La adaptación del libro del grandísimo Roald Dahl es, sin duda, la mejor película hasta la fecha de Wes Anderson. El director americano tiene en su humor, extravagante, algo surrealista, con cierta sordina, absurdo y también entrañable, su principal rasgo personal. Un humor que no es para todos los gustos, ni valorado por todos los paladares y que o bien gusta mucho o deja totalmente indiferente. Nunca ha logrado la perfecta conjunción de todos los elementos en sus películas, muy irregulares, salvo la estupenda “La vida acuática” (2004). Con esta cinta de animación Anderson logra una película cohesionada donde todos los elementos, esta vez sí, funcionan y donde sus principales rasgos de autor cobran el vigor y la vitalidad que le faltaban en otras ocasiones.
Un zorro, llamado Fox, parece haber sentado la cabeza con la promesa que le hizo a su mujer de dejar de robar gallinas. Ahora tiene una vida tranquila y escribe artículos para un periódico, pero su naturaleza le impulsa a seguir con sus robos de gallinas y sidra, lo que los granjeros del lugar, 3 en concreto (Boggis, Bounce, Bean), no están dispuestos a permitir, con lo que emprenden una caza del zorro.
Con la complicada técnica del stop-motion (plastilina que hay que ir cambiando para cada plano), y sin escatimar en esfuerzos, los decorados son espectaculares, trabajadísimos y repletos de detalles que pueden pasar desapercibidos, dejándonos unos sorprendentes planos generales y travellings asombrosos en una técnica que necesita tanta elaboración, Wes Anderson da con el ritmo y profundidad adecuados sin perder su estilo personal, tanto en el fondo como en el tono, este último aspecto comentado anteriormente (sentido del humor). Todos los aspectos técnicos son excepcionales incluyendo la banda sonara donde podemos encontrar desde temas de los Beach Boys a homenajes al cine de Truffaut.
En “Fantástico Sr. Fox” podemos encontrar los temas habituales de Anderson, los problemas familiares, ya sean familias desestructuradas como en “La vida acuática” o que tienen problemas internos de los que intentan sobreponerse, en algunos casos separaciones “Los Tenenbaums” (2001), hermanos que se distanciaron “Viaje a Darjeeling” (2007), o en la que nos ocupa un hijo que se siente despreciado y poco atendido por su padre y una mujer que se siente decepcionada con su marido por las mentiras de éste. Todo tratado con un humor que diluye una carga de profundidad más dura de lo que parece y donde no se ablandan los diálogos y las recriminaciones.
En todas las películas de Anderson hay un viaje, un viaje espiritual ya sea físico o interno, con un objetivo mítico que simbolice la transformación y evolución de los personajes, un viaje con la idea de una mayor auto comprensión. En “La vida acuática” (2004), es ese viaje para hacer un documental que tiene como objetivo mítico el tiburón blanco, en “Viaje a Darjeelin” el viaje es espiritual de forma explícita hacia la reconciliación familiar con un objetivo que sería la madre y sus explicaciones. Un objetivo que es como una revelación, que implica auto descubrimiento, catarsis, evolución. En este caso el viaje lleva a entender y aceptar la propia naturaleza, el propio ser. El lobo es el símbolo de la revelación en la película que nos ocupa.
El viaje es, por tanto, una estructura querida de Anderson.
La película que dura poco más de una hora y 20 minutos con títulos de crédito incluidos, desarrolla con precisión todos los personajes, dibujando y dando personalidad en los casos más secundarios, como “los malos”, pero con gran profundidad en los casos principales, como la familia y amigos. Todo en base a diálogos brillantísimos y puesta en escena y planificación en estado de gracia. El engreído y chulito protagonista, con carisma indiscutible, ambición, la mujer fiel, inteligente y de personalidad firme, el hijo acomplejado, envidioso de su primo e intentando reafirmarse y definir su personalidad o el propio primo, que parece el prototipo del chico perfecto. Los amigos también están muy bien dibujados. El trabajo desde el guión es tan acertado como el de la dirección, de ahí que todo funcione y la película sea la más cohesionada y compensada de la filmografía de su autor, como comenté antes. Todos los elementos le dan vigor y energía, fuerza, algo que muchas veces no tenían las películas de Anderson, que caían en el ensimismamiento, falta de ritmo y cohesión. Falta de vitalidad recreándose en su peculiar sentido del humor, sin acertar con el tono. El retrato de los personajes además está rematado con “sellos personales”, con los que se bromea incluso, el tic de la oreja del hijo, los ojos vidriosos de la zarigüeya o el silbido-chasquido de Fox.
Siendo una película de animación y disfrutable por los niños, es evidente que está más dirigida a los adultos, que sin duda la apreciarán en su totalidad. Ese guiño al mundo adulto, donde cada vez que se dice una palabrota se la sustituye por la palabra “taco”, es estupendo.
La primera escena es una muestra de todas las virtudes el film, brillantes y divertidísimos diálogos, definición de caracteres de los protagonistas y asombrosa exhibición técnica en la ejecución del robo con ese travelling espléndido.
Retrato cotidiano y del inconformismo en la vida de familia de Fox, una familia acomodada, aparentemente tranquila, todos parecen felices, pero Fox tiene una pulsión interna, no puede dejar de lado su naturaleza instintiva. Sin duda es una película divertidísima, madura y adulta.
Todo lo que tiene que ver con el hijo es extraordinario, su retrato, sus diálogos, su evolución, como la del protagonista también, algunas de sus escenas son de las mejores de la película… El personaje de la zarigüeya es buenísimo.
