El nuevo disco de la banda, segundo con Arnel Pineda, nos deja unos Journey más duros y rockeros que se amoldan muy bien al estilo vocal de su cantante. El filipino ha encajado realmente bien dentro de la banda y siendo un cantante similar al dios Steve Perry tiene un toque más rockero.
Este “Eclipse” vendría a ser una especie de “Escape” del siglo XXI para la banda. Un sonido más duro, más rockero, incluso hardrockero, que los previos. Para mi gusto es inferior al anterior disco también con Pineda, el majestuoso “Revelation”.
El tema de los cantantes de Journey no deja de traer polémica desde la salida de Perry. Perry es un cantante inalcanzable, de voz parcularísima que es perfecta para el rock melódico y el AOR. Es por derecho propio el mejor cantante del estilo que ha dado la historia, una cosa espectacular. Jeff Scott Soto probó fortuna, un cantante mayúsculo pero distinto a Perry que al final no grabó disco con la banda aunque giró con ella, pero no acabó de funcionar bien.
Steve Augeri seguramente es el que más acertado ha estado en su sustitución, el que más alto ha volado, pero no aguantó el ritmo. Augeri es un cantante que, aunque inferior a Perry, tiene la capacidad de tocar los palos más altos y más bajos, los temas más lentos y más rockeros con un talento descomunal, sin fisuras.
Hugo siempre ha sido considerado el cantante con el timbre de voz más similar a Perry, y muchos apostaba por él como el sustituto ideal, pero si bien es cierto que Hugo es un gran cantante imitador de Perry en los tonos más bajos, o los temas más lentos, le falta potencia y pulmones para los más rockeros.
Con el actual cantante, Arnel Pineda, ocurre lo contrario que con Hugo. Pineda es un portento sobrado de pulmones y que se encuentra comodísimo en los temas más rockeros y frescos pero que pierde en los temas lentos, le falta ese timbre y sensibilidad exquisita de Perry, esos matices que subyacen en cada fraseo del grandioso Steve Perry.
Así si tanto Hugo como Pineda son dignos cantantes y recuerdan, sin llegar, al maestro Perry en algunos de sus aspectos pero en otros quedan lejos.
La cuestión es si lo que se busca es un calco o que el nuevo cantante añada su propia personalidad a la esencia de Journey. Con “Eclipse” parece que Journey ha optado por esto último, potenciando el estilo rockero del grupo.
El resultado es una obra fresca, contundente, rotunda y muy notable, aunque algo más baja que sus grandes obras maestras.
No tiene el impacto en los temas de discos anteriores, quizá porque se aleja del estilo más típico y clásico del grupo últimamente, como queriendo abrir nuevas vías. Como comenté es un disco más potente y de estructuras melódicas distintas pero la calidad compositiva e instrumental sigue siendo excelsa. Un disco de matices, detalles y riesgos para el grupo.
Olvidando a Pineda y centrándonos en la comentada calidad instrumental debo destacar, como siempre, el trabajo inconmensurable de Neal Schon, uno de mis guitarristas preferidos, que vuelve a dar una lección de virtuosismo y sentimiento, solos impecables, con feeling y originalidad a raudales. Deen Castronovo, que es uno de los mejores baterías que he tenido el placer de ver y escuchar, y he visto muchos, vuelve a dar una lección de virtuosismo y potencia. Jonathan Cain, el imprescindible teclista, da el toque Journey definitivo como siempre, tanto en las composiciones como en los detalles instrumentales de teclado. Un genio. Ross Valory redondea con su bajo la majestuosa y melódica, y en este disco además verdaderamente contundente, base de ritmos.
