Podríamos definir esta película como un thriller metafísico o cine negro metafísico, aunque es más thriller que cine negro. Para ser sinceros es una especie de mezcla entre melodrama (la primera parte) y thriller (la segunda).
Un grupo de gángsters que huyen de la policía llegan a un bar de carretera llamado la Mesa negra, donde tomarán como rehenes a los allí presentes.
En la primera parte, donde conocemos a la mayoría de los personajes, como el escritor vagabundo interpretado por Leslie Howard o la hija del dueño del bar interpretada por Bette Davis, se plantean algunas de las premisas del film. Personajes como el escritor, que es un canto a la libertad de alguien que no se siente de ningún sitio y cree que está fuera de lugar, que ve en esa chica que lee a François Villon lo que no debería haber perdido. La soñadora Gabriela (Bette Davis) y su idealizada Francia de la que tiene ciertos aspectos tópicos, como la liberalidad con la que flirtea. El abuelo, personaje que representa a los pioneros y que engloba muchas de las cualidades típicas americanas, como la libertad y la individualidad, pero que las defiende desde un prisma anticuado, aunque en coherencia con eso que representa sentirá gran simpatía por Mantee, el personaje que interpreta Bogart, un gángster que también representa la libertad, encarcelado gran parte de su vida, que culpa al mundo por ello, y que entronca con aquel salvaje oeste rememorado por el abuelo. El rudo compañero de Gabriela, musculoso y simple aunque honesto, aficionado al fútbol americano, es el contrapunto a lo que Gabriela ve en Alan. Personajes que representan distintos aspectos de una América en crisis, que en ningún caso son arquetipos pero que si pueden tener cierto carácter metafórico. El último personaje que se muestra en este inicio es el padre de Gabriela, adalid de la ley y defensor de los valores actualizados de América.
Tanto los gángsters como los bandidos del antiguo oeste son productos paridos por la propia América que en un momento u otro se quedaron fuera de lugar, algo con lo que se identifica el escritor, como intelectual. El retrato de los personajes es profundo y no maniqueo, así Bogart si bien es cierto que es un asesino defenderá y protegerá al abuelo tratándole con sumo respeto. El personaje del escritor es realmente cargante en muchas ocasiones y cuesta entender como no le mandan callar más de una vez.
Para terminar con la terna de personajes encontramos al matrimonio rico y su chófer, así como a los compañeros de Mantee. La mujer del mencionado matrimonio, es una desencantada de la vida, que vendió su romanticismo por falta de valentía y que de alguna forma se recuerda a sí misma con la historia de Gabriela y el escritor. Su marido está menos desarrollado y es mucho más plano, usado casi exclusivamente como representante del capitalismo insensible… Luego está la cuota afroamericana, con un chófer negro sumiso, y un gángster, que es su opuesto y contraste, que reivindica la liberación de los suyos, que resulta un tanto simplista.
La resolución con la ley cumpliendo su cometido, deja un poso nostálgico, la felicidad del padre de Gabriela ante la captura de los gángsters no se transmite al espectador que fue testigo de las confesiones y profundidades de todos los personajes, cosa que el padre de la chica no presenció. Así el abuelo que tiene dinero, pero el cual no será repartido hasta que muera, será recriminado por el escritor por su individualidad egoísta, que a su vez será consecuente ofreciendo su vida para cobrar su seguro de vida, que será entregado para que Gabriela pueda cumplir su deseo de ir a Francia. Reconoce estar enamorado de la chica y nada le impedía estar con ella, pero prefiere morir para que ella pueda cumplir un sueño que de otra forma seguramente no podría.
El adecuado paisaje desértico de Arizona es símbolo de ese escritor que lúcidamente se ve reflejado en él, y que en su sacrificio siente la esperanza de hacer algo importante en la vida, plantar esa semilla que mencionan los versos de Villon.
Ambientada en el periodo entre guerras, inmerso en la gran depresión, la inocencia e ingenuidad que siempre conservará Estados Unidos se vio tocada, pero renació gracias a sus principios de siempre.
La dirección es correcta, convencional y académica, visualmente la película no es nada del otro mundo ya que el principal aliciente es el texto, una adaptación de la obra de Robert Sherwood, dando como resultado un look muy teatral, aunque la parte final hubiera necesitado quizá, un poco más de potencia visual ya que la situación se daba a ello con ese secuestro que debía resultar más claustrofóbico de lo que resulta.
Algo pedante en ocasiones, especialmente el protagonista, Leslie Howard, que por otra parte fue el que recomendó a Bogart para el papel, algo por lo que Bogart le estaría eternamente agradecido hasta el punto de poner su nombre a una hija suya. Los diálogos resultan algo cargantes si bien en general son destacables.
Las interpretaciones son buenas destacando a Bogart, de una potencia increíble que ya daba muestras de lo que iba a ser en un futuro, ya que este es su primer papel importante en el cine, y a Bette Davis. Eficaz en sus propuestas sobre seres desubicados, desarraigados e incluso, en el caso de algunos, descreídos, es una obra de profundo humanismo. Personajes, en algunos casos, sin esperanzas aparentes pero que encuentran salida en el amor y el sacrificio.
En la conclusión tenemos el legado de los pioneros y de los grandes principios, defendidos en el personaje de Bette Davis, un halo de esperanza. Una gran obra.
Amigo, impresionante Bogart, un hombre de una pieza. A ver quien tiene cojones a "remakear" cualquiera de sus interpretaciones.
ResponderEliminarY de Bette Davis qué contar. Fantástica. Eso sí, el Leslie siempre me pareció un moñas. No sé que les daba para que le saliese en tantos peliculones, pero era un tío flojito, un blandiblub entre tanto actorazo.
La segunda foto que has puesto, la del gran Humphrey flanqueado entre dos tipos armados, es apabullante. Su sola expresión lo dice todo. Buena elección.
Deberías poner una selección de frases memorables de H.B., estaría fenomenal.
Un saludete.
Sí es verdad, Leslie como actor no tenía la fuerza de los otros, ni su calidad, supongo que esa blandura es adecuada para el papel de sensible escritor.
ResponderEliminarUna buena idea, se pueden hacer muchos especiales de cosas así, las categóricas frases de Bogart serían una buena opción.
Me encanta como queda el nuevo sistema de puntuación :D
ResponderEliminarAsu... se ve buenisima la película. Bogart y Davis son dos clásicos. Ya los he visto en 2 películas juntos, si veo esta serían 3. son genios.
ResponderEliminarDos grandes sin duda David.
ResponderEliminarMuy buena película, Bogart nunca ha sido de mis favoritos pero reconozco que en su filmografía tiene unas cuantas obras maestras, Davis en cambio siempre me ha encantado, transmitía mucho, al menos a mi
ResponderEliminarTe has dado una buena paliza a leer y participar jajaja así me gusta.
ResponderEliminarTas que te sales
ResponderEliminar?Si te falta alguna de Bogart (aunque lo dudo) no tienes más que pedirmela
Saludos-Pedro
Te han gustado ehhhh jejeje. Te las pediré no lo dudes.
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