lunes, 5 de octubre de 2015

Crítica: LA BÚSQUEDA (2004)

JON TURTELTAUB










Podría pasar por versión “trucha” de los Indiana Jones de Steven Spielberg por su concepción, aunque realizada varias décadas después, pero en realidad es una aceptable cinta de aventuras, blanca y entretenida, que aunque tiene en Indiana Jones su evidente referente, no pretende sacar partido al rebufo de aquella.


Nuestro protagonista es Benjamin Franklin Gates, nombre ilustre, y busca el tesoro de los Caballeros Templarios, algo a lo que se ha dedicado su familia durante siete generaciones. Una vez encuentre una pista crucial nada más y nada menos que en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, aparecerá Ian Howe (Sean Bean), que tiene el mismo propósito que Gates. Así se inicia una carrera en la que Gates junto a dos compañeros tratarán de evitar que todo caiga en malas manos.




Benjamin Franklin Gates está interpretado por el incombustible Nicolas Cage, actor ninguneado donde los haya, que ha conducido su carrera en los últimos tiempos por una sorprendente espiral de mediocridad. No es tan mal actor como lo pintan, ni mucho menos, ha dejado un buen número de interpretaciones aceptables y siempre ha resultado eficaz en este tipo de películas de acción y aventuras, de las cuales “La búsqueda” es buen ejemplo.


El director Jon Turteltaub es difícil de clasificar, ya que ha tocado muchos géneros, siendo esta “La búsqueda” uno de sus títulos más destacados, un éxito que provocó una secuela digna aunque de menor nivel en 2007, “La búsqueda 2: El diario secreto”.


Mientras dormías” (1995), una navideña comedia romántica; “Phenomenon” (1996) o “The kid” (2000) con Bruce Willis, fueron títulos conocidos o exitosos en la onda más sensiblera del director. “Instinto” (1999), junto a Anthony Hopkins, es otro título conocido del director, que luego ha vagabundeado entre el mundo de la televisión y estrafalarios proyectos como “El aprendiz de brujo” (2010), de nuevo con Nicolas Cage.



Aquí desde luego acierta con una cinta de aventuras clásicas para toda la familia, con ritmo, un aceptable guión y un divertido juego con la historia, llevando a Indiana Jones de una mano y a Disney de la otra. Las referencias a “El código da Vinci” también son habituales.


"La búsqueda" es otro intento más de encontrar un nuevo Indiana Jones, como ocurrió con "La momia" (Stephen Sommer, 1999) y tantas otras. La película de Disney es entretenida y tiene buen ritmo, es simpática pero también ingenua, infantil y falta de carisma. Es una mezcla entre las aventuras de un Indiana Jones "light" y "El código da Vinci", con surrealistas aunque divertidas interpretaciones históricas.


El espíritu infantil y la curiosidad, que además es casi un legado familiar, quedan retratados en el prólogo de la cinta, en la presentación del protagonista de niño, en la gestación de su vocación y búsqueda. Christopher Plummer interpreta al abuelo de Benjamin y será el que cuente la historia que vinculará la vida de nuestro protagonista. Un tesoro escondido. ¿Cómo no recordar a “Los Goonies” (Richard Donner, 1985)?


Jon Voight interpreta al padre, más cínico y descreído. Benjamin conservará el espíritu romántico de su abuelo.




Como toda película de aventuras, “La búsqueda” es una cinta saltarina: del Círculo Polar Ártico a distintos puntos de América buscando pistas y tesoros. En un barco enterrado en la nieve se presentará el antagonismo entre los protagonistas, Gates contra Howe, Nicolas Cage contra Sean Bean. Gusta saborear los momentos deductivos, aunque hay que dar mucho por supuesto, donde se interpretan las pistas que se van encontrando.


El historiador Gates, poco respetado entre los académicos por sus teorías y las de su familia, tendrá un fiel colaborador en Riley Poole (Justin Bartha). A ellos se unirá la bella Abigail Chase (Diane Kruger).




Hemos perdido esa manera de hablar”. Esta frase, con la que estoy obsesivamente de acuerdo, me ganó para la película.


La narración se convierte en un plan de robo, un duelo de ladrones que ansían la Declaración de Independencia para descubrir el mapa del tesoro que oculta. Se supone que las motivaciones de los antagonistas son distintas, pero puede resultar cuestionable. Bean está claro que quiere el dinero. Cage sería la visión romántica, la concepción más pura de descubrimiento, sin renunciar al beneficio que le pueda reportar. La diferencia está en los modos de lograrlos. Bean está dispuesto a matar y robar, Cage sólo a robar, en principio, ya que ambos quieren apoderarse de la Declaración de Independencia. Lo que ocurre es que se quiere salvar moralmente a Cage, haciendo que su robo se convierta en algo indispensable para la protección de tan importante objeto histórico. No cuela.



La película está bien narrada, tiene una dirección y un montaje sobrio, clásico y fluido, algo que podemos apreciar en la preparación del robo por parte de Cage y su compañero. Cage está en su salsa con sus expresivos tics y gestos, especialmente en las escenas más lúdicas o humorísticas. Estas características, junto a los bochornosos títulos donde ha aparecido, han sido la causa del ninguneo a su trabajo en los últimos años. Otro tema es su pelo, tan cambiante que en ocasiones sólo puedes fijarte en él, lo que seguramente perjudique (mejore para algunos) sus interpretaciones por distracción…



El duelo de ladrones deja momentos muy entretenidos, como ese reencuentro inesperado entre Bean y Cage y su huida por el ascensor. Divertido es también ese momento donde nuestro protagonista puede aliviar en algo su conciencia, ya que no roba la Declaración de Independencia, sino que le sale barata. 35 dólares. Buenos momentos de suspense. Es la esencia aventurera clásica, aquí más thriller estilo “Misión imposible” (Brian De Palma, 1996) que otra cosa. Humor, acción, suspense y aventura.




