jueves, 22 de octubre de 2015

Crítica: LA ENTREGA (2014) -Última Parte-

MICHAEL R. ROSKAM









Relaciones. Un perro y una chica.

La soledad de Bob quedará matizada por la presencia de un perrito y una chica. Chica y perro siempre estarán vinculados, siempre juntos en sus encuentros con Bob.

-Así será su descubrimiento, en la basura de Nadia (Noomi Rapace), la chica. Un perro herido y abandonado en la basura que necesita de atención y un hogar. Este descubrimiento que hace Bob en la basura de Nadia provoca el comienzo de la relación entre ambos. Planos espía crearán tensión, un vigilante que es otro cebo que tendrá explicación. Bob y Nadia se citarán para el siguiente sábado y así decidir qué hacer con el perro, que se mantendrá, por el momento, en casa de la chica. En la siguiente aparición del espía se nos permitirá verle el rostro.




-Bob debe decidir si seguir en su burbuja de soledad, blindado, o abrirse a esa relación. Sus dudas las consultará con su "primo" Marv (James Galdolfini). Es una decisión determinante, ya que implicará finalmente dejar atrás otras relaciones poco aconsejables… Curiosamente, Marv preguntará por la chica, haciendo evidente que tanto ella como el perro son inseparables en su relación con Bob. Marv relativizará la responsabilidad que supone tener un perro.

-El siguiente encuentro entre Bob y Nadia será para recoger al perro de la casa de la chica, una vez ha decidido quedárselo. Así irán a comprar y se documentará con las instrucciones básicas para el cuidado del perro, desarrollándose la relación con la chica.


Encontramos paralelismos entre los habituales valores adjudicados a los perros en Bob. Fidelidad, protección, abnegación, entrega…

-En año nuevo la parejita se volverá a reunir, con el perro, por supuesto. Ella es deportista, en uno de sus paseos se encontrará con Bob y su perro Rocco en un parque. Aquí pactarán que la chica cuide del perro en las horas de trabajo de Bob al haber perdido un turno en su empleo. Siempre el vínculo con los tres juntos.

Son muy buenas y bonitas las miradas tímidas, esquivas, secretas y cálidas, que Bob le lanza a Nadia cuando está distraída.



-En otro encuentro, en un parque, asistiremos a la aparición en segundo plano del dueño del perro, precisamente. Una inquietante presencia que viene a perturbar la relación de Bob, Nadia y Rocco.



-El nuevo encuentro de la pareja será en un café, protegiéndose de la lluvia, como vaticinó el intrigante Eric, ex novio de Nadia y dueño del perro Rocco. Allí el vínculo de la pareja se afianzará, con el perro presente, por supuesto, ya que se harán confidencias, a pesar de que Bob sigue mostrándose discreto con la chica. Ella contará la procedencia de las cicatrices.



-La siguiente escena de la pareja será más tensa, ya que Bob ha descubierto cosas que Nadia no ha comentado o sobre las que ha mentido, por ejemplo que conocía al dueño del perro que cuidan… Una conversación en plano y contraplano que resalta su distancia en la discusión, pero siempre con el perro presente.



-La escena en la que Nadia confiesa que Eric fue su novio en principio será sin el perro, pero a los breves segundos entrarán en la casa de Bob para reunirse con él, como siempre. Una escena con muchos perfiles para la chica en una conversación donde se mantiene a distancia de Bob, es la escena donde volverán a acercarse… Bob volverá a mostrarse comprensivo y… cristiano.




-La escena del clímax con Nadia y Bob también tiene al perro presente, aunque en otra estancia. Además se mencionará al perro, ya que Bob lo pondrá como excusa del asesinato a Eric. Esto separa a la pareja, él la dejará ir, confiando en ella, en su discreción y silencio, en que no le delatará.


   

-La última escena de la película es para la reconciliación de la pareja. Bob cogerá a Rocco, por supuesto, para que sea testigo. Es su última bala para “no estar solo”.




Su relación se hace extraña, ya que él pretende desmarcarse de esa gente y ese entorno, pero ella lo ve como uno más de ellos.

Roskam retrata de una manera muy visual las amenazas, los elementos y personajes amenazantes de la historia, ya sean atracadores, matones o mafiosos. Un primer ejemplo lo tendremos con el atraco al bar de Marv, con planos oblicuos en el exterior del coche y detalle, como la mirada de Bob al reloj parado que señalaba las seis y cuarto. Bob demuestra unas sorprendentes dotes de observador.



