Crítica: HÉRCULES (2014)

BRETT RATNER

 

Y seguimos con el aluvión de peplúms digitales. ¡Qué no pare la fiesta! Una carrera de bíceps, una orgía de tríceps, una competición de míster esteroide que asola las salas de cine de todo el mundo… No nos cabe otra que aguantar con resignación esperando que suene la flauta y salga, al menos, una potable.

“Furia de titanes” (Louis Leterrier, 2010); “Ira de titanes” (Jonathan Liebesman, 2012); “Pompeya” (Paul W. S. Anderson, 2014); “Conan, el bárbaro” (Marcus Nispel, 2011), “Immortals” (Tarsem Singh, 2011), “300: El origen de un imperio” (Noam Murro, 2014); “Hércules. El origen de la leyenda” (Renny Harlin, 2014)… Nos horrorizaron, aburrieron, machacaron las neuronas, deprimieron, sacaron de nuestras casillas, amodorraron (esto no está tan mal), desesperaron…

 

Por extraño que parezca viendo los mencionados antecedentes y el planteamiento y la idea de la propia película, esta que nos ocupa no es, ni mucho menos, la peor de esta marabunta de peplúms digitales que nos invade. Gracias a su concepto desmitificador, metalingüismo y brochazos de humor, “Hércules” tiene un pase como producto de entretenimiento.

"Hércules" se eleva por encima de las otras mencionadas, ligeramente, porque presenta una simpática reflexión acerca de la naturaleza de la leyenda, del mito, desde la desmitificación, así como una reflexión sobre la naturaleza del heroísmo y dónde radica.

 

Un Hércules que es presentado como el hijo de Zeus y del que se loan sus hazañas, sus logros y sus actos increíbles, pero que pronto descubriremos que no son más que exageraciones, hazañas que se exageran para engrandecer su figura y hacerla más respetable, cogiendo una parte y convirtiéndolo en un todo grandilocuente. Así, en el inicio, veremos como un chaval apresado y torturado en Macedonia, Grecia, predica sobre los famosos 12 trabajos que el héroe tuvo que hacer para que Hera le dejara en paz. La Hidra, el Jabalí de Erimanto, el León de Nemea…

Una primera escena que deja brillantes momentos visuales con los actos heroicos mitificados de la leyenda de Hércules en sus trabajos, y luego con los más modestos acompañado de su banda para rescatar al “cuentacuentos” apresado. El contraste entre leyenda y su parte de verdad…

 

“Hércules” de Brett Ratner acaba pareciendo una especie de “Los mercenarios” de Sylvester Stallone, pero en peplúm digital, ya que Hércules, que podría haber encarnado Stallone hace unos años sin problema, es un mercenario que junto a su banda cobra su buen oro tras cumplir las misiones encomendadas por todo aquel que requiera sus servicios.

 

Atalanta (Ingrid Bolso Berdal), Autólico (Rufus Sewell), Tideo (Aksel Hennie), Iolao (Reece Ritchie) y Anfiarao (Ian McShane) son sus compañeros de fatigas.

El rey de Tracia, Cotis (John Hurt), viendo su poder amenazado por una guerra civil, requerirá desesperadamente los servicios de Hércules, el héroe legendario, para que lidere a su ejército a la victoria.

La hija del rey de Tracia, Ergenia (Rebecca Ferguson), será la encargada de reclutar a los mercenarios, una princesa intrépida aunque algo ilógica en ocasiones… No le será difícil convencer a Hércules en cuanto le prometa su peso en oro.

Dwayne Johnson está competente en un papel que le va como anillo al dedo. Logra transmitir el hastío de años de batallas, el peso de un pasado y a la vez dotar a su personaje de humor. Sobre su competencia física no hay mucho que añadir a lo consabido. Sus amigos, que le acompañan en todos sus films, la compañía de inabarcables músculos que le decoran, también cumplen con su labor. La orgía de esteroides que se reúnen en cada uno de ellos es asombrosa, hasta el punto de que han cobrado vida propia y si prestas atención puedes oír como los músculos del actor mantienen profundas conversaciones filosóficas entre sí, el deltoides con el bíceps derecho, el tríceps con los gemelos… Muy interesante este extra para el DVD.