City of Hope: Uno de los single del disco y perfecto ejemplo de todo lo comentado, tema brillante, de calidad, buena melodía, pero que no llega a entusiasmar como los grandes singles o temas de las grandes obras maestras del grupo. Con todo cuando le vas dando más escuchas y prestas atención vas descubriendo el virtuosismo compositivo y la frescura de la nueva línea. Buen ejemplo lo tenemos en el estribillo, muy bueno y efectivo pero cuando parece que simplemente va a cumplir da un giro gracias a la sutil y perfecta variación en la melodía en la segunda parte del mismo. La introducción en el momento adecuado de esos teclados imitando agresivos violines le da el toque definitivo al extraordinario estribillo. Inicio con riff potente y melódico y ritmos pesados, aspectos que parecen no cesar durante el tema, con sucesivas variaciones y detalles de Cain al teclado, rellenando y dando los matices adecuados en medio de las estrofas, en los momentos oportunos con total elegancia y discreción. Largo estribillo mencionado con coros de apoyo también muy sutiles y por debajo de la línea vocal. Una estructura clásica. Un tema perfecto para la excepcional voz de Pineda, que alarga las frases melódicamente de forma magistral. Estrofa distinta antes del solo de Schon, buen solo sin excesos y nuevo estribillo con sus memorables momentos en la segunda parte del mismo. Cuando todo parece abocado al final cambio de ritmo espectacular en el último minuto y medio, riffs contundentes aceleración de la batería y Neal Schon marcándose un espectacular solo de los suyos. Un final que rubrica la canción dejándola en lo más alto. Gran tema que gana con cada escucha, algo común al disco.
Edge of the Moment: Riff de ejecución similar al anterior pero distinta melodía, toques progresivos, más oscura y tenebrosa de inicio para hacerse más sofisticada luego. Ligeros elementos orientales surcan muchos momentos del disco. Sensuales estrofas con Pineda a la voz se van sucediendo hasta llegar a un estribillo sobrio y serio. Schon sigue con el riff melódico en las transiciones tras el estribillo. El uso de los coros es curioso y muy brillante. La estructura clásica se sucede y de las estrofas llegamos al estribillo de nuevo con detalles más intensos de voz. Brillante y algo psicodélico solo del maestro Schon y variaciones melódicas en las estrofas siguientes, un tema que cambia radicalmente incluso de ritmo. Tras la intervención de Pineda y más solos de Schon una segunda parte del tema que se dispara en la creatividad y la libertad sin perder la coherencia melódica, algo que solo el grupo más elegante del rock es capaz de hacer así, con esa naturalidad y brillantez. Cada solo de Schon es un placer auditivo sin igual. Sensación de puro sentimiento e improvisación brillante. Pulcrísimos y aceleradísimos solos, como siempre. Concluimos con el estribillo acompañados de forma sutil, como siempre, por los coros con cierto retraso con respecto a la voz principal para terminar de forma brillante y contundente este denso y profundo tema.
Chain of Love: La mayoría de los temas son bastante largos. Salvo dos o tres los demás son de 5 o 6 minutos lo que indica el mimo y dedicación a cada tema, sacándole partido sin prisas. Un inicio lento e intrigante, lírico. Un piano rítmico y melódico que contrasta con la voz más lírica y unos arreglos de teclado extraños que crean una atmósfera onírica nos introducen en un tema de ritmos pesados y gran contundencia. Un buen riff y la potente voz de Pineda reinventan el tema que se transforma completamente. Gran estribillo acompañado por el sintetizador realzándolo de forma muy suave, un tema muy “Escape” y un riff que no cesa. Los arreglos constantes de teclado son, como de costumbre, brillantísimos y el uso sutilísimo de los coros igualmente. Tras el estribillo momentos instrumentales, sobre todo de teclado, en la línea de esos elementos arábigos de las mil y una noches que surcan el disco de forma ocasional y leve. Arreglos de la voz principal de Pineda, que se repite como un eco en las estrofas, creando y siguiendo en cierta medida esa sensación onírica del inicio. Nuevamente llegamos al estribillo, un estribillo que también en su segunda mitad tiene toques distintos, potenciando los ritmos. Schon entra en escena brevemente, luego tendremos una estrofa distinta con un épico Pineda para desembocar en el definitivo solo de guitarra, un solo de tintes entre árabes y oníricos, o sea cogiendo brillantemente esos dos elementos usados durante el tema. El tema se cierra con la repetición del estribillo al que se añade la guitarra de Schon de fondo y con los contundentes riffs y teclados que remiten al oriente de forma rotunda. Una canción muy brillante.
