque albergo cierta esperanza para futuras entregas por la mirada de complicidad que tienen al final de la cinta.

    A ver que tal te queda la segunda parte de la crítica.

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    1. Confío en que las otras dos partes te gusten, Fernalfs. Con respeto al tono ya lo comento al comienzo de esta parte y estoy muy de acuerdo. Superman, además de todo, es un icono americano, su imagen nunca ha sido oscura, más bien al contrairo, positiva, casi una alegoría de esos valores a reivindicar. Esto no está reñido con ser serio o trascendente, pero creo que el tono de Donner acierta con todo esto y la oscuridad en esta película parece más impostada en el sentido de seguir la línea Batman, donde encajaba como un guante...

      Un saludo y muchas gracias por tus palabras y expectación, a ver si damos la talla jejeje.

      P.D. Creo que también me la compraré en cuanto salga jaja

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  2. Por cierto, parece que en la última Comic Con han desvelado que habrá una futura de película de Superman (con Henry Cavill) y Batman (actor sin determinar).

    Espero que no la planteen como una lucha de uno contra otro, porque tal como han mostrado los poderes de Superman en Man of Steel, no veo que Batman tuviera la más mínima posibilidad.

    Superman con su supervelocidad y superfuerza lo haría papilla en cero coma.

    A menos que se saque algo de la manga como la kryptonita o algún invento tecnológico superchachiguay que afecte a Superman de alguna manera.

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    1. Lo he oído, aunque no sé si sería una entrega conjunta o una secuela de Superman, parece ser que la dirigirá Snyder y que Bale no estará. Por lo demás... jajaja como bien dices Batman tiene poco que hacer, o se pone un traje de kriptonita o chungo lo tiene. Yo creo que será más una unión de ambos, estilo LOS VENGADORES, aunque tengan sus rencillas al principio jajaja

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    2. Pues si queréis ver lo que Batman podría hacerle a Superman (aprovechándose, eso sí, de que Superman es muy a menudo un buenazo incurable, y usando kryptonita) no tenéis más que leer (o ver, que ya han sacado el DVD) "El regreso del Caballero oscuro" de Frank Miller. Aparte de eso, muy de acuerdo con la crítica, Superman es Superman y Batman es Batman, y los chicos de la Warner deberían darse cuenta.

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    3. Estoy seguro que Frank Miller dejará el orgullo de Batman por todo lo alto jajaja. Gracias por el aporte y la recomendación.

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  3. Por cierto, Fernalfs, la segunda ya puedes leerla, está colgada, es la última entrada colocada en el blog, por si quieres adelantarte jejeje.

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