La soledad de Bob quedará matizada por la presencia de un
perrito y una chica. Chica y perro siempre estarán vinculados, siempre juntos en
sus encuentros con Bob.
-Así será su descubrimiento, en la basura de Nadia (Noomi
Rapace), la chica. Un perro herido y abandonado en la basura que necesita de
atención y un hogar. Este descubrimiento que hace Bob en la basura de Nadia
provoca el comienzo de la relación entre ambos. Planos espía crearán tensión,
un vigilante que es otro cebo que tendrá explicación. Bob y Nadia se citarán
para el siguiente sábado y así decidir qué hacer con el perro, que se mantendrá,
por el momento, en casa de la chica. En la siguiente aparición del espía se nos
permitirá verle el rostro.
-Bob debe decidir si seguir en su burbuja de soledad,
blindado, o abrirse a esa relación. Sus dudas las consultará con su "primo" Marv
(James Galdolfini). Es una decisión determinante, ya que implicará finalmente
dejar atrás otras relaciones poco aconsejables… Curiosamente, Marv preguntará
por la chica, haciendo evidente que tanto ella como el perro son inseparables
en su relación con Bob. Marv relativizará la responsabilidad que supone tener
un perro.
-El siguiente encuentro entre Bob y Nadia será para recoger
al perro de la casa de la chica, una vez ha decidido quedárselo. Así irán a
comprar y se documentará con las instrucciones básicas para el cuidado del perro, desarrollándose la
relación con la chica.
Encontramos paralelismos entre los habituales valores
adjudicados a los perros en Bob. Fidelidad, protección, abnegación, entrega…
-En año nuevo la parejita se volverá a reunir, con el perro,
por supuesto. Ella es deportista, en uno de sus paseos se encontrará con Bob y
su perro Rocco en un parque. Aquí pactarán que la chica cuide del perro en las
horas de trabajo de Bob al haber perdido un turno en su empleo. Siempre el
vínculo con los tres juntos.
Son muy buenas y bonitas las miradas tímidas, esquivas,
secretas y cálidas, que Bob le lanza a Nadia cuando está distraída.
-En otro encuentro, en un parque, asistiremos a la aparición
en segundo plano del dueño del perro, precisamente. Una inquietante presencia
que viene a perturbar la relación de Bob, Nadia y Rocco.
-El nuevo encuentro de la pareja será en un café,
protegiéndose de la lluvia, como vaticinó el intrigante Eric, ex novio
de Nadia y dueño del perro Rocco. Allí el vínculo de la pareja se afianzará,
con el perro presente, por supuesto, ya que se harán confidencias, a pesar de
que Bob sigue mostrándose discreto con la chica. Ella contará la procedencia de
las cicatrices.
-La siguiente escena de la pareja será más tensa, ya que Bob
ha descubierto cosas que Nadia no ha comentado o sobre las que ha mentido, por
ejemplo que conocía al dueño del perro que cuidan… Una conversación en plano y
contraplano que resalta su distancia en la discusión, pero siempre con el perro
presente.
-La escena en la que Nadia confiesa que Eric fue su novio en principio será sin el perro, pero a los breves segundos entrarán en la casa
de Bob para reunirse con él, como siempre. Una escena con muchos perfiles para
la chica en una conversación donde se mantiene a distancia de Bob, es la escena
donde volverán a acercarse… Bob volverá a mostrarse comprensivo y… cristiano.
-La escena del clímax con Nadia y Bob también tiene al perro
presente, aunque en otra estancia. Además se mencionará al perro, ya que Bob lo pondrá como excusa del asesinato a Eric. Esto separa a la pareja, él la dejará
ir, confiando en ella, en su discreción y silencio, en que no le delatará.
-La última escena de la película es para la reconciliación
de la pareja. Bob cogerá a Rocco, por supuesto, para que sea testigo. Es su
última bala para “no estar solo”.
Su relación se hace extraña, ya que él pretende desmarcarse
de esa gente y ese entorno, pero ella lo ve como uno más de ellos.
Roskam retrata de una manera muy visual las amenazas, los
elementos y personajes amenazantes de la historia, ya sean atracadores, matones
o mafiosos. Un primer ejemplo lo tendremos con el atraco al bar de Marv, con
planos oblicuos en el exterior del coche y detalle, como la mirada de Bob al
reloj parado que señalaba las seis y cuarto. Bob demuestra unas sorprendentes
dotes de observador.
