jueves, 14 de septiembre de 2017

Crítica LA MOMIA (THE MUMMY) (2017)

ALEX KURTZMAN










Es muy raro que Tom Cruise falle con un mainstream, ya sea por conseguir un éxito comercial o artístico, pero con este proyecto, película inicial del “Universo Oscuro” de Universal, donde se darán cita los más conocidos monstruos de la legendaria productora y otros muchos, se ha pegado un buen batacazo porque es de lo peor que ha realizado. Quizá la supere “Noche y día” (James Mangold, 2010), aunque tenía un buen comienzo. No sé.

No es que no tenga sus cositas de interés o atractivo, pero en general es un desastre inconsistente que tiene su mayor defecto en que deja patente durante todo el metraje que no sabe dónde quiere ir, mezclando géneros sin sentido alguno, resultando anticlimática e incoherente.

Tras las nuevas versiones dirigidas por Stephen Sommers (las dos primeras de la trilogía, las mejores, sobre todo la primera; la tercera la dirigió Rob Cohen), en las que se le daba un nuevo enfoqué al mito mezclando aventura y humor con acierto, haciendo una especie de Indiana Jones venido a menos, pero más que satisfactorio, este reboot sorprendía un poco, pero adquiría cierto sentido al ser punta de lanza de un proyecto global, el “Dark Universe”, el Universo Oscuro que la Universal quiere hacer con los grandes monstruos, como hemos venido anunciando en las noticias en el blog. "La Momia" sería la primera de una serie de películas que, al estilo Marvel, contaría con los grandes clásicos monstruosos de Universal, como el doctor Jeckyll, el Hombre Invisible, Frankenstein y su novia, el Hombre Lobo, Drácula, el Jorobado de Notre Dame, el Fantasma de la ópera, la Mujer y el Monstruo… que han ido conformándose y que se entremezclarían creando ese universo y mitología.





Lo que cabía esperar era un giro a lo ya visto en esta nueva versión de "La Momia", pero nos hemos encontrado con un desastre deshilvanado donde se ha querido abarcar todo para que nada funcione. Porque sí, también pretende ser cinta de aventuras y acción con héroe carismático, para convertirse de repente en relato de terror, película de acción pura, dramón, comedia… y con introducción mítica que nos lleva al pasado… Es decir, parece querer integrar el éxito de las de Sommers con aquello de las clásicas y el resultado es monstruoso, nunca mejor dicho, palideciendo ante todas ellas.


Son bastantes los homenajes a las cintas de Sommers, desde la misma historia, que es casi calcada, a recursos visuales, como esas tormentas de arenas con rostro…



Una historia que por mezclar mezcla de todo, llevándonos desde el Antiguo Egipto y la historia de nuestra atractiva momia, que termina con su sepultura, a la Inglaterra de 1127 con un entierro templario, llegando a la actualidad para descubrir ambas fosas. Muchas tumbas de caballeros cruzados que invadieron Egipto donde se encuentra una reliquia, y la prisión en la que encerraron a la Momia





Como en aquellas películas de Sommers de finales de los 90 y principios de 2000, tendremos un flashback para contarnos la desdichada historia de la malvada y despechada princesa Ahmanet (Sofia Boutella), con la voz over de Russell Crowe, que interpreta al doctor Henry Jeckyll, el cual nos es presentado con una silueta. Única heredera al trono de Egipto que se ve relegada cuando el faraón tiene un hijo varón, momento en el que se vuelve loca, pactará con Seth y, convertida en un monstruo, matará a todo el que se le pone por delante, incluidos el faraón y su heredero bebé…





Claro, el castigo estará en consonancia con el pecado, sobre todo cuando quería encarnar a Seth en un amante… Momificada viva y llevada lejos de Egipto. El planteamiento es claro ya… Toca despertar al mal.






Después del intrigante inicio, presentando una historia de horror, pasaremos a la pura acción con la presentación de Tom Cruise, que interpreta a Nick Morton, en una misión en Mesopotamia, cuna de la civilización, ahora Irak.