Hay escenas memorables en esa mezcla de civilización y a la vez explosión instintiva animal, como en el despacho del abogado. Todo tan humano… Esa búsqueda del término medio, de no dejarse adormecer por las comodidades o el exceso de orden, civilización y lujo, ni tampoco dejarse llevar por el instinto irracional que nos lleve a olvidar u obviar lo verdaderamente importante, está desarrollado con una sencillez y gracia conseguidísimas.
Los momentos entre el hijo, el primo y el desbordante entusiasmo que el segundo produce en Fox, son de un humor de primer nivel, con toques surrealistas, entrañables, irónicos, de ritmo endiablado. Muy brillante. Un humor que funciona tanto en los gags físicos como en los diálogos.
Haré una mención especial para la escena de la primera noche del primo en la casa de Fox, que finaliza con los dos chavales mirando un tren eléctrico. Preciosa. La sutileza parece algo con lo que Anderson siempre coquetea aunque no siempre logra, aquí funciona muy bien.
Temas y sentimientos básicos, inconformismo, celos, envidia, reconocimiento y frustración de las propias limitaciones… pero que son tratados de forma original y brillante humor.
Fox irá realizando su plan que no saldrá del todo bien lo que llevará a la gente que quiere a una situación difícil, de las comodidades y vida ordenada pasarán a una vida básica, animal, donde el instinto deberá volver a predominar. No tendrán nada, deberán recurrir a ellos mismos para subsistir, para recuperar lo que habían logrado pero con una madurez superior, un conocimiento más claro de sí mismos, un viaje hacia sí mismos con el objetivo de rescatar al sobrino de Fox, algo, como ya comenté, muy preciado a Anderson.
El final es un derroche, un “tour de force”, alucinante técnicamente.
“Fantástico Sr. Fox” trasciende la simpleza de tratarse de una película infantil y resulta una obra compleja y profunda sin que se le puedan poner muchos reproches. Alcanza cotas altas sin mostrarse pretenciosa en ningún momento.
Aparte de los homenajes musicales a Truffaut podemos mencionar también alguno a Leone por ejemplo, en ese final con silbidos que recuerdan a las bandas sonoras de Morricone y con el ambiente de un western.
Poco que reprocharle, por tanto, a la cinta que si bien no hará las delicias de todos los niños, quedándose a medio camino entre el mundo adulto y el infantil, sí es posible que satisfaga a muchos adultos. Una mezcla muy acertada en todo aunque no sea perfecta.
Las voces de los animales son de George Clooney, que hace de Fox un personaje a su medida, Meryl Streep, Owen Wilson, Bill Murray… entre otros. Corren ciertos rumores de que Anderson no le dedicó excesivo tiempo a la dirección de la cinta, que sería más mérito de los animadores. Lo que no puede negarse son los rasgos temáticos del director, así como el sentido del humor que rezuma la película.
Una cinta que con un poco más de decisión y quizá transgresión sería redonda, casi lo es.
No, no y no. No concuerdo en absoluto, lo siento amigo.
ResponderEliminarSoy un admirador, estoy profundisimamente enamorado de la maravillosa prosa poética del enorme, gigante, genial Roald Dahl, es el mejor escritura de literatura infantil de todos los tiempos (con permiso de Andersen, of course).
El libro del Superzorro (verdadero título) se lo leí cientos, cientos y cientos de veces a mis niños de chicos, están fascinados por la historia y el personaje, y aunque la peli representa al libro con dignidad, ni de lejos llega al espíritu de esas maravillosas 100 paginillas rellenas de letra gorda.
Esos celos entre primos, inventados para la peli, son una auténtica infamia, sin cabeza ni sentido alguno en el deveni de la historia, lo ha metido el guionista porque le picaba el níspero al parecer, quicir.
Han metido un montón de relleno sin sentido y se han salido del espíritu de la obra en varias ocasiones, con divagaciones con poco sentido.
Y tanto mis herederos, mi linda mujercita y un servidor nos quedamos con cara de haba después de ver la peli ¿Éste es el libro? Nos preguntábamos. Pues a veces no se le parece en nada.
En fin, no está mal, pero aunque pueda parecer asquerosa y repugnantemente pedante, el libro (LIBRITO), es infinitamente mejor, más breve, contundente y sin perder su mensaje en ningún momento.
Por lo demás, esta mañana hacía un frío del carajo. Menos mal que ángel, el churrero del Barsa (algo de malo tiene que tener el jodío), me ha preparado a media mañana unos churros con chocolate (hecho con pastillas derretidas), que está de muerte.
El Dr. Segura le mandó la receda para darle más consistencia al chocolate, pero mi churrero de cabecera declinó la invitación, menos mal.
No le falta razón en que el libro es mejor y que haya mucha trama distinta. Pero mi valoración ha sido de la peli abstrayéndome del libro en lo posible, esos elementos que ha incluido son precisamente los más personales de su director, que lógicamente pueden pervertir al purista lector del "Superzorro", pero como película adulta creo que funciona muy bien y me resultó tremendamente divertida, vamos que pude disfrutar tanto de libro como de peli, con sus convergencias y divergencias.
ResponderEliminarRoald Dahl es un maestro en todo lo que le he leído, para nenes y adultos la verdad.
¿El doctor Segura tiene remedios para este frío?
Mi libro favorito de peque era EL SUPERZORRO! lo habré leido miles de veces, aún está en la estantería...y me acuerdo de la cancioncita que era algo así como: Benito, Buñuelo y Bufón ♪♪ flaquito, pequeño y tripón ♪♪
ResponderEliminarPues visto lo visto (o más bien leido lo leido) tendré que ver la adaptación!
Gran artículo, para no perder la costumbre!
Muchas gracias Norita, a ver qué te parece. Además cantas muy bien.
ResponderEliminar