Si
el inicio con la cámara vagando por la nave es uno de los momentos que más
recuerdo y más me impactaron, el maravilloso juego de Scott con los efectos de
sonido, por ejemplo en ese mismo inicio, me pone los pelos de punta.
Sensacional. Es pura atmósfera. Una de las grandes virtudes del film es ese uso
del sonido y la banda sonora.
Una
nave que es un personaje más, de la que sentimos sus sonidos y ruidos como
pálpitos de vida, aunque adormilada. La ventilación, el viento que se nos
anticipa con el ruido de un folio mecido mientras la cámara escruta la
solitaria nave en busca de un monitor, la ambientación con el ruido sordo de
los motores, objetos que se golpean en la soledad… y el estruendoso pitido de
la computadora para lanzar el mensaje que lo cambiará todo.
Esto
es poesía visual, esto es atmósfera…
-Panorámicas
y travellings desérticos en el inicio de la búsqueda del monstruo. La atmósfera
que se recrea en sí misma. Túneles oscuros, luces filtradas desde exteriores a
lóbregos interiores, el sonido ambiente, la cautela, el pulso y la tensión
estirada en cada plano. La fusión perfecta de imagen y sonido.
-El
clímax de la fusión entre la imagen y el sonido lo tendremos al final de la
película, con esas alarmas sonando, las luces intermitentes que van ocultando
rostros, los pasillos inundados de humo, sin que apenas se vea nada, pasillos
estrechos y oscuros, y los jadeos de Ripley… Majestuoso.
-Es
maravilloso como Scott logra impactar con el manejo del sonido. En el descenso
al planeta desconocido tenemos varios ejemplos. El agudo sonido en el exterior
de la nave contrasta con la calma del interior, y retrata el desapacible,
escabroso, intrincado y rudo entorno, perfecto para que germine el Alien que
protagonizará la película. Acabamos sintiendo esa nave que se convertirá en
tumba, como un lugar apacible y acogedor en comparación con la ira de ese
ambiente exterior.
-Y
es que los efectos de sonido son los que crean esa atmósfera en todo momento,
aunque pasen casi desapercibidos. El permanente zumbido de la ventilación, la
palpitante nave y sus ruidos y quejidos… su latente vida queda perfectamente
retratada por Scott a través del sonido.
La
tecnología ochentera, esos monitores. “Madre” será el ordenador central que
guarda las claves y secretos de toda la misión. Despertados a mitad de su viaje
de regreso a la Tierra por recibir una señal no conocida que tienen obligación
de responder.
La
fotografía y su uso son la clave estética de la película, de esencia
expresionista, y que logra una atmósfera tan asfixiante, agobiante y
claustrofóbica como nunca antes se había visto en el cine. El impacto fue
sensacional. Pasillos tenebrosos, húmedos y sucios con luces que rasgan esa oscuridad
de forma irregular, fogonazos sobre los rostros, sobre los pasillos, intermitentemente,
discontinuos, entrecortados… En un recurso tan sencillo, sumado a otros que iré
mencionado, se creó una de las estéticas más influyentes en la cinematografía
moderna.
Scott
plantea varias escenas cotidianas con distinta intención, unas veces para
convertirlas en un golpe de efecto más eficaz y sorprendente, como el parto del
Alien, y otras para presentar y desarrollar personajes, explicar la jerarquía
en la nave y las bases de la aventura que viviremos, como por ejemplo en las
escenas iniciales con el despertar de la nave.
Un
montaje discontinuo y encadenado con el despertar de Kane (John Hurt), el
primero en aparecer -también vemos a Parker (Yaphet Kotto) y Ash (Ian Holm)-
sigue marcando el tempo de la narración, definiendo su atmósfera. Un
parsimonioso despertar que poco después, en el desayuno, se convertirá en vital
cotidianeidad.
Esas
jerarquías mencionadas se marcan desde el encuadre. Dallas (Tom Skerritt) en
primer lugar, es el líder. En cambio, la pareja formada por Parker y Brett
(Harry Dean Stanton) tienen menor rango que el resto, lo que les llevará a
protestar por sus emolumentos. La tripulación la completan dos mujeres, Ripley
(Sigourney Weaver) y Lambert (Veronika Cartwright), además del oficial médico,
Ash (Iam Holm). Las jerarquías y el cumplimiento de las normas y las órdenes es
una idea que subyace en la película, ya que su vulneración acabará generando el
caos. Ripley es su estricta cumplidora, será la superviviente y la que hubiera
evitado el desastre. Dallas, Kane y Ripley son los oficiales de mayor rango,
por ese orden.
"Me siento como muerto".
-Parker
y Brett están obsesionados con el dinero, reiteran sus protestas de clase, ya
que serían el escalón más bajo de la jerarquía de la nave. Una lucha de clases
que quedará interrumpida antes el terror. Brett es un mero acompañante de
Parker, su escudero, ya que es el segundo el que lleva la voz cantante. De
hecho, Parker suele llevar razón en sus aseveraciones acerca de cómo gestionar
el problema con el Alien. Primero querrá hibernar a Kane; defenderá a Ripley
por negarse a abrir la compuerta por el riesgo que suponía; abroncará a Brett
por dejar escapar el gato porque podría volver a confundirles en la búsqueda;
analizará el ácido que el organismo tiene como sangre con un mecanismo de
defensa perfecto…
Es
curiosa la escena donde localizan el planeta del que procede la señal, ya que
tiene un doblaje distinto, como si fuera una escena censurada o que hubiera
quedado fuera en un inicio. Hay otra escena donde pasa lo mismo, es con los
reproches a Ripley por no abrir la compuerta, de hecho esta escena parece mal
montada en la versión del director, ya que el corte no es nada limpio, poco
depurado.
