lunes, 8 de octubre de 2012

Crítica: BIG FISH (2003) -Parte 1/3-

TIM BURTON









Tim Burton es uno de los directores más significativos de los 90, alguien al que todo el mundo cita cuando se piden referentes en esa década, un cineasta de gran éxito pero al que se sobrevalora en ese sentido.

No es un menoscabo, en realidad no hay apenas directores que hayan trascendido desde los años 90, el único ejemplo incontestable es Quentin Tarantino, un cineasta que no sólo ha tenido éxito sino que su influencia a todos los niveles ha sido y es indiscutible. No podemos decir lo mismo de Burton, poseedor de una personalísima y única estética, pero que fuera de su universo no ha tenido resonancia. Tim Burton llama la atención y resulta verdaderamente genial cuando acierta, su estética es una maravilla, pero no ha trascendido más allá de sí mismo y su éxito, que no es poco. Nadie ha sido influido por Burton, sus constantes o elementos personales no han tenido eco, es por ello por lo que no se le puede considerar ese referente que algunos han creído que podría ser.


Además, sus rasgos de autor, fuera de lo estético, tampoco son significativitos.

Y todo esto ¿qué importa? Pues nada en realidad, sólo es una forma de situar al director, pero en nada menoscaba su talento. Tim Burton ha llegado a la absoluta genialidad en más de una y más de dos ocasiones, la genialidad no es una coincidencia para él. La película que voy a tratar es un ejemplo cristalino de ello.


Tim Burton suele maneja unos ingredientes que son muy apetecibles y comerciales, muy dados a la emotividad, un toque dickensiano que tiene sus riesgos, la continua amenaza de caer en lo sensiblero, en el exceso de sentimentalismo. Burton siente predilección por los marginados, los diferentes, los distintos, los apartados, los perseguidos, los parias, los solitarios, los independientes, los raros, los especiales, los problemáticos, los extravagantes … los incomprendidos. Con este caldo de cultivo es fácil caer en la tentación de la sensiblería, pero Burton suele manejarlo con talento y no suele ceder a ella. En sus mejores trabajos resulta emocionante y entrañable, para lograr evadir el problema del sentimentalismo se ayuda de su omnipresente sentido del humor y su estética, precisamente, que le sirve de distensión a todo el entramado de emociones.


Todo el universo de Burton está presente en casi todas sus películas, que en realidad hablan de lo mismo, pero en sus cintas más acertadas y originales todos estos ingredientes adquieren una mayor profundidad, y aunque los elementos conceptuales no son complejos y se repiten sin mostrar distintas variantes, desarrollos y reflexiones sobre ellos, sí tienen esa profundidad y sobre todo la sinceridad del que sabe de lo que habla y pone el corazón en ello.

Es el caso de ”Eduardo Manostijeras” (1990), de “Ed Wood” (1994), o de esta “Big Fish” (2003)… Películas que en realidad hablan exactamente de lo mismo, aunque esta última da un paso más en la madurez, lo que la dota de cierta tristeza, nostalgia o melancolía que no tienen las otras. Es cierto que el final de “Eduardo Manostijeras” es triste y que “Ed Wood” también tiene elementos amargos, pero en estas dos películas Burton apostaba por el mundo de la fantasía como un lugar verdadero. En “Big Fish” esta idea cambia ligeramente, aunque se mantiene su apuesta por la fantasía como un lugar indispensable al que recurrir, en el que vivir, en el que refugiarse o en el que pasar la vida entera, Burton lo despoja y lo separa más explícitamente del mundo real, esto lo vemos cuando somos conscientes de dónde está lo real y lo inventado por el protagonista Ed Bloom. En el final de “Eduardo Manostijeras”, Burton apuesta por la fantasía de forma plena, es decir, la convierte y funde con la realidad, vemos que Eduardo no fue una simple historia contada una noche de nevada…pero en el final de “Big Fish” da un paso más, aquí sí existe cierta evolución en sus postulados clásicos, y aunque realidad y ficción se funden en la vida del protagonista, Burton nos los separa para nosotros, una visión que indica una mirada algo más adulta, aunque sólo en apariencia ya que el mensaje es similar. Una mirada con un cierto tono más crepuscular.


Tanto en “Ed Wood” como en “Eduardo Manostijeras” como en “Big Fish”, el mundo del cuento, del relato, de la creación, es indispensable. Las películas hablan de lo mismo y con los mismos elementos. “Eduardo Manostijeras” es la historia que Winona Ryder le cuenta a su nieta, una contadora de historias, como Ed Wood, que se desvive por contar sus propias historias a través de la ficción del cine, o el propio Ed Bloom que ha hecho de su vida una maravillosa historia contada por capítulos donde se mezcla la realidad y la ficción. Tres contadores de historias y el mundo de los cuentos íntimamente ligado a las tres películas. En "Eduardo Manostijeras" al final el cuento acaba demostrándose real, un poco al contrario que en “Big Fish”.