El personaje de Cruise funciona bien, al carisma intrínseco del actor se añade cierto sentido del humor y una moral más que laxa. Un militar que pretende robar reliquias para conseguir un buen dinero traficando con ellas en el mercado negro. Esa búsqueda de tesoros nos llevará a la oculta tumba de Ahmanet.



Es un hombre con pocos escrúpulos, interesando, egoísta, ambicioso, lo que no es malo, cobarde en cierta medida, mentiroso, manipulador… un regalito. Además hace caso omiso a las advertencias cuando ve dinero próximo, por lo que un “conocimiento prohibido” para él será un tesoro. Incluso cuando creamos que algunos gestos de Morton lo redimen, como el paracaídas que cede a Jenny para que se salve, quedarán desmentidos posteriormente.

Suele errar en sus valoraciones, como en su negativa a un ataque aéreo, que será lo que le salve a él y a su compañero de morir.




Cruise cumple como de costumbre, dominador absoluto de este tipo de papeles, a los que integra determinados matices según convenga, como son los mencionados anteriormente. El actor está matizando en los últimos tiempos sus héroes en algunos mainstream, haciéndolos más despreciables, con una moral más cuestionable, poco caballeroso incluso, cobardones, incompetentes, aunque acaben superándose. Con todo, no es ni de lejos su mejor papel, algo excesivo y supongo desorientado con tanto cambio de tono. Algunos primeros planos suyos están francamente mal rodados porque se plantean en situaciones absurdas. El sentido del humor, también algo recurrente en Cruise, aquí es más marcado. Son simpáticos los diálogos sexuales con la chica, Jenny Halsey (Annabelle Wallis), y que es Morton va bastante salido.




También le veremos practicar escalada y realizar él mismo las escenas de acción, algo que Cruise disfruta como un enano. En el debe del personaje hay que añadir además que es algo maleducado, ya que se pasa buena parte de la película viendo visiones mientras otros le hablan, especialmente la chica contando sus hipótesis, lo que es una falta de educación.

Como inicio de este universo, se plantean ciertos aspectos de la mitología del mismo, como Prodigium, la particular “agencia” dirigida por el doctor Henry Jeckyll (Russell Crowe), que es como el Nick Fury de este universo. Allí veremos ciertas referencias en la colección que ve Morton a “La cosa del pantano” o “Drácula”…





Pasamos al cine de acción puro y aventura, con un tiroteo que tiene buenos planos, mientras los protagonistas se congratulan por ser los más afortunados del mundo, algo lógico, ya que no hay manera de que les dé ninguna bala (claro que a Cruise no le salpican ni los cristales, como veremos hacia el final de la cinta, como para que le den las balas)… Encima serán salvados con un monumental Deus ex machina en forma de ataque aéreo cuando estaban concienciándose para morir, que además descubrirá la tumba de la momia enterrada.




Luego pasamos a la comedia de enredo, con la descripción de los personajes y diálogos varios, sin que el espectador comprenda bien el tono que pretende la película con tanto salto. Hay más momentos de comedia, incluso surrealista, como esa conversación entre Morton y Vail, el medio zombie, en el baño. Un humor que a menudo resulta anticlimático, destrozando los elementos de suspense o terror.




No es que no funcionen esos elementos de humor, hay momentos simpáticos, sino que están mal integrados y nunca sabes dónde quieren ir. Su apuesta por la aventura y el humor no es decidida, como sí ocurría con las de Sommers, que además era más épica y aventurera.



De ahí a escenas de suspense, con chistecitos y momentos oníricos de conexión extrasensorial entre la momia y Cruise, como el descenso a la tumba de la momia, con linternas y claroscuros. Escarabajos, arañas, cuervos y ausencia de señales rituales para ir al otro mundo pretenden crear inquietud… Una tumba para retener a la víctima, no para protegerla y llevarla al otro mundo. Es un castigo duro, pero también una esperanza.





Esto no es una tumba. Es una prisión”.