-Con los mafiosos chechenos, una latente amenaza, Roskam recurrirá a peculiares recursos visuales para enfatizar esa tensión. Su primera aparición nos dejará un impactante momento, esa violencia soterrada que tiene la película, al descubrir a un desconocido con el pie taladrado, torturado en una furgoneta. Una velada amenaza…




-En segundo plano veremos al inicial dueño del perro, Eric (Matthias Schoenaerts), un nuevo encuadre que juega a la perfección con la inquietud y la tensión. Lo hará a través de desenfocados, un recurso que Roskam usará varias veces para retratar las amenazas comentadas. Poco después se presentará en la casa de Bob, amenazante, descarado, vacilón y llevándose un paraguas en su cara… Se plantea así un duelo donde Eric parece la amenaza y Bob el sumiso que aceptaría un chantaje a cambio de quedarse el perro…



-Una luz roja bañará a Bob cuando Eric vuelva a encontrarse con él y le mencione a Nadia. Otro recurso expresivo que retrata la tensión y emociones de los personajes, en este caso alarma e incertidumbre. Poco después sabremos que Eric es un loco asesino peligroso… o eso parece…

¡Vaya mierda de día, Mark!

-La conversación entre el policía y Bob en el muelle, cuando el protagonista acaba de lanzar el brazo del ladrón que vimos al inicio al río, también se plantea con una sobria pero significativa expresividad. Una tensa entrevista donde el policía insinúa sus averiguaciones y comenta los rumores que le han llegado mientras Roskam lo retrata todo con numerosas angulaciones, picados y contrapicados.



-De nuevo los desenfocados aparecerán para retratar una amenaza, en este caso la de los matones que entran en el bar a preguntar por su dinero…



-Cuando Bob descubra el paraguas que se llevó Eric de nuevo en su casa, indicando que entró en la misma, Roskam usará los contrapicados para resaltar la inquietud.


-La escena donde Eric pone precio al chantaje, 10 mil dólares, también está planificada desde los desenfocados, con una nueva aparición en segundo plano. El allanamiento de Eric a la casa de Nadia se escenifica con contrapicados, donde tocará la figurita angelical que se vio en una escena anterior.



-La banda mafiosa vuelve a aparecer para recoger su dinero, de nuevo desenfocada. Aquí se expone la idea de relevo, el de Bob a su primo.



-Curiosamente, en la parte final veremos otro desenfocado significativo, el del detective Torres, que al fin y al cabo supone una amenaza para nuestro protagonista. El propio Bob sale desenfocado al inicio de esa escena. En ella Torres confirma que Eric no pudo matar a Richie, lo que daría veracidad a la historia que cuenta el protagonista al final de la cinta…



Nadie te ve venir, ¿verdad, Bob?

La relación con el piadoso policía también es especial y significativa. El agente Torres será el que más cerca esté de descubrir al verdadero Bob, o quizá lo descubra y entienda, pero no pueda detenerle sin pruebas… Asistirá con él a misa, y también observará que nunca comulga, aunque no falta jamás a la ceremonia.



El detective Torres (John Ortiz) investigará el atraco, la agresión al compañero de Bob y Marv y también se demostrará muy observador. La policía es consciente de que el bar de Marv es un bar-caja, pero se lavarán las manos y dejarán el caso al detective Torres. Veremos al detective aparecer intermitentemente, entrevistándose con nuestro protagonista o con parroquianos del bar de Marv. Lo suyo sería entrevistar más a Marv, pero por ahí no le da al detective…



Los Coen siempre están cerca en la narración de la película, no sólo por el peculiar personaje protagonista, sino por la pausada y sobria dirección, el aliento a cine negro clásico actualizado y ciertas digresiones en forma de conversación, que también nos recuerdan a su cine. Las conversaciones digresivas retratarán la complicidad entre Bob y Marv, por ejemplo. Roskam también retrata momentos cotidianos, la intimidad de Bob, especialmente con su perro.





El clímax vendrá con la entrega del dinero en el bar el día de la Super Bowl.

Progresión dramática.

El manejo de la tensión por parte de Roskam es acertado, pero le falta fuerza, vigor, para que impacte, asfixie y logre la atmósfera de amenaza que busca.

