Uno de esos discos que marcan un antes y un después, un punto de inflexión en muchas cosas. “The Number of the Beast” es el tercer disco de la banda y el que la subió al Olimpo del Rock, del Heavy Metal en concreto. Este disco desencadenó cambios esenciales tanto en la propia banda como en el mundo de la música en general, especialmente debido a la decisión de sustituir a Paul Di’Anno por Bruce Dickinson.
Los dos primeros discos de Maiden si bien apostaban por el Heavy, que era lo que Steve Harris quería, no pueden evitar tener cierta cercanía e influencia del Punk, el estilo en más en boga en aquellos momentos con los Sex Pistols, los Ramones etc. Había riffs elaborados, grandes solos de guitarra, pero el grupo contaba con un cantante de tendencias Punk, es por ese lado donde los Maiden suenan más gamberros y sucios. Si bien el grupo, una vez pasado el auge del Punk en primera instancia, obtuvo un aceptable éxito (con “Iron Maiden” y “Killers”), es con este disco con el que se encumbrarían definitivamente.
El Heavy Metal, como hijo directo del Hard Rock, coge toda su influencia, su esencia de blues y le añade otros elementos que lo hacen definitorio. La esencia blues queda cada vez más sumergida pero como en todo el Rock siempre estará ahí. Los variantes que plantea el Heavy son un ritmo más acelerado, menos contundente pero más rápido, unos riffs más elaborados, melódicos y una mayor melodía. También se hará muy típico la inclusión de elementos de música clásica, voces muy agudas y cierto barroquismo etc. Entre todos estos elementos el gusto por la épica se hará casi indispensable en los grupos de Heavy que van surgiendo. Para que un grupo se considere de Heavy no tiene por qué tenerlos todos, evidentemente.
El componente épico fue una de las grandes aportaciones que haría Dickinson a Maiden y por supuesto al Heavy, un componente que no tenía y que desde la aparición de Dickinson se ha hecho casi imprescindible en los grupos de Heavy más clásico. Steve Harris, fundador y principal compositor del grupo tenía una visión muy clara de lo que quería, de la música que quería hacer, un Heavy personal, agresivo y de calidad instrumental. Esto se aprecia en los dos primeros discos de Maiden pero la voz de Di’Anno es muy sucia, cercana al Punk y muy limitada para lograr sacar todo el partido a las composiciones de Harris. Esto y los problemas de aquel con todo tipo de sustancias hicieron que en la gira de su segundo disco se contratara a Bruce Dickinson y la historia del Heavy cambiase.
El Heavy Metal nunca sería lo mismo, ni Maiden tampoco. Con Dickinson cualquier cosa era posible, llegaba a todos los tonos y las canciones más épicas y complejas se hacían y ejecutaban a la perfección lo que permitía asumir riesgos máximos desde la composición.
El disco, como los anteriores, fue polémico, ya se sabe que cuando salían cosas referentes a demonios y temas por el estilo mucha gente se escandalizaba. También tuvieron problemas en su día por rollos políticos contra Magaret Thatcher. Se echa de menos esa época en la que se podía escandalizar con talento, ahora alguna gente se escandaliza pero los que provocan ese escándalo son vulgares en sus provocaciones. Una época que me temo no volverá, donde aún existía la ingenuidad e inocencia suficiente para escandalizarse por determinadas cosas y para provocar. Ahora de vuelta de todo no hay nada que sorprenda, nuestra mirada es cínica y nada sorprende ni llama la atención. Una sociedad anestesiada en el confort.
“The number of the beast” es para la mayoría de fans la obra cumbre de Iron Maiden y una de las mayores obras maestras del Heavy Metal. La capacidad y talento de Harris y las facultades de Dickinson elevaron a Maiden y al Heavy Metal a una dimensión hasta entonces desconocida.
8 temas y 40 minutos de puro Heavy metal clásico, con melodía, frescura, potencia y calidad épica, un vocalista descomunal y los dos clásicos hachas del Heavy, Dave Murray y Adrian Smith, una formación clásica en contra de la también clásica de guitarrista y teclista que usaban Deep Purple por ejemplo. A la batería Clive Burr y al bajo el alma mater del grupo, Steve Harris. El ABC del Heavy está aquí.