Los elementos fantásticos y mitológicos con esa conexión entre Cruise y la momia, que lo considera su elegido para contener a Seth, funcionan de aquella manera, sin que le encontremos sentido alguno ni un desarrollo mínimamente interesante. Una excéntrica intimidad psíquica. Sí, porque resulta que Morton está maldito, de repente, no sabemos por qué, quizá por mirar intensamente el sarcófago, quizá por ser malote…



La escena en el avión es una inconexa mezcolanza de humor con truculencias de terror y suspense, terminando con pura acción adrenalítica… Buenos planos deja el accidente de avión con la muerte de Morton.





De esas escenas de aventura, comedia, suspense y acción pasamos a una set piece de puro terror para la aparición o definitiva resurrección de la momia, matando y captando a dos policías. De hecho, la dieta de la momia para ponerse en forma será a base de policías. Una buena imaginería, que de haber ido por ahí la película podía haber funcionado aceptablemente, pero que en medio de ese batiburrillo estilístico casi ni pega… Lamentablemente funciona fatal como mecanismo de terror, con elementos fantásticos gratuitos que acaban en elipsis arbitrarias o los típicos tópicos del género, que ante la impotencia por lograr acongojar, son el único recurso que parecen tener Kurtzman, el director, y Koepp junto a McQuarrie desde el guión, para logra algún impacto. Apariciones en segundo plano que no asustan ni impactan y los típicos sustos repentinos apoyados con la banda sonora… Una absoluta falta de atmósfera.






Las escenas de acción dejan buenos planos, a los citados podemos añadir los que tenemos en el accidente con la furgoneta, donde se filtran momentos humorísticos, como en esa conclusión con el golpe que se lleva Morton de la Momia jaleado por Jenny. Es milagroso que no les pase nada tras el accidente, pero si Morton resistió a uno de avión… También está bien la escena del autobús en la tormenta que desencadena Ahmanet en la ciudad, aunque resulte surrealista.



Lo mejor de la cinta es su resolución (no, no me refiero a que por fin se termine), que contiene ciertas ideas interesantes. Un clímax con un montón de momias o zombies, como es de suponer, y una malvada Ahmanet omnipresente que está en todas partes, pero además tendremos brillantes escenas, como la acuática con planos muy sostenidos y buen suspense y un contundente duelo final entre Morton y la Momia.





Morton se lleva una buena paliza con los contundentes golpes de la Momia, que además es un tanto sádica y cruel, pero recibirá una cumplida venganza en forma de beso. Morton apaleado y la Momia muriendo por un beso, en algo así como roles típicos cambiados, lo que es divertido en estos tiempos de cogérsela con papel de fumar. También la zurra un poco. Ya hablaré de los besos en las películas de Cruise. Alcanza Morton una redención romántica, con el problema de que ese romanticismo apenas se aprecia durante la narración.



Morton, una vez reviva a su amada, queda sepultado entre las sombras, convertido en la bestia de su bella, o en el “Fantasma de la ópera”, planteando futuras continuaciones… Un final acertado para una película sosa y deslavazada.





Las tonterías.

Las incoherencias y cosas raras sin explicación son innumerables. En el mismo descenso a la tumba tenemos varias. Resulta que deben hacer un descenso contrarreloj, así que los protagonistas bajan como pueden, con mucho esfuerzo, y descubren la tumba de la momia. Bien, en la escena posterior, cuando deciden llevársela, tenemos allí abajo todo un equipo de luces y sistema de poleas (un helicóptero con un pedazo de cuerda, no me pregunten cómo lo hacen…) para subir el sarcófago encontrado… ¿Cómo bajaron y prepararon todo y en ese poco tiempo? Buena pregunta, será el poder de la momia…


Si hacen una prisión para la Momia, ¿por qué se tomaron tantas molestias en facilitar su salida y su acceso a la misma con poleas y demás historias si lo que pretenden es, precisamente, lo contrario, que no salga nunca? Un pequeño disparo pone en funcionamiento todo un mecanismo que saca el sarcófago a la luz…