Esta mezcla que elimina las barreras existentes entre realidad y ficción es uno de los elementos conceptuales y temáticos esenciales en Burton, algo que he comentado con otros muchos directores. Burton elimina, despoja de contenido, el concepto "realidad", elimina todos sus límites, de forma que nos vuelve a demostrar que la “realidad” no existe”. La imaginación, los sueños, incluso la muerte, son caras de un mismo dado, todas reales. Para Burton no hay diferencia significativa, es como el Ed Bloom de esta película, simplemente hay que saber diferenciar esas distintas realidades.





Burton no se anda con complejidades a la hora de exponer esto, al contrario, pone toda su fértil imaginación al servicio de la creación de universos únicos con esa estética tan suya y absolutamente reconocible. En unos casos confrontará universos distintos, unas veces imaginados (“Bitelchús” (1988), “Eduardo Manostijeras” “1990), “Big Fish” (2003), “La novia cadáver” (2005), “Alicia en el país de las maravillas” (2010)…), en otras reales, o supuestamente reales, que se acaban enfrentando de alguna forma, como los marcianos que vienen a aniquilarnos en “Mars Attacks!” (1996), la muerte que viene a ajustar cuentas en “Sleepy Hollow” (1999), astronautas que descubren un nuevo mundo comandado por simios, “El planeta de los simios” (2001), personas supuestamente normales que se convierten en seres excepcionales, era obligado que Burton se sumergiera en el mundo de los superhéroes, como ocurre en sus dos películas sobre el hombre murciélago, “Batman" (1989) y “Batman vuelve” (1992)... Mundos asombrosos que parece imposible existan en el mundo real como en “Charlie y la fábrica de chocolate” (2005); personajes del pasado que vuelven para cumplir venganza como en “Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet” o la reciente “Sombras tenebrosas” (2012)… es decir, todas y cada una de sus obras.


Con “Pinocho”, que estrenará en 2014, y su largo “Frankenweenie” de este año, tenemos nuevos ejemplos de lo mencionado, un mundo o elemento fantástico confrontado con lo supuestamente real, lo extraordinario con lo cotidiano…

Las familias, sus conflictos, sus problemas, sus virtudes, ya sean disfuncionales o reales, son otros de los elementos más característicos del cine de Burton, unas veces su mirada es cínica o irónica y en otras entrañable ("Bitelchús", "Eduardo Manostijeras", "Ed Wood", "Big Fish", "Charlie y la fábrica de chocolate", "Sombras tenebrosas"...). Los retratos sobre la clase media americana tampoco se libran de la ironía del director ("Eduardo Manostijeras", "Mars Atack!"...)

Centrándonos en “Big Fish” nos complaceremos desde el mismo inicio cuando nos damos cuenta de que Burton nos va a contar otro cuento, un cuento sobre un contador de cuentos, es decir una historia ideal para que Burton nos deleite, y así lo hará. Los elementos característicos de Burton alcanzarán su clímax con los relatos de Bloom, así el humor, que salpicará toda la película, y el romanticismo tendrán especial relevancia en dichos momentos, la estética también se explotará en ellos, mientras que los momentos más emotivos se dejarán para la supuesta realidad y la historia del hijo de Bloom, Will, interpretado por Billy Crudup, aunque alcanzará su punto álgido en el final, cuando realidad y ficción se fusionen. 

Ya en el inicio tendremos el sello Burton bien presente, un plano acuático donde veremos un gran número de cebos que intentan pescar un escurridizo animal, una idea que servirá para describir algunas de las características de nuestro protagonista, y en uno de ellos veremos cómo se refleja una calavera, uno de esos detalles que le encantan a Burton, justo cuando mencione al espíritu de un ladrón personificado en el pez en cuestión. Así comienza “Big Fish”, con un contador de historias contando una fantástica a su hijo... o a quien encarte.

Este inicio, donde los relatos y las historias forjan desde la infancia, nos recuerda a cintas como “La princesa prometida” (Rob Reiner, 1987), y ese abuelo que acude a hacer más llevadera la enfermedad de su nieto leyéndole la maravillosa historia del pirata Roberts.