Desmitificación de la leyenda.

-Es la tesis de la cinta, como he comentado. Serán muchos los guiños a ello, por ejemplo mostrando la exageración que suponían las hazañas de Hércules, ya que el héroe recibía la ayuda de su banda para magnificar sus hazañas… En los títulos de créditos finales, estupendos, veremos la verdadera resolución, según la película, de varios de los 12 trabajos del héroe, acompañado de sus amigos, en otro claro ejemplo de esa desmitificación de la leyenda.

 

-La idea de leyenda y su influjo estará constantemente presente en la historia, como tesis clave de la misma. La presencia y figura de Hércules despierta miedo, admiración, credulidad. El ejemplo más evidente lo tenemos con el hijo de Ergenia y su adoración por nuestro héroe.

-Iolao será el propagador de la leyenda, inflando sus historias para darle el perfecto tono mitológico. Él es el mecanismo de la misma.

-La escena donde los presuntos centauros se convierten en simples jinetes, engaño a la vista y buen detalle visual desde los efectos especiales, es un nuevo ejemplo de esta intención desmitificadora de la película.

“Putos centauros.”

 

-Lo mismo ocurrirá con cerbero, imaginado por Hércules de forma gigantesca y fiera, pero convertido en lobos sanguinarios en la realidad.

Con esta desmitificación se humaniza al personaje, que es el mayor propósito de la cinta, se hace consciente de su tormento y mortalidad. En contraste, tanto él como sus amigos, procurarán conservar intacta su leyenda, aumentando los éxitos y logros y contando con vigor sus exageradas historias, porque el mito y la leyenda inspiran y sirven, hacen de guía, dan esperanza o inspiran temor…

Varios flashbacks salpicarán la narración, unos serán para mostrar la causa del trauma de Hércules, la muerte de su familia, mujer e hijos, a modo de flashes o recuerdos fugaces, pesadillas… En otras ocasiones será para mostrar un suceso pasado que tendrá eco en el presente, como el trabajo de Hércules para el rey Eristeo, que interpreta Joseph Fiennes, donde terminó con la “Hidra”. La Hidra, que en realidad no lo era, eran simples hombres con cabezas de serpiente a modo de disfraz.

 

La bellísima Irina Shayk, la chica de Cristiano Ronaldo, interpreta a la mujer de Hércules, que muere en los flashback. La pobre apenas tiene líneas de diálogo, pero quizá otro extra del DVD la muestre hablando con los músculos de Johnson sobre Kant o la influencia de la prensa en el Real Madrid.

El desarrollo de personajes y relaciones es de aquella manera, planos y simples, algún trauma o algún anhelo, pero lo suficientemente dibujados, en general, para que en algunos casos se diferencien unos de otros. Iolao querrá luchar, no sólo contar historias, sino vivirlas… hasta ahí llega el conflicto interno del personaje. Tideo tiene una historia más interesante, rescatado por Hércules de la muerte cuando vivía como un animal tras ver cómo mataron a toda su familia y su pueblo. Revive cada noche ese tormento y es mudo por ello… hasta la última escena. Él sí tiene un problema reseñable, al que no se saca mucho partido pero sirve bien a nivel dramático. Autólico y Anfiarao presentan pocas diferencias, el primero, interpretado por un Rufus Sewell muy simpático y divertido que hace lo que puede, es puro pragmatismo y fiel escudero, tendrá sus más y sus menos con Hércules hacia el final, pero nada grave. Además tiene los mejores momentos de humor y líneas de diálogo. El segundo, interpretado por Ian McShane, es el vidente que llega a prever su muerte, aunque sin acierto. Fiel escudero también. De la chica, Atalanta, no hay nada que decir, salvo que no deja de ser sorprendente la invasión de arqueros que invaden las pantallas de cine y televisión últimamente, parece que si no metes un arquero en una película de aventuras no vale nada… Del clásico Robin Hood hemos pasado a Légolas en “El señor de los anillos", Katniss en “Los juegos del hambre”, el prota de “Arrow” y otro personaje femenino que también tira flechas, el que sale en “Los vengadores” (Joss Whedon, 2012)… y por supuesto aquí.