Tantra: Precioso piano inicial de Cain y bellas estrofas cantadas por Pineda de forma sensible, un inicio de balada para este temas de 6 minutos y medio. Después la balada se hace más intensa y épica con la entrada de la guitarra de Schon. Todo se vuelve más intenso en las siguientes estrofas y el bello estribillo de tintes épicos es el punto culminante. Los elementos y matices de guitarra de fondo no hacen más que enriquecer la calidad de la composición. La canción no cesa y si bello es el estribillo no le van a la zaga las estrofas anexas, todo repleto de soberbios detalles y matices de guitarra, teclados y hermosísimos coros. El uso de los coros de los maestros Journey son una de sus señas de identidad irrenunciable y buena prueba de su elegancia y calidad, aquí tenemos otro ejemplo. Es tal la calidad que estrofas y estribillo se confunden creando un todo alargadísimo de clímax incesante. La entrada del solo, como tantas veces, es tan perfecta que casi te la pide el cuerpo y cuando la oyes no puedes más que alucinar por la naturalidad, elegancia y perfección de su introducción en el momento preciso. Una guitarra híper melódica de Schon que se va alternando con Pineda el protagonismo del tema en esta parte final, si bien el de él es preponderante. Un baladón, y eso que no es de los mejores del grupo. Conclusión del tema de forma circular.
Anything is Possible: Medio tiempo con detalles bluseros y jazzeros de guitarra comienzan un tema que despliega una melodía excepcional, muy clásica de Journey. Gran estribillo y continuos detalles de guitarra, pero sobre todo hay que destacar los sutiles de teclado, atención a ellos. Todo funciona con perfecta elegancia, esa forma de acoplar la increíble voz del cantante con la guitarra de Schon y el piano de Cain no tiene parangón. Son pura clase. Gran solo de Schon, breve. Estribillo casi sin acompañamiento para repetirlo con la recuperación de toda la instrumentalización y preponderancia de los coros. Ejemplar y perfecto. Arreglos de sintetizador y armonía con la guitarra con detalles vocales improvisados como antesala a un nuevo solo de Schon que despide el tema con su habitual espectacularidad y feeling, un solo maravilloso. Tema majestuoso.
Resonate: Otro de los hits del disco. Ritmos modernos y guitarra sinuosa en un comienzo exuberante que nos lleva a las primeras estrofas con un Pineda de voz menos perryana. Toques progresivos. La intensidad sube, llegamos al puente y a un estribillo contenido en comparación con los más vistosos del grupo, un gran tema de sobriedad exultante. Rock melódico original y personal manteniendo las claves y estilo único y paradigmático del grupo. El apoyo de los coros en todos los estribillos del disco es de una suavidad y sutileza maravillosa. Los acompañamientos instrumentales a las estrofas son realmente atmosféricos y sugerentes. Pineda está soberbio durante el tema, especialmente en las estrofas más exigentes. Solo estupendo, nueva estrofa de distinta melodía con genial acompañamiento guitarrero de fondo, y tras contundentes riffs y toques de teclado el tema estalla en momentos épicos magistrales que finalizan en el estribillo, intenso, con añadidos de guitarra. Una genialidad de parte final. Impecables.
She’s a Mystery: Uno de los dos temas donde Arnel Pineda ha metido mano en la composición. Toques folklóricos con esas acústicas iniciales que me remiten a cierta música irlandesa, también de aires sureños, aunque con melodía a lo Journey por supuesto. Un tema suave, algo insulso, tranquilos coros y base en las acústicas mencionadas. Una atmósfera muy tradicional y desenfada la que transmite el tema, sencillos trabajos de guitarra y teclado, pero muy acertados. En los dos últimos minutos se produce un cambio radical en el tema que pasa a ser contundente, un hard melódico de guitarras y ritmos pesados, aunque tampoco especialmente reseñable salvo por el trabajo de Schon. Uno de los temas más flojos.
Human Feel: Ritmos algo tribales inician el tema, Castronovo está pletórico, como de costumbre, durante todo el disco, su variedad para los ritmos, su virtuosismo en la ejecución y variedad de recursos son inagotables. Teclados y guitarras potentes y drásticas marcan unos ritmos vivos y sugerentes. Rock junglero. Muy bien Pineda en su vertiente más rockera, estrofas de puro rock melódico fuerte y potente. El estribillo se lanza hacia la melodía sin disimulo con ritmos que añaden de forma sutil ese aspecto tribal. El largo estribillo se va desarrollando, un estribillo que tiene casi una segunda parte igual de brillante con la estrofa que precede al solo. Los detalles melódicos de guitarra como siempre acertados y un solo espectacular. Desde la mitad el tema se entrega a los aspectos más rítmicos, volviendo a destacar el aspecto tribal y unos toques maestros de guitarra. Una parte instrumental que dará fin a la canción con feeling y sabor de verdad. Grandes Schon y Castronovo.