Burton no espera un segundo en introducirnos en su mundo particular, el de los cuentos, la fantasía, la ficción, la creatividad, los contadores de historias, como lo que es él y todo cineasta, en realidad. Del mismo modo no tarda en plantear el conflicto familiar, un hijo que se siente alejado de su padre, al que ve como un egocéntrico que siempre quiere protagonizarlo todo con sus falsas historias y al que siente que no conoce porque no puede creer nada de lo que dice. Su padre sólo le muestra su existencia de forma fabulada, ocultándole los hechos verdaderos que el chico, Will (Billy Crudup), quiere saber. Tres años sin hablarse que acaban cuando el padre enferma gravemente.

Éramos como desconocidos que se conocen muy bien”.



De esta forma Burton ya ha planteado el principal conflicto y el que más le ha interesado siempre, la imposibilidad de distinguir entre lo fantástico y lo real, entre los hechos que ocurrieron y la ficción, entre el hombre y el mito. Esto lo mostrará maravillosamente de forma visual en el plano donde vemos al padre, Ed Bloom (Albert Finney- Ewan McGregor), pescando dentro del río y una sutil panorámica vertical se centrará en su reflejo en el agua y su imagen de veterano se transformará en su imagen de joven. Una bella elipsis. Las elipsis serán un recurso que salpicará el relato, todas ellas muy bellas.


 

Dedicada a Obabakoa, un gran romántico, y a Nora, una fantasía muy real.





10 comentarios:

  1. Creo que parte de la razón d que sus personajes sean los marginales tiene (en gran parte, quizá no es una única explicación) origen en su propia autobiografía: Sufre Asperger, un transtorno de la personalidad muy complejo, en la órbita del autismo.
    Incomprensión, seres construídos a retales, carentes d algo q nunca pueden alcanzar del todo, dificultad en vivir la vida convencional…

    En fin, en cualquier caso, hay cintas genialesy rollos refritos.
    Ed Wood y Big Fish, junto con la queme fascinó, Eduardo Manostijeras, son mis favoritas por sensibles sin ser sensibleras, con un toque acidulado, contenidas.
    Hay otras q desbarran y saturan los ojos. O simplemente son más de lo mismo.

    Han estrenado Frankenwinnie y m han propuesto ir a verla. Esos muñecos hechos a golpe de costurones siempre me han llegado hondo.

    Gracias sensei. Espero las dos siguientes partes.

    Un beso

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  2. Pues estoy totalmente de acuerdo, de hecho lo afirmaría. Burton ha debido vivir y sentir en sus carnes esa inadaptación y la expresa, como comento en el artículo, con conocimiento de causa, se nota.

    Muchas gracias por el apote Reinísima. Un beso

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  3. Gracias por la disección, muy bien desmenuzada, si señor :-)
    Este Tim es atrapante, emocionante y hasta feriante (lleva tus sentimientos de aquí para allá y siempre logra ilusionarte)
    Un beso

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  4. Muchas gracias Miércoles, muy buena comparativa con lo de feriante jejeje, así es.

    Un beso.

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  5. Big fish! mi película favorita al fin en Cinemelodic muajajajajaja
    Muchisisimas gracias por la crítica, por dedicármela y deseando estoy de leer las siguientes partes.

    No puede ser más correcto tu análisis, Tim Burton se centra mucho en los temas familiares, todo gira alrededor de la familia, es muy característico de él, aparte de su puesta en escena claro.

    Vi que le pusiste al final un 5 jijijiji

    PD: La referencia a LA PRINCESA PROMETIDA me parece totalmente gratuita jajajajaja

    Muacks y gracias de nuevo! :D

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  6. Norita. Jajajajajaja. No podía faltar. Tengo presión por complacerte bien, pero soy un talentoso comentarista.

    Sé que te ha dolido lo de la PRINCESA PROMETIDA, pero era esencial para entederlo todo jajaja.

    Sí, he sido débil y he optado por las sensaciones y sentimientos antes que por la cabeza.

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  7. Hola!!!
    Me encanta esta peli...
    Yo tb escribí una entrada de ella, aunque es un pelín larga XD
    Si te animas algún día a leerla:
    http://thekadencia.blogspot.com.es/2014/08/big-fish-la-realidad-es-subjetiva.html

    Un saludo

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    1. Gracias por pasarte, Lau. Es larga, pero no tanto como la mía, creo. Esta es la primera de tres partes jajaja.Un saludo.

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  8. Para mí, una de las películas más bellas y potentes de Tim Burton. Que pena que últimamente esté tan en horas bajas. Gran crítica para una gran película

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    1. Así es, Joan, pero al menos siempre nos quedarán estas joyas. Un saludo.

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