Adaptación del clásico de H. G. Wells, entrañable y a pesar de la época y medios, muy bien ejecutado. Los efectos especiales y la “imaginería” tienen mucho encanto, con cuatro cosas te montaban una estupenda película de ciencia ficción. El ritmo es excelente y la magia que pretende transmitir se mantiene desde que empieza hasta que acaba la cinta. Podemos habla de ciertas incongruencias o licencias, pero son detalles nimios totalmente.
Se pueden plantear, como digo, múltiples “peros” a la cinta a nivel argumental, desde la naturaleza de los Eloi, la transmisión del lenguaje etc. etc. pero nada mancha o entorpece las ideas expuestas.
Un científico inventa una máquina capaz de viajar en el tiempo, tanto al pasado como al futuro. Sus amigos no lo creen cuando cuenta su experiencia con dicha máquina, que le permitió ser testigo de la 1ª y 2ª Guerra Mundial, así como de un holocausto nuclear en 1966. Huyendo de dicho holocausto, se ve obligado a llegar al año 802701, donde encontrará un lugar en apariencia paradisíaco pero que en realidad no lo es tanto.
El inicio sereno y absorbente, planteando todas las reglas de la película, es excelente y te sumerge sin remedio en la historia, apasionante de por sí. Es simpático ver la idea que tenían algunos cineastas del futuro, en este caso una película de 1960 crea una estética para 1966 un tanto psicodélica, sobre todo en el vestuario. Se ve con entrañable cariño.
Lucha de clases, iniciativa individual, progreso, naturaleza humana, antibelicismo… son algunos de los muchos temas que se mezclan en esta parábola, visionaria en muchos aspectos. A muchos de estos temas es evidente que no se les saca todo el partido o no se entra en profundidad en ellos, sometiendo esa profundidad al entretenimiento. El plan es efectivo ya que la película cumple magníficamente su objetivo sin dejar de plantear grandes reflexiones. Una talentosa simplificación. De alguna forma tampoco es del todo fiel a ciertos temas o conclusiones de la novela original.
Los Morlocks también resultan simpáticos en su supuesto aspecto terrorífico, la antítesis de los bellísimos y rubísimos Elois.
En 2002 se hizo un lamentable remake.
Un anhelo que siempre ha tenido el hombre plasmado con gusto, talento y sin apenas medios, con una ingenuidad que contagia, con esa narración clásica que atrapa y ensimisma. Una auténtica gozada con todas sus limitaciones, que remite directamente a la infancia.
Yvette Mimieux, es una rubia oxigenada que no demuestra mucho más allá de lucir palmito.
Rod Taylor está muy ajustado a su rol y buena dirección de Pal con detalles de puesta en escena como esa sala del protagonista repleta de relojes. Clásico de la ciencia ficción.
Ottia ... ésta es una de las películas que me encantan, mrsambo.
ResponderEliminarPara el nuevo remake (ya, ya sé que ya ha habido uno :)) podrían contratar a Pepe, Marcelo, Arbeloa y Lass como morloks ...
Jaja dan el pego, aunque se te olvidaron Alves, Messi, Mascherano, Abidal... Me alegro de que te guste, es un clásico estupendo.
ResponderEliminarOstras!!! Pues la ví hace ni se sabe, en un "Especial Vacaciones" o así...no m acordaba hasta q he ido leyendo y viendo fotos y video..
ResponderEliminarSí q recuerdo q odiaba a Yvette Mimieux. Tonta, pero de toda tontez. Y más cdo m quisieron convencer d q su nombre era el diminutivo del mío, cosa q pude demostrar, gracuas a los dioses. Yvette... Amos anda!!!
Gracias x tu trabajo sensei!!!
Beso,
R
Jajaja sí, puede ejemplificar bien eso de la rubia tonta. Es una peli genial de todas formas.
ResponderEliminar