Este manejo de la progresión en la tensión tiene muchos ejemplos, como las paulatinas apariciones de Eric, el dueño del perro. Primero en un segundo plano desenfocado, haciendo un casual comentario sobre el perro que pasea Bob. Luego con una amenaza de chantaje presentándose en la casa de Bob. Posteriormente citando a Nadia, a la que parece conocer bien, ya que menciona sus cicatrices y su procedencia…


Todo esto también se sirve de un acertado uso de cebos, algunos mencionados, que van creando un suspense y una sensación de violencia soterrada y a punto de estallar, aunque pocas veces llegue a hacerlo. Un ejemplo sutil: el muerto que se menciona varias veces en la película, un tal Richie, es un elemento que pasa de ser intrascendente a ser esencial. Primero veremos a un grupo de amigos homenajeando su recuerdo en el bar de los protagonistas. Luego Eric, el dueño original de Rocco, se adjudicará la comisión del asesinato, pero al final descubriremos que fue el propio Bob el que lo cometió…

Lo mismo ocurrirá con el depósito en el sótano de Bob, una aparición ocasional que al final cobrará sentido. Hay objetos que sirven de cebo con la función de generar suspense, por ejemplo el paraguas que Eric se lleva de casa de Bob y que poco después devuelve a su interior, dejando claro que el supuesto asesino entró de nuevo en algún momento; o la figura del angelito rota, simbólica, ya que se relacionaría con nuestro protagonista.

Los silencios y los comportamientos inquietantes son siempre significativos y muy usados por Roskam para crear atmósferas tensas, aunque en ocasiones generan problemas de ritmo porque no resultan naturales y parecen demasiado afectados. Lo que sí logran transmitir es esa idea de insinuación de violencia, de violencia a punto de estallar, contenida, soterrada, pero que casi nunca detona… Un ejemplo lo tenemos en la escena del bar con los matones chechenos y el whisky.



La violencia, en cambio, sí estallará con el asesinato de Marv (James Gandolfini) a su socio en el plan, dando un paso más en la progresión dramática y en la tensión de la película. Una escena cruda, pasando por encima de la víctima con el coche.


Marv se reunirá con Eric en una conversación que concluye con plano frontal, como la de Bob con Nadia cuando tomaron café el día de lluvia. Aquí se pacta un chantaje, que será el que pretenderá Eric con Bob. Eric está fatal de la cabeza, turnará amenazas con buenas maneras arbitrarias y erráticas.




La escena del clímax en el bar es excelente y ejemplo perfecto de esa modulación de la tensión y progresión dramática. Tensando la cuerda el día de la Super Bowl. Marv preparando cosas en su casa, Eric apareciendo en el bar con Nadia, las entregas de dinero que comienzan a sucederse, Marv llamando a Eric para seguir con su plan, Bob y su eterna tranquilidad distraída en apariencia…



Bob desenmascarará a Eric cuando le cuente la historia del fallecido Richie y los chanchullos de su primo. Es una excelente y tensa escena que también acaba en violencia, matando a Eric. También mencionará el depósito de su sótano, donde guardaría el cadáver de Richie



Así es, por supuesto. Iba a hacerle daño a nuestro perro”. Las filosóficas explicaciones de Bob en su decisión de asesinato se acaban cargando de razón de alguna manera.

Si os fijáis, en el espejo roto se aprecia la imagen del rostro de Eric, el asesinado. Es un gran momento la llamada de Marv y el silencio de él y Bob. Del mismo modo la muerte de Marv, su asesinato, está muy bien mostrado. Resignado a morir una vez asume que ha caído en una trampa.



Bob se lavará, purificadoramente, las manos antes de buscar a Nadia e intentar seguir su relación con ella, siempre con el perro presente. El plano final, sin contraplano para que veamos salir a la chica, es estupendo. El plano de reacción con una vaga sonrisa de Bob lo dice todo.



Un buen thriller, con guión de Dennis Lehane, autor de la propia novela. Lehane es un autor muy de moda en Hollywood, suyas son “Mystic River”, “Shutter Island” o “Adiós muñeca, adiós”, obras adaptadas por Clint Eastwood, Martin Scorsese y Ben Affleck respectivamente.


Lo peor son ciertos problemas de ritmo ocasional, ensimismamientos, falta de fuerza que lastra las buenas intenciones de la modulada tensión y violencia. 







2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, y la tengo en cta para poder verla.
    Muy interesante el trabajo del prota, con gestos q describes, y q podemos ver bien con el apoyo tan importante de las imágenes.
    Gracias por el análisis, q destaca los detalles como los desenfoques etc, y q ayuda a comprender mejor.
    Me encanta leerte. Siempre es un momrnto interesante y agradable. Un buen momento del día.
    Gracias de nuevo!
    Bss!

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    1. Es una película interesante, cierto. Me gusta bastante Hardy.

      Gracias por valorar el esfuerzo, Reina. Un beso!

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