-Con los mafiosos chechenos, una latente amenaza, Roskam
recurrirá a peculiares recursos visuales para enfatizar esa tensión. Su primera
aparición nos dejará un impactante momento, esa violencia soterrada que tiene
la película, al descubrir a un desconocido con el pie taladrado, torturado en
una furgoneta. Una velada amenaza…
-En segundo plano veremos al inicial dueño del perro, Eric
(Matthias Schoenaerts), un nuevo encuadre que juega a la perfección con la inquietud
y la tensión. Lo hará a través de desenfocados, un recurso que Roskam usará
varias veces para retratar las amenazas comentadas. Poco después se presentará
en la casa de Bob, amenazante, descarado, vacilón y llevándose un paraguas en
su cara… Se plantea así un duelo donde Eric parece la amenaza y Bob el sumiso
que aceptaría un chantaje a cambio de quedarse el perro…
-Una luz roja bañará a Bob cuando Eric vuelva a encontrarse
con él y le mencione a Nadia. Otro recurso expresivo que retrata la tensión y
emociones de los personajes, en este caso alarma e incertidumbre. Poco después
sabremos que Eric es un loco asesino peligroso… o eso parece…
“¡Vaya mierda de día, Mark!”
-La conversación entre el policía y Bob en el muelle, cuando
el protagonista acaba de lanzar el brazo del ladrón que vimos al inicio al río,
también se plantea con una sobria pero significativa expresividad.
Una tensa entrevista donde el policía insinúa sus averiguaciones y comenta los
rumores que le han llegado mientras Roskam lo retrata todo con numerosas
angulaciones, picados y contrapicados.
-De nuevo los desenfocados aparecerán para retratar una
amenaza, en este caso la de los matones que entran en el bar a preguntar por su
dinero…
-Cuando Bob descubra el paraguas que se llevó Eric de nuevo
en su casa, indicando que entró en la misma, Roskam usará los contrapicados para
resaltar la inquietud.
-La escena donde Eric pone precio al chantaje, 10 mil
dólares, también está planificada desde los desenfocados, con una nueva
aparición en segundo plano. El allanamiento de Eric a la casa de Nadia se
escenifica con contrapicados, donde tocará la figurita angelical que se vio en
una escena anterior.
-La banda mafiosa vuelve a aparecer para recoger su dinero,
de nuevo desenfocada. Aquí se expone la idea de relevo, el de Bob a su primo.
-Curiosamente, en la parte final veremos otro desenfocado
significativo, el del detective Torres, que al fin y al cabo supone una amenaza
para nuestro protagonista. El propio Bob sale desenfocado al inicio de esa
escena. En ella Torres confirma que Eric no pudo matar a Richie, lo que daría
veracidad a la historia que cuenta el protagonista al final de la cinta…
“Nadie te ve venir, ¿verdad, Bob?”
La relación con el piadoso policía también es especial y
significativa. El agente Torres será el que más cerca esté de descubrir al
verdadero Bob, o quizá lo descubra y entienda, pero no pueda detenerle sin
pruebas… Asistirá con él a misa, y también observará que nunca comulga, aunque no
falta jamás a la ceremonia.
El detective Torres (John Ortiz) investigará el atraco, la
agresión al compañero de Bob y Marv y también se demostrará muy observador. La
policía es consciente de que el bar de Marv es un bar-caja, pero se lavarán las
manos y dejarán el caso al detective Torres. Veremos al detective aparecer intermitentemente, entrevistándose con nuestro protagonista o con parroquianos del bar de Marv. Lo suyo sería entrevistar más a Marv, pero por ahí no le da al
detective…
Los Coen siempre están cerca en la narración de la película,
no sólo por el peculiar personaje protagonista, sino por la pausada y sobria
dirección, el aliento a cine negro clásico actualizado y ciertas digresiones en
forma de conversación, que también nos recuerdan a su cine. Las conversaciones
digresivas retratarán la complicidad entre Bob y Marv, por ejemplo. Roskam
también retrata momentos cotidianos, la intimidad de Bob, especialmente con su
perro.
El clímax vendrá con la entrega del dinero en el bar el día
de la Super Bowl.
El manejo de la tensión por parte de Roskam es acertado,
pero le falta fuerza, vigor, para que impacte, asfixie y logre la atmósfera de
amenaza que busca.