Ritual: Inicio de puro rock melódico, vivo, vital, alegre, rítmico, buenos coros y detalles de teclado además de un ejemplar estribillo que sublima los mencionados aspectos. Un modélico rock melódico, que con la presencia ocasional de los teclados se puede acercar al AOR. Muy acertado Pineda. Parón y arranque con variación melódica anterior al solo, un solo enmarcado en un ritmo más lento, y muy melódico. Tras una breve intervención de Pineda y más presencia guitarrera retomamos el estribillo con ganas. Muy buen tema.
To Whom it May Concern: El otro tema con intervención de Pineda en la composición. Balada de melodiosas guitarras y teclados iniciales. Pineda en su vertiente más romántica y la que más le aleja de Perry. Estructura clásica de balada que va subiendo en intensidad hasta llegar a un memorable estribillo con arreglos maravillosos de sintetizador asemejando violines. Una maravilla de sensibilidad exquisita y elegancia suprema. Una vez más la línea melódica es llevada por la guitarra en la transición entre pasajes y los “aviolinados” teclados le dan dramatismo a las siguientes estrofas, decoradas con toques guitarreros además. Nuevamente el maravilloso estribillo hace acto de presencia, alargado y con variaciones constantes. Guitarra melódica una vez más y espectaculares gritos de Pineda mientras Schon nos dedica un magistral solo marca de la casa. La melodía de guitarra y teclados, base del tema, entra para finalizar esta intensa balada. Gran trabajo de Castronovo también. Un deleite.
Someone: Inicio puramente melódico de teclados ochenteros y guitarra virtuosa, AOR de primera línea donde al voz de Pinera es enmarcada por buenos coros. Las estrofas nos conducen a un buen puente y un mejor estribillo. Alegre y positivo es de esos temas que levantan el ánimo, transmiten felicidad y optimismo. Un gran tema pero que le falta ese punto genial, como en el disco en general, que tienen los temas más míticos del grupo, aunque no desmerece lo más mínimo. Solo de guitarra brillantísimo, as usual, y muy melódico además de estar acompañado por un buen teclado. Soberbios los coros, que llegan a cantar un estribillo casi entero cerca del final, compartiendo protagonismo con el excelente Pineda. La rúbrica, como tantas veces, la pone Schon con un bonito solo final.
Venus: Journey comenzó como una banda de jazz-rock, con base en los temas instrumentales, algo nada extraño viendo cómo se las gastan estos excelsos músicos, algo que se puede comprobar en cualquier disco, pero desde que Perry entrara en la formación se reinventaron y los temas instrumentales desaparecieron hasta llegar a este último “Venus”. Un tema que retoma la melodía de “To Whom It May Concern” y nos muestra el virtuosismo instrumental absoluto del grupo, en especial de los sublimes Schon y Castronovo, para deleite de los oídos más exigentes. Epílogo excepcional.
Un disco de deslumbrante calidad y cristalina producción, elementos estos habituales en Journey, especialmente desde la línea iniciada con el “Trial by Fire”, que aunque le falta esa chispa de las grandes obras, ese pequeño paso definitivo, entusiasma, en una banda que haga lo que haga difícilmente bajará del notable. Es un disco indiscutible de calidad exagerada que está entre los mejores de este año, digno de ser el “Escape” del siglo XXI, de hecho tiene muchos adeptos y defensores. Cosa lógica. Como siempre Journey imprescindibles. ¡Qué suerte poder disfrutar de tantos discos del grupo! Y los que quedan…
Por fin veo que alguien se rinde ante la voz de Steve Perry, coincido totalmente contigo, también me parece com diferencia el mejor cantante de rock melódico.
ResponderEliminarComo has dicho, me parece que ningún cantante puede acercarse a Perry así que lo que han hecho es buscar un toque nuevo, porque superar a Perry en su estilo es imposible.
Genial análisis como siempre Sambo!!
Hola NoneGL. Yeahhh totalmente, el mejor sin dudas. Ciertamente parece que han optado por dar un giro, manteniendo el recuerdo de Perry claro, pero como dices intentar igualarlo es inútil. Muchas gracias crack.
ResponderEliminar