Invaders: Empezamos de forma contundente, con redobles de batería y un ritmo acelerado, típico del puro heavy, un riff que se repite y la voz de Dickinson que define el estilo por sí misma. El riff insistente y acelerado y la voz en el estribillo de Dickinson llegando y subiendo altísimo mostrando ese aire épico tan querido. Trepidante solo, diálogos guitarreros entre los dos hachas del grupo. Sonido y furia salvaje con la banda pegando fuerte y un cantante cantando con agresividad. El tema acaba igual que comienza, con los mismos redobles concluyendo una estructura de forma circular. Un primer tema que marca el tono e intenciones del grupo en el disco.
Children of the damned: De comienzo suave con unas guitarras casi sin amplificar pero unos platillos inquietos, comenzamos el segundo tema el disco. Dickinson dando una buena muestra de su variedad de registros en este tema más lento hasta que rompe con sonoros gritos sostenidos de tono alto y los ritmos se hacen pesados y contundentes, muy hardrockeros, un tema de gran atmósfera dramática que en el estribillo, con Dickinson forzando la voz, alcanza grandes cotas épicas. A mitad de canción se produce el cambio de ritmo, muy dramático, un ritmo que quiere estallar y se contiene casi a regañadientes hasta que el solo de guitarra se desboca, una vez más Adrian Smith y Dave Murray se exhiben con velocidad y típicos solos heavys, un tema tremendamente épico con una batería que no para de redoblar aumentando el dramatismo. Un tema excepcional, de gran riqueza compositiva, frescura e imaginación.
The prisoner: El inicio de este temazo inconmensurable es puro Hard Rock, riff pesado y contundente y ritmos de batería algo entrecortados, duros e igualmente pesados. Pero eso sólo es al comienzo, luego la maquinaria Maiden arranca y el Heavy resurge, casi como un homenaje a la música padre, el resurgir del Heavy desde el Hard. El estribillo realmente melódico hace de este tema uno de mis favoritos, maravilloso. Fiero y agresivo. Una excelente composición muy elaborada y con gusto, de estilo clásico donde las estrofas son seguidas de un gran puente y un estribillo magistral. Pasada la mitad del tema toca el turno de las guitarras, que en progresión se lucen en el solo acompañadas de la supersónica base de ritmos de la batería y el bajo de Burr y Harris. Muy buenos solos al estilo clásico del Heavy. El final con el estribillo repitiéndose sin parar nos deja sin aliento. Pura vitalidad.
22 Acacia avenue: Un riff poderoso y con ritmo introduce el cuarto tema del disco. Un inicio que ha inspirado una cantidad enorme de canciones. El riff a solas con la voz de Dickinson hasta que el tema estalla. Esta estructura se mantiene durante la primera parte del tema, repitiéndose, luego un cambio de ritmo nos introduce en lo que parece un tema nuevo. La canción se hace más melódica y con muchos toques épicos en los momentos más álgidos de Dickinson. Pasada la mitad del tema entran las guitarras trayendo algo de paz y atmósfera al tema, una parte instrumental más suave pero que acaba pronto con el resurgir de los contundentes ritmos de la batería de Burr. Final apoteósico con Dickinson disparado y las guitarras marcándose un nuevo solo ahora más contundente y rítmico. Un final de ritmo trepidante y potencia máxima.
The number of the beast: ¿Qué se puede decir de uno de los mayores clásicos del grupo? El tema que da nombre al disco es una obra maestra del Heavy, que lo define por sí solo. Esa introducción de ultratumba y su melódico inicio con ese grito en mitad de la primera estrofa que es espléndido marca la línea de un tema irrepetible. La cosa sube, la voz de Dickinson también y un grito espectacular da inicio al arranque del tema sin concesiones ya. Estribillo mítico que matiza su innegable melodía con la fuerza y fiereza de ejecución en la voz de Dickinson. Velocidad trepidante, riffs rápidos y batería machacante. Puro Heavy. Grandes solos, diálogo de guitarras como mandan los cánones de los Maiden y trabajo de Harris al bajo extraordinario. La parte final con algunos coros incluidos mientras el tema se deja llevar sin bajar el ritmo es una maravilla. La excelencia del Heavy Metal clásico.