Este manejo de la progresión en la tensión tiene muchos
ejemplos, como las paulatinas apariciones de Eric, el dueño del
perro. Primero en un segundo plano desenfocado, haciendo un casual comentario
sobre el perro que pasea Bob. Luego con una amenaza de chantaje presentándose en
la casa de Bob. Posteriormente citando a Nadia, a la que parece conocer
bien, ya que menciona sus cicatrices y su procedencia…
Todo esto también se sirve de un acertado uso de cebos,
algunos mencionados, que van creando un suspense y una sensación de violencia
soterrada y a punto de estallar, aunque pocas veces llegue a hacerlo. Un
ejemplo sutil: el muerto que se menciona varias veces en la película, un tal
Richie, es un elemento que pasa de ser intrascendente a ser esencial. Primero
veremos a un grupo de amigos homenajeando su recuerdo en el bar de los
protagonistas. Luego Eric, el dueño original de Rocco, se adjudicará la
comisión del asesinato, pero al final descubriremos que fue el propio Bob el
que lo cometió…
Lo mismo ocurrirá con el depósito en el sótano de Bob, una
aparición ocasional que al final cobrará sentido. Hay objetos que sirven de
cebo con la función de generar suspense, por ejemplo el paraguas que Eric se
lleva de casa de Bob y que poco después devuelve a su interior,
dejando claro que el supuesto asesino entró de nuevo en algún momento; o la
figura del angelito rota, simbólica, ya que se relacionaría con nuestro
protagonista.
Los silencios y los comportamientos inquietantes son siempre
significativos y muy usados por Roskam para crear atmósferas tensas, aunque en
ocasiones generan problemas de ritmo porque no resultan naturales y parecen
demasiado afectados. Lo que sí logran transmitir es esa idea de insinuación de
violencia, de violencia a punto de estallar, contenida, soterrada, pero que
casi nunca detona… Un ejemplo lo tenemos en la escena del bar con los matones
chechenos y el whisky.
La violencia, en cambio, sí estallará con el asesinato de
Marv (James Gandolfini) a su socio en el plan, dando un paso más en la
progresión dramática y en la tensión de la película. Una escena cruda, pasando
por encima de la víctima con el coche.
Marv se reunirá con Eric en una conversación que concluye
con plano frontal, como la de Bob con Nadia cuando tomaron café el día de
lluvia. Aquí se pacta un chantaje, que será el que pretenderá Eric con Bob.
Eric está fatal de la cabeza, turnará amenazas con buenas maneras arbitrarias y
erráticas.
La escena del clímax en el bar es excelente y ejemplo perfecto de esa modulación de la tensión y progresión dramática. Tensando la cuerda el día de la Super Bowl. Marv preparando cosas en su casa, Eric apareciendo en el bar con Nadia, las entregas de dinero que comienzan a sucederse, Marv llamando a Eric para seguir con su plan, Bob y su eterna tranquilidad distraída en apariencia…
“Así es, por supuesto. Iba a hacerle daño a nuestro perro”.
Las filosóficas explicaciones de Bob en su decisión de asesinato se acaban
cargando de razón de alguna manera.
Si os fijáis, en el espejo roto se aprecia la imagen del
rostro de Eric, el asesinado. Es un gran momento la llamada de Marv y el
silencio de él y Bob. Del mismo modo la muerte de Marv, su asesinato, está muy
bien mostrado. Resignado a morir una vez asume que ha caído en una trampa.
Bob se lavará, purificadoramente, las manos antes de buscar
a Nadia e intentar seguir su relación con ella, siempre con el perro presente.
El plano final, sin contraplano para que veamos salir a la chica, es estupendo.
El plano de reacción con una vaga sonrisa de Bob lo dice todo.
Un buen thriller, con guión de Dennis Lehane, autor de la
propia novela. Lehane es un autor muy de moda en Hollywood, suyas son “Mystic
River”, “Shutter Island” o “Adiós muñeca, adiós”, obras adaptadas por Clint
Eastwood, Martin Scorsese y Ben Affleck respectivamente.
Lo peor son ciertos problemas de ritmo ocasional,
ensimismamientos, falta de fuerza que lastra las buenas intenciones de la modulada tensión y violencia.
Me ha gustado mucho, y la tengo en cta para poder verla.
ResponderEliminarMuy interesante el trabajo del prota, con gestos q describes, y q podemos ver bien con el apoyo tan importante de las imágenes.
Gracias por el análisis, q destaca los detalles como los desenfoques etc, y q ayuda a comprender mejor.
Me encanta leerte. Siempre es un momrnto interesante y agradable. Un buen momento del día.
Gracias de nuevo!
Bss!
Es una película interesante, cierto. Me gusta bastante Hardy.
EliminarGracias por valorar el esfuerzo, Reina. Un beso!