Por supuesto hay trucos, como el uso de esa oportuna copia hecha rollo, exactamente igual a la Declaración de Independencia robada, que acaba provocando una persecución de furgonetas por las nocturnas calles.



El reparto es excelente, a los citados debemos sumar a Harvey Keitel en el papel de policía. Papeles pequeños para grandes actores.


La revelación en el reverso de la Declaración de Independencia en el hogar del descreído padre de Benjamin, interpretado por Jon Voight, es uno de esos momentos que me hacen disfrutar especialmente de estas películas. El personaje del chaval actúa como socio del público, ya que no se enterará de nada y planteará las preguntas para que nosotros entendamos las claves y jerga del resto.






Así iremos de pista en pista, a las cartas de Silencio Dogood y su mensaje cifrado, luego a la Campana de la Libertad y su sombra, más tarde a unas gafas inventadas por Benjamin Franklin para descubrir mensajes ocultos en la Declaración de Independencia... Y es que “La búsqueda", aunque tiene escenas de acción, se vertebra en la investigación y deducción de pistas, lo que es un aliciente especial. Es muy injusto, que yendo los villanos siempre por detrás, averigüen lo mismo con muchos menos datos y sabiduría histórica. Como pasa a menudo en este tipo de películas hay que dar por sentado determinadas cosas, asumiendo que ciertas lagunas de guión se obvian para que no decaiga el ritmo narrativo… Por ejemplo, determinadas informaciones de las que se enteran o deducen los personajes, sobre todo los villanos.





Con todo, los personajes, aunque estereotipados y maniqueos como corresponde a este tipo de películas en general, no son estúpidos, son ingeniosos e inteligentes, lo que se demuestra en ese juego de faroles, presiones e inteligencias entre los dos antagonistas, que nos satisfacen con sencillos pero entretenidos giros de guión.




También habrá momentos para el amor. La pasión romántica por la historia y el misterio acaba uniendo a la pareja formada por Benjamin y Abigail. La escena en los probadores, sutilmente sensual, es un buen ejemplo. En cambio, el beso repentino en la parte final resulta un tanto forzado, pero claro, quizá no hubiera otro momento para desarrollar este amor…




Conforme avancemos las escenas de acción irán cobrando importancia, pero sin excederse, acelerando las peripecias dentro de un ritmo narrativo trepidante y eficaz. Persecuciones callejeras; la Declaración de Independencia que pasa de unas manos a otras; el encuentro con Howe y la huida de la vigilancia policial y toda la parte final…


Ese clímax, la última parte de la película en las catacumbas de la Iglesia de la Trinidad, es la que más se entronca con Indiana Jones: El descubrimiento del gran secreto oculto, un viaje al pasado, aparte de su estructura general y concepción. “La búsqueda” es una cinta de aventuras, moderna, de la época actual, una actualización blanca de la gran saga de Spielberg.




Escenas muy divertidas, como en las escaleras podridas y que se recolocan cual puzle para nuestro deleite, con momentos de humor perfectamente insertados. Lo que llama la atención es que el clímax en realidad no es tal, ya que carece de tensión y suspense. Nuestros protagonistas descubrirán el tesoro, en una emocionante escena, se lo dirán a la policía tras haber engañado al villano Howe, que será arrestado poco después, y vivirán felices y millonarios con el 1% del tesoro…




Inofensiva, se pasa un rato agradable dentro de su inocencia. Buena factura y tuvo bastante éxito. Un aseado título de aventuras históricas con pequeñas dosis de acción para toda la familia. Ideal para sobremesas y tardes indecisas.



2 comentarios:

  1. Yo pasé un buen rato. Una peli de domingo. Familiar y facilona.
    Leyéndote me he dado cuenta de que de este dire tor he visto varias. Y que Cage, que el pobre ha hecho cosas malísimas (y alguna buena, como dices) pues oye, aquí cumple.
    Gracias por el análisis. Una de las (muuuchas) cosas que me gustan de este blog es la variedad de estilos. Y una pobre aprendiz con mala memoria como yo, así puede recordar alguna, descubrir muchas, disfrutar tantas…
    Así q sigue siempre. Sé que te da mucho trabajo y quebraderos de cabeza, pero ten claro lo agradable y esperado que resulta cada nuevo post.
    Aunque no lo digamos.
    Bss!

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    1. Muchas gracias, Reina, porque esa es una de las ideas, variar y que todo tenga cabida, sin snobismos ni cosas de esas, que una cosa no está reñida con otra, que se puede acceder a la más "alta cultura" y disfrutar de cosas lúdicas y ligeras. Desde que reinicié el blog en verano he puesto una semana de estrenos y una peli clásica, una semana dedicada a un clásico setentero/ochentero y ahora esta que fue un éxito de 2004... Así se disfruta y sorprende, creo yo.

      A mí también me gustó, es simpática y entretenida, para todos. Cage es un tipo que me cae bien, a pesar de los pesares jajaja.

      Un besazo.

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