Run to the hill: Otro de los temas eternos del grupo, imperecedero, imprescindible. Perfecto. Esa guitarra, apoyada por el bajo de Harris, da inicio a un tema que es Heavy y melodía a partes iguales. Tras las primeras estrofas con Dickinson el tema se endurece y el ritmo se va acelerando hasta llegar al magistral e inolvidable estribillo, melódico al máximo, casi un himno, tan solemne que en su composición y en la voz de Bruce Dickinson alcanza alturas épicas. Trabajo excelso en la batería junto al solo de guitarra y un bajo speedico, una parte instrumental que termina con otro grito del bueno de Bruce que no se deja nada dentro. El estribillo cantado una y otra vez dando ese carácter épico que tiene, da final a un tema mítico. Es fácil imaginarse a unas tropas volviendo victoriosas de la batalla mientras la cantan.
Gangland: Ritmos aceleradísimos, una batería rapidísima inicia “Gangland”. Siempre ritmos acelerados, como es típico en el Heavy, estrofas que recuerdan al estribillo de “The number of the beast” y un buen estribillo, riffs contundentes y acelerados también, Dickinson alargando las notas añadiendo melodía al tema y dando matices épicos al mismo. El estribillo agresivo y poderoso y Dickinson luciéndose. Nuevo diálogo de guitarras que pasa de una parte más melódica a la explosión de punteos, breve. El final se acelera aún más y las guitarras se añaden al estribillo. Potentísimo tema.
Hallowed be thy name: Concluimos con otro de los temas más míticos del grupo, que todo amante del Heavy conoce y habrá oído hasta gastarlo. Más de 7 minutos repletos de cambios de ritmo, atmósferas diversas, épica, virtuosismo instrumental y vocal y por supuesto, puro Heavy. Lento y casi misterioso inicio, algo siniestro. Casi sin querer el tema cambia de forma absolutamente natural, las guitarras entran con un grito bajo de Dickinson que lo prolonga al máximo y acaba elevando el tono para deleite nuestro. El tema se acelera, el ritmo aún así es pesado pero Dickinson canta altísimo, los riffs melódicos llevan la canción repitiéndose una y otra vez y con un gran trabajo de Burr a la batería enlazando estrofas y partes del tema. Partes casi sinfónicas se suceden entre las estrofas. Nuevo cambio de ritmo pasada la mitad de la canción como una pausa preparativa para el contundente final que se arranca sin compasión. Riffs rapidísimos, batería acelerada y solos de guitarra a todo tren. La parte final de esa fase instrumental se hace más melódica y Dickinson concluye el tema con su incomparable voz repitiendo el título de la canción. Un gran final de tema para un gran final de álbum.
Iron Maiden es la punta de lanza de lo que se dio a llamar New Wave Of British Heavy Metal (NWOBHM), un totum revolutum en el que se incluyeron grupos como Def Leppard, Saxon, Diamond Head, también Motorhead o Judas Priest. Estos últimos son junto a los Maiden uno de los grandes bastiones del Heavy más clásico, si bien es cierto que los Judas tiene un concepto musical más amplio que los Maiden, y han ido de un Hard Rock con tintes melódicos en sus inicios a tocar el Speed Metal o el Trash Metal. Motorhead en cambio no es un grupo de Heavy Metal, su cantante Lemmy ha manifestado más de una vez que son un grupo de Rock and Roll, algo que no se puede discutir. Su contundencia desde luego ha sido influencia para algunos de los estilos más contundentes como el Trash Metal.
Iron Maiden en cambio siempre se han mantenido muy fieles a su estilo, y cuando se habla de Heavy clásico siempre son los primeros que te vienen a la cabeza. Un rigor indiscutible el de una banda que, si bien no ha evolucionado en demasía, se ha mantenido fiel a sus propuestas. Un referente indiscutible de la música Rock y de la música popular en general. Se inicia aquí el reinado del Heavy con Maiden a la cabeza, esta obra es la corona de ese reinado. Un disco visceral y auténtico, luego evolucionarían depurando su sonido, pero aquí están en toda su esencia.