“O si tenéis suerte iréis al Hades, donde está la gente divertida.”

Una banda de desarraigados que tienen un pasado de pérdidas, especialmente familiares, y que han formado su propia familia disfuncional.

La amistad y relación de Hércules con Ergenia y su hijo tiene poco desarrollo y presenta ciertos comportamientos ilógicos cuando se da el giro de guión. Por ejemplo, no se entiende su lógica de ocultarle la verdad a Hércules teniendo en cuenta cómo es y cómo se las gasta Cotis. Sabiendo cual es el objetivo de esa ocultación, que su hijo llegue al trono, menos aún, sobre todo sabiendo que podría encontrar en Hércules un protector…

Hércules y los suyos adiestrarán al pueblo tracio para convertirlos en guerreros, algo que lleva tiempo porque casi todos son campesinos. Un hecho marcará las evoluciones de ese ejército en ciernes, la defensa del muro de escudos, destrozada por Tideo en una primera intentona, pero con el paso del tiempo firme ante la misma embestida.

La dirección de Brett Ratner no presenta rasgos estilísticos significativos, más allá del uso ocasional de travellings con steady cam o grúas a la entrada o llegada de algún personaje, mostrando el entorno a su paso, pero sí deja algunos buenos momentos con su labor. Un ejemplo lo tenemos en la escena donde el grupo protagonista cuenta la desmitificada historia de ellos mismos a Ergenia, donde Ratner dará una gran lección de encuadre según habla cada miembro del grupo.

Otro ejemplo de buena realización lo tenemos con las dos grandes batallas que se ven en la película, donde a pesar de las flipadas habituales tendremos grandes planos generales y un buen uso de los efectos especiales, como la patada al carro de Hércules en la primera, una gran emboscada, o los movimientos de las tropas en picado plano general en la segunda…

El último tercio de la cinta es para el giro sorpresa de la narración, cuando Cotis se descubre como un traidor, tornando en el villano, aliado a Euristeo, y convirtiendo, por tanto, a los villanos contra los que Hércules luchó en los buenos de la cinta… Eso sí, Cotis es traidor, pero buen pagador.

 

En el clímax final tenemos momentos y escenas de gran crueldad, con Hércules torturado física y psicológicamente, lo que provocará la asunción de su propia leyenda, así como su sobrino, Iolao, tendrá su gran momento como guerrero… Este clímax, con grandes flipadas, lamentablemente, y un Hércules tan mítico y legendario como real, resulta menos épico que las dos batallas anteriores, una acción más personalista y psicológica, redentora. Cabe destacar en este final el momento de la muerte de Tideo, un buen momento dramático.

La leyenda se hizo real. Hércules alcanzando su destino, anunciado durante la película. Una reflexión final sobre el heroísmo y dónde radica su esencia bastante eficaz. Es simbólico que el momento cumbre sea con Hércules derribando la gigantesca estatua de Hera, causa inicial de su leyenda.

 

Un discreto pero aceptable entretenimiento ligeramente superior a otras de su estilo por su falta de pretensiones y acierto en sus objetivos, que supera con creces a la otra cinta que se hizo sobre Hércules este mismo año, “Hércules, el origen de la leyenda” (Renny Harlin, 2014), un desastre soporífero. 

Buen reparto con Dwayne Johnson, Rufus Sewell, John Hurt, Peter Mullan, Ian McShane o Joseph Fiennes…

Adaptación de la novela gráfica “Hércules: The Thracian Wars”, que sirve para pasar un rato.