Chris Vail (Jake Johnson), el compañero de Cruise en la aventura, no tiene buena pinta, esto se nota mucho cuando va en el avión tras ser mordido por un escarabajo o una araña. El hombre tiene cosas raras en la piel y una cara de mal cuerpo, como el que tiene el estómago revuelto o nauseas, que ni puede ni quiere disimular, pero a nadie parece importarle. Él tampoco se queja mucho, ni siquiera cuando se le quedan los ojos en blanco…





Ni siquiera el jefe de la misión parece verle raro cuando le mira con un ojo en blanco, cara de zombie sudado y manchas por todo el cuerpo, por lo que deducimos que es hombre de mundo y que ha visto muchas cosas... En cualquier caso me parecieron justas las repentinas cuchilladas que recibió…


El bueno de Morton se da un ligero golpe cuando su avión se estrella desde varios kilómetros de altura. Este golpecito le provoca la muerte, como es de suponer, pero por alguna extraña razón que nadie comprende, sigue vivo, lo que es extraño, pero lo más insólito y sorprendente es que tiene el cuerpo sin magulladura alguna, un cuerpo que casi vemos al completo… Al menos tendrán el detalle de mencionar que, efectivamente, Morton no tiene ningún rasguño, para sorpresa de todos.




Algunas escenas oníricas son francamente absurdas, como esa en el callejón donde Morton es atacado por las ratas, en un nuevo cambio de tono de la comedia al terror, haciéndonos nocturnos. ¿Por qué Morton no entra por donde salió ante el ataque? ¿A qué viene esa escena?



Son elementos fantásticos sin sentido y sacados de la manga, sin ninguna explicación. No funcionan porque la falta de atmósfera y los continuos cambios de tono las hacen insustanciales, islotes sin cohesión alguna en una narración tremendamente errática y dispersa.

Llega a entenderse que no se mate a Morton por ser el elegido, pero no que no acabe con la chica, Jenny, y más con la manía que la Momia le tiene. Una Momia con una fuerza y unas capacidades físicas increíbles, pero que cuando tiene que matar a la chica se convierte en ese delantero centro que desespera a los aficionados porque nunca llega…



O esas momias incongruentes e ilógicas, que andan raro, que apenas logran sostenerse en pie, pero tienen una repentina velocidad y fuerza que luego se desvanece cuando Tom se enfrenta a ellas… a veces.

¿Qué decir del Jeckyll que interpreta Crowe? Pues para empezar que debería tener mejor medidas y controladas las horas a las que le toca la medicación, porque desde que le conocemos todas las veces se la pone de milagro… De hecho, finalmente no logrará ponérsela a tiempo por culpa de Morton, en una escena forzadísima que sólo tiene sentido para dejar escapar a Ahmanet gracias a una cucaracha y que conozcamos a Hyde, con una doble pelea (un esbirro con Jenny y Hyde con Morton) sacada de la manga… De la Momia sólo podemos pensar que bien se podría haber soltado antes, visto lo visto.





Sofia Boutella interpreta con acierto a Ahmanet, la Momia, una actriz que vamos viendo en más cintas de éxito, como la reciente “Atómica” (David Leitch, 2017), junto a Charlieze Theron, con tórridas escenas. Aquí es sensual, lasciva y aterradora.



Además su personaje no puede caer mal. Es cierto que es mala, pero tiene una desastrosa fortuna y una vida frustrante. Cada vez que va a matar, poseer o besar en un momento determinante que cambiará su existencia, alguien le clava algo (no sean mal pensados) y lo impide…

Dylan Kussman, conocido por su papel en “El club de los poetas muertos” (Peter Weir, 1989), tiene un breve papel, además de ser uno de los guionistas.


La Momia” se ha pegado un batacazo crítico y de público, algo extraño tratándose de una cinta de Tom Cruise, pero en este caso es con todo merecimiento. Inconexa, arbitraria, deslavaza, sin alicientes ni estilo y demasiado encerrada a pesar de los cambios de decorado, pretendiendo ser muchas cosas sin terminar de ser ninguna. Esperemos que la cosa mejore, pero han pinchado en hueso.






Dedicada a El Duke

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