Dedicado a EDDIE79, un crack que además tiene un magnífico blog que seguro os gustará. PINCHAD en La Libreta de Mou
1, 2, 3, probando
ResponderEliminar¿Será tna difícil pubicar aquí como dicen?
Bah, leyendas urbanas.
Jajajaja, aquí está la prueba, el blog funciona a la perfección
ResponderEliminarAhora voy a comer y luego, de sobremesa, le echaré un vistazo al artículo.
ResponderEliminarPor cierto, que jrande es nuestro Eddie79. Si yo te contara...
Cuenta, cuenta, por lo metros 2 metros ¿no?
ResponderEliminarParad, parad, que me abrumáis joer...;-)
ResponderEliminarMuchas gracias por la dedicatoria, mrsambo.. prometo intentar devolverla, aunque todavía no sé cómo.. quizá haré un post en mi blog sobre "Evasión o Victoria"... jejejj
En cuanto al post, muy completo.... yo añadiría que aunque Nicko McBrain me cae genial, el batería de este disco Clive Burr está muy por encima del entrañable ex-boxeador.
Y también decir algo sobre la portada de Derek Riggs, 1ª donde el diseñador empieza a desplegar su destreza, y donde vemos a Eddie manejar a un diablo, que a su vez maneja a Eddie, con la ambigüedad que eso supone.
También decir que se nota la mano de Martin Birch en la producción, mismo productor que hiciera el "Machine Head" o el "Made in Japan" de Deep Purple.
Recomiendo el visionado del vídeo "Early Days" para abundar más en el tema.
Un saludo.
Un placer Eddie. Buen complemento al post. Muchas gracias.
ResponderEliminarComo disco entiendo que este es "la bandera" de Iron Maiden e incluso de un estilo de hacer Heavy Metal... pero el "Piece of Mind" me parece un disco mucho más redondo y con una música más evolucionada y pulida.
ResponderEliminarVamos, desde el "The Number.." hasta el "Fear of the Dark", son todos discos clásicos del género, quizá con un pequeñísimo bache en el "No prayer for the dying"
El tema Halloweed by thy Name incluso me permito decir que es el pistoletazo de salida de otro estilo musical como el Black Metal(Cradle of Filth), quizá junto con influencias de Black Sabbath y Zeppelin.
Ciertamente es la época grande del grupo, ni uno blog tiene, gracias a estos comentarios, un mejor análisis del grupo jajajajaja
ResponderEliminarDe nada.
ResponderEliminarMe encanta hablar sobre Maiden.
De hecho hice una vez de "experto" en un programa monográfico de radio local sobre la Doncella.
XD
Y a mí, de música, historia, cine, literatura jajaja. Un placer leerte estas pequeñas disecciones.
ResponderEliminarUno de los pocos discos de vinilo que aún conservo. Recuerdo que estuve ahorrando unas cuantas semanas para poder comprarlo (entonces aún no trabajaba) pero mereció la pena tanto la inversión como la espera. Un disco redondo de principio a fin.
ResponderEliminarAparte de los clásicos mencionados, como "The Number..", "Run to th..." y "Halloweed..." decir que me encantan The Prisoner, Children of the damned y 22th acacia avenue.
ResponderEliminarTemas que cuando era más joven no me impresionaron tanto como los más potentes del disco, pero que ahora degusto más si cabe que los más trillados.
Gangland sin embargo nunca me entró, no sé porqué.
Discazo.
El comienzo del Número de la Bestia, con Vincent Price recitando el Apocalipsis y luego la entrada de Dickinson es de lo mejor que se ha compuesto nunca.
ResponderEliminarPor mucho que más de uno reniegue de Dickinson, es evidente que su llegada cambió el grupo para bien y luego revolucionó por completo el panorama del hard/heavy metal.
Impresionante.
Por cierto, curiosidad de Dickinson, para el que no la haya escuchado:
http://youtu.be/ksZ1f-U1KiA
A todo esto: es evidente que el último disco de la banda no es el Número de la Bestia, pero a mi modesto parecer, siguen en forma.