-Ash,
el oficial médico, va dejando detalles de su frío y extraño comportamiento
desde casi el principio. Un personaje serio, estricto, independiente, frío y
extraño. Le veremos haciendo unos ejercicios y bastante entusiasmado dentro de
su sobriedad, cuando los miembros de la tripulación que inician la expedición
en el desconocido planeta ponen rumbo al origen de la señal. Poco después
sonreirá, de las pocas veces que lo hará a lo largo de la película. No puede
contener su emoción ante la perspectiva que se avecina, aunque sea un robot.
También veremos un gesto de alivio en Ash cuando logra que no se interrumpa la
misión. Otro gesto extraño lo tenemos cuando investiga en sus monitores al
organismo y cómo actúa en Kane, ya que los apagará al aparecer Ripley, como si
no quisiera que los viera con detalle… Cuando Dallas desaparezca tras el ataque
del Alien, su fría mirada delatará su inhumanidad.
Él
tiene normas propias e intereses personales. Desobedecerá las órdenes de su
superior en la nave, Ripley, por puro interés y conveniencia. Él desencadenará
todo y luego sabremos por qué.
Ash
representa la figura del traidor, el impostor, una figura muy querida en el
cine de Ridley Scott. La mentira, la fachada y la apariencia (falsa) son temas
que se aprecian muy a menudo en la filmografía de Scott y que tiene en Ash uno
de sus exponentes más importantes. La inteligencia artificial también es un
aspecto muy tocado por Scott, sobre todo en este inicio de su filmografía.
Resulta
extraña, retorcida y algo absurda la forma que tiene de intentar matar a Ripley,
metiendo una revista enrollada por la boca… Su muerte es uno de los momentos
más impactantes y desagradables de la cinta. Recuerda a la de Pris en “Blade Runner” (1982).
Es
divertido ese momento con la cabeza de Ash y el corte que se aprecia porque los
efectos especiales no habían evolucionado lo suficiente, pasando de la cabeza
de un muñeco a la cara real de Ian Holm. Scott realizará un travelling de
retroceso distanciándose de él en su despedida.
-Lambert:
Tú lo admiras.
-Ash:
Admiro su pureza. Es un superviviente al que no afectan la conciencia, los
remordimientos ni las fantasías de moralidad.
“No
tenéis ninguna posibilidad, pero… contáis con mi simpatía”.
Ian
Holm está impecable en su encarnación. Sus gestos, su sudor y sangre blanca,
sus tics incontrolados, su frialdad… Un robot cínico e irónico que volverá a
sonreír en su despedida.
-Ripley
es tremendamente disciplinada, curiosa, escrupulosa con su deber y tenaz. Es
firme y decidida, con un apego a las normas y a la legalidad muy estricto. De
haberla hecho caso no hubieran ocurrido según qué cosas. Ella es muy curiosa,
cerebral, metódica y lógica. Se descubrirá como una auténtica superviviente,
aún más que el alien, al que Ash definirá así.
-Kane
es intrépido, siempre la punta de lanza, el voluntario, el que
encabeza la aventura… la víctima propiciatoria.
-Dallas
es el líder, pero no será estricto con las normas, lo que terminará
condenándole. No delega y también es intrépido y valeroso, lo que también terminará
condenándole.
-Lambert,
la otra chica de la tripulación, es timorata e indecisa, perderá los nervios y
no tiene la capacidad del autocontrol, superada por la situación y el pánico.
Acaba siendo un lastre y su aportación es nula, histérica.
La
película se ambienta en dos lugares, la nave, con el grueso de la narración, y
el planeta inhóspito desde donde se envía la señal que intercepta la nave
Nostromo obligando a su tripulación a investigarla. En ambos sitios la estética
de esencia expresionista es sublime, haciendo, en algunos casos, como en el
planeta que visitan, de la necesidad virtud.
Una
expedición a pie de tres personas camino de lo desconocido. Tres siluetas, todo
sombras en este magnífico retrato expresionista del planeta. Un camino
atravesando una ventisca, una tempestad en ese poco hospitalario lugar. Una
espectacular y extraña estructura, la oscuridad rasgada por luces de linterna,
la cámara al hombro siguiéndolos, sus pasos, el sonido de sus voces a través de
las escafandras, sus cautelosos movimientos, los terroríficos, sombríos y
opacos túneles, la rítmica música… Pura atmósfera. Tétrica, amenazante.
“Larguémonos
ya de aquí”. Si hubieran hecho caso a Lambert… Claro, que no disfrutaríamos
tanto de la película…
La
imaginería de H. R. Giger es fascinante, clave en la estética y éxito de “Alien”.
Sus estructuras, esa mezcla entre orgánico y metálico de sus formas, fueron
revolucionarias y han sido imitadas hasta la saciedad. Un ejemplo: el lugar
donde un extraño ser aparece sentado y muerto. Un alien, un extraño ser momificado, del que parece haber salido algo del interior, explotando en sus
entrañas. Sobre esto habrá una rima posterior, cuando veamos a Dallas sentado
de una manera similar (escuchando civilizadamente música clásica, a Mozart), a
como vemos aquí a esta criatura, en lo que acaba siendo un presagio trágico.
Una
vez en la nave, tras la desobediencia de Ash, toca analizar cómo quitar a ese
organismo adherido a la cabeza de Kane, que le estrangula al mínimo intento de
separarle. Ash no será partidario de tocar nada, pero Dallas ve imprescindible
intervenir asumiendo la responsabilidad. Esta conversación se planifica con enfocados
y desenfocados según intervienen los personajes, estando ambos en plano.
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