Iraklidon, qué bien se oyen los vinilos por Dios!!!! Qué tiempos aquellos donde ahorrábamos para comprarnos un disco, que además no habíamos escuchado y sólo teníamos alguna referencia por revistas o el tío de la tienda, cómo nos fascinábamos, cómo se saboreaban, cómo nos bebíamos las carátulas el libreto… Eso se ha perdido en gran medida y eso que yo sigo siendo comprador de música. Un abrazo crack.
ResponderEliminarEddie79, para mí “The Prisoner”, es imprescindible. Como a ti, quizá Gargland sea el tema que menos me llega.
Wsmith, que grandes apuntes, no sabía que Vincent Price era el de la voz, o al menos no lo recordaba. Todas las bandas grandes, que llevan años siendo TOP en el género que sea, son indiscutibles, aunque muchos las critiquen llamándoles vendidas, que se repiten, que siempre hacen lo mismo etc. etc. Los fans de los grupos suelen ser los más exigentes con ellos, como con el fútbol, pero que no venga un “no fan” a meterse con ellos.
wsmith,
ResponderEliminares que Dickinson tela.
Es licenciado en Historia y luchador de esgrima, elegido para la selección británica en Barcelona 92, creo que no fue por que tenía gira con Maiden o algo así.
Y luego pilota aviones, escribe óperas... es un auténtico hombre del Renacimiento.
Un saludo.
Cierto Eddie, por eso le dediqué la última foto jajaja Además es el cantante heavy más influyente.
ResponderEliminarSiento la interrupción de este interesantísimo, pero fuera de mi alcance, hilo. Mi comentario es solo una reivindicación a este maravilloso blog, para que VUELVA LA MARAVILLOSA HISTORIA DEL SR. JOHNSON, que nos tiene ansiosos a una serie de seguidores del blog por saber como continua. Solo era eso, mis felicitaciones como siempre a Sambo por la agradable lectura que nos regala diariamente. Un beso
ResponderEliminarAna, debo aquí entonar el mea culpa, porque la siguiente parte del Señor Johnson debo escribirla yo, ando estudiando y no he tenido tiempo de concentrarme para crear una buena historia aún. Pero te prometo que lo leerás pronto.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te guste!! jajajajaja
Te dejo una pista: Rose Bradbury
Besitos! xxxx
MrSambo,mis felicitaciones mas sinceras por la marcha de tu blog,que perfeccionas día a día.
ResponderEliminarNo comento el hilo de hoy porque, además de estar pez en Iron Maiden,probablemente todo lo que estoy escribiendo se irá al limbo del ciberespacio.
Tu blog me tiene manía.
Un beso.Lunalia.
Oye,pues no.
ResponderEliminarL.
jajaja va mejor Lunalia, la cosa va mejor, pero hemos estrenado un chat que en teoría no creará problemas. Un besazo y gracias por segui leyéndome.
ResponderEliminarwsmith,
ResponderEliminarno me sonaba de nada lo de Vincent Price, y he estado buscando.
Algún sitio dice que sí, que la voz es la del actor pero otros(wiki y alguno más) dicen que Dickinson en una entrevista comentó que Price era demasiado caro y finalmente escogieron a un locutor de radio con una voz parecida:
http://en.wikipedia.org/wiki/The_Number_of_the_Beast_%28song%29
http://www.freewebs.com/breeg/cdiscos.htm
Un saludo.
En el libreto del disco desde luego no pone nada, aunque eso no implica que no sea verdad. De hecho ojalá lo sea jajaja
ResponderEliminarUn poco tarde pero he llegado tarde al blog.
ResponderEliminarDice un comentario que no le entra Gangland. Supongo que no será el único; hasta los Maiden reconocieron que se equivocaron en meter esta canción en vez de Total Eclipse, un temazo que sin duda hubiera completado mejor el disco.
A mi personalmente me parece más completo Powerslave: Aces high (temazo en directo), 2 minutes to midnight, Powerslave y por supuesto The rime of the ancient mariner (para mi incluso supera a Haloweed be thy name).
bolsonxx
Magnífico comentario, desconocía el dato además, lo que mejora la entrada. Gran comentario y además no te falta razón, es el tema más flojo del disco seguramente, así que sabían por donde iban. Desde luego no se puede negar lo iconográfico que es el álbum dentro del estilo. Una joya vamos.
EliminarUn saludo.